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lunes, 14 de enero de 2008

Jose Antonio Crespo : Fraude electoral: ¿violencia o civilidad?

14-Ene-2008 Horizonte político
José A. Crespo
Fraude electoral: ¿violencia o civilidad?

Los resultados estrechos en los comicios parecen un fenómeno cada vez más frecuente, en la medida en que la elevada competencia es propia de las democracias, antiguas y nuevas. Pero los efectos políticos de los resultados estrechos no siempre son los mismos. Eso depende de múltiples variables, como la historia y la cultura del país en cuestión, el régimen político y la fortaleza o la fragilidad de sus instituciones. En muchos sistemas parlamentarios, un resultado cerrado no genera necesariamente dudas, conflictos e impugnaciones, pues el gobierno no se determina a partir del sufragio ciudadano, sino de los votos en la Cámara baja del Congreso. Un partido que gana la mayoría relativa de votos podría no encabezar la coalición gobernante y sí hacerlo uno con una votación bastante menor (como ocurrió en Japón en 1993 y en Suecia en 1976, al menos). En todo caso, unos cuantos votos de más o de menos no suelen ser determinantes en la formación del gobierno. En los sistemas presidenciales, sí.

Pero que una elección cerrada y con resultado dudoso derive en un grave conflicto político o no depende también de la fortaleza o la fragilidad de las instituciones del presidencialismo en cuestión. La elección estadunidense de 2000 se considera altamente incierta, cuando no fraudulenta. Hubo cinco semanas de incertidumbre que, sin embargo, no afectaron a la economía ni ello provocó disturbios políticos. Y eso no sólo se debe a la civilidad política de Al Gore, sino a la fuerza y el tipo de instituciones estadunidenses, donde la convocatoria a la resistencia (y, peor aún, a la violencia) es mal recompensada. Los patrocinadores del candidato perdedor (generalmente grandes empresarios, más interesados en la estabilidad que en el triunfo de su candidato) son los primeros en rechazar las protestas. Por eso, a Richard Nixon, en 1960, sus patrocinadores le dijeron que aceptara sin chistar el fraude con que ganó John Kennedy, si quería continuar su carrera política. Y así lo hizo.

La elección de 2006 en México se pareció más a la de EU en 2000 que a la mexicana de 1988. Así lo expresa Vicente Fox: “(En 2000) Hubo algo irónico: a petición nuestra, Estados Unidos había enviado observadores para proteger el proceso electoral en México, pero donde habrían sido más útiles, ese año, fue en Florida… Mientras observábamos por la CNN pasar 36 días de suspenso en Florida, con los jueces dictaminando las boletas en busca de falsificaciones; nunca soñamos que mi propia presidencia terminaría con una competencia similarmente reñida en 2006” (La revolución de la esperanza, 2007). Pues nadie lo hubiera creído entonces, hasta que, más tarde, Fox empezó a mostrar el cobre. Pero como nuestro intento democrático es muy reciente, hay mayor proclividad que en las democracias sólidas a convocar movilizaciones y protestas callejeras (aquí los empresarios normalmente no están detrás de los candidatos de la izquierda). Por ello, los costos políticos de una elección cerrada y dudosa son superiores que en Estados Unidos: una más clara polarización política, mayor radicalismo de los derrotados y menor legitimidad para el gobierno oficialmente ganador. Sin embargo, nos queda también un cierto grado de institucionalidad política, heredada del régimen priista, que reduce los incentivos para convocar a la violencia. Ni Cuauhtémoc Cárdenas en 1988 ni Andrés López Obrador en 2006, lo hicieron.

Ahora vemos que, en Kenia, una democracia nueva y con instituciones frágiles, una elección igualmente apretada y cuestionada desató la violencia (con cientos de muertes, desorden, destrucción y 250 mil desplazados). La distancia entre el presidente Mwai Kibaki, quien de esta forma se reelige, y el segundo lugar, Raila Odinga, fue de sólo 232 mil votos (la votación sumada de ambos punteros llegó a casi nueve millones de sufragios). La oposición no denuncia un fraude monumental: alega que le fueron robados 300 mil votos, suficientes para modificar el resultado oficial. Pero una extraña mosca le picó al presidente de la Comisión Electoral, Samuel Kivito, pues en lugar de insistir en el pulcro triunfo de Kibaki y recordarle al electorado que “por un voto se gana o se pierde”, como suele ocurrir en estos casos, declaró en cambio: “No sé si Kibaki ganó las elecciones” (3/Ene/08). Su sinceridad afloró a raíz de la violencia. Y, en efecto, las irregularidades (aun no dolosas) son inevitables en Kenia, Estados Unidos o en Suecia, por lo que un resultado cerrado genera automáticamente incertidumbre.

Viene también el caso de Georgia, otra nueva democracia (o más bien con aspiración a serlo, como la nuestra). También ahí el candidato oficialmente perdedor ha denunciado fraude electoral y se resiste a aceptar el veredicto. Eso, pese a que el ganador oficial, el presidente Mijail Saakashvili, que también se reelige, obtuvo 52% del voto y, su más cercano seguidor, Levan Gachechiladze, solamente 25 por ciento. ¿Por qué la protesta? ¿Se trata de un magnofraude al estilo de 1988? No precisamente. El problema es que esto ocurrió en la primera vuelta de un sistema de doble ronda. Si el presidente Saakashvili hubiera obtenido, digamos, 49% del voto, hubiera tenido que pasar a la segunda vuelta, en la que su opositor esperaba atraer el sufragio de los eliminados en la primera. En tal circunstancia, basta un fraude de dos o tres puntos porcentuales (no demasiado), para elevar de 49 a 52% la votación del ganador y frustrar, así, la segunda vuelta. Lo cual nos ilustra que, a diferencia de lo que muchos sostienen, la fórmula de doble vuelta electoral tampoco evita las impugnaciones, las dudas, las protestas y los conflictos poselectorales. Por el contrario, los puede fomentar desde la primera vuelta, como claramente es el caso de Georgia.

Kikka Roja

CCCP Blog de Puebla

ESIMADOS AMIG@S DE LA RESISTENCIA CIVIL PACIFICA:

ADJUNTAMOS A UDS. UNA SERIE DE FOTOS DE ACTIVIDADES DE MILITANTES Y CIUDADANOS CHOLULTECAS Y POBLANOS QUE ESTE DOMINGO NOS SALIMOS DE PINTA Y CAMPAÑA INFORMATIVA CONTRA EL GASOLINAZO DE FECAL. CONSIDERAMOS QUE EN PUEBLA Y SUS MUNICIPIOS TENEMOS QUE REVITALIZAR E INTENSIFICAR LAS ACCIONES DE RESISTENCIA CIVIL PACIFICA Y PARTICULARMENTE ACTIVIDADES DE PROPAGANDA PARA ROMPER EL CERCO INFORMATIVO EN TORNO A LAS ACTIVIDADES DEL PRESIDENTE LEGITIMO Y DE LA PROBLEMATICA NACIONAL. POR ELLO LES COMENTAMOS QUE ESTA DISPONIBLE NUESTRA BRIGADA "VAMONOS DE PINTA CONTRA EL GASOLINAZO" PARA AQUELLOS CIUDADANOS QUE TENGAN UNA BARDA DISPONIBLE EN LA CIUDAD DE PUEBLA O CHOLULA Y QUE QUIERAN QUE SE PINTE DURANTE EL FIN DE SEMANA POR PARTE DE ESTA BRIGADA. POR OTRO LADO TENEMOS TAMBIÉN UN EQUIPO DE JOVENES ENTUSIASTAS QUE COLABORAN EN LAS TAREAS DE DISEÑO Y ELABORACION DE LONAS, PEGOTES, CARTELES QUE TAMBIEN QUIEREN COLABORAR CON LAS REDES, ORGANIZACIONES Y GRUPOS POLITICOS QUE APOYAN A NUESTRO PRESIDENTE LEGITIMO. ASI MISMO ESTAMOS POR INAUGURAR NUESTRO TALLER DE SERIGRAFIA CON LA IDEA DE CONTAR CON LOS MEDIOS PARA LA IMPRESION DE PLAYERAS, BANDERAS, GORRAS Y OTROS SOUVENIRS QUE NOS SIRVAN EN LA DIFUSION DE NUESTRO MOVIMIENTO. PÓNGANSE EN CONTACTO CON NOSOTROS VIA CORREO PARA PODER COMPARTIR ESTOS RECURSOS EN BIEN DE NUESTRO MOVIMIENTO.


