Moscú, 9 de mayo. En una broma popular entre millonarios rusos uno le dice a otro: Tengo malas noticias, perdí 5 mil millones de dólares. El segundo le responde: Bien, yo perdí 7 mil millones de dólares. Pero la buena noticia es que el servicio de prostitutas cuesta nuevamente 100 dólares. Puede parecer una visión típicamente rusa de la crisis económica: la vida nocturna de Moscú consiste en gran medida de la oferta y demanda de sexo y algunas meretrices dicen estar rebajando sus precios para competir. Pero ellas aseguran que ha aparecido un nuevo tipo de cliente que quiere apoyo emocional, y no sexo. Adriana, una prostituta que trabaja en el departamento que comparte con su hijo de 18 años, sostiene que ha pasado a ser el paño de lágrimas de sus clientes. Ellos se quejan y muchos ahora no vienen en busca de sexo, aseveró, mientras bebía una copa de champaña en un ruidoso bar y movía su cabello negro hacia atrás. La mujer relató una reciente experiencia con un cliente cuyo salario había disminuido en un tercio, quedando en 40 mil rublos (mil 200 dólares) al mes: Él paró después de tres segundos y sugirió que tomáramos un trago y conversáramos. El impulso sexual y la prosperidad económica están estrechamente ligados, asegura Tracey Cox, una escritora y sexóloga británica. Muchos hombres se definen por sus trabajos y por cuánto dinero ganan (...) Nuestra libido se ve decididamente afectada por los tiempos de dificultad financiera. El estrés contribuye enormemente a esta pérdida, declaró Cox. Una prostituta es alguien a quien básicamente le pagan para que no juzgue lo que le piden que haga (...) Ella por lo tanto se convierte en una persona con la que lógicamente se puede hablar, agregó. Aunque es ilegal, pagar por sexo está ampliamente aceptado por muchos rusos. Las autopistas de ocho carriles que salen de la extensa capital de 10.5 millones de habitantes desbordan de prostitutas, de las cuales algunas concuerdan en que la demanda por sus servicios ha disminuido. Ahora ellos a menudo hablan sobre sexo, dijo Olya, quien tiene poco más de 20 años y trabaja de forma independiente cerca del MKAD, la principal carretera que circunvala la capital. Tienen miedo de perder sus trabajos, agregó. En el sitio web www.x-love.ru donde los hombres pueden buscar prostitutas, un cartel los invita a relajarse sólo conversando: Cuando los precios de tus acciones están en baja, ¿qué mejor modo de desestresarse que charlar con alguna de nuestras chicas?. La policía de Moscú se niega a calcular cuántas prostitutas trabajan en la ciudad pero los informes de medios y de grupos de derechos humanos dicen que alberga a más de 100 mil: casi 10 veces más que las estimaciones para Londres y Nueva York. La policía y las agencias del orden público a menudo se hace de la vista gorda frente a la prostitución o les piden a las chicas un soborno de hasta 6 mil rublos (180 dólares) o sexo oral gratuito, según varias meretrices. La policía moscovita se negó a formular comentarios sobre el cobro de sobornos pero dijo que la multa para mujeres que ofrecen servicios sexuales es de 2 mil rublos (60 dólares), y mucho más elevada para los proxenetas que las representan. Con la destrucción de enormes fortunas tras la crisis financiera, el número de multimillonarios rusos ha bajado a la mitad. Ante la tasa de desempleo en un nivel récord en ocho años y los salarios cayendo en todos los sectores, las prostitutas también están recortando sus precios. Las tarifas de las prostitutas moscovitas varían mucho, pero muchas dicen que apenas pueden ganarse la vida, ganando como mínimo 2 mil dólares al mes y trabajando con varios hombres por noche. Una pequeña elite cobra miles de dólares por sesión. Marina, de 26 años, quien ofrece servicios sexuales por medio de su propio sitio web, ofrece ahora un paquete especial por toda la noche de 6 mil rublos (180 dólares), en un descuento de 30 por ciento respecto de los precios de antes de la crisis. Los hombres también tienen abundante evidencia de que las mujeres de provincia donde el desempleo es elevado están viajando a Moscú y San Petersburgo para ofrecer servicios sexuales, haciendo que los precios bajen más. Un camionero indicó que las muchachas recién llegadas al rubro están ofreciendo sexo oral en pequeñas ciudades a cambio de 300 rublos (9 dólares), un poco más que lo que valen un sándwich y una cocacola. Adriana ha rebajado sus precios en 500 rublos (15 dólares) por hora para quedar en 2 mil rublos (60 dólares): lo mismo que cobran las muchachas en la autopista y lo mínimo que las chicas en Moscú están dispuestas a aceptar. La gente que venía tres veces por semana de repente no viene más, dijo Adriana, agregando que se trata de la mayor caída de clientes desde que comenzó a trabajar hace una década. A pesar de la baja en la actividad, la mujer espera permanecer en el rubro por otros cinco años antes de mudarse a Bulgaria, donde espera adquirir una propiedad. Sin embargo, con algunos de los hombres más ricos de Moscú todavía en el mercado, las prostitutas de elite parecen estar saliendo indemnes de la crisis. Bajo las brillantes luces rojas de uno de los principales clubes nocturnos de Moscú cerca del Kremlin, las prostitutas que cobran entre 300 y 500 euros (entre 409 y 682 dólares) por hora aseguran que el negocio está igual que siempre. Atendemos a personas de todo el mundo aquí y nada ha cambiado en absoluto, dijo Natalya, de 34 años, señalando con su delgado y bronceado brazo una sala atestada de empresarios árabes. Los hombres que vienen acá son muy ricos, muy exitosos y saben lo que quieren. El negocio anda bien, declaró la mujer, mientras se reclinaba en un sillón de peluche. |
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