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miércoles, 10 de enero de 2007

El control de los medios de comunicación

Noam Chomsky

El papel de los medios de comunicación en la política contemporánea nos obliga a preguntar por el tipo de mundo y de sociedad en los que queremos vivir, y qué modelo de democracia queremos para esta sociedad. Permítaseme empezar contraponiendo dos conceptos distintos de democracia. Uno es el que nos lleva a afirmar que en una sociedad democrática, por un lado, la gente tiene a su alcance los recursos para participar de manera significativa en la gestión de sus asuntos particulares, y, por otro, los medios de información son libres e imparciales. Si se busca la palabra democracia en el diccionario se encuentra una definición bastante parecida a lo que acabo de formular. Una idea alternativa de democracia es la de que no debe permitirse que la gente se haga cargo de sus propios asuntos, a la vez que los medios de información deben estar fuerte y rígidamente controlados. Quizás esto suene como una concepción anticuada de democracia, pero es importante entender que, en todo caso, es la idea predominante. De hecho lo ha sido durante mucho tiempo, no sólo en la práctica sino incluso en el plano teórico. No olvidemos además que tenemos una larga historia, que se remonta a las revoluciones democráticas modernas de la Inglaterra del siglo XVII, que en su mayor parte expresa este punto de vista. En cualquier caso voy a ceñirme simplemente al período moderno y acerca de la forma en que se desarrolla la noción de democracia, y sobre el modo y el porqué el problema de los medios de comunicación y la desinformación se ubican en este contexto.

Primeros apuntes históricos de la propaganda

Empecemos con la primera operación moderna de propaganda llevada a cabo por un gobierno. Ocurrió bajo el mandato de Woodrow Wilson. Este fue elegido presidente en 1916 como líder de la plataforma electoral Paz sin victoria, cuando se cruzaba el ecuador de la Primera Guerra Mundial. La población era muy pacifista y no veía ninguna razón para involucrarse en una guerra europea; sin embargo, la administración Wilson había decidido que el país tomaría parte en el conflicto. Había por tanto que hacer algo para inducir en la sociedad la idea de la obligación de participar en la guerra. Y se creó una comisión de propaganda gubernamental, conocida con el nombre de Comisión Creel, que, en seis meses, logró convertir una población pacífica en otra histérica y belicista que quería ir a la guerra y destruir todo lo que oliera a alemán, despedazar a todos los alemanes, y salvar así al mundo. Se alcanzó un éxito extraordinario que conduciría a otro mayor todavía: precisamente en aquella época y después de la guerra se utilizaron las mismas técnicas para avivar lo que se conocía como Miedo rojo. Ello permitió la destrucción de sindicatos y la eliminación de problemas tan peligrosos como la libertad de prensa o de pensamiento político. El poder financiero y empresarial y los medios de comunicación fomentaron y prestaron un gran apoyo a esta operación, de la que, a su vez, obtuvieron todo tipo de provechos.

Entre los que participaron activa y entusiásticamente en la guerra de Wilson estaban los intelectuales progresistas, gente del círculo de John Dewey Estos se mostraban muy orgullosos, como se deduce al leer sus escritos de la época, por haber demostrado que lo que ellos llamaban los miembros más inteligentes de la comunidad, es decir, ellos mismos, eran capaces de convencer a una población reticente de que había que ir a una guerra mediante el sistema de aterrorizarla y suscitar en ella un fanatismo patriotero. Los medios utilizados fueron muy amplios. Por ejemplo, se fabricaron montones de atrocidades supuestamente cometidas por los alemanes, en las que se incluían niños belgas con los miembros arrancados y todo tipo de cosas horribles que todavía se pueden leer en los libros de historia, buena parte de lo cual fue inventado por el Ministerio británico de propaganda, cuyo auténtico propósito en aquel momento —tal como queda reflejado en sus deliberaciones secretas— era el de dirigir el pensamiento de la mayor parte del mundo. Pero la cuestión clave era la de controlar el pensamiento de los miembros más inteligentes de la sociedad americana, quienes, a su vez, diseminarían la propaganda que estaba siendo elaborada y llevarían al pacífico país a la histeria propia de los tiempos de guerra. Y funcionó muy bien, al tiempo que nos enseñaba algo importante: cuando la propaganda que dimana del estado recibe el apoyo de las clases de un nivel cultural elevado y no se permite ninguna desviación en su contenido, el efecto puede ser enorme. Fue una lección que ya había aprendido Hitler y muchos otros, y cuya influencia ha llegado a nuestros días.

La democracia del espectador

Otro grupo que quedó directamente marcado por estos éxitos fue el formado por teóricos liberales y figuras destacadas de los medios de comunicación, como Walter Lippmann, que era el decano de los periodistas americanos, un importante analista político —tanto de asuntos domésticos como internacionales— así como un extraordinario teórico de la democracia liberal. Si se echa un vistazo a sus ensayos, se observará que están subtitulados con algo así como Una teoría progresista sobre el pensamiento democrático liberal. Lippmann estuvo vinculado a estas comisiones de propaganda y admitió los logros alcanzados, al tiempo que sostenía que lo que él llamaba revolución en el arte de la democracia podía utilizarse para fabricar consenso, es decir, para producir en la población, mediante las nuevas técnicas de propaganda, la aceptación de algo inicialmente no deseado. También pensaba que ello era no solo una buena idea sino también necesaria, debido a que, tal como él mismo afirmó, los intereses comunes esquivan totalmente a la opinión pública y solo una clase especializada de hombres responsables lo bastante inteligentes puede comprenderlos y resolver los problemas que de ellos se derivan. Esta teoría sostiene que solo una élite reducida —la comunidad intelectual de que hablaban los seguidores de Dewey— puede entender cuáles son aquellos intereses comunes, qué es lo que nos conviene a todos, así como el hecho de que estas cosas escapan a la gente en general. En realidad, este enfoque se remonta a cientos de años atrás, es también un planteamiento típicamente leninista, de modo que existe una gran semejanza con la idea de que una vanguardia de intelectuales revolucionarios toma el poder mediante revoluciones populares que les proporcionan la fuerza necesaria para ello, para conducir después a las masas estúpidas a un futuro en el que estas son demasiado ineptas e incompetentes para imaginar y prever nada por sí mismas. Es así que la teoría democrática liberal y el marxismo-leninismo se encuentran muy cerca en sus supuestos ideológicos. En mi opinión, esta es una de las razones por las que los individuos, a lo largo del tiempo, han observado que era realmente fácil pasar de una posición a otra sin experimentar ninguna sensación específica de cambio. Solo es cuestión de ver dónde está el poder. Es posible que haya una revolución popular que nos lleve a todos a asumir el poder del Estado; o quizás no la haya, en cuyo caso simplemente apoyaremos a los que detentan el poder real: la comunidad de las finanzas. Pero estaremos haciendo lo mismo: conducir a las masas estúpidas hacia un mundo en el que van a ser incapaces de comprender nada por sí mismas.

Lippmann respaldó todo esto con una teoría bastante elaborada sobre la democracia progresiva, según la cual en una democracia con un funcionamiento adecuado hay distintas clases de ciudadanos. En primer lugar, los ciudadanos que asumen algún papel activo en cuestiones generales relativas al gobierno y la administración. Es la clase especializada, formada por personas que analizan, toman decisiones, ejecutan, controlan y dirigen los procesos que se dan en los sistemas ideológicos, económicos y políticos, y que constituyen, asimismo, un porcentaje pequeño de la población total. Por supuesto, todo aquel que ponga en circulación las ideas citadas es parte de este grupo selecto, en el cual se habla primordialmente acerca de qué hacer con aquellos otros, quienes, fuera del grupo pequeño y siendo la mayoría de la población, constituyen lo que Lippmann llamaba el rebaño desconcertado: hemos de protegemos de este rebaño desconcertado cuando brama y pisotea. Así pues, en una democracia se dan dos funciones: por un lado, la clase especializada, los hombres responsables, ejercen la función ejecutiva, lo que significa que piensan, entienden y planifican los intereses comunes; por otro, el rebaño desconcertado también con una función en la democracia, que, según Lippmann, consiste en ser espectadores en vez de miembros participantes de forma activa. Pero, dado que estamos hablando de una democracia, estos últimos llevan a término algo más que una función: de vez en cuando gozan del favor de liberarse de ciertas cargas en la persona de algún miembro de la clase especializada; en otras palabras, se les permite decir queremos que seas nuestro líder, o, mejor, queremos que tú seas nuestro líder, y todo ello porque estamos en una democracia y no en un estado totalitario. Pero una vez se han liberado de su carga y traspasado esta a algún miembro de la clase especializada, se espera de ellos que se apoltronen y se conviertan en espectadores de la acción, no en participantes. Esto es lo que ocurre en una democracia que funciona como Dios manda.

Y la verdad es que hay una lógica detrás de todo eso. Hay incluso un principio moral del todo convincente: la gente es simplemente demasiado estúpida para comprender las cosas. Si los individuos trataran de participar en la gestión de los asuntos que les afectan o interesan, lo único que harían sería solo provocar líos, por lo que resultaría impropio e inmoral permitir que lo hicieran. Hay que domesticar al rebaño desconcertado, y no dejarle que brame y pisotee y destruya las cosas, lo cual viene a encerrar la misma lógica que dice que sería incorrecto dejar que un niño de tres años cruzara solo la calle. No damos a los niños de tres años este tipo de libertad porque partimos de la base de que no saben cómo utilizarla. Por lo mismo, no se da ninguna facilidad para que los individuos del rebaño desconcertado participen en la acción; solo causarían problemas.

Por ello, necesitamos algo que sirva para domesticar al rebaño perplejo; algo que viene a ser la nueva revolución en el arte de la democracia: la fabricación del consenso. Los medios de comunicación, las escuelas y la cultura popular tienen que estar divididos. La clase política y los responsables de tomar decisiones tienen que brindar algún sentido tolerable de realidad, aunque también tengan que inculcar las opiniones adecuadas. Aquí la premisa no declarada de forma explícita —e incluso los hombres responsables tienen que darse cuenta de esto ellos solos— tiene que ver con la cuestión de cómo se llega a obtener la autoridad para tomar decisiones. Por supuesto, la forma de obtenerla es sirviendo a la gente que tiene el poder real, que no es otra que los dueños de la sociedad, es decir, un grupo bastante reducido. Si los miembros de la clase especializada pueden venir y decir Puedo ser útil a sus intereses, entonces pasan a formar parte del grupo ejecutivo. Y hay que quedarse callado y portarse bien, lo que significa que han de hacer lo posible para que penetren en ellos las creencias y doctrinas que servirán a los intereses de los dueños de la sociedad, de modo que, a menos que puedan ejercer con maestría esta autoformación, no formarán parte de la clase especializada. Así, tenemos un sistema educacional, de carácter privado, dirigido a los hombres responsables, a la clase especializada, que han de ser adoctrinados en profundidad acerca de los valores e intereses del poder real, y del nexo corporativo que este mantiene con el Estado y lo que ello representa. Si pueden conseguirlo, podrán pasar a formar parte de la clase especializada. Al resto del rebaño desconcertado básicamente habrá que distraerlo y hacer que dirija su atención a cualquier otra cosa. Que nadie se meta en líos. Habrá que asegurarse que permanecen todos en su función de espectadores de la acción, liberando su carga de vez en cuando en algún que otro líder de entre los que tienen a su disposición para elegir.

Muchos otros han desarrollado este punto de vista, que, de hecho, es bastante convencional. Por ejemplo, él destacado teólogo y crítico de política internacional Reinold Niebuhr, conocido a veces como el teólogo del sistema, gurú de George Kennan y de los intelectuales de Kennedy, afirmaba que la racionalidad es una técnica, una habilidad, al alcance de muy pocos: solo algunos la poseen, mientras que la mayoría de la gente se guía por las emociones y los impulsos. Aquellos que poseen la capacidad lógica tienen que crear ilusiones necesarias y simplificaciones acentuadas desde el punto de vista emocional, con objeto de que los bobalicones ingenuos vayan más o menos tirando. Este principio se ha convertido en un elemento sustancial de la ciencia política contemporánea. En la década de los años veinte y principios de la de los treinta, Harold Lasswell, fundador del moderno sector de las comunicaciones y uno de los analistas políticos americanos más destacados, explicaba que no deberíamos sucumbir a ciertos dogmatismos democráticos que dicen que los hombres son los mejores jueces de sus intereses particulares. Porque no lo son. Somos nosotros, decía, los mejores jueces de los intereses y asuntos públicos, por lo que, precisamente a partir de la moralidad más común, somos nosotros los que tenemos que asegurarnos de que ellos no van a gozar de la oportunidad de actuar basándose en sus juicios erróneos. En lo que hoy conocemos como estado totalitario, o estado militar, lo anterior resulta fácil. Es cuestión simplemente de blandir una porra sobre las cabezas de los individuos, y, si se apartan del camino trazado, golpearles sin piedad. Pero si la sociedad ha acabado siendo más libre y democrática, se pierde aquella capacidad, por lo que hay que dirigir la atención a las técnicas de propaganda. La lógica es clara y sencilla: la propaganda es a la democracia lo que la cachiporra al estado totalitario. Ello resulta acertado y conveniente dado que, de nuevo, los intereses públicos escapan a la capacidad de comprensión del rebaño desconcertado.

Relaciones públicas

Los Estados Unidos crearon los cimientos de la industria de las relaciones públicas. Tal como decían sus líderes, su compromiso consistía en controlar la opinión pública. Dado que aprendieron mucho de los éxitos de la Comisión Creel y del miedo rojo, y de las secuelas dejadas por ambos, las relaciones públicas experimentaron, a lo largo de la década de 1920, una enorme expansión, obteniéndose grandes resultados a la hora de conseguir una subordinación total de la gente a las directrices procedentes del mundo empresarial a lo largo de la década de 1920. La situación llegó a tal extremo que en la década siguiente los comités del Congreso empezaron a investigar el fenómeno. De estas pesquisas proviene buena parte de la información de que hoy día disponemos.

Las relaciones públicas constituyen una industria inmensa que mueve, en la actualidad, cantidades que oscilan en torno a un billón de dólares al año, y desde siempre su cometido ha sido el de controlar la opinión pública, que es el mayor peligro al que se enfrentan las corporaciones. Tal como ocurrió durante la Primera Guerra Mundial, en la década de 1930 surgieron de nuevo grandes problemas: una gran depresión unida a una cada vez más numerosa clase obrera en proceso de organización. En 1935, y gracias a la Ley Wagner, los trabajadores consiguieron su primera gran victoria legislativa, a saber, el derecho a organizarse de manera independiente, logro que planteaba dos graves problemas. En primer lugar, la democracia estaba funcionando bastante mal: el rebaño desconcertado estaba consiguiendo victorias en el terreno legislativo, y no era ese el modo en que se suponía que tenían que ir las cosas; el otro problema eran las posibilidades cada vez mayores del pueblo para organizarse. Los individuos tienen que estar atomizados, segregados y solos; no puede ser que pretendan organizarse, porque en ese caso podrían convertirse en algo más que simples espectadores pasivos.

Efectivamente, si hubiera muchos individuos de recursos limitados que se agruparan para intervenir en el ruedo político, podrían, de hecho, pasar a asumir el papel de participantes activos, lo cual sí sería una verdadera amenaza. Por ello, el poder empresarial tuvo una reacción contundente para asegurarse de que esa había sido la última victoria legislativa de las organizaciones obreras, y de que representaría también el principio del fin de esta desviación democrática de las organizaciones populares. Y funcionó. Fue la última victoria de los trabajadores en el terreno parlamentario, y, a partir de ese momento —aunque el número de afiliados a los sindicatos se incrementó durante la Segunda Guerra Mundial, acabada la cual empezó a bajar— la capacidad de actuar por la vía sindical fue cada vez menor. Y no por casualidad, ya que estamos hablando de la comunidad empresarial, que está gastando enormes sumas de dinero, a la vez que dedicando todo el tiempo y esfuerzo necesarios, en cómo afrontar y resolver estos problemas a través de la industria de las relaciones públicas y otras organizaciones, como la National Association of Manufacturers (Asociación nacional de fabricantes), la Business Roundtable (Mesa redonda de la actividad empresarial), etcétera. Y su principio es reaccionar en todo momento de forma inmediata para encontrar el modo de contrarrestar estas desviaciones democráticas.