ATTE.

ES UN HONOR LUCHAR CON OBRADOR!!

COMISION DE ORGANIZACION DEL
COLECTIVO CIUDADANO CARRILLO PUERTO.
http://colectivociudadano.blogspot.com/

Kikka Roja

domingo, 13 de enero de 2008

Procacidad como virtud : Cabezalcubo

Jorge Moch
tumbaburros@yahoo.com
Procacidad como virtud

En una televisión como la mexicana, plagada de absurdas correcciones políticas, dobles discursos y mojigaterías que mantienen paternal sonrisa en las Buenas Conciencias, la procacidad supone contradictoria, dialéctica virtud. Hubo y habrá variopintas producciones que intenten romper los viejos cuñetes que preservan lo que se puede decir en tele y lo que no. La mayoría seguirán estrellándose con muros de fracaso, mediocridad y servilismo. Algunos programas, sin embargo, logran saltar la valla hacia el movedizo territorio que separa lo simplemente vulgar (allí casi todas esas revistas y programas de humor alburero o los que pretenden humor familiar en cualquier serie de comedia, ya en la misma Televisa o en TV Azteca que suele agregar al caldo, además, cucharadas de insufrible catecismo), y aquí entra en juego el muy personal criterio de cada quien: qué es vulgar y qué es chistoso, o qué tanto puede definirse como auténtica picaresca una atrocidad en las muy mexicanas formas (otra vez, llenecitas de dobleces y esquinazos) de percibir e interpretar el mundo. Algunos programas del pasado lograron pulsar ese interruptor que no solamente será colegido por el individuo como teleaudiencia, sino por el entorno social e histórico en que le tocó salir a cuadro: Los Polivoces , Sábado de medianoche (sobre todo en su primer par de temporadas), ¿Qué nos pasa? (sobre todo en la primera), Ensalada de locos o las primeras emisiones de La carabina de Ambrosio tuvieron éxito más allá del gag de sus chistes porque lograron hacerse eco de un humor corrosivo y sanamente pesimista que es el que realmente forma parte de la idiosincrasia mexicana, el mismo espíritu que alimenta nuestra fascinación por la máscara y el monstruo, por la muerte y la fatalidad; oscuros rincones y fetiches de nuestra demosofía que parecen resistir, quién sabe si todavía por mucho tiempo, las avanzadas del mercachifle y sus puntas de lanza del mercantilismo global (allí, por ejemplo, modernas ridiculeces como que niños mexicanos canten “jalogüín” o personifiquen escolares montajes escénicos del gringuísimo día de acción de gracias).

Hoy, ejemplos similares a los mencionados son rareza. Parece que en la televisión abierta (a riesgo de estar cometiendo una injusticia con esta pésima memoria mía) no hay ni uno. Lo poco que se puede poner en la mesa estará entonces indefectiblemente en la programación de los sistemas cerrados, sea por cable o por recepción satelital. Allí se cocinan, por ejemplo, las todavía frescas Pellizcadas de Márgara que se orean en Telehit, canal de música y programas de variedad para un nicho de mercado específico, de adolescentes y jóvenes menores a los cuarenta, que realiza esa que al parecer es la filial más progresista e insolentona de Televisa.

Las pellizcadas de Márgara es un programa de entrevistas que en principio sabe a pan con lo mismo: artistas de la empresa y bajo presupuesto, pero con altos niveles de una heterodoxia formal que se agradece ante las acartonadas fórmulas de conducción que parecen ser materia única en las escuelitas de actuación de Televisa. Conducción, por cierto, que está a cargo de una “quesadillera” salida del heroico lumpenaje nacional, tal vez oriunda de la Portales, la Bondojo o cualquier colonia de la periferia, de ésas que suelen llamarse Luis Donaldo Colosio, Yecapixtla o Porvenir: Márgara Francisca (interpretada por el humorista Eduardo España, quien parece que ha encontrado un espacio propio, más libre, menos censurado) es una luchona y malhablada madre mexicana, lépera que ha engendrado media docena de léperos, a su vez arquetipos postmodernos que sectorizan la “raza de bronce”: el mecánico, el maricón de la estética, el raterillo. Luchona, obcecada y sobre todo insolente dueña de su espacio, Márgara lleva las entrevistas por donde le da la gana con comentarios procaces y todo el léxico de la calle, y donde algunos ven exceso otros vemos catarsis, porque si bien es cierto que a ratos Márgara-España hacen del lenguaje un cliché abusivo, es más cierto que el contexto empresarial del que proviene el histrión es de suyo morigerante y bobamente homogéneo. Siendo de reciente aparición, habrá de verse cuánto dura el fresco a las quedadillas; por lo pronto España ha sabido darle a su personaje un talante de insolencia, de enojo permanente con el que la señora , muy dueña de su quesadillería, es perfectamente capaz de mandarnos a todos, público, invitados, censores y ejecutivos de televisora a la puritita chingada. Provechito.

Kikka Roja

Federico Arreola : La Victoria de Carmen Aristegui

EN EL SENDERO DEL PEJE
FEDERICO ARREOLA EN EL CHAMUCO : LA VICTORIA DE CARMEN ARISTEGUI

Federico Arreola nos manda el siguiente texto que aparecerá en la edición de esta quincena de la revista El Chamuco:
  • La victoria de Carmen Aristegui
Por Federico Arreola

En la campaña electoral de 2006 me buscó uno de los representantes del Grupo Prisa en México, Antonio Navalón, para decirme que visitarían México dos de sus jefes españoles, Juan Luis Cebrián y Jaime Polanco. Querían reunirse con Andrés Manuel López Obrador, a la sazón candidato a la presidencia de la república postulado por la coalición Por el Bien de Todos.

No me resultó sencillo convencer a Andrés Manuel de reunirse con los empresarios ibéricos. “No confío en esa gente”, me dijo López Obrador cuando le comenté lo que me había pedido Navalón. Repitió esas palabras cada vez que insistí en la necesidad de atender a personas tan importantes. Al final el argumento que lo convenció, en mi opinión, no fue el del gran prestigio de El País ni el de su fundador, Cebrián, sino mi deseo, casi capricho de no quedar mal con Antonio Navalón, que me llamaba varias veces al día para concretar la cita con el político que encabezaba todas las encuestas de preferencias electorales.

Cenamos en un hotel de la capital de Tabasco y como además de los mencionados asistió también José María Pérez Gay, durante buena parte de la reunión este escritor y su colega Cebrián charlaron acerca de libros y de filósofos famosos. Pero aun en las veladas más intelectuales hay tiempo para las vulgaridades. Así que hablamos también de Televisa y de los principales directivos de esta empresa: Emilio Azcárraga Jean y Bernardo Gómez Martínez.

En esa cena Cebrián dijo que Televisa (que posee el 50 por ciento de W Radio; el otro 50 por ciento lo controla Grupo Prisa) estaba insistiendo en despedir a Carmen Aristegui, pero que eso jamás lo iban a permitir los socios españoles de la radiodifusora, no sólo porque Carmen conducía el noticiario de mayor audiencia sino sobre todo porque ellos eran absolutamente respetuosos de la libertad de expresión.

