Asistentes a la sexta asamblea ciudadana en defensa del petróleo, realizada en la ciudad de México Foto: María Meléndrez Parada En un análisis sobre la nueva política energética, el Frente Amplio Progresista (FAP) advirtió que la intención del gobierno calderonista de abrir la industria petrolera a la iniciativa privada va contra la tendencia mundial de dejar el sector en manos del Estado, ante el declive de las reservas probadas. El FAP critica que las privatizaciones en México hayan convertido “monopolios estatales en monopolios privados”, en beneficio sólo de sus dueños y en detrimento de la población en general. En ese contexto, destacó ayer la convocatoria de Alfonso Ramírez Cuéllar, aspirante a la presidencia nacional perredista, a la unidad en defensa del sector energético. En gira por Guerrero, anunció que formalizará su invitación al Congreso de la Unión, el FAP, la Universidad Nacional Autónoma de México, el Instituto Politécnico Nacional, organismos dedicados a la investigación del sector y a líderes como Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y Andrés Manuel López Obrador, con el fin de que “entre todos se elabore una carta común en materia energética”. En entrevista aparte, el líder barzonista adelantó que llevará ese planteamiento a la reunión que se espera en estos días entre López Obrador y los principales contendientes en el proceso perredista –aparte de Ramírez Cuéllar, Alejandro Encinas, Jesús Ortega y Camilo Valenzuela–, justamente para emitir un pronunciamiento conjunto contra la privatización petrolera. Sostuvo que todos lo que se oponen a esta acción “debemos garantizar la autonomía del sector, la soberanía y el fortalecimiento de la industria, así como erradicar la corrupción, terminar con el dispendio de recursos, pugnar por el fortalecimiento de Petróleos Mexicanos (Pemex) y unificar las subsidiarias”. Los integrantes del FAP –organizaciones sociales y los partidos de la Revolución Democrática, del Trabajo y Convergencia–, en tanto, coincidieron en el documento que al respecto aprobaron de que abrir partes de Pemex al sector privado provocaría un perjuicio contra la sociedad, “pues se crearía un monopolio privado que no transferiría las ventajas del monopolio natural a la sociedad, vía ingreso fiscal, como la paraestatal lo hace, sino que se realizaría una apropiación privada de sus ventajas”. Alertaron sobre el riesgo de que se suscite un “desabasto en mercados como el de la gasolina” si la exploración de reservas de crudo y gas, así como la petroquímica básica quedan bajo la administración privada, lo “cual nos obligaría a importar” aún más combustible. El Estado, al declarar incompetencia financiera y tecnológica en la materia, extiende una “invitación abierta al capital privado para participar paso por paso por todo el sector, hasta llegar a la propiedad privada de los yacimientos”, abundó. En el análisis el FAP menciona que la participación de la iniciativa privada impactaría negativamente en el desarrollo científico nacional porque “las empresas llevarían su investigación y desarrollo a sus propios laboratorios, posiblemente del extranjero, y no a la comunidad nacional”. El frente defendió la contribución fiscal del sector petrolero para la estabilidad de las finanzas públicas. En 2007, recordó, el ingreso que de allí fluyó hacia el presupuesto federal fue de 863 mil millones de pesos, 37 por ciento del total, y este porcentaje, aseguró, durante 25 años se ha mantenido alto. |
Kikka Roja
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