La primera prueba se produjo un año más tarde, en 1937, cuando hubo una importante huelga del sector del acero en Johnstown, al oeste de Pensilvania. Los empresarios pusieron a prueba una nueva técnica de destrucción de las organizaciones obreras, que resultó ser muy eficaz. Y sin matones a sueldo que sembraran el terror entre los trabajadores, algo que ya no resultaba muy práctico, sino por medio de instrumentos más sutiles y eficientes de propaganda. La cuestión estribaba en la idea de que había que enfrentar a la gente contra los huelguistas, por los medios que fuera. Se presentó a estos como destructivos y perjudiciales para el conjunto de la sociedad, y contrarios a los intereses comunes, que eran los nuestros, los del empresario, el trabajador o el ama de casa, es decir, todos nosotros. Queremos estar unidos y tener cosas como la armonía y el orgullo de ser americanos, y trabajar juntos. Pero resulta que estos huelguistas malvados de ahí afuera son subversivos, arman jaleo, rompen la armonía y atenían contra el orgullo de América, y hemos de pararles los pies. El ejecutivo de una empresa y el chico que limpia los suelos tienen los mismos intereses. Hemos de trabajar todos juntos y hacerlo por el país y en armonía, con simpatía y cariño los unos por los otros. Este era, en esencia, el mensaje. Y se hizo un gran esfuerzo para hacerlo público; después de todo, estamos hablando del poder financiero y empresarial, es decir, el que controla los medios de información y dispone de recursos a gran escala, por lo cual funcionó, y de manera muy eficaz. Más adelante este método se conoció como la fórmula Mohawk VaIley, aunque se le denominaba también métodos científicos para impedir huelgas. Se aplicó una y otra vez para romper huelgas, y daba muy buenos resultados cuando se trataba de movilizar a la opinión pública a favor de conceptos vacíos de contenido, como el orgullo de ser americano. ¿Quién puede estar en contra de esto? O la armonía. ¿Quién puede estar en contra? O, como en la guerra del golfo Pérsico, apoyad a nuestras tropas. ¿Quién podía estar en contra? O los lacitos amarillos. ¿Hay alguien que esté en contra? Sólo alguien completamente necio.

De hecho, ¿qué pasa si alguien le pregunta si da usted su apoyo a la gente de lowa? Se puede contestar diciendo Sí, le doy mi apoyo, o No, no la apoyo. Pero ni siquiera es una pregunta: no significa nada. Esta es la cuestión La clave de los eslóganes de las relaciones públicas como Apoyad a nuestras tropas es que no significan nada, o, como mucho, lo mismo que apoyar a los habitantes de Iowa. Pero, por supuesto había una cuestión importante que se podía haber resuelto haciendo la pregunta: ¿Apoya usted nuestra política? Pero, claro, no se trata de que la gente se plantee cosas como esta. Esto es lo único que importa en la buena propaganda. Se trata de crear un eslogan que no pueda recibir ninguna oposición, bien al contrario, que todo el mundo esté a favor. Nadie sabe lo que significa porque no significa nada, y su importancia decisiva estriba en que distrae la atención de la gente respecto de preguntas que sí significan algo: ¿Apoya usted nuestra política? Pero sobre esto no se puede hablar. Así que tenemos a todo el mundo discutiendo sobre el apoyo a las tropas: Desde luego, no dejaré de apoyarles. Por tanto, ellos han ganado. Es como lo del orgullo americano y la armonía. Estamos todos juntos, en tomo a eslóganes vacíos, tomemos parte en ellos y asegurémonos de que no habrá gente mala en nuestro alrededor que destruya nuestra paz social con sus discursos acerca de la lucha de clases, los derechos civiles y todo este tipo de cosas.

Todo es muy eficaz y hasta hoy ha funcionado perfectamente. Desde luego consiste en algo razonado y elaborado con sumo cuidado: la gente que se dedica a las relaciones públicas no está ahí para divertirse; está haciendo un trabajo, es decir, intentando inculcar los valores correctos. De hecho, tienen una idea de lo que debería ser la democracia: un sistema en el que la clase especializada está entrenada para trabajar al servicio de los amos, de los dueños de la sociedad, mientras que al resto de la población se le priva de toda forma de organización para evitar así los problemas que pudiera causar. La mayoría de los individuos tendrían que sentarse frente al televisor y masticar religiosamente el mensaje, que no es otro que el que dice que lo único que tiene valor en la vida es poder consumir cada vez más y mejor y vivir igual que esta familia de clase media que aparece en la pantalla y exhibir valores como la armonía y el orgullo americano. La vida consiste en esto. Puede que usted piense que ha de haber algo más, pero en el momento en que se da cuenta que está solo, viendo la televisión, da por sentado que esto es todo lo que existe ahí afuera, y que es una locura pensar en que haya otra cosa. Y desde el momento en que está prohibido organizarse, lo que es totalmente decisivo, nunca se está en condiciones de averiguar si realmente está uno loco o simplemente se da todo por bueno, que es lo más lógico que se puede hacer.

Así pues, este es el ideal, para alcanzar el cual se han desplegado grandes esfuerzos. Y es evidente que detrás de él hay una cierta concepción: la de democracia, tal como ya se ha dicho. El rebaño desconcertado es un problema. Hay que evitar que brame y pisotee, y para ello habrá que distraerlo. Será cuestión de conseguir que los sujetos que lo forman se queden en casa viendo partidos de fútbol, culebrones o películas violentas, aunque de vez en cuando se les saque del sopor y se les convoque a corear eslóganes sin sentido, como Apoyad a. nuestras tropas. Hay que hacer que conserven un miedo permanente, porque a menos que estén debidamente atemorizados por todos los posibles males que pueden destruirles, desde dentro o desde fuera, podrían empezar a pensar por sí mismos, lo cual es muy peligroso ya que no tienen la capacidad de hacerlo. Por ello es importante distraerles y marginarles.

Esta es una idea de democracia. De hecho, si nos re montamos al pasado, la última victoria legal de los trabajadores fue realmente en 1935, con la Ley Wagner. Después tras el inicio de la Primera Guerra Mundial, los sindicatos entraron en un declive, al igual que lo hizo una rica y fértil cultura obrera vinculada directamente con aquellos. Todo quedó destruido y nos vimos trasladados a una sociedad dominada de manera singular por los criterios empresariales. Era esta la única sociedad industrial, dentro de un sistema capitalista de Estado, en la que ni siquiera se producía el pacto social habitual que se podía dar en latitudes comparables. Era la única sociedad industrial —aparte de Sudáfrica, supongo— que no tenía un servicio nacional de asistencia sanitaria. No existía ningún compromiso para elevar los estándares mínimos de supervivencia de los segmentos de la población que no podían seguir las normas y directrices imperantes ni conseguir nada por sí mismos en el plano individual. Por otra parte, los sindicatos prácticamente no existían, al igual que ocurría con otras formas de asociación en la esfera popular. No había organizaciones políticas ni partidos: muy lejos se estaba, por tanto, del ideal, al menos en el plano estructural. Los medios de información constituían un monopolio corporativizado; todos expresaban los mismos puntos de vista. Los dos partidos eran dos facciones del partido del poder financiero y empresarial. Y así la mayor parte de la población ni tan solo se molestaba en ir a votar ya que ello carecía totalmente de sentido, quedando, por ello, debidamente marginada. Al menos este era el objetivo. La verdad es que el personaje más destacado de la industria de las relaciones públicas, Edward Bernays, procedía de la Comisión Creel. Formó parte de ella, aprendió bien la lección y se puso manos a la obra a desarrollar lo que él mismo llamó la ingeniería del consenso, que describió como la esencia de la democracia.

Los individuos capaces de fabricar consenso son los que tienen los recursos y el poder de hacerlo —la comunidad financiera y empresarial— y para ellos trabajamos.

Fabricación de la opinión

También es necesario recabar el apoyo de la población a las aventuras exteriores. Normalmente la gente es pacifista, tal como sucedía durante la Primera Guerra Mundial, ya que no ve razones que justifiquen la actividad bélica, la muerte y la tortura. Por ello, para procurarse este apoyo hay que aplicar ciertos estímulos; y para estimularles hay que asustarles. El mismo Bernays tenía en su haber un importante logro a este respecto, ya que fue el encargado de dirigir la campaña de relaciones públicas de la United Fruit Company en 1954, cuando los Estados Unidos intervinieron militarmente para derribar al gobierno democrático-capitalista de Guatemala e instalaron en su lugar un régimen sanguinario de escuadrones de la muerte, que se ha mantenido hasta nuestros días a base de repetidas infusiones de ayuda norteamericana que tienen por objeto evitar algo más que desviaciones democráticas vacías de contenido. En estos casos, es necesario hacer tragar por la fuerza una y otra vez programas domésticos hacia los que la gente se muestra contraria, ya que no tiene ningún sentido que el público esté a favor de programas que le son perjudiciales. Y esto, también, exige una propaganda amplia y general, que hemos tenido oportunidad de ver en muchas ocasiones durante los últimos diez años. Los programas de la era Reagan eran abrumadoramente impopulares. Los votantes de la victoria arrolladora de Reagan en 1984 esperaban, en una proporción de tres a dos, que no se promulgaran las medidas legales anunciadas. Si tomamos programas concretos, como el gasto en armamento, o la reducción de recursos en materia de gasto social, etc., prácticamente todos ellos recibían una oposición frontal por parte de la gente. Pero en la medida en que se marginaba y apartaba a los individuos de la cosa pública y estos no encontraban el modo de organizar y articular sus sentimientos, o incluso de saber que había otros que compartían dichos sentimientos, los que decían que preferían el gasto social al gasto militar —y lo expresaban en los sondeos, tal como sucedía de manera generalizada— daban por supuesto que eran los únicos con tales ideas disparatadas en la cabeza. Nunca habían oído estas cosas de nadie más, ya que había que suponer que nadie pensaba así; y si lo había, y era sincero en las encuestas, era lógico pensar que se trataba de un bicho raro. Desde el momento en que un individuo no encuentra la manera de unirse a otros que comparten o refuerzan este parecer y que le pueden transmitir la ayuda necesaria para articularlo, acaso llegue a sentir que es alguien excéntrico, una rareza en un mar de normalidad. De modo que acaba permaneciendo al margen, sin prestar atención a lo que ocurre, mirando hacia, otro lado, como por ejemplo la final de Copa.

Así pues, hasta cierto punto se alcanzó el ideal, aunque nunca de forma completa, ya que hay instituciones que hasta ahora ha sido imposible destruir: por ejemplo, las iglesias. Buena parte de la actividad disidente de los Estados Unidos se producía en las iglesias por la sencilla razón de que estas existían. Por ello, cuando había que dar una conferencia de carácter político en un país europeo era muy probable que se celebrara en los locales de algún sindicato, cosa harto difícil en América ya que, en primer lugar, estos apenas existían o, en el mejor de los casos, no eran organizaciones políticas. Pero las iglesias sí existían, de manera que las charlas y conferencias se hacían con frecuencia en ellas: la solidaridad con Centroamérica se originó en su mayor parte en las iglesias, sobre todo porque existían.

El rebaño desconcertado nunca acaba de estar debidamente domesticado: es una batalla permanente. En la década de 1930 surgió otra vez, pero se pudo sofocar el movimiento. En los años sesenta apareció una nueva ola de disidencia, a la cual la clase especializada le puso el nombre de crisis de la democracia. Se consideraba que la democracia estaba entrando en una crisis porque amplios segmentos de la población se estaban organizando de manera activa y estaban intentando participar en la arena política. El conjunto de élites coincidían en que había que aplastar el renacimiento democrático de los sesenta y poner en marcha un sistema social en el que los recursos se canalizaran hacia las clases acaudaladas privilegiadas. Y aquí hemos de volver a las dos concepciones de democracia que hemos mencionado en párrafos anteriores. Según la definición del diccionario, lo anterior constituye un avance en democracia; según el criterio predominante, es un problema, una crisis que ha de ser vencida. Había que obligar a la población a que retrocediera y volviera a la apatía, la obediencia y la pasividad, que conforman su estado natural, para lo cual se hicieron grandes esfuerzos, si bien no funcionó. Afortunadamente, la crisis de la democracia todavía está vivita y coleando, aunque no ha resultado muy eficaz a la hora de conseguir un cambio político. Pero, contrariamente a lo que mucha gente cree, sí ha dado resultados en lo que se refiere al cambio de la opinión pública.

Después de la década de 1960 se hizo todo lo posible para que la enfermedad diera marcha atrás. La verdad es que uno de los aspectos centrales de dicho mal tenía un nombre técnico: el síndrome de Vietnam, término que surgió en torno a 1970 y que de vez en cuando encuentra nuevas definiciones. El intelectual reaganista Norman Podhoretz habló de élcomo las inhibiciones enfermizas respecto al uso de la fuerza militar. Pero resulta que era la mayoría de la gente la que experimentaba dichas inhibiciones contra la violencia, ya que simplemente no entendía por qué había que ir por el mundo torturando, matando o lanzando bombardeos intensivos. Como ya supo Goebbels en su día, es muy peligroso que la población se rinda ante estas inhibiciones enfermizas, ya que en ese caso habría un límite a las veleidades aventureras de un país fuera de sus fronteras. Tal como decía con orgullo el Washington Post durante la histeria colectiva que se produjo durante la guerra del golfo Pérsico, es necesario infundir en la gente respeto por los valores marciales. Y eso sí es importante. Si se quiere tener una sociedad violenta que avale la utilización de la fuerza en todo el mundo para alcanzar los fines de su propia élite doméstica, es necesario valorar debidamente las virtudes guerreras y no esas inhibiciones achacosas acerca del uso de la violencia. Esto es el síndrome de Vietnam: hay que vencerlo.

La representación como realidad

También es preciso falsificar totalmente la historia. Ello constituye otra manera de vencer esas inhibiciones enfermizas, para simular que cuando atacamos y destruimos a alguien lo que estamos haciendo en realidad es proteger y defendernos a nosotros mismos de los peores monstruos y agresores, y cosas por el estilo. Desde la guerra del Vietnam se ha realizado un enorme esfuerzo por reconstruir la historia. Demasiada gente, incluidos gran número de soldados y muchos jóvenes que estuvieron involucrados en movimientos por la paz o antibelicistas, comprendía lo que estaba pasando. Y eso no era bueno. De nuevo había que poner orden en aquellos malos pensamientos y recuperar alguna forma de cordura, es decir, la aceptación de que sea lo que fuere lo que hagamos, ello es noble y correcto. Si bombardeábamos Vietnam del Sur, se debía a que estábamos defendiendo el país de alguien, esto es, de los sudvietnamitas, ya que allí no había nadie más. Es lo que los intelectuales kenedianos denominaban defensa contra la agresión interna en Vietnam del Sur, expresión acuñada por Adiai Stevenson, entre otros. Así pues, era necesario que esta fuera la imagen oficial e inequívoca; y ha funcionado muy bien, ya que si se tiene el control absoluto de los medios de comunicación y el sistema educativo y la intelectualidad son conformistas, puede surtir efecto cualquier política. Un indicio de ello se puso de manifiesto en un estudio llevado a cabo en la Universidad de Massachusetts sobre las diferentes actitudes ante la crisis del Golfo Pérsico, y que se centraba en las opiniones que se manifestaban mientras se veía la televisión. Una de las preguntas de dicho estudio era: ¿Cuantas víctimas vietnamitas calcula usted que hubo durante la guerra del Vietnam? La respuesta promedio que se daba era en torno a 100.000, mientras que las cifras oficiales hablan de dos millones, y las reales probablemente sean de tres o cuatro millones. Los responsables del estudio formulaban a continuación una pregunta muy oportuna: ¿Qué pensaríamos de la cultura política alemana si cuando se le preguntara a la gente cuantos judíos murieron en el Holocausto la respuesta fuera unos 300.000? La pregunta quedaba sin respuesta, pero podemos tratar de encontrarla. ¿Qué nos dice todo esto sobre nuestra cultura? Pues bastante: es preciso vencer las inhibiciones enfermizas respecto al uso de la fuerza militar y a otras desviaciones democráticas. Y en este caso dio resultados satisfactorios y demostró ser cierto en todos los terrenos posibles: tanto si elegimos Próximo Oriente, el terrorismo internacional o Centroamérica. El cuadro del mundo que se presenta a la gente no tiene la más mínima relación con la realidad, ya que la verdad sobre cada asunto queda enterrada bajo montañas de mentiras. Se ha alcanzado un éxito extraordinario en el sentido de disuadir las amenazas democráticas, y lo realmente interesante es que ello se ha producido en condiciones de libertad. No es como en un estado totalitario, donde todo se hace por la fuerza. Esos logros son un fruto conseguido sin violar la libertad. Por ello, si queremos entender y conocer nuestra sociedad, tenemos que pensar en todo esto, en estos hechos que son importantes para todos aquellos que se interesan y preocupan por el tipo de sociedad en el que viven.