Admito que me impresionaron las palabras del señor Cebrián, que no es el único que las utiliza en el Grupo Prisa. En los documentos que la empresa entrega a sus inversionistas, se lee que “la primera responsabilidad de un grupo de medios de comunicación es defender y ejercer con honestidad y vigor el derecho a la información y a la libertad de expresión”. Ignoro si estos hombres de negocios cumplen en su país de origen con tan elevada obligación. Lo que me consta, ahora, es que en México no lo hacen.

En México, el viernes 4 de enero de 2008 la dirección del Grupo Prisa despidió a la periodista Carmen Aristegui simple y sencillamente porque esta mujer, conductora hasta ese día del noticiario más exitoso de W Radio, ha seguido siempre una línea editorial plural, objetiva, libre y honesta, es decir, una línea editorial que inevitablemente incomoda a quienes controlan los poderes político y económico. La explicación oficial que sus patrones dieron del despido de Aristegui fue, por decir lo menos, cínica. Es que, de plano, representa un acto de cinismo decir que esa decisión “se enmarca dentro de un proceso de renovación, actualización y expansión en el que está inmersa la W”.

Ese proceso de “renovación, actualización y expansión” comenzó hace meses con la sorpresiva llegada de un nuevo director editorial. Aquí conviene precisar un dato. En España, el Grupo Prisa jamás sorprendería a sus periodistas con la llegada de un nuevo director a la dirección de su diario insignia, El País. En los estatutos de este medio se establece que en el nombramiento del director intervienen todos los periodistas. En México, Prisa actúa de otra manera. Así, Carmen Aristegui y los otros informadores un buen día se encontraron con la sorpresa de que tenían un nuevo jefe en W Radio: Daniel Moreno, que entre sus activos cuenta no sólo con experiencia en diversas redacciones, sino también con excelentes relaciones con personas muy cercanas a Felipe Calderón.

Lo más triste para Daniel es que él llegó al Grupo Prisa después de haber sido injustamente despedido (¡por diferencias editoriales!) del diario Excelsior. Según me contó el propio Daniel, alguno de sus jefes en Excelsior se molestó por un titular más o menos crítico respecto de no sé qué funcionario. El día en que despidieron a Carmen Aristegui de W Radio hablé con Daniel y me juró que se había tratado de una decisión estrictamente empresarial, “nada que ver con lo editorial”. Cuando le conté que eso me dijeron sus jefes de Excelsior cuando lo corrieron a él (“Daniel se fue por motivos de empresa, no editoriales”), se quedó callado y cambió de tema. Hay veces en que los hechos son tan aplastantes que al afectado no le queda más remedio que cerrar la boca o ponerse a hablar de otra cosa.

En el diario El País, que dio origen al Grupo Prisa, a los periodistas los ampara en sus contratos laborales una “cláusula de conciencia”, que simplemente obliga a la empresa a indemnizar con generosidad a cualquier informador que se vea obligado a dejar su trabajo por diferencias editoriales con el patrón. En W Radio, la empresa de comunicación mexicana que maneja Prisa, se actúa con base en otros principios.

Aunque el asunto se ha tratado de manejar como la culminación de un contrato civil de prestación de servicios entre una profesional independiente y una empresa mercantil, lo cierto es que Carmen Aristegui realizaba un trabajo subordinado a un patrón, que al despedirla no fue capaz de entregarle ni un solo peso de indemnización. Sabía que los españoles pueden ser miserables a la hora de negociar, pero no pensé que llegaran a ese extremo.

Todos los abogados a los que he consultado me dicen que si Carmen demanda al Grupo Prisa y a Televisa en los tribunales laborales, los vencerá fácilmente y obtendrá de esas compañías una importante cantidad de dinero. Ojalá lo haga, ya que no es justo que ella, mientras encuentra otro empleo, deba tomar recursos de sus ahorros para mantener su nivel de vida y, sobre todo, el de su hijo, el pequeño Emilio. Pero también tendría que acudir a la Junta de Conciliación a demandar a sus patrones para que, al menos, a los propietarios de W Radio una cosa les duela. Porque a estos tipos inmensamente ricos pero enfermos de ambición lo único que les afecta es desprenderse de dinero. Las críticas que han recibido en todas partes por lo que le hicieron a la señora Aristegui les tienen sin cuidado, de plano. Son tan cínicos que hasta presumen su fama de malvados. Pero si Carmen les quita, con la ley en la mano, unos cuantos cientos de miles o algunos millones de pesos, van a quedar seriamente adoloridos. Y si bien no se tratará de un gran desquite, ya que a ellos les sobra capital, pues algo es algo.

Carmen tendría que demandarlos, además, para proteger a muchos de sus compañeros de trabajo que permanecen en W Radio y a los que no se les reconoce, en esa empresa, derechos laborales. Con el cuento legaloide de que firman contratos de prestación de servicios y de que se les paga mediante recibos de honorarios, se les dice que no son trabajadores de la empresa, aunque se trate de personas que pasan todo el día en esa compañía invariablemente haciendo lo que les ordenan sus patrones.

En la campaña electoral de 2006, Carmen Aristegui me invitó a participar en un debate en su programa de radio. Los otros invitados eran Juan Ignacio Zavala, cuñado de Felipe Calderón, y el priista César Augusto Santiago. Dos tercios de este debate se fueron a las planas del diario español El País unos días antes de las elecciones: Juan Ignacio publicó un artículo sosteniendo su punto de vista y yo otro exactamente con el punto de vista opuesto. A César Augusto no lo invitaron los pragmáticos editores ibéricos porque su candidato, Roberto Madrazo, iba muy abajo en las encuestas.

A pesar de esa exclusión de los priistas, El País se mantuvo más o menos imparcial hasta el día de las votaciones. Después, sus editores decidieron que debían defender a Felipe Calderón y atacar a Andrés Manuel López Obrador. Desde luego, los periodistas españoles tienen derecho a defender y a atacar a quienes se les pegue la gana. Y tienen, también, el derecho de contratar para trabajar en sus empresas a la persona que se les antoje. En esas fechas contrataron, como alto funcionario del grupo, a Juan Ignacio Zavala, el cuñado hasta entonces cómodo (el incómodo era Hildebrando). Estoy seguro de que Juan Ignacio está preparado para desempeñar el cargo, muy bien pagado por cierto, que le ofrecieron en el Grupo Prisa. También estoy seguro de que jamás se lo hubieran ofrecido si el resultado electoral hubiera sido otro. Tal vez si Andrés Manuel hubiera llegado a la presidencia, el puesto que hoy ocupa el señor Zavala le hubiera sido entregado por el Grupo Prisa a cualquier amigo o pariente de El Peje, y si ninguno lo hubiera aceptado, habrían colocado ahí al perro de la casa del vecino del edificio de departamentos donde vive López Obrador. Todo sirve cuando se trata de proteger la venta de millones de libros de texto anuales en México.

Se ha dicho mucho que Juan Ignacio Zavala intervino en el despido de Carmen Aristegui. No lo creo, o no quiero creerlo. Me atrevo a pensar que Carmen tampoco lo cree. Ellos se han llevado muy bien durante años. Nadie puede ser tan hipócrita o tan perverso. Fue cosa de Prisa y Televisa, dos empresas dispuestas a hacer lo que sea con tal de agradar al gobierno. Y vaya que le debe haber caído bien a Felipe Calderón la noticia de la salida de la periodista de W Radio. Es del dominio público que Calderón detesta a Aristegui.

