Las dos son mujeres poderosas y viven de la política. En 2006 formaron parte del equipo de Felipe Calderón y desde sus trincheras lo ayudaron a llegar a Los Pinos. Seis años después Josefina Vázquez Mota y Elba Esther Gordillo no pueden ni verse pero, de acuerdo con dirigentes magisteriales, podrían hacer a un lado sus diferencias para formar una alianza. Para una se trata de un asunto de sobrevivencia; para la otra significa ganar la Presidencia el próximo julio.
La historia de los desencuentros entre ambas es larga y pública. Algunos maestros consideran que sus enfrentamientos se deben al favoritismo de Calderón hacia la profesora, a quien desde el comienzo de su gobierno le otorgó posiciones privilegiadas. La preferencia del presidente hacia la lideresa se manifestó en 2008, cuando se negoció la aplicación del Acuerdo para la Calidad de la Educación (ACE). “Al principio todos esperaban que fueran grandes amigas, porque ambas participaron en el triunfo de Calderón. Se suponía que si Josefina venía de la coordinación de la campaña y Elba Esther había ayudado con la mapachería electoral se iban a entender bien. Sin embargo ya estando ambas en el tema educativo, una como secretaria de Educación y la otra como representante sindical, se vio un fuerte desencuentro que se fue mostrando en varios momentos”, plantea Sergio Espinal, exdirigente de la sección 18 del SNTE en Michoacán.
La mañana del 20 de agosto de 2007, durante la inauguración del ciclo escolar, Gordillo explotó cuando la prensa reunida en el patio de la primaria República de Costa Rica le preguntó acerca de los problemas que tenía con la secretaria de Educación. “¡Yo no tengo que hacer las paces con nadie! ¡No tengo guerra contra nadie!”, dijo Gordillo al tiempo que Josefina llegaba a la escuela. Los maestros michoacanos de la sección 18 del SNTE Artemio Ortiz y Sergio Espinal, protagonistas de la rebelión magisterial de 2008 contra el ACE, recuerdan que el trato de Gordillo hacia Vázquez Mota era despótico y de menosprecio. En entrevista con Proceso aseguran que era tal la animadversión de Gordillo que, aprovechando las movilizaciones de los maestros contra la ACE, presionó a Calderón para que destituyera a Vázquez Mota de la SEP y pusiera en su lugar a Alonso Lujambio. “La impresión que se me quedó –dice Ortiz– fue que Josefina era una persona débil frente a Elba Esther y sumisa ante Felipe Calderón; se sentía desdeñada por el trato diferenciado que les daba el presidente, quien tenía predilección por la maestra, por lo que ella significó en el proceso electoral de 2006, en especial como artífice del fraude electoral. “Daba la impresión de que para Calderón fue más la aportación de Elba que la de Josefina, a pesar de que era su amiga y formó parte de la campaña. Incluso como secretaria de Desarrollo Social operó para comprar votos a favor de Calderón. Había un trato diferenciado.”
–¿Cómo era el trato entre Elba Esther y Josefina? –se le pregunta.
–Se veía que Josefina le tenía mucho temor a Elba Esther, quien tenía un control y un poder que ahora ya no tiene. Es un poder que viene desde la Presidencia con Salinas, Zedillo, Fox y Calderón, y que la ha convertido en una déspota. Eso es lo que se veía en su trato hacia Josefina.
–¿No le tenía consideraciones a la secretaria?
–Elba Esther se refería a ella con palabras altisonantes porque no le gustaba cómo llevaba las riendas de la SEP y no respondía a las expectativas de saqueo.