La cultura disidente

A pesar de todo, la cultura disidente sobrevivió, y ha experimentado un gran crecimiento desde la década de los sesenta. Al principio su desarrollo era sumamente lento, ya que, por ejemplo, no hubo protestas contra la guerra de Indochina hasta algunos años después de que los Estados Unidos empezaran a bombardear Vietnam del Sur. En los inicios de su andadura era un reducido movimiento contestatario, formado en su mayor parte por estudiantes y jóvenes en general, pero hacia principios de los setenta ya había cambiado de forma notable. Habían surgido movimientos populares importantes: los ecologistas, las feministas, los antinucleares, etcétera. Por otro lado, en la década de 1980 se produjo una expansión incluso mayor y que afectó a todos los movimientos de solidaridad, algo realmente nuevo e importante al menos en la historia de América y quizás en toda la disidencia mundial. La verdad es que estos eran movimientos que no solo protestaban sino que se implicaban a fondo en las vidas de todos aquellos que sufrían por alguna razón en cualquier parte del mundo. Y sacaron tan buenas lecciones de todo ello, que ejercieron un enorme efecto civilizador sobre las tendencias predominantes en la opinión pública americana. Y a partir de ahí se marcaron diferencias, de modo que cualquiera que haya estado involucrado es este tipo de actividades durante algunos años ha de saberlo perfectamente. Yo mismo soy consciente de que el tipo de conferencias que doy en la actualidad en las regiones más reaccionarias del país —la Georgia central, el Kentucky rural— no las podría haber pronunciado, en el momento culminante del movimiento pacifista, ante una audiencia formada por los elementos más activos de dicho movimiento. Ahora, en cambio, en ninguna parte hay ningún problema. La gente puede estar o no de acuerdo, pero al menos comprende de qué estás hablando y hay una especie de terreno común en el que es posible cuando menos entenderse.

A pesar de toda la propaganda y de todos los intentos por controlar el pensamiento y fabricar el consenso, lo anterior constituye un conjunto de signos de efecto civilizador. Se está adquiriendo una capacidad y una buena disposición para pensar las cosas con el máximo detenimiento. Ha crecido el escepticismo acerca del poder.

Han cambiado muchas actitudes hacia un buen número de cuestiones, lo que ha convertido todo este asunto en algo lento, quizá incluso frío, pero perceptible e importante, al margen de si acaba siendo o no lo bastante rápido como para influir de manera significativa en los aconteceres del mundo. Tomemos otro ejemplo: la brecha que se ha abierto en relación al género. A principios de la década de 1960 las actitudes de hombres y mujeres eran aproximadamente las mismas en asuntos como las virtudes castrenses, igual que lo eran las inhibiciones enfermizas respecto al uso de la fuerza militar. Por entonces, nadie, ni hombres ni mujeres, se resentía a causa de dichas posturas, dado que las respuestas coincidían: todo el mundo pensaba que la utilización de la violencia para reprimir a la gente de por ahí estaba justificada. Pero con el tiempo las cosas han cambiado. Aquellas inhibiciones han experimentado un crecimiento lineal, aunque al mismo tiempo ha aparecido un desajuste que poco a poco ha llegado a ser sensiblemente importante y que según los sondeos ha alcanzado el 20%. ¿Qué ha pasado? Pues que las mujeres han formado un tipo de movimiento popular semiorganizado, el movimiento feminista, que ha ejercido una influencia decisiva, ya que, por un lado, ha hecho que muchas mujeres se dieran cuenta de que no estaban solas, de que había otras con quienes compartir las mismas ideas, y, por otro, en la organización se pueden apuntalar los pensamientos propios y aprender más acerca de las opiniones e ideas que cada uno tiene. Si bien estos movimientos son en cierto modo informales, sin carácter militante, basados más bien en una disposición del ánimo en favor de las interacciones personales, sus efectos sociales han sido evidentes. Y este es el peligro de la democracia: si se pueden crear organizaciones, si la gente no permanece simplemente pegada al televisor, pueden aparecer estas ideas extravagantes, como las inhibiciones enfermizas respecto al uso de la fuerza militar. Hay que vencer estas tentaciones, pero no ha sido todavía posible.

Desfile de enemigos

En vez de hablar de la guerra pasada, hablemos de la guerra que viene, porque a veces es más útil estar preparado para lo que puede venir que simplemente reaccionar ante lo que ocurre. En la actualidad se está produciendo en los Estados Unidos —y no es el primer país en que esto sucede— un proceso muy característico. En el ámbito interno, hay problemas económicos y sociales crecientes que pueden devenir en catástrofes, y no parece haber nadie, de entre los que detentan el poder, que tenga intención alguna de prestarles atención. Si se echa una ojeada a los programas de las distintas administraciones durante los últimos diez años no se observa ninguna propuesta seria sobre lo que hay que hacer para resolver los importantes problemas relativos a la salud, la educación, los que no tienen hogar, los parados, el índice de criminalidad, la delincuencia creciente que afecta a amplias capas de la población, las cárceles, el deterioro de los barrios periféricos, es decir, la colección completa de problemas conocidos. Todos conocemos la situación, y sabemos que está empeorando. Solo en los dos años que George Bush estuvo en el poder hubo tres millones más de niños que cruzaron el umbral de la pobreza, la deuda externa creció progresivamente, los estándares educativos experimentaron un declive, los salarios reales retrocedieron al nivel de finales de los años cincuenta para la gran mayoría de la población, y nadie hizo absolutamente nada para remediarlo. En estas circunstancias hay que desviar la atención del rebaño desconcertado ya que si empezara a darse cuenta de lo que ocurre podría no gustarle, porque es quien recibe directamente las consecuencias de lo anterior. Acaso entretenerles simplemente con la final de Copa o los culebrones no sea suficiente y haya que avivar en él el miedo a los enemigos. En los años treinta Hitler difundió entre los alemanes el miedo a los judíos y a los gitanos: había que machacarles como forma de autodefensa. Pero nosotros también tenemos nuestros métodos. A lo largo de la última década, cada año o a lo sumo cada dos, se fabrica algún monstruo de primera línea del que hay que defenderse. Antes los que estaban más a mano eran los rusos, de modo que había que estar siempre a punto de protegerse de ellos. Pero, por desgracia, han perdido atractivo como enemigo, y cada vez resulta más difícil utilizarles como tal, de modo que hay que hacer que aparezcan otros de nueva estampa. De hecho, la gente fue bastante injusta al criticar a George Bush por haber sido incapaz de expresar con claridad hacia dónde estábamos siendo impulsados, ya que hasta mediados de los años ochenta, cuando andábamos despistados se nos ponía constantemente el mismo disco: que vienen los rusos. Pero al perderlos como encamación del lobo feroz hubo que fabricar otros, al igual que hizo el aparato de relaciones públicas reaganiano en su momento. Y así, precisamente con Bush, se empezó a utilizar a los terroristas internacionales, a los narcotraficantes, a los locos caudillos árabes o a Sadam Husein, el nuevo Hitler que iba a conquistar el mundo. Han tenido que hacerles aparecer a uno tras otro, asustando a la población, aterrorizándola, de forma que ha acabado muerta de miedo y apoyando cualquier iniciativa del poder. Así se han podido alcanzar extraordinarias victorias sobre Granada, Panamá, o algún otro ejército del Tercer Mundo al que se puede pulverizar antes siquiera de tomarse la molestia de mirar cuántos son. Esto da un gran alivio, ya que nos hemos salvado en el último momento.

Tenemos así, pues, uno de los métodos con el cual se puede evitar que el rebaño desconcertado preste atención a lo que está sucediendo a su alrededor, y permanezca distraído y controlado. Recordemos que la operación terrorista internacional más importante llevada a cabo hasta la fecha ha sido la operación Mongoose, a cargo de la administración Kennedy, a partir de la cual este tipo de actividades prosiguieron contra Cuba. Parece que no ha habido nada que se le pueda comparar ni de lejos, a excepción quizás de la guerra contra Nicaragua, si convenimos en denominar aquello también terrorismo. El Tribunal de La Haya consideró que aquello era algo más que una agresión.

Cuando se trata de construir un monstruo fantástico siempre se produce una ofensiva ideológica, seguida de campañas para aniquilarlo. No se puede atacar si el adversario es capaz de defenderse: sería demasiado peligroso. Pero si se tiene la seguridad de que se le puede vencer, quizá se le consiga despachar rápido y lanzar así otro suspiro de alivio.

Percepción selectiva

Esto ha venido sucediendo desde hace tiempo. En mayo de 1986 se publicaron las memorias del preso cubano liberado Armando Valladares, que causaron rápidamente sensación en los medios de comunicación. Voy a brindarles algunas citas textuales. Los medios informativos describieron sus revelaciones como «el relato definitivo del inmenso sistema de prisión y tortura con el que Castro castiga y elimina a la oposición política». Era «una descripción evocadora e inolvidable» de las «cárceles bestiales, la tortura inhumana [y] el historial de violencia de estado [bajo] todavía uno de los asesinos de masas de este siglo», del que nos enteramos, por fin, gracias a este libro, que «ha creado un nuevo despotismo que ha institucionalizado la tortura como mecanismo de control social» en el «infierno que era la Cuba en la que [Valladares] vivió». Esto es lo que apareció en el Washington Post y el New York Times en sucesivas reseñas. Las atrocidades de Castro —descrito como un «matón dictador»— se revelaron en este libro de manera tan concluyente que «solo los intelectuales occidentales fríos e insensatos saldrán en defensa del tirano», según el primero de los diarios citados. Recordemos que estamos hablando de lo que le ocurrió a un hombre. Y supongamos que todo lo que se dice en el libro es verdad. No le hagamos demasiadas preguntas al protagonista de la historia. En una ceremonia celebrada en la Casa Blanca con motivo del Día de los Derechos Humanos, Ronald Reagan destacó a Armando Valladares e hizo mención especial de su coraje al soportar el sadismo del sangriento dictador cubano. A continuación, se le designó representante de los Estados Unidos en la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Allí tuvo la oportunidad de prestar notables servicios en la defensa de los gobiernos de El Salvador y Guatemala en el momento en que estaban recibiendo acusaciones de cometer atrocidades a tan gran escala que cualquier vejación que Valladares pudiera haber sufrido tenía que considerarse forzosamente de mucha menor entidad. Así es como están las cosas.

La historia que viene ahora también ocurría en mayo de 1986, y nos dice mucho acerca de la fabricación del consenso. Por entonces, los supervivientes del Grupo de Derechos Humanos de El Salvador —sus líderes habían sido asesinados— fueron detenidos y torturados, incluyendo al director, Herbert Anaya. Se les encarceló en una prisión llamada La Esperanza, pero mientras estuvieron en ella continuaron su actividad de defensa de los derechos humanos, y, dado que eran abogados, siguieron tomando declaraciones juradas. Había en aquella cárcel 432 presos, de los cuales 430 declararon y relataron bajo juramento las torturas que habían recibido: aparte de la picana y otras atrocidades, se incluía el caso de un interrogatorio, y la tortura consiguiente, dirigido por un oficial del ejército de los Estados Unidos de uniforme, al cual se describía con todo detalle. Ese informe —160 páginas de declaraciones juradas de los presos— constituye un testimonio extraordinariamente explícito y exhaustivo, acaso único en lo referente a los pormenores de lo que ocurre en una cámara de tortura. No sin dificultades se consiguió sacarlo al exterior, junto con una cinta de vídeo que mostraba a la gente mientras testificaba sobre las torturas, y la Marin County Interfaith Task Force (Grupo de trabajo multiconfesional Marin County) se encargó de distribuirlo. Pero la prensa nacional se negó a hacer su cobertura informativa y las emisoras de televisión rechazaron la emisión del vídeo. Creo que como mucho apareció un artículo en el periódico local de Marin County, el San Francisco Examiner. Nadie iba a tener interés en aquello. Porque estábamos en la época en que no eran pocos los intelectuales insensatos y ligeros de cascos que estaban cantando alabanzas a José Napoleón Duarte y Ronald Reagan.

Anaya no fue objeto de ningún homenaje. No hubo lugar para él en el Día de los Derechos Humanos. No fue elegido para ningún cargo importante. En vez de ello fue liberado en un intercambio de prisioneros y posteriormente asesinado, al parecer por las fuerzas de seguridad siempre apoyadas militar y económicamente por los Estados Unidos. Nunca se tuvo mucha información sobre aquellos hechos: los medios de comunicación no llegaron en ningún momento a preguntarse si la revelación de las atrocidades que se denunciaban —en vez de mantenerlas en secreto y silenciarlas— podía haber salvado su vida.

Todo lo anterior nos enseña mucho acerca del modo de funcionamiento de un sistema de fabricación de consenso. En comparación con las revelaciones de Herbert Anaya en El Salvador, las memorias de Valladares son como una pulga al lado de un elefante. Pero no podemos ocuparnos de pequeñeces, lo cual nos conduce hacia la próxima guerra. Creo que cada vez tendremos más noticias sobre todo esto, hasta que tenga lugar la operación siguiente.

Solo algunas consideraciones sobre lo último que se ha dicho, si bien al final volveremos sobre ello. Empecemos recordando el estudio de la Universidad de Massachusetts ya mencionado, ya que llega a conclusiones interesantes. En él se preguntaba a la gente si creía que los Estados Unidos debía intervenir por la fuerza para impedir la invasión ilegal de un país soberano o para atajar los abusos cometidos contra los derechos humanos. En una proporción de dos a uno la respuesta del público americano era afirmativa. Había que utilizar la fuerza militar para que se diera marcha atrás en cualquier caso de invasión o para que se respetaran los derechos humanos. Pero si los Estados Unidos tuvieran que seguir al pie de la letra el consejo que se deriva de la citada encuesta, habría que bombardear El Salvador, Guatemala, Indonesia, Damasco, Tel Aviv, Ciudad del Cabo, Washington, y una lista interminable de países, ya que todos ellos representan casos manifiestos, bien de invasión ilegal, bien de violación de derechos humanos. Si uno conoce los hechos vinculados a estos ejemplos, comprenderá perfectamente que la agresión y las atrocidades de Sadam Husein —que tampoco son de carácter extremo— se incluyen claramente dentro de este abanico de casos. ¿Por qué, entonces, nadie llega a esta conclusión? La respuesta es que nadie sabe lo suficiente. En un sistema de propaganda bien engrasado nadie sabrá de qué hablo cuando hago una lista como la anterior. Pero si alguien se molesta en examinarla con cuidado, verá que los ejemplos son totalmente apropiados.

Tomemos uno que, de forma amenazadora, estuvo a punto de ser percibido durante la guerra del Golfo. En febrero, justo en la mitad de la campaña de bombardeos, el gobierno del Líbano solicitó a Israel que observara la resolución 425 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, de marzo de 1978, por la que se le exigía que se retirara inmediata e incondicionalmente del Líbano. Después de aquella fecha ha habido otras resoluciones posteriores redactadas en los mismos términos, pero desde luego Israel no ha acatado ninguna de ellas porque los Estados Unidos dan su apoyo al mantenimiento de la ocupación. Al mismo tiempo, el sur del Líbano recibe las embestidas del terrorismo del estado judío, y no solo brinda espacio para la ubicación de campos de tortura y aniquilamiento sino que también se utiliza como base para atacar a otras partes del país. Desde 1978, fecha de la resolución citada, el Líbano fue invadido, la ciudad de Beirut sufrió continuos bombardeos, unas 20.000 personas murieron —en torno al 80% eran civiles—, se destruyeron hospitales, y la población tuvo que soportar todo el daño imaginable, incluyendo el robo y el saqueo. Excelente... los Estados Unidos lo apoyaban. Es solo un ejemplo. La cuestión está en que no vimos ni oímos nada en los medios de información acerca de todo ello, ni siquiera una discusión sobre si Israel y los Estados Unidos deberían cumplir la resolución 425 del Consejo de Seguridad, o cualquiera de las otras posteriores, del mismo modo que nadie solicitó el bombardeo de Tel Aviv, a pesar de los principios defendidos por dos tercios de la población. Porque, después de todo, aquello es una ocupación ilegal de un territorio en el que se violan los derechos humanos. Solo es un ejemplo, pero los hay incluso peores. Cuando el ejército de Indonesia invadió Timor Oriental dejó un rastro de 200.000 cadáveres, cifra que no parece tener importancia al lado de otros ejemplos. El caso es que aquella invasión también recibió el apoyo claro y explícito de los Estados Unidos, que todavía prestan al gobierno indonesio ayuda diplomática y militar. Y podríamos seguir indefinidamente.

La guerra del Golfo

Veamos otro ejemplo mas reciente. Vamos viendo cómo funciona un sistema de propaganda bien engrasado. Puede que la gente crea que el uso de la fuerza contra Iraq se debe a que América observa realmente el principio de que hay que hacer frente a las invasiones de países extranjeros o a las transgresiones de los derechos humanos por la vía militar, y que no vea, por el contrario, qué pasaría si estos principios fueran también aplicables a la conducta política de los Estados Unidos. Estamos antes un éxito espectacular de la propaganda.