Después de la toma de posesión de Felipe Calderón, no recuerdo ahora la fecha, Carmen Aristegui entrevistó a Andrés Manuel López Obrador. Este político, no Carmen, criticó a las empresas dueñas de los micrófonos a través de los que estaba hablando. Andrés fue duro con el Grupo Prisa y con Televisa, y tal vez hasta fue injusto en lo que dijo; lo que estoy tratando de decir es que, para los propósitos de esta discusión, no importa si las críticas de López Obrador eran correctas o no. Carmen no refutó a El Peje (a los entrevistadores no les toca debatir con sus entrevistados), pero tampoco estuvo de acuerdo con el hombre que en mi opinión es el único presidente legítimo de México. Como los cuestionamientos de Andrés tenían que ver con la libertad de expresión ejercida en Prisa y Televisa, Carmen consideró que era suficiente defensa para las empresas en las que trabajaba recordarle a su invitado que él estaba en esa radiodifusora hablando de lo que se le pegaba la gana.

Como yo ya no tenía contacto con la gente de Televisa, no supe qué pensaron ahí de esa gran oportunidad que López Obrador les había dado de presumir su respeto por la libertad de expresión. Con el que sí hablé (entonces todavía me llamaba con cierta frecuencia) fue con Antonio Navalón, de Prisa. Este hombre, en vez de estar agradecido con Andrés Manuel por haber hecho quedar bien a su empresa expresándose con total libertad incluso contra los mismos dueños de la radiodifusora, estaba realmente molesto: “Andrés no le ayuda a Carmen. Si cada vez que vaya a ser entrevistado por ella nos va a criticar, seguro que será muy difícil sostenerla. Lo peor es que Carmen no fue capaz de ponerlo en su lugar, de decirle que nadie viene a nuestra casa a decirnos nada”.

El hecho es que Carmen Aristegui salió de W Radio. Qué derrota para el Grupo Prisa, para el diario El País, para gente con prestigio como Juan Luis Cebrián. Para Carmen ha sido una victoria. No es exagerado decir que en todo México hay gente aplaudiéndola y solidarizándose con ella. La señora Aristegui es hoy por hoy la más influyente persona en los medios de comunicación mexicanos. Se lo merece.

  • EDITORIAL CHAMUCO

Kikka Roja

Las derechas en el poder

Arnaldo Córdova
Si muchos no lo ven es sólo porque no quieren verlo, pero los hechos están a la vista: las derechas en el poder son desastrosas. Su espíritu oligárquico no les permite gobernar más que de un modo: favorecer los intereses de los dueños de la riqueza sacrificando los intereses populares y del conjunto de la nación. Las derechas tampoco saben gobernar sino abusando del poder. Entre más poder tienen, mejor se desempeñan. Las derechas priístas tenían un poder indisputado y daban la impresión de que sabían gobernar, pero nos llevaron durante treinta años de una tragedia a otra sin solución de continuidad. La derecha panista (o, ¿las derechas?) ha resultado todavía más incompetente para gobernar, sobre todo, porque ya no cuenta con ese poder omnímodo de que gozaban las priístas.

Alguien ha dicho recientemente que los panistas son más cínicos en el ejercicio del poder que nuestros antiguos gobernantes priístas. Siendo cierto eso, yo agregaría que son, con toda evidencia, más irresponsables. Han olvidado por completo las enseñanzas de su fundador, don Manuel Gómez Morín, quien, influido por las enseñanzas de la doctrina social de la Iglesia, creía de verdad en la justicia social. Todo el que lea sus escritos tiene que admitir que muchos de sus argumentos e incluso muchas de sus propuestas podrían compartirse. Los panistas de hoy crecen ideológicamente con un odio visceral hacia lo que consideran de izquierda y, como la izquierda quiere siempre hablar a nombre del pueblo, en el fondo odian al pueblo, que para ellos es siempre el pueblo naco.

Cuando llegan al poder, actúan en consecuencia. Ellos están convencidos, como lo estuvieron los priístas derechistas que nos gobernaron durante decenios, que los únicos que pueden desarrollar la economía y construir el nuevo país en el que ellos piensan (tan confuso como todo lo que se alberga en sus mentes) son los que tienen el poder de la riqueza y de lo que ellos consideran es la cultura. Hay que gobernar para ellos cuando se tiene el poder. El pueblo es una noción que muy pocas veces aparece en el ideario panista y, para ellos, es el pueblo que trabaja con éxito empresarial y prospera y logra un buen nivel de vida. Los jodidos que viven de su trabajo, como asalariados o de la tierra, tan sólo con sus manos, o los comerciantes informales, ésos no son el pueblo en el que ellos piensan. Su pueblo es esencialmente clasemediero y tan proyanqui como lo son ellos mismos.

Gobernar para el pueblo y realizar la justicia social no está en el ideario de la derecha. El pueblo de los jodidos es, simplemente, un estorbo que prefieren dejar a las izquierdas para se entretengan con sus discursos demagógicos y vacíos. Si ese pueblo se alebresta queda siempre la fuerza represora del Estado y contra ella no tiene con qué responder. Están convencidos de ello. Para los panistas ultramontanos y yunquistas, la verdadera sociedad es la sociedad bonita a la que ellos piensan que pertenecen. La que nos dio el gran espectáculo en las bodas del panista Jorge Zermeño y del priísta Humberto Moreira, en las que el poder económico y el poder político se dieron la mano en el típico modo de ser de la derecha (panista y priísta).

Las derechas no tienen ideología, tienen intereses y a ellos responden siempre. Las ideas descerebradas con las que gobiernan siempre están referidas a sus intereses. El hacer promesas en las campañas electorales les parece que es sólo un recurso para ganar votos y no se ruborizan cuando, ya llegados al poder, se olvidan tranquilamente de las mismas. Sienten y piensan que los votantes les dieron el poder para que hicieran con él lo que les dé la gana. Saquear un erario público que hoy, a pesar de los pésimos sistemas de recaudación, es más rico que nunca, y dar a manos llenas el dinero de la nación a los empresarios, sus verdaderos héroes o apropiárselo ellos mismos, les parece la cosa más natural del mundo.

No hace muchos años, echábamos la culpa a los tecnócratas dogmáticos y obsesivos por el mal gobierno. Es algo que requiere ser revisado. No era, en el fondo, por ser tecnócratas que cometían tantos y tan flagrantes errores; era porque eran unos derechistas consumados. Sus errores no eran sólo técnicos o instrumentales; eran propósitos abiertamente derechistas y reaccionarios. Todavía no entiendo por qué muchos les llamaban “neo liberales” cuando debieron haberlos llamado por su verdadero nombre: derechistas. Nadie sabe a ciencia cierta lo que es un “neo liberal”, pero todos podemos entender lo que es un derechista.

Ciertamente, la derecha, como la izquierda o el centro mismo, cambian continuamente de signo. Yo, de Gómez Morín e incluso del ultramontano González Luna, no veo nada en los actuales panistas. Por sus intereses podemos conocerlos y nos han dado sobradas muestras de lo que son. Es en sus intereses que se diferencian, pero coincidiendo todos. Yo ya no veo mucha diferencia (excepto de siglas) entre la derecha priísta y la derecha panista (y hasta la derecha perredista). Todos buscan lo mismo: congraciarse con los dueños del capital y abrirles todos los caminos para que se enriquezcan sin medida. ¿Qué diferencia hay entre el presidente de México que a un hombre que no tenía más que inversiones sin ser todavía un empresario le entregó la varita mágica del enriquecimiento sin medida que se llamó Telmex y los que luego nos han gobernado haciendo de Televisa y de Tv Azteca un poder decisorio en la política nacional?

En política internacional, los gobiernos panistas han sido un fracaso total. Los priístas, que luego se volvieron derechistas, sabían hacer mucho mejor las cosas. Los panistas no tienen ni idea del mundo en que viven. La peor experiencia con ellos ha sido la tragedia de nuestros compatriotas que se han visto forzados a abandonar el país para buscar un mejor futuro en Estados Unidos. No les importa un bledo. No es su asunto. Es asunto de los jodidos de siempre que no saben hacer negocios ni ganarse la vida. Nos han dicho siempre que quieren un nuevo trato con la potencia receptora. Pero todo lo que hacen favorece el modo en el que las autoridades norteamericanas tratan a nuestros connacionales. Los yanquis saben que los panistas en el gobierno no tienen ningún interés en ello.

