2009-05-25•Al Frente
Con la misma actitud autoritaria, repelente y misógina con la que algunos sectores talibanes quieren que la gobernadora de Zacatecas renuncie por motivos de fuga tumultuaria, otro grupúsculo de fundamentalistas de los derechos humanos —que quieren que sean para los humanos y no para las ratas— buscan quemar en leña verde a la culta y distinguida Galilea Montijo por encuerar a un individuo que se supone de limitadas capacidades mentales llamado Samy.
En qué clase de país vivimos como para que un atajo de canallas insensibles tenga la peregrina idea de orillar a Amalia García a que deje el poder, sólo porque nomás se le escaparon 53 reos en Cieneguillas, en un operativo que parecía homenaje a las películas de los hermanos Almada. Con qué autoridad moral se le lincha a la gobernator, cuando simplemente hizo lo que todos sus homólogos no quieren hacer: cerrar las puertas de los penales para que los gallos muy jugados no sean procesados por causas de su torpeza. Si los señores feudales de las provincias fueran corridos cada vez que hay chapitos en fuga, durarían más que los directores técnicos en las Chivas de Guadalajara.
Y peor aún, debemos estar muy mal como para exigirle a la pluscuanimperfecta señorita Montijo que se ponga ¡a estudiar! (¿para qué quieren que acabe la primaria?), aunque sea una embarrada de derechos humanos, no puede ser. Digo, en descargo de Gali la del barrio (bajo) se puede decir que a ese tal Samy ha sido humillado, sobajado, ridiculizado de manera sistemática en toda la dudosa gama de programas seudocómicos de Televisa. Ella sólo participó con las teclas por delante, de lo que es una bonita tradición en la emisora: tratar a las almas buenas como Salinas hizo con De la Madrid. Además, según se aprecia en la grabación, por la clase de arrimones que Samy les aplica a la Montijo y a la Chávez que andaban cuasi en cueros, se le veía muy contento con tanta carne embarrándosele a su alrededor.
Eso sí, la intervención de la Comisión de Derechos Humanos es más importante en otros terrenos. En materia de declaracionitis electorera, necesitamos que alguien nos defienda, por ejemplo, cuando Gabriela Cuevas exige un alto a la guerra sucia en las campañas, mientras Germy Martínez pide que Nati saque las manos de las elecciones (¿por qué no le habrá pedido lo mismo en su momento a Fox?). En ese sentido, los fanáticos Pumas también necesitamos interponer una demanda ante José Luis Soberanes para que le recomiende al Tuca Ferreti no ser tan ratonero.
jairo.calixto@milenio.comEn qué clase de país vivimos como para que un atajo de canallas insensibles tenga la peregrina idea de orillar a Amalia García a que deje el poder, sólo porque nomás se le escaparon 53 reos en Cieneguillas, en un operativo que parecía homenaje a las películas de los hermanos Almada. Con qué autoridad moral se le lincha a la gobernator, cuando simplemente hizo lo que todos sus homólogos no quieren hacer: cerrar las puertas de los penales para que los gallos muy jugados no sean procesados por causas de su torpeza. Si los señores feudales de las provincias fueran corridos cada vez que hay chapitos en fuga, durarían más que los directores técnicos en las Chivas de Guadalajara.
Y peor aún, debemos estar muy mal como para exigirle a la pluscuanimperfecta señorita Montijo que se ponga ¡a estudiar! (¿para qué quieren que acabe la primaria?), aunque sea una embarrada de derechos humanos, no puede ser. Digo, en descargo de Gali la del barrio (bajo) se puede decir que a ese tal Samy ha sido humillado, sobajado, ridiculizado de manera sistemática en toda la dudosa gama de programas seudocómicos de Televisa. Ella sólo participó con las teclas por delante, de lo que es una bonita tradición en la emisora: tratar a las almas buenas como Salinas hizo con De la Madrid. Además, según se aprecia en la grabación, por la clase de arrimones que Samy les aplica a la Montijo y a la Chávez que andaban cuasi en cueros, se le veía muy contento con tanta carne embarrándosele a su alrededor.
Eso sí, la intervención de la Comisión de Derechos Humanos es más importante en otros terrenos. En materia de declaracionitis electorera, necesitamos que alguien nos defienda, por ejemplo, cuando Gabriela Cuevas exige un alto a la guerra sucia en las campañas, mientras Germy Martínez pide que Nati saque las manos de las elecciones (¿por qué no le habrá pedido lo mismo en su momento a Fox?). En ese sentido, los fanáticos Pumas también necesitamos interponer una demanda ante José Luis Soberanes para que le recomiende al Tuca Ferreti no ser tan ratonero.
kikka-roja.blogspot.com/