Tomemos otro caso. Si se analiza detenidamente la cobertura periodística de la guerra desde el mes de agosto (1990), se ve, sorprendentemente, que faltan algunas opiniones de cierta relevancia. Por ejemplo, existe una oposición democrática iraquí de cierto prestigio, que, por supuesto, permanece en el exilio dada la quimera de sobrevivir en Iraq. En su mayor parte están en Europa y son banqueros, ingenieros, arquitectos, gente así, es decir, con cierta elocuencia, opiniones propias y capacidad y disposición para expresarlas. Pues bien, cuando Sadam Husein era todavía el amigo favorito de Bush y un socio comercial privilegiado, aquellos miembros de la oposición acudieron a Washington, según las fuentes iraquíes en el exilio, a solicitar algún tipo de apoyo a sus demandas de constitución de un parlamento democrático en Iraq. Y claro, se les rechazó de plano, ya que los Estados Unidos no estaban en absoluto interesados en lo mismo. En los archivos no consta que hubiera ninguna reacción ante aquello.

A partir de agosto fue un poco más difícil ignorar la existencia de dicha oposición, ya que cuando de repente se inició el enfrentamiento con Sadam Husein después de haber sido su más firme apoyo durante años, se adquirió también conciencia de que existía un grupo de demócratas iraquíes que seguramente tenían algo que decir sobre el asunto. Por lo pronto, los opositores se sentirían muy felices si pudieran ver al dictador derrocado y encarcelado, ya que había matado a sus hermanos, torturado a sus hermanas y les había mandado a ellos mismos al exilio. Habían estado luchando contra aquella tiranía que Ronald Reagan y George Bush habían estado protegiendo. ¿Por qué no se tenía en cuenta, pues, su opinión? Echemos un vistazo a los medios de información de ámbito nacional y tratemos de encontrar algo acerca de la oposición democrática iraquí desde agosto de 1990 hasta marzo de 1991: ni una línea. Y no es a causa de que dichos resistentes en el exilio no tengan facilidad de palabra, ya que hacen repetidamente declaraciones, propuestas, llamamientos y solicitudes, y, si se les observa, se hace difícil distinguirles de los componentes del movimiento pacifista americano. Están contra Sadam Husein y contra la intervención bélica en Iraq. No quieren ver cómo su país acaba siendo destruido, desean y son perfectamente conscientes de que es posible una solución pacífica del conflicto. Pero parece que esto no es políticamente correcto, por lo que se les ignora por completo. Así que no oímos ni una palabra acerca de la oposición democrática iraquí, y si alguien está interesado en saber algo de ellos puede comprar la prensa alemana o la británica. Tampoco es que allí se les haga mucho caso, pero los medios de comunicación están menos controlados que los americanos, de modo que, cuando menos, no se les silencia por completo.

Lo descrito en los párrafos anteriores ha constituido un logro espectacular de la propaganda. En primer lugar, se ha conseguido excluir totalmente las voces de los demócratas iraquíes del escenario político, y, segundo, nadie se ha dado cuenta, lo cual es todavía más interesante. Hace falta que la población esté profundamente adoctrinada para que no haya reparado en que no se está dando cancha a las opiniones de la oposición iraquí, aunque, caso de haber observado el hecho, si se hubiera formulado la pregunta ¿por qué?, la respuesta habría sido evidente: porque los demócratas iraquíes piensan por sí mismos; están de acuerdo con los presupuestos del movimiento pacifista internacional, y ello les coloca en fuera de juego.

Veamos ahora las razones que justificaban la guerra. Los agresores no podían ser recompensados por su acción, sino que había que detener la agresión mediante el recurso inmediato a la violencia: esto lo explicaba todo. En esencia, no se expuso ningún otro motivo. Pero, ¿es posible que sea esta una explicación admisible? ¿Defienden en verdad los Estados Unidos estos principios: que los agresores no pueden obtener ningún premio por su agresión y que esta debe ser abortada mediante el uso de la violencia? No quiero poner a prueba la inteligencia de quien me lea al repasar los hechos, pero el caso es que un adolescente que simplemente supiera leer y escribir podría rebatir estos argumentos en dos minutos. Pero nunca nadie lo hizo. Fijémonos en los medios de comunicación, en los comentaristas y críticos liberales, en aquellos que declaraban ante el Congreso, y veamos si había alguien que pusiera en entredicho la suposición de que los Estados Unidos era fiel de verdad a esos principios. ¿Se han opuesto los Estados Unidos a su propia agresión a Panamá, y se ha insistido, por ello, en bombardear Washington? Cuando se declaró ilegal la invasión de Namibia por parte de Sudáfrica, ¿impusieron los Estados Unidos sanciones y embargos de alimentos y medicinas? ¿Declararon la guerra? ¿Bombardearon Ciudad del Cabo? No, transcurrió un período de veinte años de diplomacia discreta. Y la verdad es que no fue muy divertido lo que ocurrió durante estos años, dominados por las administraciones de Reagan y Bush, en los que aproximadamente un millón y medio de personas fueron muertas a manos de Sudáfrica en los países limítrofes. Pero olvidemos lo que ocurrió en Sudáfrica y Namibia: aquello fue algo que no lastimó nuestros espíritus sensibles. Proseguimos con nuestra diplomacia discreta para acabar concediendo una generosa recompensa a los agresores. Se les concedió el puerto más importante de Namibia y numerosas ventajas que tenían que ver con su propia seguridad nacional. ¿Dónde está aquel famoso principio que defendemos? De nuevo, es un juego de niños el demostrar que aquellas no podían ser de ningún modo las razones para ir a la guerra, precisamente porque nosotros mismos no somos fieles a estos principios.

Pero nadie lo hizo; esto es lo importante. Del mismo modo que nadie se molestó en señalar la conclusión que se seguía de todo ello: que no había razón alguna para la guerra. Ninguna, al menos, que un adolescente no analfabeto no pudiera refutar en dos minutos. Y de nuevo estamos ante el sello característico de una cultura totalitaria. Algo sobre lo que deberíamos reflexionar ya que es alarmante que nuestro país sea tan dictatorial que nos pueda llevar a una guerra sin dar ninguna razón de ello y sin que nadie se entere de los llamamientos del Líbano. Es realmente chocante.

Justo antes de que empezara el bombardeo, a mediados de enero, un sondeo llevado a cabo por el Washington Post y la cadena abc revelaba un dato interesante. La pregunta formulada era: si Iraq aceptara retirarse de Kuwait a cambio de que el Consejo de Seguridad estudiara la resolución del conflicto árabe-israelí, ¿estaría de acuerdo? Y el resultado nos decía que, en una proporción de dos a uno, la población estaba a favor. Lo mismo sucedía en el mundo entero, incluyendo a la oposición iraquí, de forma que en el informe final se reflejaba el dato de que dos tercios de los americanos daban un sí como respuesta a la pregunta referida. Cabe presumir que cada uno de estos individuos pensaba que era el único en el mundo en pensar así, ya que desde luego en la prensa nadie había dicho en ningún momento que aquello pudiera ser una buena idea. Las órdenes de Washington habían sido muy claras, es decir, hemos de estar en contra de cualquier conexión, es decir, de cualquier relación diplomática, por lo que todo el mundo debía marcar el paso y oponerse a las soluciones pacíficas que pudieran evitar la guerra. Si intentamos encontrar en la prensa comentarios o reportajes al respecto, solo descubriremos una columna de Alex Cockbum en Los Angeles Times, en la que este se mostraba favorable a la respuesta mayoritaria de la encuesta.

Seguramente, los que contestaron la pregunta pensaban estoy solo, pero esto es lo que pienso. De todos modos, supongamos que hubieran sabido que no estaban solos, que había otros, como la oposición democrática iraquí, que pensaban igual. Y supongamos también que sabían que la pregunta no era una mera hipótesis, sino que, de hecho, Iraq había hecho precisamente la oferta señalada, y que esta había sido dada a conocer por el alto mando del ejército americano justo ocho días antes: el día 2 de enero. Se había difundido la oferta iraquí de retirada total de Kuwait a cambio de que el Consejo de Seguridad discutiera y resolviera el conflicto árabe-israelí y el de las armas de destrucción masiva. (Recordemos que los Estados Unidos habían estado rechazando esta negociación desde mucho antes de la invasión de Kuwait). Supongamos, asimismo, que la gente sabía que la propuesta estaba realmente encima de la mesa, que recibía un apoyo generalizado, y que, de hecho, era algo que cualquier persona racional haría si quisiera la paz, al igual que hacemos en otros casos, más esporádicos, en que precisamos de verdad repeler la agresión. Si suponemos que se sabía todo esto, cada uno puede hacer sus propias conjeturas. Personalmente doy por sentado que los dos tercios mencionados se habrían convertido, casi con toda probabilidad, en el 98% de la población. Y aquí tenemos otro éxito de la propaganda. Es casi seguro que no había ni una sola persona, de las que contestaron la pregunta, que supiera algo de lo referido en este párrafo porque seguramente pensaba que estaba sola. Por ello, fue posible seguir adelante con la política belicista sin ninguna oposición. Hubo mucha discusión, protagonizada por el director de la CIA, entre otros, acerca de si las sanciones serían eficaces o no. Sin embargo no se discutía la cuestión más simple: ¿habían funcionado las sanciones hasta aquel momento? Y la respuesta era que sí, que por lo visto habían dado resultados, seguramente hacia finales de agosto, y con más probabilidad hacia finales de diciembre. Es muy difícil pensar en otras razones que justifiquen las propuestas iraquíes de retirada, autentificadas o, en algunos casos, difundidas por el Estado Mayor estadounidense, que las consideraba serias y negociables. Así la pregunta que hay que hacer es: ¿Habían sido eficaces las sanciones? ¿Suponían una salida a la crisis? ¿Se vislumbraba una solución aceptable para la población en general, la oposición democrática iraquí y el mundo en su conjunto? Estos temas no se analizaron ya que para un sistema de propaganda eficaz era decisivo que no aparecieran como elementos de discusión, lo cual permitió al presidente del Comité Nacional Republicano decir que si hubiera habido un demócrata en el poder, Kuwait todavía no habría sido liberado. Puede decir esto y ningún demócrata se levantará y dirá que si hubiera sido presidente habría liberado Kuwait seis meses antes. Hubo entonces oportunidades que se podían haber aprovechado para hacer que la liberación se produjera sin que fuera necesaria la muerte de decenas de miles de personas ni ninguna catástrofe ecológica. Ningún demócrata dirá esto porque no hubo ningún demócrata que adoptara esta postura, si acaso con la excepción de Henry González y Barbara Boxer, es decir, algo tan marginal que se puede considerar prácticamente inexistente.

Cuando los misiles Scud cayeron sobre Israel no hubo ningún editorial de prensa que mostrara su satisfacción por ello. Y otra vez estamos ante un hecho interesante que nos indica cómo funciona un buen sistema de propaganda, ya que podríamos preguntar ¿y por qué no? Después de todo, los argumentos de Sadam Husein eran tan válidos como los de George Bush: ¿cuáles eran, al fin y al cabo? Tomemos el ejemplo del Líbano. Sadam Husein dice que rechaza que Israel se anexione el sur del país, de la misma forma que reprueba la ocupación israelí de los Altos del Golán sirios y de Jerusalén Este, tal como ha declarado repetidamente por unanimidad el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Pero para el dirigente iraquí son inadmisibles la anexión y la agresión. Israel ha ocupado el sur del Líbano desde 1978 en clara violación de las resoluciones del Consejo de Seguridad, que se niega a aceptar, y desde entonces hasta el día de hoy ha invadido todo el país y todavía lo bombardea a voluntad. Es inaceptable. Es posible que Sadam Husein haya leído los informes de Amnistía Internacional sobre las atrocidades cometidas por el ejército israelí en la Cisjordania ocupada y en la franja de Gaza. Por ello, su corazón sufre. No puede soportarlo. Por otro lado, las sanciones no pueden mostrar su eficacia porque los Estados Unidos vetan su aplicación, y las negociaciones siguen bloqueadas. ¿Qué queda, aparte de la fuerza? Ha estado esperando durante años: trece en el caso del Líbano; veinte en el de los territorios ocupados.

Este argumento nos suena. La única diferencia entre este y el que hemos oído en alguna otra ocasión está en que Sadam Husein podía decir, sin temor a equivocarse, que las sanciones y las negociaciones no se pueden poner en práctica porque los Estados Unidos lo impiden. George Bush no podía decir lo mismo, dado que, en su caso, las sanciones parece que sí funcionaron, por lo que cabía pensar que las negociaciones también darían resultado: en vez de ello, el presidente americano las rechazó de plano, diciendo de manera explícita que en ningún momento iba a haber negociación alguna. ¿Alguien vio que en la prensa hubiera comentarios que señalaran la importancia de todo esto? No, ¿por qué?, es una trivialidad. Es algo que, de nuevo, un adolescente que sepa las cuatro reglas puede resolver en un minuto. Pero nadie, ni comentaristas ni editorialistas, llamaron la atención sobre ello. Nuevamente se pone de relieve, los signos de una cultura totalitaria bien llevada, y demuestra que la fabricación del consenso sí funciona.

Solo otro comentario sobre esto último. Podríamos poner muchos ejemplos a medida que fuéramos hablando. Admitamos, de momento, que efectivamente Sadam Husein es un monstruo que quiere conquistar el mundo —creencia ampliamente generalizada en los Estados Unidos—. No es de extrañar, ya que la gente experimentó cómo una y otra vez le martilleaban el cerebro con lo mismo: está a punto de quedarse con todo; ahora es el momento de pararle los pies. Pero, ¿cómo pudo Sadam Husein llegar a ser tan poderoso? Iraq es un país del Tercer Mundo, pequeño, sin infraestructura industrial. Libró durante ocho años una guerra terrible contra Irán, país que en la fase posrevolucionaria había visto diezmado su cuerpo de oficiales y la mayor parte de su fuerza militar. Iraq, por su lado, había recibido una pequeña ayuda en esa guerra, al ser apoyado por la Unión Soviética, los Estados Unidos, Europa, los países árabes más importantes y las monarquías petroleras del Golfo. Y, aun así, no pudo derrotar a Irán. Pero, de repente, es un país preparado para conquistar el mundo. ¿Hubo alguien que destacara este hecho? La clave del asunto está en que era un país del Tercer Mundo y su ejército estaba formado por campesinos, y en que —como ahora se reconoce— hubo una enorme desinformación acerca de las fortificaciones, de las armas químicas, etc.; ¿hubo alguien que hiciera mención de todo aquello? No, no hubo nadie. Típico.

Fíjense que todo ocurrió exactamente un año después de que se hiciera lo mismo con Manuel Noriega. Este, si vamos a eso, era un gángster de tres al cuarto, comparado con los amigos de Bush, sean Sadam Husein o los dirigentes chinos, o con Bush mismo. Un desalmado de baja estofa que no alcanzaba los estándares internacionales que a otros colegas les daban una aureola de atracción. Aun así, se le convirtió en una bestia de exageradas proporciones que en su calidad de líder de los narcotraficantes nos iba a destruir a todos. Había que actuar con rapidez y aplastarle, matando a un par de cientos, quizás a un par de miles, de personas. Devolver el poder a la minúscula oligarquía blanca —en torno al 8% de la población— y hacer que el ejército estadounidense controlara todos los niveles del sistema político. Y había que hacer todo esto porque, después de todo, o nos protegíamos a nosotros mismos, o el monstruo nos iba a devorar. Pues bien, un año después se hizo lo mismo con Sadam Husein. ¿Alguien dijo algo? ¿Alguien escribió algo respecto a lo que pasaba y por qué? Habrá que buscar y mirar con mucha atención para encontrar alguna palabra al respecto.

Démonos cuenta de que todo esto no es tan distinto de lo que hacía la Comisión Creel cuando convirtió a una población pacífica en una masa histérica y delirante que quería matar a todos los alemanes para protegerse a sí misma de aquellos bárbaros que descuartizaban a los niños belgas. Quizás en la actualidad las técnicas son más sofisticadas, por la televisión y las grandes inversiones económicas, pero en el fondo viene a ser lo mismo de siempre.