Que Felipe Calderón quiere privatizar Pemex, es un hecho. Nuestra compañía petrolera no necesita de inversión privada como lo sugirió varias veces el mismo Cuauhtémoc Cárdenas. Bastaría con que se le tratara como una verdadera compañía y no se le quitara el noventa por ciento de sus colosales ingresos para financiar a políticos y empresarios. Con ello le bastaría para ser una empresa modelo, como Petrobras de Brasil, que no cuenta con los cuantiosos recursos naturales de la nuestra. La inversión privada debería ser estrictamente complementaria y bien controlada. Que no le interesa el negocio, bueno, pues que no entre en él. Y es sólo un ejemplo de lo que la derecha hace en el poder.

Con la derecha en el poder, nuestro país va directo al destazadero y, si los demás no reaccionamos, un día no muy lejano nos encontraremos con que ya no tenemos país o, como dice Carlos Fernández-Vega, es un “México SA”, sin otra identidad que la de los buenos negocios para los ricos y los extranjeros.

TEXTO DEDICADO A JESUS ORTEGA Y SUS CHUCHOS, QUE SE DICEN "DEMÓCRATAS".
A nadie engaña CHUCHO ORTEGA, perdió las elecciones para jefe de gobierno del DF, hizo mega berrinche y siempre ha buscado la manera de desquitarse, lo que quiere es MÁS DINERO, y piensa que se lo va a dar el pelele Calderon FECAL.
Tiene que seguir en la contienda porque Ortega, representa a los intereses de los caciques de Michoacán, los Lazaritos, que su vez están amarrados de "las criadillas" por los panistas. Así que todo lo que diga Ortega, no es otra cosa que mentira.
Y mucho cuidado, los chuchos son una banda de mapaches, delincuentes electorales, hay que fotografiarlos y videograbarlos para denunciarlos.
  • El apoyo de AMLO a Encinas es un error político: Ortega
Notimex / La Jornada On Line

El perredista pidió que no se sobrepongan figuras de partido a la organización colectiva. México. El candidato a la dirigencia nacional del PRD, Jesús Ortega, calificó como un error político la decisión de Andrés Manuel López Obrador de apoyar a Alajandro Encinas, su principal oponente en el proceso interno de ese partido. Sin embargo, sostuvo en entrevista que no es algo que le inquiete, pues el tabasqueño tiene sus derechos a salvo y para la contienda sólo es un voto.

A su parecer, siempre son útiles las figuras dentro del partido, pero "ello no puede sobreponerse a la institucionalidad y a la organización colectiva", ya que los cambios en el Partido de la Revolución Democrática (PRD) son resultado de la acción social. De cara a su registro como candidato el 21 de enero próximo, el aspirante de las corrientes Nueva Izquierda y Alternativa Democrática Nacional rechazó también las visiones fatalistas de los partidos Revolucionario Institucional y Acción Nacional, que vislumbran un debilitamiento perredista después de la contienda.

Es el gran desafío del partido, especialmente de dirigentes y candidatos, de que no se cumpla el diagnóstico de nuestros enemigos de que el PRD se dividirá, por lo que el objetivo es llevar a cabo un proceso interno con normalidad democrática, expuso. El perredista estimó que el 16 de marzo próximo "sabremos si hemos alcanzado la madurez o no en el PRD, si somos capaces de enfrentar ese desafío y que surja una dirección con autoridad, un PRD unido y cohesionado; entonces pasaremos la prueba a la que nos sujeta el tiempo, el momento". SIGUE LA NOTA

Kikka Roja

DVD pelicula Fraude : a la venta el 24 de enero

DVD de la película Fraude México 2006 de Luis Mandoki:
De venta en:

Gandhi, Mixup, Cinemanía, El Sótano, El Péndulo, Palacio de hierro, Sears,
o en tu puesto de periódicos y revistas
a partir del 24 de enero 2008



Kikka Roja

El Chamuco : No. 140 : 2008 Este año nos va a ir bomba

A la venta el lunes 14 de Enero, 20 pesos, en todos los puestos de revistas,
y esperamos el que sigue, el lunes 28 de Enero.



Kikka Roja

Monosapiens : XEW La voz de la derecha ladina desde Mexico



Mono Sapiens : XEW La voz de la derecha ladina desde Mexico
Por Helguera y Hernández: Monosapiens XEW La voz de la derecha ladina desde Mexico



(XEW La voz de la derecha ladina desde España)
Kikka Roja

sábado, 12 de enero de 2008

Economia: SIN CRECIMIENTO : el cinismo de los tecnocratas

México SA
Carlos Fernández-Vega
cfvmx@yahoo.com.mx • cfv@prodigy.net.mx
  • Crecimiento en duda
  • México, abajo de Haití
  • Llamada urgente al papá de Gamboa
Ampliar la imagen Los índices accionarios en la bolsa de valores de Nueva York, cuya fachada se aprecia en la imagen, completaron tres semanas consecutivas con pérdidas Los índices accionarios en la bolsa de valores de Nueva York, cuya fachada se aprecia en la imagen, completaron tres semanas consecutivas con pérdidas Foto: Reuters

Pues nada, que apenas comienza el año y ya reconsideran el pronóstico 2008 para la economía mexicana, divulgado apenas un trimestre atrás, ante el escenario recesivo que vive Estados Unidos. Y tal decisión no se limita al ámbito gubernamental (el mismo que “por ninguna parte” ve incremento de precios, pero que ya armó su “pacto” para evitar, dicen, que sigan al alza), sino que involucra a organismos regionales e internacionales, como Cepal, Banco Mundial y ONU.

Por medio de los Criterios Generales de Política Económica, la “continuidad” proyectó un “crecimiento” económico de 3.5 por ciento para el presente año, pero luego de aprobarse la “reforma” fiscal se dio el gusto de “aumentar” la estimación: de 3.5 a 3.7 por ciento (dos décimas de diferencia), por el efecto directo de los nuevos impuestos, entre ellos el gasolinazo.

Por aquellos días, también, en plena sacudida por la crisis hipotecaria en Estados Unidos, el inquilino de Los Pinos presumía que ésta, a la economía mexicana, le hacía lo que el viento a Juárez, tanto que apenas iniciado 2008 comenzaron las reconsideraciones en materia de “crecimiento”.

En este sentido se manifestó el secretario de Hacienda, Agustín Carstens: en 2008, el crecimiento económico será menor al estimado originalmente, aunque no faltó el spot (“la solidez mexicana financiera y del mercado interno ayudarán a sortear la desaceleración prevista para la economía de Estados Unidos de este año, por lo que no se dará un episodio negativo como en 2001”)

El gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz (que no ve el gasolinazo por ninguna parte: “no hay”, dice), le hizo segunda: “el riesgo de observar un menor crecimiento económico este año es mayor debido a la posibilidad de una recesión en Estados Unidos (por ello) realizaremos cambios en el pronóstico de crecimiento”. Repitió el spot de Carstens (“hoy México está mejor que en el pasado por tener indicadores macroeconómicos más sólidos, por el mayor dinamismo del mercado interno”), aunque matizó: “la economía mexicana resistirá razonablemente bien la desaceleración en Estados Unidos, pero dependerá del tamaño de la posible recesión”.

Con todo y “solidez macroeconómica” (frase repetida hasta el cansancio en los últimos años, no obstante el raquitismo en materia de crecimiento), el producto interno bruto no pasará de 3 por ciento, aunque con ganas de no deprimir a nadie si esa proporción se logra nos deberá llenar de gozo, porque existen reconsideraciones aún peores, como la divulgada esta semana por la Cepal y la ONU, que a la letra establece: México podría crecer este año apenas 1 por ciento si se consolida el escenario recesivo que se vislumbra en Estados Unidos, aderezada por la profundización de la crisis hipotecaria y la depreciación del dólar. “La probabilidad de que ésta ocurra (la recesión) es hoy de 50 por ciento frente al 30 por ciento estimado a finales de 2007”, según el director de Políticas y Análisis del Desarrollo del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales del segundo de los organismos citados, Robert Vos, quien de cualquier suerte pone el dedo en la llaga: México “mantendrá su relativamente lento nivel de crecimiento”.

