Bajo la Lupa
Fukushima y su desinformación radiactiva un año después
Alfredo Jalife-Rahme
Un trabajador muestra a la prensa extranjera un monitor con la lectura de la radiación persistente en la planta nuclear de Fukushima, la semana pasada Foto Ap
Después de la catástrofe de Fukushima, hace un año (Bajo la Lupa, 10/5/11 y 13/11/11), 52 de las 54 plantas nucleares de Japón han sido cerradas cuando la explosión del reactor destruyó la confianza de la población en la energía nuclear (Spiegel Online, 28/2 y 1/3/12) y obligó al gobierno a cambiar su plan energético por la presión de la opinión pública, pese a los poderosos intereses del lobby nuclear: Tepco, físicos y cabilderos.
El siquiatra Jun Shigemura, a cargo de la rehabilitación terapéutica de Fukushima, revela el intenso grado de trauma sicológico de la población (disminuida a la mitad y con incremento de suicidios) debido a que Tepco redujo los salarios 20 por ciento, cuando los trabajadores perdieron sus casas, sus familiares los abandonaron por temor a la radiación y el público los culpa por trabajar en Tepco.
Fukushima y su desinformación radiactiva un año después
Alfredo Jalife-Rahme
Un trabajador muestra a la prensa extranjera un monitor con la lectura de la radiación persistente en la planta nuclear de Fukushima, la semana pasada Foto Ap
Después de la catástrofe de Fukushima, hace un año (Bajo la Lupa, 10/5/11 y 13/11/11), 52 de las 54 plantas nucleares de Japón han sido cerradas cuando la explosión del reactor destruyó la confianza de la población en la energía nuclear (Spiegel Online, 28/2 y 1/3/12) y obligó al gobierno a cambiar su plan energético por la presión de la opinión pública, pese a los poderosos intereses del lobby nuclear: Tepco, físicos y cabilderos.
El siquiatra Jun Shigemura, a cargo de la rehabilitación terapéutica de Fukushima, revela el intenso grado de trauma sicológico de la población (disminuida a la mitad y con incremento de suicidios) debido a que Tepco redujo los salarios 20 por ciento, cuando los trabajadores perdieron sus casas, sus familiares los abandonaron por temor a la radiación y el público los culpa por trabajar en Tepco.