Creo que la cuestión central, volviendo a mi comentario original, no es simplemente la manipulación informativa, sino algo de dimensiones mucho mayores. Se trata de si queremos vivir en una sociedad libre o bajo lo que viene a ser una forma de totalitarismo autoimpuesto, en el que el rebaño desconcertado se encuentra, además, marginado, dirigido, amedrentado, sometido a la repetición inconsciente de eslóganes patrióticos, e imbuido de un temor reverencial hacia el líder que le salva de la destrucción, mientras que las masas que han alcanzado un nivel cultural superior marchan a toque de corneta repitiendo aquellos mismos eslóganes que, dentro del propio país, acaban degradados. Parece que la única alternativa esté en servir a un estado mercenario ejecutor, con la esperanza añadida de que otros vayan a pagamos el favor de que les estemos destrozando el mundo. Estas son las opciones a las que hay que hacer frente. Y la respuesta a estas cuestiones está en gran medida en manos de gente como ustedes y yo.
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Primer Plano : Once Tv

"Los panistas aceptan que su gobierno miente a la población"
Para que vean cómo los panistas se hacen los que la virgen les baja a dar consejos, abiertamente sin pudor dicen que son mentiras edificantes. Saben que son narco políticos...
discusión indefendible
LEONARDO CURZIO GUTIERREZ: Y la otra, imagínate al Presidente decir: a ver, en democracia la corrupción va a seguir igual, y los jueces se van a seguir vendiendo. Dices, bueno sí hay mentira edificante. Claro, tú y yo sí, pero estás muy duro.
MARIA AMPARO CASAR: Pero tampoco podemos caer en el otro extremo de decir cualquier cosa, que cualquier acción que es del gobierno es una mentira edificante.
LEONARDO CURZIO GUTIERREZ: María Amparo, pero a ver una pregunta: ¿tú crees que el narcotráfico se va a lograr detener?
MARIA AMPARO CASAR: En estos seis años no.
LEONARDO CURZIO GUTIERREZ: Fox tuvo éxito en descabezarlo. Ahora Felipe Calderón está teniendo éxito en contener ciertos fenómenos; es una cabeza de mil hidras y resurgirán nuevas organizaciones…
FRANCISCO JOSE PAOLI BOLIO: De docencia, de…
LEONARDO CURZIO GUTIERREZ: El Procurador no nos va a decir eso. Es como si el Papa dijera que ya no hay pecado.
JOSE ANTONIO CRESPO MENDOZA: Que no existe Dios.
MARIA AMPARO CASAR: Pero una cosa es una mentira edificante y decir bueno lucha sin cuartel y demás. Felipe Calderón como no lo hizo Fox tampoco en su momento, nunca nos ha dicho que va a terminar con la delincuencia organizada ni con el lavado de dinero. No, que lo va a combatir y lo está haciendo. Ahora, no podemos partir más allá...
JOSE ANTONIO CRESPO MENDOZA: Pero Eduardo Medina Mora sí dijo que es ganable. No puede decir otra cosa, pero nosotros suponemos.
LEONARDO CURZIO GUTIERREZ: Nosotros sí podemos creer que no es ganable.
MARIA AMPARO CASAR: …no, pero es que no es nada más de que podamos los analistas, es de lo que significa esta premisa José Antonio. Es cierto que no es ganable, pero esto no puede llevar a la inacción por parte del gobierno. Una cosa es que no sea ganable y otra cosa es que no puedas combatir e ir aminorando, porque si Inglaterra hubiera dicho “el combate a la pobreza no es ganable en el siglo XVII, bueno sí hay…”
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Fecha : 8/1/2007
Síntesis : Se presenta la versión estenográfica dividida en tres bloques.
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En este programa participaron 4 analistas,
  • Maria Amparo Casar,
  • Francisco Paoli Bolio,
  • Leonardo Curzio Gutiérrez,
  • José Antonio Crespo Mendoza
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AUDIO del programa








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Sergio Aguayo Quezada

El drama panista

La condición humana se manifiesta en la reacción desencadenada por el contacto con, y en el ejercicio de, el poder. Es frecuente que se desafinen las fibras éticas tal y como ha sucedido con el Partido Acción Nacional (PAN).

El 17 de diciembre de 2006 el PAN instaló 120 casillas en Yucatán para que los 12 mil y pico de sus militantes en esa entidad pudieran seleccionar a su candidato a gobernador para los comicios del próximo abril. Hubo un trío del cual escoger: Luis Correa Mena, Xavier Abreu Sierra y Ana Rosa Payán y de los 10,748 militantes que se acercaron a las urnas, el 52% votó por Abreu (cercano a Felipe Calderón), el 38% por Payán y el resto por Correa Mena. Aunque los 14 puntos de diferencia entre primero y segundo son una pesada e inapelable losa, Ana Rosa desafió los pronósticos y la lógica al exigir la anulación de las primarias. Ana Rosa es panista desde hace 23 años y durante ese tiempo aprendió a perder y a ganar elecciones. Es una política veterana con tan sólida trayectoria de compromiso cívico y social que cuesta trabajo colgarle el sambenito de “berrinchuda”. El tamaño de su perfil impone la pregunta: ¿qué está pasando dentro de un partido cuyos militantes se enorgullecían de ser tachados como los “místicos” del voto y la limpieza electoral? En entrevista telefónica, Ana Rosa Payán detalla la evidencia sobre la “intimidación, las amenazas y la compra de votos” empleados por al menos una parte de la pesada estructura gubernamental panista para favorecer a Xavier Abreu. Si el estado no hubiera intervenido, dice Payán, ella hubiera ganado la elección.

Una y otra vez insiste en lo irritante y doloroso que le resultó constatar que el PAN repitió las actitudes y las políticas propias de los fraudes priistas. Las frases que mejor capturan la esencia de su opinión y estado de ánimo aparecen en un par de columnas publicadas por Diario de Yucatán el 28 y 29 de diciembre de 2006: en lugar de deslumbrar por el “blanco maravilloso” y el “azul profundo” se presentó en el escenario un “PAN desteñido y tricolor” con olor a “despensa, a dádiva, a presión o amenaza”. Payán presentó sus quejas ante las instancias partidistas locales que las desecharon, lo que en opinión de Payán “era predecible..., porque en todo el proceso (el PAN estatal) actuó de manera parcial a favor de Xavier Abreu”. Esta semana se reunirá en el Distrito Federal con el Comité Ejecutivo Nacional de 42 integrantes, ante el cual presentará sus argumentos. Fuentes panistas cercanas al caso me confirman la preocupación existente porque sí hubo irregularidades en Yucatán, porque el asunto se imbrica con la fractura entre Calderón y Espino, y por el riesgo de una ruptura en uno de los principales bastiones panistas. El asunto trasciende Yucatán, porque según Ana Rosa las “prácticas observadas en Yucatán se reproducen en diversos estados y municipios”. Es tan grave su diagnóstico, que la yucateca decidió romper con la costumbre panista de lavar lo percudido dentro de casa y, amparándose en la “verdad” y la “transparencia”, está dando una pelea por su causa y porque piensa que su partido “está en un punto de quiebre y debe rectificar y corregir ese tipo de prácticas”.

Desde esa perspectiva, el PAN estaría pagando las consecuencias de una crisis iniciada hace casi dos décadas. Para Ana Rosa, los primeros 50 años de su partido fueron de un “romanticismo extraordinario”. En 1989, y en plena celebración del 50 aniversario, “ganamos en Baja California y a partir de ahí siguieron los triunfos en todo el país. En 1990, el PAN empezó a recibir dinero público (enormes cantidades añade el columnista) y llegaron militantes interesados, sobre todo, en cargos, negocios y dinero. La combinación de dinero, poder y triunfos —remata— fue distorsionando la ética pública” de un sector de la militancia que abandonó principios, mientras repetía una y otra vez, cual monjes tibetanos, el mantra de que “el fin justifica los medios”. El drama del PAN es parte de una crisis sistémica de la política mexicana que tiene entre sus principales causas el exceso de dinero público entregado a los partidos, los ríos de recursos privados que fluyen a los comicios y el deseo de triunfar a cualquier costo. Prosperan los decididos a jugársela con todo por el candidato. La legalidad existe para sacarle la vuelta y buscar sus puntos débiles. Todo se racionaliza diciendo que es la única forma de ganar en la política o inventando sofismas, como asegurar que lo normal en el mundo son las campañas negativas en televisión que vimos en la presidencial del año pasado (son comunes en algunos países y están prohibidas en otros).

Lo anterior es en buena medida posible porque los árbitros se contentan con la aplicación laxa de la norma y porque les importan poco virtudes tan etéreas —y al mismo tiempo tan indispensables— como la justicia o la democracia. Sigue entonces que el partido gobernante está poniendo todo su peso y recursos para que su favorito se alce con la victoria. Lo sucedido en Yucatán ya pasó en otras elecciones locales, ya lo vimos en las presidenciales de 2006. Quienes pierden tienen la opción de quedarse callados y prepararse para la próxima o protestar como pueden. Sea cual sea el desenlace del caso Payán, lo más probable es que en Yucatán veremos una campaña y elección de baja calidad democrática. El PRI husmea la posibilidad del triunfo y se lanzará por él; el PAN ya demostró de lo que es capaz para mantener el poder. Así terminó el tan temido choque de trenes. Eso es sólo el comienzo; en 2007 tendremos 14 elecciones locales y en Oaxaca, Veracruz y Baja California, entre otras, reviviremos variaciones de la misma tonada. El año pasado recibí centenares de cartas criticándome o injuriándome porque ponía en duda la pureza virginal de las elecciones presidenciales. Yucatán me reivindica más pronto de lo esperado porque lo que sostuve entonces, y sostengo ahora, es que la calidad de la democracia mexicana ha sufrido un grave retroceso pues se perdió la certidumbre en los resultados y eso lleva a la inconformidad de los derrotados.

Eso le pasó a Andrés Manuel López Obrador, eso le está pasando a Ana Rosa Payán, eso le seguirá pasando a muchos y muchas más. Yucatán es otra puesta en escena del drama popularizado en el último sexenio: Del Olimpo al arrabal. La triste historia de una democracia de ínfima calidad.
sergioaguayo@infosel.net.mx

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AUDIO : Temas de Economia

  • Francisco Gil Diaz, el escándalo de su alteza serenísima, el terrorista aterrado, ayer le tocó vapuleada mediática a Gil Diaz, regaño y balconeada porque le hicieron una lista de todos sus traficos de influencias. La inflación fue superior a la esperada. Economía pegada con alfileres. 70 millones afectados por el alza de precios, Los señores del PAN no saben cómo vive la gente, a ellos sólo les interesa su casa de campo y su corbata. La nacionalización de telefonos y electricidad en Venezuela.
  • Entrevista a Francisco Martín Moreno autor del libro MEXICO ANTE DIOS (un clérigo le da la razón)...
de la A a la Z con Abraham Zabludovsky, 1290 am, Radio 13, 6 de la tarde









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martes, 9 de enero de 2007

Hector Aguilar Camin

PUBLICRACIA
acamin@milenio.com

El gobierno federal tendrá 701 mil 815 horas de tiempos oficiales en radio y televisión, nos informa MILENIO. Es una horrenda noticia. La promesa de un desfile monstruoso.

Durante setecientas mil horas del año, televidentes y radioescuchas recibirán algunos de los mensajes más inútiles y huecos de la publicidad mexicana. Mentir y exagerar va con el oficio publicitario. También enganchar, sorprender, seducir. En la publicidad oficial tendremos sólo la primera parte de la fórmula, con cuidadoso ahorro de la segunda. Mentiras solemnes, hechos virtuales, lemas demagógicos, basura institucional. Al dispendio en especie de los tiempos oficiales, habrá que agregar el dispendio en dineros públicos con que el gobierno compra tiempo en los medios. El año pasado fueron casi tres mil millones de pesos del gobierno federal, aparte el gasto de partidos, precandidatos y gobiernos estatales. Es una fortuna gastada en promover políticos y gobiernos en una lógica esférica de autoservicio. No hay en esos muchos milenios de horas y millones sino unas pocas cosas que interesan, sirven o mejoran a los ciudadanos. Todo es servicio y elogio del emisor.

Los políticos han descubierto que los medios masivos venden todo, incluso sus mensajes precerebrales. Saben bien que si no acuden a esa competida ágora pública, pierden presencia y poder. Anunciarse es, de algún modo, gobernar. Quien se sale de la pauta publicitaria se sale del mercado político. Ésta es la realidad de nuestra publicracia. El presidente Calderón ha dado muestras de que en esto repetirá a su antecesor. El antecesor podría demostrar que se sostuvo en sus índices de popularidad porque se anunció. Ningún político dejará de anunciarse mientras sus competidores puedan hacerlo. Hay que sacarlos a todos del mercado publicitario para que no necesiten de él y para que sus competidores no les ganen deslealmente por ausencia. Para ello habría que prohibir la publicidad política en medios masivos, en todos los niveles de gobierno, en toda la república. Y destinar la fortuna que se gasta hoy en eso a mensajes que completen la escuela, que mejoren los valores cívicos de la gente, sus conductas familiares, educativas, sanitarias, sexuales, económicas… Cosas que sirvan a la vida real de los ciudadanos, no a la imagen publicitaria de sus gobernantes.


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Marcela Gomez Zalce

A PUERTA CERRADA
Marcela Gómez Zalce
mgomez@milenio.com

El miedo en Nuevo Léon no anda en burro
• La pesadilla de los retenes…
• Señales celestiales


No se pueden realizar, mi estimado, dos políticas al mismo tiempo. El simpático asunto de los megaoperativos, whatever, en diversas entidades del país ha encendido algunos focos amarillos que, de seguir el mismo acelerado ritmo se convertirán, inevitablemente, en focos rojos. ¿Por qué? Sencillo. Como ilustre ejemplo, my friend, está la curiosita operación en los terruños de Jorge Hank Rhon que ya comenzó a dividir a la sociedad en Tijuana, donde no faltan quienes afirman que la medida es espléndida por el ataque frontal al narcotráfico y otra gran mayoría comienza a percibir las inmensas complicaciones en la vida diaria gracias a las revisiones profundas y temerarias a las que la ciudadanía es sometida cada vez que se encuentra con uno de esos divertidos retenes, pues.

Este tipo de delicadas acciones tendrán un efecto boomerang no sólo sobre la irreflexiva administración de Calderón, sino que de pasadita se llevará entre las patas a nuestras fuerzas armadas, que como institución cuentan, for now, con altos índices de credibilidad, y serán los que pagarán los costos de los fracasos en materia de esta mediática estrategia contra el organizado (y desorganizado) crimen. Al entrar a la ciudad de Tijuana, amable lector, la cantidad de elementos de los célebres mAFIosos y de la Armada de México provocan una interminable hilera de vehículos donde la serie sucesiva de preguntas, aunados a una revisión exhaustiva, hace preguntar al entretenido respetable si el combate contra el hampa no debería ser producto de la información generada en las áreas de inteligencia. Da la impresión de que estos revoltosos disfuncionales no tienen definidos con exactitud sus blancos y se pretende marear a una sociedad con operativos espectaculares —con brochazos electorales— donde no hay un plan maestro sobre los fines y resultados esperados. Bad forecast… no to say shit happens.

Sobre todo porque, con la simpática pena, la vara federal con que se mide Tijuana no fue la misma con la que se midió la entidad (des)gobernada por el gobernador Lázaro Cárdenas en Michoacán. El desarme de las policías municipales de Hank Rhon —asociada a la divertida investigación de pruebas balísticas para someter a un extenuante ejercicio de responsabilidades por las ejecuciones— ya hizo que el gobernador de Nuevo León, Natividad González Parás, a raíz del asesinato de uno de sus comandantes en manos de sicarios de la delincuencia organizada hace unos días, entrara en almost a panic attack y se curara rápidamente en salud, anunciando ayer su propio operativo con sello (familiar, por supuesto) de la casa. El meollo de fondo, my friend, es que (porfis) no vayan a llegar y desarmen a su policía… quizá porque las presiones de algunos oscuros mensajeros ya pusieron a varios en el estado a girar en su propio eje y con esto de que Felipe y su Gymboree andan entusiasmados jugando a los soldaditos —pese a las señales de alerta encendidas en varios tableros here & there— no vaya a ser que en la Sultana del Norte encuentren los cables de una amplia tenebra que, conectados a la Baja California de Eugenio Elorduy, desaten los enloquecidos demonios en esta guerra… sin brújula… sin táctica... y carente de todo procedimiento reconocido en los manuales básicos internacionales de inteligencia…

Por la Mirilla

Puntual a sus citas “estratégicas” en nuestro país, el Nuncio Justo Mullor, presidente de la Academia Pontificia, pasó las fiestas decembrinas en Cuernavaca en una habitual y específica residencia conocida como (favor de aguantar las carcajadas) la Nunciatura alterna en México. ¿La ocasión del celestial brindis?. La celebración del triunfo de ¿su chistoso grupito? en la directiva de la CEM además de que, aprovechando el viaje, preparar los muy próximos relevos de tres arquidiócesis en favor de la triple A (no sea mal pensado y siga leyendo): Arizmendi en San Cristóbal para Jalapa… Aguiar de Texcoco para Puebla… y Alba de la Paz para Tlalnepantla… y para cerrar con una divina (y discreta) cereza, my friend, parece inminente el traslado del talentoso Nuncio Guisseppe Bertello a otra posición.