Resulta que para 2008 ese “relativamente lento” avance de nueva cuenta colocaría a la economía mexicana por debajo de la tasa de crecimiento de Haití (siempre y cuando el escenario recesivo en Estados Unidos no se concrete), y aquí el del entusiasta pronóstico es el Banco Mundial, quien para esos fines y al cierre del presente año coloca a México en el escalón número 23 de 25 posibles en su análisis latinoamericano, mientras al país isleño lo ubica en el número 22.

No cabe duda que la macroeconomía mexicana es muchísimo más sólida que la haitiana, pero para efectos prácticos no sirve para mayor cosa cuando la economía haitiana crece más que la que un día y el otro también presume su “solidez”. En estricto sentido, la mexicana apenas crecería un poco más (3.2 por ciento) que otras dos islas caribeñas: Dominica (3.1 por ciento) y Jamaica (3).

Lo peor del caso es que para 2009 el pronóstico es el mismo e igual el escalón asignado a la “sólida” economía mexicana, de acuerdo con las estimaciones del Banco Mundial.

Y si de beneficios derivados de la “solidez” económica mexicana se trata, qué mejor ejemplo que el ofrecido ayer por la “reventadora” Secretaría del Trabajo: a estas alturas, 19.2 millones de trabajadores laboran en la informalidad, o lo que es lo mismo el 45.3 por ciento de la población ocupada. Las cifras oficiales aseguran que en la formalidad están registrados 14.8 millones, una cantidad 23 por ciento menor a los que sacan el día en la llamada economía subterránea. Adicionalmente, 8.4 millones de personas se emplean en el sector formal, pero carecen de prestaciones, de tal suerte que fácilmente podrían considerarse como informales.
  • Las rebanadas del pastel
En materia laboral el régimen de un tal Porfirio de Jesús Calderón Díaz y sus neocientíficos va viento en popa: no sólo está al servicio del gran capital, entre ellos el minero, con el barón Larrea a la cabeza, sino que dedica su mejor esfuerzo a romper huelgas en Cananea. Para ello habilitó como secretario del Trabajo a un pianista (también prianista) poblano, experto en telecomunicaciones, mientras un empresario pollero y huevero, prócer del Fobaproa que devino gobernador de Sonora, se viste de Rafael Izábal para recibir a los neo rangers federales y estatales… Variaciones sobre el mismo atentado: a) “recordemos que Gamboa Patrón fue el de la famosa llamada con Kamel Nacif. En ella dijo: ‘no hay problema, papá, va patrás la ley’. La nueva versión de la llamada sería: ‘no hay problema, papá, va patrás la Constitución”. (Alvaro Albarrán González, albarranag@prodigy.net.mx ); b) “hay que hablarle al papá del diputado Emilio Gamboa, el señor Nacif, para que éste a su vez le ordene que eche patrás la reforma energética” (Francisco A. Servín de Alba, fsda@att.net.mx).

Kikka Roja

Cananea: conflicto agravado : Eduardo Bours STPS y empresarios negligentes

Cananea: conflicto agravado
Editorial

Ayer, elementos del Ejército y policías federales y estatales desalojaron violentamente a trabajadores de la mina de Cananea, en Sonora, después de que la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje (JFCA) declaró inexistente –por segunda ocasión– la huelga que las secciones 17, 65 y 201 del sindicato minero mantienen desde el 30 de julio del año pasado en yacimientos de Guerrero, Sonora y Zacatecas.

Con el desalojo de esta mina, la actual administración da continuidad a la cadena de acoso judicial e injerencias que la pasada administración federal, en contubernio con los empresarios mineros, emprendió en contra de la organización sindical del ramo, y prácticamente cancela el panorama de una posible negociación entre el gremio y la autoridad laboral.

El 19 de febrero de 2006 en Pasta de Conchos, Coahuila, la negligencia de la empresa Grupo México, en conjunción con la inoperancia de la Secretaría del Trabajo, arrojó un lamentable saldo de 65 obreros muertos en una mina de carbón. El gobierno federal, entonces encabezado por Vicente Fox, lejos de dedicarse a resolver las indignantes condiciones de trabajo de los mineros y exigir a los empresarios de ese sector el cumplimiento de las normativas pertinentes de seguridad laboral, desconoció a la dirigencia del sindicato minero, encabezada por Napoleón Gómez Urrutia, e intentó imponer a un líder espurio y plegado a los intereses gubernamentales y empresariales, Elías Morales, con el inverosímil argumento de que pretendía “defender los derechos de los trabajadores contra dirigentes que los explotan y los manipulan”, declaraciones que omiten, en todo caso, que corresponde precisamente a los trabajadores ratificar o deponer a sus representantes sindicales.

El gobierno calderonista, por su parte, nada ha podido o querido hacer para resolver ese conflicto heredado del foxismo; por el contrario, se ha encargado de agravar la situación, igualmente por la vía del golpeteo político y judicial, y empleando como punta de lanza al titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), Javier Lozano Alarcón. En agosto de 2007, de manera abrupta, Lozano Alarcón dio por terminadas las incipientes negociaciones para poner fin a la huelga minera y afirmó que la cancelación de las pláticas se debió a que los representantes sindicales intentaron “chantajear” al gobierno federal, al condicionar el término del paro a cambio de la cancelación las órdenes de aprehensión en contra de Gómez Urrutia. En ese entonces, Lozano Alarcón había insinuado ya que la huelga podría ser declarada inexistente, puesto que algunos trabajadores permanecieron en los yacimientos mineros “horas después” de que se colocaron las banderas rojinegras, algo que, por cierto, constituye el argumento central de la resolución de la JFCA.

Esta cadena de injerencias del gobierno federal en el conflicto minero continuó con la impugnación presentada por la Procuraduría General de la República contra una sentencia de amparo definitivo otorgada a Gómez Urrutia en noviembre. Por esos días Lozano Alarcón otorgó la “toma de nota” a una nueva organización sindical minera del estado de Sonora. Ambos hechos acabaron por confirmar el cariz de persecución de las acciones emprendidas por el gobierno federal: a las acusaciones judiciales en contra de la dirigencia del sindicato minero se sumó el intento de desmembrar y debilitar el gremio al promover y avalar la aparición de escisiones, en una redición de las más añejas prácticas priístas de intervención y control en la vida sindical.

A lo que puede verse, el gobierno federal ha optado por sumar el uso de la fuerza pública a una secuencia de intentos de toda índole por reventar un huelga respaldada por demandas legítimas, como la exigencia de condiciones dignas de trabajo. Tal decisión reviste gran irresponsabilidad, sobre todo si se toma en cuenta que el conflicto minero es sólo un elemento sintomático de lo que ocurre en muchos otros sectores industriales del país y que, lejos de ayudar a buscar vías de conciliación, el gobierno parece empeñado en exacerbarlo.

  • Arremeten 800 efectivos federales y estatales contra los trabajadores
  • Los obreros deben presentarse a laborar hoy, según el fallo de la junta
  • El gremio promueve amparo; reporta que hay cinco desaparecidos

Kikka Roja

Miguel Concha : Los derechos de las audiencias

Miguel Concha
Los derechos de las audiencias

Entre muchas cualidades y actuaciones positivas, que con objetividad han venido siendo destacadas en la red y otros medios nacionales e internacionales, Carmen Aristegui es la periodista que ha estado más cerca y de manera constante con dos sectores sociales importantes de la lucha por la democracia en México: los intelectuales independientes y las organizaciones civiles autónomas. Como todo comunicador actualizado, su labor no se ha limitado a difundir sus puntos de vista, lo que ya es mucho, sino también a participar en sus análisis y encuentros, con el fin de conocer mejor sus opiniones, compenetrarse más del contenido de sus informes y participar con su experiencia en la mejor realización de sus actividades.

