¿Me irá a dar influenza?: Germán Dehesa

GACETA DEL ÁNGEL
¿Me irá a dar influenza?
Germán Dehesa
9 Oct. 09

JUAR JUAR ¡¡ HAY EPIDEMIA DE TOS EN MÉXICO Y NO SABEMOS DE DÓNDE VIENE
AH QUE DON GERMAN, YA NI ME ENOJA QUE LE PEGUE AL PEJE, TODOS ESTAMOS EN LA MISMA OLLA, A LOS PANISTAS SE LES ADVIRTIÓ QUE FECAL NOS IBA A DAR EN TODA LA TORRE,
...EL DINERO ES NOMAS PARA ELLOS, SE LO AGANDALLARON CON SU POPULISMO PARA RICOS.

UN FUERTE DESEO DE RECUPERACION PARA TODOS AQUELLOS QUE TENEMOS TOS COMÚN, Y TOS SOSPECHOSISTA

JUAR JUAR COF COF COF JUAR JUAR

No lo sé. Estoy en la perplejidad y en el calambre. Aprensivo como soy, me basta con que la Rosachiva que posa a mi diestra emita una tos común, para que yo sienta la invasión masiva de los virus que tranquilamente pegan el brinco desde su bien dotada osamenta, hasta mi desvencijado cuerpín. La verdad es que hasta el momento, no ha habido cambio notable en mi funcionamiento, pero no puedo estar tranquilo. En cuanto logro una cierta calma, viene a mi mente como ese rostro que brotaba del espejo de la madrastra de Blanca Nieves, la viva imagen de José Ángel Córdoba Villalobos que con los guanajuatenses bigotes erizados y con voz cavernosa me dice: no te confíes, mi buen; el asunto no es tan sencillo. Si aquí acabara la aparición, santo y bueno; pero resulta que el Señor Secretario decide siempre aprovechar su aparición para hacer esas declaraciones públicas que tanto le gustan y que tan mal le salen. Una vez tras otra, la aritmética lo traiciona, se le subleva y lo obliga a hacer unas afirmaciones, por lo menos, discutibles. Como en el primer brote de la influenza AH1N1 (la consentida de Elba Esther), nuestro Secretario, a la hora de cuantificar a los muertos, se destapa con unas cifras extravagantes y que no concuerdan unas con las otras. Debería llevar su ábaco, o bien negarse en redondo a dar esa información diciendo que son datos confidenciales sólo al alcance de los organismos de seguridad, al alcance del propio Secretario y, claro está, de los difuntitos. Ésos son los que en verdad saben cómo ha estado la mortalidad en esta segunda etapa de nuestro singular duelo contra el AH1N1.

Me cuentan que nuestros antepasados eran muy buenos con los números y que el sistema vigesimal de los Mayas era una shulada. No lo dudo, pero lo que a mí me consta es que el mexicano medio de la actualidad tiende a ser una perfecta bestia en esto de manejar cifras y extrapolarles significaciones. En esta semana, alguien dice, tuvimos 40 defunciones seguras, seguras, hay unas 200 víctimas vacilantes que van de la última agonía, para de ahí pasar a encargar una torta de queso de puerco; todavía no contabilizamos la información de San Luis Potosí que no nos ha llegado, pero ya podemos establecer que de cada tres mexicanos adultos, uno contrajo o contraerá la influenza. ¿Cómo obtuvieron esa cifra?, no lo sé, pero de inmediato me invade la seguridad de que yo seré uno de esos tres que rodará por la arena sin puntilla. Muy desagradable.

En sentido totalmente contrario, es decir rumbo a la vida, me llega la noticia de que los Benemerititos (los hijos e hijas de mi amigo el Benemérito) organizaron una carrera que le dedicaron a la pronta y feliz recuperación del nombrado Benemérito. A mí me trajeron la playera y el día de la carrera la lucí con mucho orgullo; todo esto dentro de mi casa, claro está, porque tampoco es cosa de salir a la calle un domingo y correr al lado de tanto pelado que ha decidido galopar los domingos por la ciudad. Lo mío fue de puertas para adentro, pero les aseguro que no dejó de ser sentido y amoroso.

Señoras y señores: ya se nos acabó la semana. Falta nada más que El Salvador nos empate a uno. HOY TOCA.

¿QUÉ TAL DURMIÓ? MDCXLIII (1643)
MONTIEL.

Cualquier correspondencia con esta columna como exorcismo, favor de dirigirla a dehesagerman@gmail.com (D.R.)

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