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notas : Represion Acoso censura : fecalidades expuestas

Las marranadas contra el pueblo de México, sin faltar las lambisconerías con los poderosos del dinero, ¿Qué más se le puede pedir al pelele felipe calderón?, su tacto para seguir con los agravios, es infinitamente más despreciable que el de Fox. FeCal Espurio Ladrón e inepto. Fantoche. No acepto el fraude FeCal. AMLO Presidente.
La diplomacia será sin promoción personal ni estridencias: Espinosa
JOSE ANTONIO ROMAN
La nueva política exterior de México será sin estridencias, sin afanes protagónicos ni promoción personal, e impulsará primordialmente el tema económico y comercial, dibujó ayer la canciller Patricia Espinosa Castellano, primero al inaugurar la 18 reunión de embajadores y cónsules de México y, posteriormente, en una su primera conferencia de prensa, en la que a pregunta expresa, dijo "no tener en mente" el número de migrantes muertos en 2006 en la frontera con Estados Unidos.
Contactos para restablecer lazos con Caracas
José Antonio Román
Admite la SG que suspendió programa sobre la toma de protesta de AMLO
ALMA E. MUÑOZ
La Secretaría de Gobernación (SG) admitió que suspendió la transmisión, el viernes pasado, del programa perredista Toma de protesta del presidente legítimo de México, Andrés Manuel López Obrador, por "fallas técnicas y normativas".
Comienza emisión televisiva del ex candidato a la Presidencia
MATILDE PEREZ U.

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"La jerarquía católica del país busca limpiar el nombre de Rivera Carrera"
ALMA E. MUÑOZ Joaquín Aguilar, el principal demandante del cardenal Norberto Rivera en la Corte Superior de Los Angeles, acusó a la jerarquía católica mexicana de seguirle el "juego" al prelado para tratar de minimizar los delitos que se le imputan, relacionados con el encubrimiento del cura Nicolás Aguilar Rivera, que enfrenta denuncias de abuso sexual a menores.
El escándalo público, arma contra cura fugado, dicen arquidiócesis
ALMA E. MUÑOZ
Al menos 15 hombres detenidos en Oaxaca sufrieron abusos sexuales
EMIR OLIVARES ALONSO Algunos de los hombres detenidos en Oaxaca y posteriormente trasladados al penal federal de Tepic, Nayarit, fueron violados sexualmente y obligados a realizar sexo oral a los policías, denuncia Christian Cebolledo Gutiérrez, uno de los aprehendidos el pasado 25 de noviembre y que aún sigue en prisión, en un testimonio con el que cuentan sus familiares.
Gobernación provoca que la lucha "se reactive", advierte la APPO
ALMA E. MUÑOZ , EMIR OLIVARES , OCTAVIO VELEZ REPORTEROS , CORRESPONSAL
Con los neoliberales se fue perdiendo la identidad del PRI, lamenta Murat
CIRO PEREZ SILVA La realidad del PRI, como tercera fuerza política, lo obliga a transparentar y equilibrar el proceso de sucesión de la dirigencia, particularmente cuando "algunos integrantes del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) y otros con altas responsabilidades" busquen sumarse a "los sectores más radicales o conservadores de la derecha", advirtió el consejero político, José Murat, quien llamó a sus correligionarios a rescatar los valores perdidos del tricolor.
"Las gallinas están de moda y no los gallos"
Martín Sánchez
Cuba, sin visos de inestabilidad: experto de la Uia
MARIANA NORANDI

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El periodista José Gutiérrez Vivó pide amparo, ante acoso de agentes de la AFI
ALFREDO MENDEZ ORTIZ
El comunicador José Elías Gutiérrez Vivó, director general de Grupo Monitor, considera que su libertad está en riesgo, y por ello pidió un amparo contra cualquier orden de aprehensión que pudiera haber solicitado la Procuraduría General de la República (PGR), informaron ayer fuentes gubernamentales.
Rechaza el comisionado del IFAI que por presiones retirara demanda
ELIZABETH VELASCO C.
México y EU revisarán en breve temas de seguridad, en especial la lucha antidrogas
JOSE A. ROMAN , ALFREDO MENDEZ
Los gobiernos de México y Estados Unidos revisarán en los próximos días los principales temas de seguridad, principalmente la lucha contra el narcotráfico, con la visita que el procurador general de Justicia estadunidense, Alberto González, realizará este jueves a territorio nacional.
Nombrarán hoy subsecretario de Asuntos Jurídicos en la SG
Urge pacto de Estado en el combate a cárteles: diputada
Ciro Pérez
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Se mantiene el grave rezago en los salarios mínimos profesionales
PATRICIA MUÑOZ RIOS Los salarios mínimos profesionales que entraron en vigor el primero de enero de este año establecen que, por ejemplo, un maestro en escuelas primarias particulares deberá devengar un sueldo de 76 pesos diarios, es decir 2 mil 280 mensuales.
Empresas recurren al outsourcing para evadir responsabilidades
PATRICIA MUÑOZ RIOS
Comparecerán titulares del Trabajo y Economía sobre el caso Pasta de Conchos
Ciro Pérez Silva El presidente de la comisión especial para conocer las responsabilidades y origen de la tragedia de la mina Pasta de Conchos, Yerico Abramo Masso, informó ayer que el secretario del Trabajo y Previsión Social, Javier Lozano Alarcón, comparecerá el martes 23 o miércoles 24 del presente mes; en tanto que el titular de Economía, Eduardo Sojo Garza Aldape, lo haría una semana antes, probablemente, el 16 de enero.
Plazo a Air Madrid para responder requerimientos Notimex
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AUDIO : Temas de economia mexicana

Con A. Z. de la A a la Z radio 13 1290 de am, 8 enero 2007
Recuerden que Abraham Zabludovsky, "le tira muy duro" a la izquierda pero no es idiota... y a veces sus programas son muy divertidos.
La euforia del año nuevo solamente duró 2 días, los altos precios borraron el aumento al mini salario, tortillazo 15 pesos el kilo, cebollazo y bajaron el precio del petroleo. El audio de las declarciones de Hugo Chavez, este audio no se lo pueden perder, si ya lo escucharon, es el famoso "pendejo, de la pe a la o" al secretario de la OEA, ¡¿Qué haríamos sin Hugo Chavez?! Venezuela vive su propia realidad y su pueblo lo apoya y está contento. Dolar en 10.94, Chavez le propinó golpe a TELMEX, APPLE anuncia nuevos productos, Problemas para los sa-cerdotes pederastas, encuentran células madre en liquido amniotico, y en México sólo se imponen los retrógrados, Resistencia ante el capitalismo la globalización y la deshumanización...








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"Porque la noticia no descansa pero nosotros si" la verdad sea dicha

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La verdad sea dicha : AMLO : TV

Andrés Manuel López Obrador
E MAIL laverdadseadicha@gobiernolegitimo.org
Todos los Martes 1 de la mañana, por azteca 13, tv azteca.
Inicia la emisión televisiva "La verdad sea dicha" del Gobierno Legítimo de México
México, Distrito Federal
VIDEO
CONDUCCIÓN : DOLORES HEREDIA
SECCIONES : NOTI-CREAS con "CARLOS LOARÉ DE MOLE"

Testimonio de los familiares de los presos políticos en Oaxaca
Cómo ser representante del gobierno legítimo
Entrevista a Andrés Manuel López Obrador Presidente legítimo de México
al final del programa se hace público el costo del programa (220 mil pesos aprox)
ESTUVO BUENISIMO, LA PURA VERDAD DICHA CON TODAS SUS LETRAS
(una bola de ojetes los "cuenta noticias" de televisa como Carlos Loret de Mola)
...Y SONRIE PORQUE VAMOS A GANAR


http://video.google.com/videoplay?docid=8276900290887802042

* Para romper el cerco informativo en los medios de comunicación, en el informativo se llamarán a las cosas por su nombre * Con duración de media hora, el programa será semanal y la conducción estará a cargo del cineasta Luis Mandoki

El Gobierno Legítimo de México difundirá las acciones que realiza a favor de los ciudadanos y las actividades del presidente legítimo, Andrés Manuel López Obrador, en el programa de televisión La verdad sea dicha, que se transmitirá a partir de esta noche y todos los martes, a la una de la mañana, en el Canal 13 de Televisión Azteca. Bajo la conducción del cineasta Luis Mandoki, durante los 30 minutos de cada emisión semanal se ventilarán asuntos como los aumentos en cascada en productos básicos que autorizó el gobierno espurio y el presidente pelele, para mantener en la pobreza a millones de mexicanos. En el espacio informativo, ha expresado López Obrador, “se van a llamar a las cosas por su nombre y se va a romper el cerco informativo” que le han impuesto al presidente legítimo en los medios de comunicación, a partir del fraude electoral del pasado 2 de julio.

Las iniciativas que presentarán los legisladores del Frente Amplio Progresista, integrado por los partidos de la Revolución Democrática, del Trabajo y Convergencia, así como los principales temas de interés nacional, se abordarán en cada programa, que contará con la participación de los secretarios del Gobierno Legítimo, invitados especiales, escritores, politólogos, historiadores y los moneros José Hernández “Hernández”, Antonio Helguera “Helguera” y Rafael Barajas “El Fisgón”, entre otros. Durante la transmisión televisiva se explicará que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público –la entidad responsable del manejo del presupuesto federal— está en manos de un grupo al servicio de los banqueros y no actúa en función del interés general.

Por ejemplo Francisco Gil Díaz apenas terminó su gestión al frente de Hacienda y, en abierta violación a la ley, pasó de inmediato a ocupar un puesto en una de las instituciones financieras favorecidas con el rescate bancario y que reciben millonarios recursos cada año, por concepto de pago de intereses. Sin embargo, la normatividad establece que los ciudadanos que laboraron en el servicio público deben esperar por lo menos un año para poder incorporarse al sector privado. En la transmisión televisiva La verdad sea dicha también se invitará a los ciudadanos de las 32 entidades federativas a convertirse en representantes del Gobierno Legítimo de México y el trámite lo podrán realizar en los módulos de registro que se instalarán en los estados que visitará el presidente legítimo Andrés Manuel López Obrador.
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lunes, 8 de enero de 2007

Primer Plano : Once Tv

"La sociedad mexicana es muy injusta"
¿No les da vergüenza ser parte de televisa - tv azteca?... son usados para atacar sus propios intereses como ciudadanos, los utilizan para generar odio, la opinión pública así se manipula, la información es falsa e incompleta. El único consuelo que me queda, es que los de derecha siempre se van con la finta, y cuando se dan cuenta de su pendejez ya es demasiado tarde... fijense bien quienes son los que no pueden dejar de ver las porquerías que transmite televisa, y luego me dicen quien es el jodido pendejo... ¡para atacarse de risa! la clase media que lo pierde todo y sigue votando por el PAN, solamente un bruto sigue apoyando a los pederastas de la clase "cucurucho religiosa" calderón está coludido con la delincuencia, ¿qué necesita? que haya gente sin "protección" dividida pues, para matarla, desaparecerla o imputarle delitos y hacerse publicidad con falsedades. ¿y tú, eres de derecha mocha y capitalista? Ese barquito ya se les hundió fecales...


MÉXICO, D. F., 01 DE ENERO DE 2007.
VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LAS OPINIONES Y COMENTARIOS EXPRESADOS POR FRANCISCO JOSE PAOLI BOLIO; JOSE ANTONIO CRESPO MENDOZA; LEONARDO CURZIO GUTIERREZ; Y LORENZO MEYER COSSIO, DURANTE LA TRANSMISIÓN DEL PROGRAMA “PRIMER PLANO” DE XE IPN TV CANAL ONCE DE TELEVISIÓN.

ONCE tv © : Primer Plano
Fecha : 1/1/2007
Síntesis : Se presenta la versión estenográfica dividida en tres bloques.
Consulte : [ Bloque 1 ] [ Bloque 2 ] [ Bloque 3 ]
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LORENZO MEYER COSSIO: Pues muy bienvenidos a este primer programa del 2007. Sabemos que las condiciones de la fiesta de celebración del año nuevo han hecho que quizá la atención no esté en su mejor momento. Pero ya que llegó aquí, no se nos va a ir. En esta ocasión hemos decidido que el programa se centre en las posibilidades del futuro inmediato; las posibilidades en los temas económicos, políticos, sociales, internacionales.
Queremos iniciar el programa hablando de la política que es básicamente la esencia de este programa. En materia de predicción del futuro las ciencias sociales, pero sobre todo la ciencia política, es muy mala. Nunca, casi nunca acierta, pero de todas maneras lo vamos a intentar. ¿Cómo vemos el futuro inmediato de México? Bueno, en mi caso particular no lo veo de manera brillante, lo veo muy difícil. La promesa en el año 2000 fue la de llevar a México por el sendero de la modernidad política y de la democracia; de la democracia sobre todo electoral, pero política en general que requiere un consenso básico de la sociedad: la idea de que el adversario, el que está frente a uno en materia política, lo es temporalmente; que con el se puede diferir pero también se tiene que negociar y que desde luego no se le debe de eliminar; aspirar a eliminar a alguien en un mundo democrático –salvo que sea un criminal- es atentar contra el espíritu de la democracia. Bueno, en este arranque del nuevo sexenio yo veo al espíritu de la democracia bastante abatido.
El resultado de la elección fue un quebrar las posibilidades del avance concertado en el proceso de desarrollo político de México. En particular el PRD y su líder en ese momento, Andrés Manuel López Obrador, se han distanciado del gobierno en donde el PRI sigue siendo como en el pasado, un aliado potencial del PAN. Pero en un gobierno PAN-PRI en el futuro inmediato queda de todas maneras ese espacio abierto que le correspondería a la izquierda. Se ha polarizado mucho la situación mexicana, creo que sí se puede hablar de izquierda y derecha ahora como no se podía hablar durante la época del PRI, donde se suponía que todos estábamos en un gran centro. Ahora la sociedad está, políticamente hablando, en los polos o hay dos polos, no está nada más en esos dos polos; hay dos polos que tienen una visión ideológica del mundo, una visión ideológica de su papel en el proceso político mexicano y no se encuentran. Entonces, ¿cómo va a evolucionar la política mexicana partiendo de este desencuentro que no estaba programado hace seis años, pero que ahora es una realidad fundamental? Ese es el desafío que tenemos, que tiene la clase política y desde luego nosotros como ciudadanos. Son niveles distintos. La responsabilidad es superior en quienes están al cargo de la conducción política de México, pero nosotros también como ciudadanos, ahora sí un poquito más activos que en el pasado, tenemos que asumir este hecho de la división o la polarización de la política mexicana.
Y eso lo dejo en la mesa.

LORENZO MEYER COSSIO: Bueno, desde parte de la izquierda la observación, después de la forma cómo perdió las elecciones, queda un enorme elemento de pesimismo y de resentimiento; circula la idea de que podemos regresar al pasado autoritario. Creo que la posibilidad de un regreso a lo que vivimos es imposible, porque las circunstancias que dieron lugar al autoritarismo más longevo, perfecto del mundo en el siglo XX ya no están presentes, es imposible. Pero sí veo una democracia imperfecta y sobre todo una democracia oligárquica. Hasta este momento nada lo desmiente. La alianza que se hizo entre el partido que finalmente tiene la Presidencia, que venció formalmente las elecciones del año pasado y los intereses fácticos que no han sido tocados, da la posibilidad de una democracia que quede en el corazón de ella, la protección de la oligarquía que es evidente que ahora está tomando las riendas de la economía, de la cultura, de la política. Una democracia así en un país pobre no puede ser una democracia que se consolide y quede aceptable para nosotros.