Yo la recuerdo personalmente desde los inicios de la década de los 90, en un programa de la recién nacida Comisión Nacional de los Derechos Humanos en Radio Educación, dándoles voz a las organizaciones privadas de derechos humanos, fundadas exclusivamente con propósitos nacionales por lo menos 10 años antes. Por ello la decisión de no renovarle su contrato como conductora del noticiario matutino Hoy por hoy en la cadena W Radio por razones políticas, aunque no de información, y ni siquiera inmediatamente comerciales, ha sido interpretada con razón como un acto de censura y una afrenta a la libertad de expresión. Y si no que lo desmientan inmediatamente en México los directivos de la empresa española Prisa, pues somos muchos los que todavía no entendemos en todo el país a qué se refieren cuando hablan de un nuevo “modelo editorial” en el manejo de sus noticiarios. Cuanto más que estamos enterados de que existe una campaña soterrada para desacreditarla hipócritamente y en forma mentirosa y vil, luego de que fueron ellos los que no cumplieron durante todo un año con las peticiones que con todo derecho ella les hizo. Y ello sobre todo en una nación regresivamente autoritaria, en la que todavía los deseos inconfesados del príncipe son obsequiados con diligencia, con la esperanza de ganancias económicas y políticas futuras.

Todo esto obliga, como ya se ha propuesto, a que la sociedad, que en este como en otros asuntos vitales para el país ha sido la menos tomada en cuenta cínicamente en esta irresponsable decisión, se articule mejor y refuerce su lucha organizada para promover y defender pacífica, pero firmemente, sus derechos como audiencia. Cuanto más que el espacio radioeléctrico es un bien público del Estado mexicano, y no una propiedad privada de los concesionarios de los medios, y ni siquiera un instrumento que el gobierno puede manejar a su antojo, a espaldas y contra los intereses del pueblo. Como expresaron con toda razón en este sentido varias organizaciones importantes de periodistas y expertos en comunicación en un boletín el pasado jueves, “Los medios de comunicación son las vías mediante las cuales se materializa el ejercicio del derecho a la libertad de expresión. Por ello deben cumplir fundamentalmente con el fin social de mantener informada a la población de manera plural, a fin de que ésta pueda obtener información y tomar decisiones para mejorar su participación y el desarrollo social. De ahí que los medios de comunicación deben funcionar de cara a la sociedad, transparentando y fundamentando sus decisiones”. Todo esto igualmente obliga a que la sociedad organizada ahora más que nunca exija a los que en teoría son nuestros representantes populares en el Congreso una legislación moderna urgente para la radiodifusión y las telecomunicaciones, que sea capaz de propiciar la pluralidad de contenidos, acotar la concentración mediática y garantizar el respeto a las audiencias, luego de que ya fue aprobada la reforma constitucional en materia electoral, hoy descaradamente objetada en los medios y en algunos juzgados por sectores influyentes de la clase empresarial, con el interesado pretexto de la libertad de expresión.

Como propuso desde noviembre del año pasado al Grupo Plural del Senado para la Reforma de las Leyes de Radio y Telecomunicaciones la Asociación Mexicana de Derecho a la Información, dicha legislación tiene que garantizar y proteger entre otras cosas el derecho de los ciudadanos a estar bien informados, a ejercer su derecho de réplica, a ser interpelados con respeto, y a ejercer su derecho a la libertad de expresión y de información. Debe también definir con toda claridad y precisión la función de servicio público de la radio y la televisión, como un servicio esencial para la sociedad y el fortalecimiento de la democracia, y consecuentemente promover una programación de calidad, garantizando el derecho de acceso a la información y la comunicación de los grupos sociales.

Desde mi punto de vista, debe también incorporar la cláusula de conciencia de los periodistas, ya reconocida por ejemplo por la Ley Orgánica Reguladora de la Cláusula de Conciencia de los Profesionales de la Información de España, hoy desvergonzadamente ignorada en México por la empresa Prisa, y de la que nos ocuparemos con más detalle en otra ocasión.

Kikka Roja

Desfiladero: Mexico verguenza mundial exporta el FRAUDE a Kenia

Desfiladero
Jaime Avilés
jamastu@gmail.com
  • Aristegui
  • ¿En qué se parece al golpe de 1976 vs Excélsior?
  • Cortaron un árbol donde crecerá un nuevo bosque
  • El IFE ayudó a organizar los comicios en Kenia

Ampliar la imagen Desalojo de la empresa Minera de Cananea, ayer Desalojo de la empresa Minera de Cananea, ayer Foto: Cortesía Martín Camargo, Semanario Proyección, de Cananea

A su llegada a estas tierras, procedente de Nairobi, ciudad en la que dejó a 47 compatriotas librados a su suerte porque, así dijo, “era más importante venir a recibir instrucciones de (…) Felipe Calderón”, el embajador de México en Kenia, Juan Antonio Cue, negó que el IFE hubiese ayudado a las autoridades de aquel país africano a organizar los recientes comicios presidenciales, que provocaron un baño de sangre cuando el candidato oficialista le robó el triunfo, mediante un fraude, al abanderado de la oposición.

La noticia, que parece un chiste pero no lo es y debe ser investigada por el Congreso, inspiró en una lectora de esta página la siguiente reflexión: “la tragedia de Kenia vuelve a poner de relieve la grandeza de López Obrador, que ante una situación muy similar evitó que aquí estallara la violencia”. Desde luego, el plantón de Reforma y las acciones que de él se derivaron conjuraron el riesgo de una masiva explosión de furia. Sin embargo, la resistencia civil pacífica no ha logrado contener la otra violencia, la que de muy distintas formas está generando con intensidad creciente el gobierno pelele de Calderón.

O quizá habría que hablar de las otras violencias. A saber, la de la dizque “guerra” contra el narcotráfico, que justifica la presencia del Ejército en todas partes, causa miles de muertes en las calles, infunde terror, propicia la intervención de Estados Unidos en temas de seguridad nacional (atrae dólares y armas gringas), pero sobre todo beneficia a los cárteles porque la persecución aumenta el precio de sus mercancías y eleva exponencialmente sus ganancias (que comparten con políticos, policías y militares).

Está también la violencia jurídica, que tiene en la cárcel a líderes sociales mientras garantiza impunidad ilimitada a empresarios, gobernadores y arzobispos. Por no hablar de la violencia estructural del modelo económico, culpable de la miseria crónica de los campesinos, los indígenas y vastas capas urbanas. O de la violencia política (Oaxaca, Chiapas, Guerrero, Atenco). O de la violencia económica, atizada por el encarecimiento de los productos básicos a partir del alza a las gasolinas.

A todo lo anterior hay que agregar la violencia verbal, que esta semana se desató desde la cúpula del sistema, combinando la demagogia y el cinismo con las ganas de provocar al movimiento social que se dispone a dar épicas batallas por la defensa de Pemex y de los productos esenciales del campo. “No hay gasolinazo” (Eduardo Sojo, secretario de Economía). El TLC, “exitoso” (Arturo Sarukhán, embajador en EU). Los aumentos de precios, “por desinformación” (Consejo Coordinador Empresarial). El TLC, “benéfico” (Calderón, presidente pelele). “Estoy mudo” (Jesús Reyes Heroles, director de Pemex, ante periodistas que pedían informes sobre la privatización de la empresa). “México puede volverse adicto a los ingresos que obtiene de Pemex” (Standard & Poor’s, 70 años después de la expropiación petrolera). El procurador de Jalisco “sí asistió a una fiesta sexual en la que fueron violadas menores” (Emilio González Márquez, gobernador estatal, a quien sólo le faltó añadir “y qué”, sabiendo que lo protegerá la Suprema Corte).