Enemigas públicas
De acuerdo con Sergio Espinal, primer secretario nacional de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, la primera diferencia entre las dos ocurrió en 2008, cuando Josefina firmó el ACE y estalló el conflicto magisterial en Morelos, que habría de extenderse a Puebla, Michoacán, Quintana Roo y otros estados, movilizando a cerca de 400 mil trabajadores de la educación. Otro hecho que contribuyó a sus discrepancias, dice el dirigente magisterial, fue que mientras Vázquez Mota asume el ACE como se lo dicta la OCDE, bajo el supuesto de mejorar la calidad educativa, Elba Esther lo toma como su bandera para hacerse aliada de Calderón. “Pero también como un instrumento para reclamar los recursos millonarios de programas como Enciclomedia y Habilidades Digitales”, asegura Espinal. Para el primer programa el gobierno federal ha entregado de 2004 a la fecha más de 30 mil millones de pesos, pero la Auditoria Superior de la Federación ha hecho observaciones de irregularidades por más de 11 mil 333 millones. Al programa de Habilidades Digitales, creación del gobierno calderonista, de 2009 a la fecha se le han destinado más de 5 mil millones de pesos.
Otro punto de discordia, comenta el maestro, se dio en la Cámara de Diputados porque mientras Vázquez Mota era la coordinadora del PAN, Elba Esther Gordillo a través de su partido, el Panal, aparecía como la principal promotora de las iniciativas del gobierno y le ganaba la jugada. Un elemento más de conflicto entre Josefina y Elba Esther, añade, se relaciona con la supeditación de los secretarios de Educación de los estados hacia la líder: “Era evidente que cada vez que se convocaba a reuniones de autoridades educativas de los estados, el yerno de la maestra, Fernando González, como subsecretario de Educación Básica era el encargado de transmitir las órdenes”.
–Es una larga historia de desencuentros…
–Sí, han sido muchos. De hecho mucha gente considera que a la hora de nombrar a Alonso Lujambio al frente de la SEP, lo que se hace es concederle a Elba Esther la decisión de cambiar de secretario, poniendo a uno más a modo y manipulable por ella.
Nuevos pactos
El 23 de marzo de 2011 Vázquez Mota se reunió con estudiantes de la Universidad Iberoamericana. Uno de los jóvenes le preguntó cuál había sido su momento político más difícil y la panista no tardó mucho en responder: los roces con Elba Esther Gordillo en la SEP. Tampoco dudó cuando otro estudiante le preguntó qué haría con la maestra si llegase a la Presidencia de la República. “Quitarle el poder”, dijo, para lo cual se requiere valor. “Créanme, yo sé por qué se los digo; se requiere valor y estar muy bien acompañado”, enfatizó. El pasado 26 de enero, todavía como precandidata presidencial, Vázquez Mota descartó cualquier tipo de alianza con Gordillo, quien semanas antes había roto el acuerdo con el PRI de ir juntos a la contienda electoral de julio próximo. “Si yo llegara a realizar alianzas una vez que gane la contienda interna del PAN, sería con los maestros y no con sus líderes”, aclaró en su gira por Reynosa. Sin embargo, para Artemio Ortiz cuando el poder está de por medio no se puede descartar que las enemigas lleguen a nuevos acuerdos y se olviden del pasado. “Hay un viejo dicho: ‘Pelea entre mujeres, pelea para siempre’. Pero cuando está de por medio el interés por el poder presidencial y los negocios que pueden hacer las dos, pueden ponerse de acuerdo”, indica el maestro, actual secretario general del Comité Ejecutivo Nacional Democrático del SNTE, que agrupa a profesores de 23 secciones de 22 estados.
–¿No descarta que hagan una alianza?
–No es descartable porque ya se dio la ruptura entre Gordillo y Enrique Peña Nieto. La única opción que tiene para sobrevivir es hacerse socia de Josefina y apostarle nuevamente al fraude electoral, como lo vimos en 2006.
–Pero las condiciones no son las mismas.
–No son las mismas pero lo que sí pueden hacer Elba Esther y su equipo de mapaches es trabajar a favor del fraude electoral para el PAN. Para ello tiene un equipo de más de 100 mil operadores electorales que se pueden desplegar en todos los estados.
Explica que este grupo “puede operar de muchas formas, no sólo a través del voto directo, de la compra o el acarreo en zonas marginadas”, precisa.
Espinal tampoco descarta que la maestra y la candidata presidencial del PAN puedan aliarse, aunque esto no se haga público y el Panal registre a alguien más como candidato o candidata.
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