LORENZO MEYER COSSIO: Bueno, el tema de la relación con el exterior es un tema que a mi juicio ha estado cojo desde hace un buen tiempo, porque no hay un proyecto, un gran proyecto mexicano frente al exterior. En el anterior y que fue bastante exitoso, producto de la Revolución Mexicana, era mantener una distancia frente a Estados Unidos; una distancia relativa. En la medida en que estuviera esa distancia el interés nacional quedaba cubierto. Esa fua durante decenios la línea vertebral que llevó nuestra política no solamente exterior, sino nuestra política económica que era parte de la política exterior. Cuando eso cambia, cuando viene el Tratado de Libre Comercio, no hay una gran visión y desde luego no la hay en este momento: qué es lo que México quiere ser en relación con el resto del mundo, pero sobre todo en relación con Estados Unidos, porque ese es el norte de nuestra brújula, querrámoslo o no. No hay una definición clara.
Hace no mucho tiempo una serie de expertos se reunieron para tratar lo que le llamaron el Tratado de Libre Comercio II o el TLC Plus. En esto un profesor norteamericano, Robert Pastor, era muy vehemente y señalaba que había qué hacer, realmente inyectarle energía al TLC, inyectarle dinero, hacer un gran fondo con contribuciones mexicana en primer lugar, norteamericana y canadiense, y que éstos fondos fueran a dar lo que nos urge: la gran construcción de infraestructura, de carreteras, aeropuertos, puertos y ferrocarriles hacia los Estados Unidos, hacia nuestro mercado natural. Lanzó esto con gran entusiasmo. No ha habido ni una sola respuesta por parte ni de México ni de los otros dos países. Nuestra visión del futuro está hasta ahora concentrada en administrar el presente, en ver qué hacemos con los indocumentados y en cómo arreglamos el problema del narcotráfico, cómo mantenemos nuestra relación más o menos en equilibrio con Estados Unidos. Pero no hay una gran idea sobre qué hacer con nuestro país en relación al futuro ya sea a mediano o de largo plazo.
En contraste, y vuelvo a uno de mis ejemplos favoritos: China, ellos sí que tienen una visión de futuro; ellos saben que ahorita tendrán muchos problemas y tienen unos pies todavía de barro, pero el proyecto para el siglo XXI es realmente espléndido; piensan más o menos sobre pasar a los Estados Unidos en algún punto del siglo que ahora se inicia. ¿Un sueño? Bueno, con mil 600 millones de chinos y con la velocidad que lleva el crecimiento es posible que se materialice. Pero ¿cuál es nuestro sueño como país en relación al gran entorno internacional? No tenemos ninguno. Y en este caso es la élite política la que históricamente ofrece las posibilidades, es la que señala posibles rumbos; ya de la sociedad depende de si quiere o no quiere avanzar en este camino. Pero por ahora no tenemos ni de los intelectuales ni de la clase política que son los formadores de estas visiones, que a veces no se cumplen pero sirven para un propósito; sirven para generar entusiasmo, crear energía hacia esta gran incógnita que es nuestro futuro. En materia de política exterior no veo por ahora ninguna gran idea, ningún gran sueño y eso nos está haciendo falta Y mucho.

LORENZO MEYER COSSIO: Una de las grandes -iba yo a decir anomalías pero no es anomalía- retos sociales en México viene de nuestro origen histórico, del hecho de haber sido una exitosísima colonia y una colonia que para ser exitosa, era una colonia de explotación, necesitó dividir a los mexicanos claramente entre una gran mayoría que estaba a merced de las decisiones, de las políticas y de los intereses de una muy pequeña minoría y ésta minoría que se sintió sin ninguna responsabilidad en relación a ese mar, a ese universo social que la rodeaba. Esto fueron 300 años. Luego hemos andado otros 200 años y no se ha resuelto el problema.
La sociedad mexicana es una sociedad muy injusta y hay en estos tiempos, es nada más una apreciación, no está basado en ningún dato duro, pero me da la impresión de que cuando se fueron conformando los dos bloques políticos que ahora son los que alrededor de los cuales gira la vida pública de derecha y de izquierda, también fue surgiendo algo muy desagradable que creíamos, al menos yo creía que estaba ya muy disminuido, y es una actitud por parte de la minoría dominante hacia la mayoría de cierto desprecio, de cierto elemento cultural, racista que está por ahí, en donde el término -y eso quedó claro en los momentos más duros de la contienda del año pasado- los nacos, la mayoría y los otros que obviamente son una minoría además de todo racial desde hace mucho tiempo, nada más basta ver los sociales y ver quiénes son los que tienen en este país el dinero, para saber que también ahí sigue, persiste el elemento racial.
Insisto, estas son apreciaciones. Pero el corazón de nuestro problema social es reventar esa herencia y hacer que la sociedad mexicana en su mayoría se reconozcan unos a los otros como iguales, como miembros del mismo proyecto. Y en una situación en done la polarización es política, la polarización es de ingresos y esa polarización ha llevado a ciertos adjetivos en relación al otro, augura mal. Tenemos que hacer un gran esfuerzo por proveer la justicia social en un sentido sustantivo, porque si no, no tiene sentido el proyecto nacional. ¿Cómo va a haber una nación en donde hay tanta desunión, donde es más fácil para un grupo social identificarse con otro de sus iguales en un país extranjero, con los que son formalmente sus conciudadanos? Creo que hace ya mucho tiempo que esto nos ocurre, que debimos de haberlo resuelto; ya teníamos el tiempo para haberlo resuelto, fue las ganas de resolverlo en buena medida lo que produjo la Revolución Mexicana pero seguimos con este fantasma. Bueno, no fantasma, con este problema real en medio de nosotros.


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domingo, 7 de enero de 2007

Libro : Fidel Castro Máximo líder

Analizan en una biografía las posibilidades de Cuba luego de la era del líder
Fidel, vengador de las humillaciones sufridas por América Latina: De Villa

JUAN BALBOA
Portada del libro
Cuba vive uno de sus etapas más difíciles de su historia revolucionaria, de casi cincuenta años, asegura el periodista mexicano José de Villa autor, junto con el alemán Jürgen Neubauer, de un nuevo libro sobre la vida del presidente cubano Fidel Castro, y señala enfático: "La gran prueba de la revolución cubana vendrá a la muerte de Castro". De Villa considera que el mandatario cubano es, sin duda, el estadista más importante del siglo XX junto con Vladimir Ilich Ulianov, más conocido como Lenin. Puntualiza en la entrevista con La Jornada: "porque teniendo un pequeñísimo país, teniendo nada más que su visión política y su capacidad política, logra construir un sistema a 90 millas de Estados Unidos, y mantenerlo durante 10 presidencias estadounidenses, durante casi 50 años."Un solo hombre lo ha logrado, eso tiene un mérito tremendo. Es una historia de dignidad. Es el gran vengador de las humillaciones que hemos sufrido los latinoamericanos; es el gran reivindicador de las humillaciones que durante el siglo 19, el mismo siglo XX hemos sufrido los latinoamericanos. Ha demostrado ser un triunfador.
Ha demostrado que sí se pueden las cosas, a cambio de sacrificio, a cambio de voluntad política, disciplina y de capacidad mental para llevar una revolución a su culminación". José de Villa y Jürgen Neubauer hurgaron en archivos y libros sobre Fidel Castro y realizaron decenas de entrevistas con personajes relacionados con la historia de Cuba. El resultado fue el libro Máximo líder, Fidel Castro, editado en Alemania por Econ-Verlag a fines de 2006 y actualmente se encuentra en las librerías de Alemania y Austria la segunda edición. El libro fue recibido con una alta aprobación del público lector y de la crítica especializada por abordar de una manera sencilla la biografía general de Fidel Castro, así como los recientes 50 años en la historia del pueblo cubano y su lucha por defender la soberanía y la dignidad de la isla ante el embate furibundo de las pasadas 10 administraciones presidenciales en Estados Unidos; de Dwight Eisenhower a George W. Bush. En la entrevista, el periodista y escritor mexicano destaca que es sorprendente el número de referencias que existen en Internet sobre Castro, "el año pasado había en Internet unos tres millones de llamadas o referencias en todos los idiomas sobre el presidente cubano, puede ser la crítica de un libro o un libro, puede ser una conferencia del mandatario, o críticas en favor o en contra del líder, total más de tres millones de llamadas en Internet". Considera que la imagen de Castro ha provocado una revolución informativa.
En Máximo líder..., De Villa y Neubauer ofrecen al lector un repaso amplio y a la vez conciso de la vida y la carrera política del líder cubano, que arranca desde su juventud como hijo de un rico terrateniente y concluye con su lucha actual por su salud. Retratan a Castro como un político con noción intima de los usos del poder y describen con todo detalle esa noción que empieza a cristalizar cuando el hoy comandante comienza su ascenso desde las aulas estudiantiles hasta la conformación del Movimiento 26 de Julio, para llegar a convertirse en el líder verdadero de la lucha contra la dictadura de Fulgencio Batista. El libro concluye con un breve repaso de los posibles escenarios que, según varios analistas, podría vivir Cuba tras la muerte de Castro y enfatiza que junto con el comandante el otro gran actor, sine qua non, es el pueblo cubano.

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José Agustín Ortiz Pinchetti

Antimaquiavelo
El propósito de innovar


Este año cumplo 20 de publicar cada domingo en La Jornada (el único de los periódicos importantes que le ha abierto brecha al cerco mediático tendido en contra de millones que intentamos cambiar al país). Un artículo cada semana, más de 500, de dos a tres cuartillas, así que si las sumáramos, llegarían a ser más de 2 mil. Al repasar mi producción, veo que es un espejo sincero, aunque no siempre lúcido, de un proceso de transición política de los más contradictorios y lentos, el cual, con una pesadez elefantiásica, contradiciéndose a sí mismo, retrocediendo para recomenzar, abarca poco más de los 20 años en que he trabajado mis artículos dominicales. Estoy seguro que al iniciar 2007 dejamos atrás un territorio de la vida pública y entramos en otro. Queda atrás el enésimo fraude electoral en nuestra historia de fraudes electorales que se remonta al primero en 1826. Es difícil saber qué es más fuerte, si el vicio de trampear y de imponer la voluntad de unos en contra de los demás o la tozuda voluntad de los que resisten y quieren lograr la modernidad política. La política mexicana puede confundirse con el concepto vulgar del maquiavelismo, es decir, se caracteriza por la simulación, el engaño y la felonía alejados por completo de los cánones éticos. Lo que pretendemos quienes trabajamos con Andrés Manuel López Obrador es revertir esta forma de ver, vivir y practicar la política
Tenemos la firme voluntad y la esperanza de que no será con engaños, traiciones e incumplimiento de promesas como podremos construir un sistema político que abra las puertas del desarrollo, es decir, del crecimiento económico y del justo reparto de la riqueza, lo que es la única justificación de la democracia, la que según Churchill es el peor régimen, a excepción de los demás. Así es que a partir de ahora me propongo dejar atrás las sombras del sexenio anterior para hablar de una nueva tarea que no deja de tener destellos épicos: construir una fuerza popular lo suficientemente numerosa y coordinada para buscar el poder y cambiar las cosas para el bien de todos.
Es mi propósito renovar mis contenidos y mi estilo. Quiero decirles que no pierdo de vista la necesidad de conectarme con mis lectores, que en gran mayoría son favorables a nuestra causa, no para entusiasmarlos con un optimismo trágicamente irreal, sino para decir sistemáticamente la verdad y dar testimonio veraz de lo que nos vaya sucediendo a aquellos que emprendemos esta difícil y atractiva tarea. Con este buen propósito inicio el año y saludo cordialmente a mis lectores, a los que están con nosotros y a los que nos descalifican y nos niegan. Recuerdo siempre lo que dijo Juárez: "Los reaccionarios también son mexicanos".

jaop@prodigy.net.mx


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AMLO por television


Todos los Martes, 1 de la mañana




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Luchas en el Metro Chabacano

Exposición fotográfica, Lucha libre mexicana. hasta el 30 de enero.


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sábado, 6 de enero de 2007

Alumnos del IPN desarrollan “carne untable”

La última vez que se me ocurrió decir que hacía frio me llovieron los albures, ¡aay santo cielo que ni se me ocurra decir que hace hambre! ¡¡!! já
Estudiantes del Instituto Politécnico Nacional (IPN) desarrollaron pastas de carne que pueden untarse en pan o galletas, con la finalidad de ofrecer al público un alimento rápido, práctico y nutritivo. El producto está elaborado con carnes de pollo y cerdo, además de verduras, queso o tocino, y se les agrega crema de vaca y almidón modificado para obtener una consistencia cremosa, explicó Maribel Rosales Juárez, alumna de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas (ENBC) del Politécnico. Detalló que las pastas no tienen conservadores porque la carne se somete a un tratamiento térmico mientras que las verduras son tratadas con técnicas especiales, por lo que el producto tiene una vida de anaquel de una semana, pero se le puede adicionar algún aditivo para prolongar su almacenamiento. En su opinión, existen otros tipos de comida rápida, pero la mayoría de ellos no aportan los nutrientes necesarios para el adecuado funcionamiento del organismo, por lo que el untable que crearon no requiere de mucho tiempo para prepararse y es altamente nutritivo. Rosales Juárez explicó que planean elaborar otras variedades de su producto a base de atún y otras carnes y planean constituir una microempresa para comercializar el untable. Los alumnos de la ENBC que elaboraron el untable son Benly Liliana Ramírez Higareda, Flora Lozano Bautista, Aurora Grazzia Carmona Casazza y Juan Manuel Sánchez Cruz.
Por: Notimex Sabado 6 de Enero de 2007 | Hora de publicación: 13:01
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Itacate

Itacate
Cristina Barros y Marco Buenrostro
Mazapanes y rosca
PROPIOS DE ESTAS fiestas son los tradicionales mazapanes. El origen de la palabra es árabe, aunque hay numerosas hipótesis al respecto, varias de las cuales están ampliamente documentadas en Historia y leyenda del mazapán, libro coordinado por Javier Malagón y publicado con motivo de los 50 años de Mazapanes Toledo, casa fundada en México por el exiliado español Luis García-Galiano.
LOS MAZAPANES SE consumen en diversos países; recordemos el Mozart kügel austriaco, de pasta de almendra cubierta con chocolate.
EN LOS RECETARIOS mexicanos aparecen muy temprano, como es el caso del atribuido a doña Dominga de Guzmán. Ahí encontramos hasta siete recetas: mazapán común, mazapán real, mazapán de limón, mazapán de todo género de fruta y mazapán doble forrado; aparecen además las instrucciones para bañar todo género de mazapanes.
PARA ELABORAR EL mazapán común, se pelan de las cáscaras exterior e interior tres libras de almendras dulces que se enjuagan bien en un cedazo. Se muelen en metate bañándolas continuamente con clara de huevo para que no se aceiten. Ya que están bien molidas se les echa libra y media de azúcar clarificado "a la pluma".
PARA QUE SE mezclen bien las almendras y el almíbar, se revuelve todo con un cucharón; de este modo no se pegan en el fondo del cazo. Se sabe si el punto es el adecuado, cuando se pone un poco en el reverso de la mano y al sacudirla se despega por completo.
EN ESE MOMENTO se pone la pasta sobre una plancha de cobre, espolvoreando con azúcar tanto la plancha como la masa. Se deja enfriar y luego se extiende sobre una tabla limpia.
ENTONCES SE CORTA con moldes de diversas figuras y "con sutileza" se ponen sobre un papel para cocerlos. Se cuecen aplicando fuego por abajo. Una vez cocidos de un lado se voltean para que se cuezan del otro lado.
LA ROSCA DE REYES es medieval. Se dice que los señores feudales solían compartir ese día la rosca con sus súbditos. Al parecer, Francisco I, rey de Francia a fines del siglo XV y principios del XVI, le dio especial importancia a esta celebración.DE
ENTONCES DATA la costumbre de acompañar la rosca con una corona. Quien se saca el haba que estaba dentro de la rosca se convierte en rey y es coronado por ese día. El resto de los concurrentes sigue todos sus pasos diciendo: "el rey se ríe", "el rey camina", "el rey se levanta" y así sin cesar.
EL HABA SE convirtió en niño Dios en algún momento, ya sea en Europa o en México. De ahí estos versitos que cariñosamente nos hace llegar Teresa Castelló:EL NIÑO DIOS se ha perdido/en el cielo no aparece./Está en la Rosca de Reyes/escondido y aparece.
A PARTIR DEL siglo XVII, la llamada Gallete de Rois quedó registrada en un recetario, Le cuisinier francoise (1651). Se prepara para los días de reyes y es un pastel plano hojaldrado relleno de una crema especial de almendras conocida como frangipane; su origen es italiano. La presencia de la cocina italiana en Francia data de la época de Catalina de Medicis que al casarse con Enrique II llevó entre su séquito a numerosos cocineros y pasteleros.
marcri46@yahoo.com.mx
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Asi comenzó Asi terminará sin empleo

feli-pedo calde-rón cree que será tarea facil usurpar el poder, incauto inepto. ¿Empleo?, Esclavitud y explotación... Cuantos de los que votaron por el PAN perderán sus bienes, cuantos panistas de clase media terminarán viendo a sus hijos 5 minutos al día, pobres niños creen que su mamá es la nana... y digo, si es que hay mujer en el mundo que se atreva a poner los ojos en semejante gente clasista, machista y retrógrada. Las doñas panistas primero muertas que hacer parir su barriguita... ¡cotorros persignados!
Calderón "creará empleos a expensas de privatizaciones"
JUAN BALBOA
La fracción del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en la Cámara de Diputados aseguró ayer que el gobierno de Felipe Calderón intenta cumplir con su promesa de dar empleo a los mexicanos alentando la privatización del petróleo, la electricidad y la seguridad social."Verán ustedes una ofensiva del gobierno de Calderón para decir que sí se pueden crear empleos, siempre y cuando se privaticen la electricidad, el petróleo, la seguridad social. La condición que manejarán en los siguientes días, para enfrentar esta situación, es lo que ellos llaman reformas estructurales", adelantó el diputado perredista José Antonio Almazán. Afirmó que el gobierno federal abrirá aún más el camino a los inversionistas extranjeros, principalmente de Estados Unidos, en el terreno de los nuevos yacimientos de petróleo, otorgarán más permisos en materia de electricidad. "Es decir, para el gobierno de ultraderecha de Calderón, la creación de empleos pasa por la venta del patrimonio nacional", subrayó el diputado Almazán y recordó que todo país que mantenga el modelo neoliberal, como es el caso de México, está condenado a no dar empleo a sus ciudadanos. Recordó que unos 45 millones de mexicanos integran el universo de la población económicamente activa en condiciones de trabajar. De este total, 12 por ciento está desempleada. "Es decir, gente que ha ido incrementando ese nivel de desempleo que podría ser mayor. Pero esa gente se dedica al narcotráfico o a alguna actividad ilícita que le permita sobrevivir, o emigra".

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Tijuana : Mexicali : propaganda Fecal Militarizacion

“Golpe propagandístico”, la “militarización” de Tijuana
juan arturo salinas Tijuana, B.C., 5 de enero (apro).-

Como un “golpe propagandístico” del presidente Felipe Calderón, calificaron diversos sectores de la sociedad la Operación Tijuana que, entre otras acciones, incluyó ayer el desarme, por parte del Ejército mexicano, de más de 2,200 agentes de la policía municipal, para verificar si las armas fueron utilizadas para cometer delitos. La medida se tomó luego de insistentes rumores en el sentido de que las policías estatal y municipal están al servicio del narcotráfico, lo que fue negado ayer por el alcalde Jorge Hank Rhon, quien rechazó que la policía a su cargo proteja al crimen organizado.

Elementos del Ejército recogieron ayer armas cortas y largas, que fueron concentradas en la zona militar de esta ciudad, para establecer una base de datos y determinar si fueron usadas en hechos ilícitos. Por lo pronto, a tres días del megaoperativo implementado en esta ciudad, el gobernador de Sonora, Eduardo Bours Castelo, advirtió que el despliegue policial-militar lo único que provocará es el llamado “efecto cucaracha”; es decir, que la delincuencia se vaya a entidades vecinas. Según el parte informativo que rindió ayer el general Héctor Sánchez, quien participó también en Operativo Conjunto Michoacán, fueron detenidos tres vendedores de droga y se aseguraron tres autos presuntamente robados. Uno de los principales blancos del operativo es José de Jesús Briceño “El Cholo”, presunto integrante del cartel de Tijuana. La Policía Federal Preventiva (PFP) estableció una serie de filtros de revisión en los accesos a Playas de Tijuana, donde al parecer el sicario tiene su guarida. Cuñado de Francisco Javier Arellano Félix, “El Tigrillo”, detenido en una prisión de San Diego, California, en espera del juicio en su contra, “El Cholo” trabajaba a las órdenes del grupo de Arturo Villarreal, “El Nalgón”, quien encabezó una de las células más poderosas del cártel de los hermanos Arellano Félix.

Villarreal fue detenido el año pasado en aguas internacionales, junto con “el Tigrillo”.

Briceño y Villarreal están acusados de haber participado en tres asesinatos: el del editor del semanario Zeta, Francisco Ortiz Franco, en abril de 2004; el del exsubprocurador de Justicia, Rodolfo Delgado Neri, y el de la joven hija de un conocido médico de la ciudad, Angélica Aguilar Navarro, cuyo crimen sacudió a esta ciudad y puso al descubierto los vínculos de familias adineradas con el narcotráfico. Angélica Aguilar, quien al momento de morir tenía 28 años de edad y era gerente de mercadotecnia de TV Azteca Tijuana, fue concubina de Everardo “El Kitty” Páez, uno de los narcosjuniors. Su hermano, Jorge, también se relacionó sentimentalmente con una exnovia de Briceño, quien era amiga de Angélica. Se dice que, por esa razón, “El Cholo” mandó asesinar a los hermanos Aguilar. Jorge fue ejecutado en julio de 2003, mientras que su hermana Angélica fue ultimada el 5 de marzo de 2004. Un hombre encapuchado le disparó por la espalda a través del cristal de su automóvil Sentra, mientras ella estacionaba el vehículo. Para las autoridades estatales, el detonante de la violencia en esta frontera fue la detención de Francisco Javier Arellano Félix, en agosto de 2006, La disputa por la plaza generó una ola de crímenes y secuestros, al grado de que empresarios, organizaciones no gubernamentales y ciudadanos, exigieron la presencia de las fuerzas federales.

En un principio, la petición fue desestimada por el gobernador Eugenio Elorduy.

Sin embargo, la ola de ejecuciones y “levantotes” llegó a su máximo en los meses de septiembre y octubre de 2006. Incluso, empresarios cambiaron su residencia a San Diego, en busca de mayor tranquilidad. A partir de entonces, cobró forma el rumor de que las policías estatal y municipal estaban al servicio del narcotráfico. “Elementos de las policías municipal y ministerial trabajan al servicio de los narcotraficantes, a los que protegen e informan de todos los movimientos”, dijo el director del Centro Binacional de Derechos Humanos, Victor Clark. La propia Procuraduría General de la República (PGR) admitió, en el “Programa Regional de Procuración de Justicia Zona Noroeste", que el narcotráfico se infiltró en las estructuras del gobierno estatal y en las corporaciones policíacas. De acuerdo con denuncias, mediante operaciones comerciales, los hombres de negocios de Tijuana “lavaron” dinero. “Muchos de los empresarios que se quejaban del narco, dejaron de hacerlo porque alguno de sus familiares se casó con algún capo o porque les compraron automóviles en sus agencias o les financiaron algún proyecto”, señaló un asesor de la Secretaría de Seguridad Pública del estado, que omitió su nombre. Por su parte, el presidente de la Comisión Ciudadana de Derechos Humanos del Noroeste, Raúl Ramírez Bahena, aseguró que el operativo no es más que “la militarización disfrazada” de esta ciudad, aunque admitió que la acción responde a un reclamo del sector empresarial, el cual fue retomado por el Congreso local, que el pasado 16 de noviembre aprobó un punto de acuerdo para establecer un mando militar único.

Además, Ramírez Bahena cuestionó el hecho de que las autoridades federales hayan puesto en alerta a la delincuencia organizada. “El operativo federal demuestra la incompetencia y la desconfianza en los cuerpos policíacos estatales y municipales y en la delegación de la PGR. ¿No hubiera sido más efectivo y económico haber realizado, primero, una fina y secreta labor de inteligencia, acordando discrecionalidad absoluta con el Poder Judicial para girar las órdenes de cateo y aprehensión en contra de las narcotienditas, los negocios del lavado de dinero, los principales capos y las autoridades y policías cómplices? Para ello no se necesita a las Fuerzas Armadas”, afirmó. “Ahora, los habitantes de esta ciudad deben soportar revisiones, interrogatorios y abusos, todo ello con el argumento del combate al crimen y el narcotráfico. La cuerda se rompe por lo más débil”, señaló.

Y se preguntó: “¿Todo esto significa que tenemos que vivir en la militarización? ¿Quién sigue?”.

En tanto, se informó hoy que fue detenida una banda de presuntos secuestradores, al parecer involucrados en el atentado contra el exsecretario de Seguridad Pública y cinco plagios y homicidios cometidos en Mexicali y Tijuana.

En esa acción, fueron liberadas tres personas secuestradas.
Los detenidos declararon su participación en el atentado contra el
exsecretario de Seguridad del estado, Manuel Díaz Lerma, el 24 de abril de 2006.
Los detenidos son: César David Chávez Sánchez, "El Cabezón", de 34 años; Pilco Contreras Pérez, "El Fajado", de 23; José Reyes López Herrera, "El Tonka", de 34; Francisco Efraín Miranda Peñuelas, "James", de 35; Francisco Javier Aldapa Cázarez, "El Viejón" o "El Café", de 32; Angelina Lucero Domínguez, "Mamirringa", de 35, y Vicente Garnica García, "El Azotado", de 23.

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jueves, 4 de enero de 2007

Falta de congruencia política

Pide Calderón ratificar a consejero del IPAB por quien votó en contra en 2003

jesusa cervantes México, D.F., 3 de enero (apro).-
El presidente Felipe Calderón propuso al Congreso de la Unión la ratificación de Héctor Tinoco, como vocal del Instituto para la Protección del Ahorro Bancario (IPAB), pese a que en el 2003, cuando fue legislador votó en contra de la designación hecha entonces por Vicente Fox. La falta de congruencia política de Felipe Calderón quedó demostrada hoy al proponer a los legisladores que avalen la permanencia por cuatro años más de Héctor Tinoco como “vocal independiente” del IPAB. La propuesta fue turnada a la Tercera Comisión y será votado, a favor o en contra, en febrero próximo Hace cuatro años, en enero de 2003, Vicente Fox propuso a Tinoco como vocal independiente para sustituir a Humberto Murrieta, quien había concluido su cuatrienio el 31 de diciembre de 2002. El tema fue discutido primeramente en la Cámara de Diputados, donde los panistas Sergio Vaca, David Rodríguez, Joel Vilches y Felipe Calderón, como coordinador parlamentario del PAN, se pronunciaron en contra de la propuesta foxista bajo el argumento de existía “conflicto de intereses”.

Héctor Tinoco formó parte del Comité Técnico del Fobaproa cuando se aprobó de “manera inmoral” --como lo calificaron panistas y perredistas--, el rescate a los bancos; después pasó en el año 2000 a la Dirección de Normatividad de la Comisión Nacional Bancaria (CNBV), organismo bajo la tutela de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Por esos años Agustín Carstens, actual titular de la SHCP ocupaba el cargo de subsecretario de Hacienda. La propuesta de Fox para que que Tinoco sustituyera a Murrieta en el IPAB (heredero del Fobaproa), dividió a la fracción del PAN en la Cámara de Diputados. Y es que como su coordinador, Felipe Calderón se manifestó abiertamente en contra, muchos legisladores sintieron la confianza de expresar su desacuerdo. Aunque urgía la aprobación de un nuevo vocal, ya que Murrieta había concluido legalmente su periodo el 31 de diciembre de 2002, la Tercera Comisión de la Comisión Permanente pospuso el 3 de febrero el aval para Tinoco debido a la posición que defendía Felipe Calderón.

En su libro, El saqueo de los mexicanos, Mario di Costanzo, analista y actualmente “secretario de Hacienda del gobierno jegítimo” de Andrés Manuel López Obrador, recuerda una anécdota que describe el poco carácter y la sumisión de Tinoco ante sus jefes en turno: “La SHCP, ante los dolores de cabeza que le causaba el vocal incómodo Adalberto Palma, lo que menos quería era designar a alguien que se le pareciera. Por ello requería de una persona que se comprometiera enteramente con las decisiones de la propia Secretaría, aunque implicara dejar en segundo término el interés público.” Propuso así a Héctor Tinoco para sustituir a Murrieta. La decisión nuevamente causó malestar entre muchos analistas y legisladores, incluyendo algunos del PAN, como fue el caso del diputado Felipe Calderón. El descontento obedecía a que Tinoco, durante el rescate bancario formó parte del Comité Técnico del Fobaproa y al ser propuesto para el IPAB, era vicepresidente de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, es decir, un subordinado de Jonathan Davis, quien era y sigue siendo presidente de la CNBV. Luego entonces, el razonamiento era muy simple: ¿Cómo podía garantizar “independencia” un miembro de la Junta de Gobierno del IPAB con esos antecedentes? “Era como convertir al acusado en juez”, dice Di Costanzo

“El 24 de diciembre de 2002 fui invitado por Davis a desayunar para que él y Tínoco me explicaran las ventajas que tendría para el IPAB que una persona como Héctor fuese designado nuevo vocal de su Junta de Gobierno. En muy buenos términos, Jonathan me habló sobre la amplia experiencia que en el sistema financiero tenía su pupilo; de sus amplios conocimientos en derecho financiero; de sus planes y proyectos al frente de la CNBV; y del gran reto que el IPAB tenía por delante. “Sin embargo, durante el desayuno, el pupilo Tinoco prácticamente no pronunció palabra alguna y se limitó a decir que contaba con los conocimientos y experiencia necesarios para ser vocal del IPAB. Creo que al final del desayuno mi cara lo dijo todo: Tinoco no podía ser un vocal ‘independiente’ debido a los grandes conflictos de interés que tenía; el pupilo ni siquiera había hablado para mostrar su amplia experiencia; lo había hecho su jefe, el que seguiría siendo su jefe.” Finalmente Tinoco recibió los votos necesarios en el Senado de la República para ocupar el cargo de “vocal independiente” en el IPAB, aun en contra de la posición de Felipe Calderón, quien al estar en contra de una decisión presidencial tuvo que abandonar su curul y la coordinación de los panistas en la Cámara de Diputados en febrero de 2003; su premio de consolación fue la dirección de Banobras.

Pero sí en 2003 Felipe Calderón se opuso abiertamente a Tinoco hoy lo hace suyo; se desconoce hasta el momento qué tanta participación tuvo en esta ratificación el secretario de Hacienda, Agustín Carstens, quien, por cierto, lo tuvo bajo su tutela como parte del ramo hacendario cuando fue propuesto por primera vez como vocal. Sólo hay que recordar que Carstens fue quien pretendió cerrar el caso del Fobaproa cuando era subsecretario de Hacienda; pero esto no se logró hasta que llegó Tinoco al periodo 2003-2007, al cargo de vocal en el IPAB.


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Chilanguerías

Armando Ramírez

Ése, acá las tortas y aguado con la torta
La neta , las tortas ya bailaron ante la hamburguesa, el sándwich, la pizza y la baguette. Así las cosas, joven, lo único que le queda es cuidar a su torta , quién sabe si al chico rato hasta sin novia se queda. Y no es que le hable al tanteo, pero antes había muy buenas tortas en el Metro y torterías en las estaciones. De seguro vieron en la tele la película Acá las tortas con Sara García, Meche Barba y Carlos Orellana. Esa ciudad que se retrata estaba llena de todo tipo de tortas, como las de Meche Barba, que las movía exquisto. Antes había torterías frente a los cines o los teatros, a un costado de los sindicatos, cerca de las fábricas o los obreros llevaban en bolsas de papel sus tortas, y los niños a la hora del recreo sacaban la suya, si era pobrecito de frijol y si era riquillo de jamón; no que ahora, los obreros llevan tacos y en la noche se salen a cenar hamburguesas jaguaianas o quesadillas. Antes en las panaderías hacían teleras bien redonditas para meterles lo que quisiera: chorizo, milanesa, huevo, pierna, salchicha, todo cabía en tan noble pan, es más, antes a las pompis se les decía teleras: vieras qué buenas teleras iban en el Metro, o "tu prima tiene unas teleras...", y rajas, venía el descontón. Antes un galán tenía a su torta, ahora tiene a su pollo. ¡No me amenacen! Muchas torterías han desaparecido, hay las clásicas: las de pavo en la calle de Ayuntamiento, las de los cafés de chales, de Garibaldi o en los bisquets de Álvaro Obregón, ahora por Insurgentes aparecen las baguettes, tan frías como una paleta, que si les agarra el modo saben sabrosas, pero, ¿cómo compararla con una torta cubana? Como las que hace el Baby Face, que tiene su tortería El Cuadrilátero, en Luis Moya. Hace una gigantesca, da 15 minutos para comérsela y si se logra la hazaña es gratis. Ahora es más fácil que se le atraviese un carrito de hamburguesa y hot dogs que una tortería. ¿O qué, no se le antoja una de milanesa con una chela? Afortunadamente de las otras hay cada torta. Vieran qué buenas teleras tiene Sofía Vergara, digo, qué tanto es tantito.
Don Armando de Tepito tiene la gracia de un toro cebú, para el puro rastro, eso le pasa por ser patiño de televisa, el que obra mal se le pudre el tamal, tepiteño ruco, feo y lo peor, payaso a huevo para divertir PAN aderos, ¿Cómo dijo? : "más vale vender caras las teleras y vender tortas gringas, que sentir la dura realidad del birote tieso" ¡y a tragar camote! pus total Don Armamando pitos, que tanto es tantitiiiito ... ¿se equivoca? o nomás está usté confundillo


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