Sin soslayar la violencia de género, que merece un espacio aparte, no se puede olvidar la violencia laboral, que en estos días alcanzó una notoriedad escalofriante con tres casos que pintan a los empresarios mexicanos del ramo del periodismo como lo más viles del mundo. El más pequeño de los tres, diría Cri-cri, es Rogelio Toledo, dueño del Diario de Chiapas, que despidió al reportero Mario Álvarez en castigo porque éste se fracturó las dos piernas cuando la noche del 24 de diciembre, en vez de celebrar con su familia, trabajaba en las calles de Tuxtla Gutiérrez y fue atropellado por un camión.

El segundo es Remigio Ángel González, propietario del Canal 9 de la televisión argentina, que encerró en un baño por más de 48 horas, sin ventilación ni comida, a cinco periodistas que había despedido y que regresaron a su trabajo por orden de un juez. Las víctimas, rescatadas el miércoles, están hospitalizadas en Buenos Aires. Ahora bien, si los dos ejemplos anteriores son indignantes, el que protagoniza actualmente el magnate Emilio Azcárraga Jean, es vomitivo.

Para refrendar su alianza con el gobierno pelele, el dueño de Televisa le arrebató los micrófonos de W Radio a Carmen Aristegui, la periodista más querida, respetada, influyente y con mayor audiencia en el ámbito de los medios electrónicos del país. El acontecimiento, que ha sacudido a la opinión pública y tiene ya repercusiones internacionales (véase lo que ayer publicó Le Monde), trae a la memoria lo que sucedió, aquí mismo, el 8 de julio de 1976, cuando el gobierno de Luis Echeverría quitó de la dirección de Excélsior a Julio Scherer.

En aquel tiempo había un dinámico movimiento de insurgencia sindical contra la hegemonía del líder charro Fidel Velázquez, encabezado por el líder electricista Rafael Galván, que desafiaba la estructura vertical del autoritarismo. El cine, el radio y la televisión eran férreamente controlados por el gobierno. La única revista disidente era Siempre!, de José Pagés, cuyo suplemento, La cultura en México, dirigido por Carlos Monsiváis, ejercía la libertad de expresión con altos riegos.

Estaban prohibidas las manifestaciones políticas en el Zócalo, los cuatro partidos políticos autorizados obedecían sin chistar las reglas del juego; la izquierda trataba de salir de la clandestinidad, las cárceles estaban repletas de presos políticos de la guerrilla, y sólo doña Rosario Ibarra hablaba de los desaparecidos, entre los cuales figura Jesús Piedra, su hijo. Cuando Julio Scherer cayó, todos pensamos que era el preludio de una nueva oleada de represión, ahora contra los electricistas y los maestros que organizaban sindicatos universitarios.

Sin embargo, la censura impuesta a todo el país por medio de la maniobra contra Excélsior tenía otra finalidad: sofocar las críticas a la devaluación del primero de septiembre de ese año de 1976, que puso fin a la paridad de 12.50 por dólar, vigente desde 1954, e inauguró la etapa de la hiperinflación, tras la cual, en 1982, llegaron al poder los salinistas. El golpe a Excélsior, empero, dio pie al nacimiento de una nueva generación de medios impresos más libres, modernos y críticos, a la apertura de espacios en radio y a la incorporación de nuevos partidos al Congreso.

Todo ello fue posible, sobre todo, porque así le convenía al gobierno de José López Portillo y a que había una efímera bonanza económica. Hoy, tras el golpe a Carmen Aristegui, los temores se reactualizan: esto parece la antesala de la represión que acompañará la venta de Pemex (y para la cual se creó la Ley Gestapo, que permitirá la entrada de la policía a nuestra casa), pero las condiciones objetivas son muy distintas a las de 1976.

A Calderón no le interesa en absoluto la apertura, pero tiene en su contra un movimiento social gigantesco, que cuenta, además de muchos otros recursos políticos y morales, con las herramientas tecnológicas de internet para multiplicar las trincheras informativas. mientras a Televisa, no le queda sino una runfla de merolicos sin vergüenza y todo el descrédito del mundo. Así que no hay, en suma, ninguna razón para alentar el pesimismo.

Los que cortaron el árbol de Carmen Aristegui en la W fecundaron, sin saberlo, el terreno sobre el que muy pronto crecerá un nuevo bosque. No lo duden: lo veremos.


Kikka Roja

viernes, 11 de enero de 2008

La patria no se vende : Corto documental de Browncheco

Envio el nuevo corto documental: la patria no se vende.




Muchas gracias por ayudar a difundir este mensaje. Estamos viviendo momentos cruciales, y si no nos mivemos perdemos el cuarenta por ciento de independencia que nos queda.

No a la venta de PEMEX.

Por la paz, la justicia y la libertad
http://www.youtube.com/browncheco
http://enlaplazapublica.blogspot.com

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Kikka Roja

Víctor M. Quintana Silveyra : La rebelión de los inaudibles : Resistencia

La rebelión de los inaudibles

Víctor M. Quintana Silveyra

Los campesinos tuvieron que bloquear un puente internacional, formar un muro humano en su parte más alta; resistir ahí por 36 horas temperaturas hasta de siete grados bajo cero para que los volvieran a ver, para que los volvieran a oír. Así fue hace cinco años en el arranque del movimiento El campo no aguanta más. Tal parece que sólo cuando se ponen en el umbral del estallamiento la nación voltea a verlos, a escucharlos. Eso reflexiona uno desde el puente Córdoba-Américas en este frío amanecer del año. Cuando la noticia ya se ha regado por toda la República y más allá. Cuando empiezan a llegar las manifestaciones solidarias; cuando se siente que la toma del puente sirvió para detonar decenas de movilizaciones por todas partes, es cuando la mayoría de los medios de comunicación –con muy honrosas excepciones– le espetan a uno: “si había 14 años para la liberación total del comercio agropecuario, ¿por qué hasta ahora se manifiestan?” Hace uno de tripas corazón y le responde educadamente al reportero, a la reportera. Pero luego calla uno junto a los leños y en la soledad de la cobija le da vueltas a lo que está detrás de esta pregunta-reclamo.

Las organizaciones campesinas independientes y sus aliadas llevan por lo menos 17 años de lucha y denuncia ante el TLCAN y sus efectos perversos en el campo y entre los trabajadores. Han desplegado una serie de acciones locales, nacionales e internacionales y tejido relaciones como pocos: han buscado y construido foros, se han fundamentado en los análisis de investigadores y en la labor de periodistas comprometidos. Pero han tenido que enfrentarse a una estrategia múltiple de invisibilización, de inaudibilización por parte de la clase dominante.

Es un hecho que éste es un país en el que sólo unos cuantos tienen derecho a la “visibilidad”, a la “audibilidad”: los políticos, los grandes empresarios, las figuras de la industria mediática, los narcos, o fugazmente, los protagonistas de lo más rojo de la nota roja. Los campesinos, y aún más los indígenas, son invisibles e inaudibles casi por definición. Y eso no es casualidad: hay una estrategia muy clara de invisibilización de los actores sociales de las clases populares por parte de quienes dominan en lo político, en lo económico y en lo simbólico.

A esta estrategia confluyó también el papel traicionero de las cúpulas de la CNC mientras ésta se ostentó como el monopolio de la representación campesina en la República. Durante los sexenios de Salinas y de Zedillo todas las políticas neoliberales de ajuste, todas las medidas anticampesinas, entre ellas la contrarreforma agraria y el TLCAN, fueron respaldadas por las gargantas profundas del cenecismo. Ellos se llevaron los titulares de los periódicos y de los medios electrónicos avasallando a las voces disidentes que auguraban todos los males que a final de cuentas acarreó el TLCAN.

Pero también hicieron inaudibles –o al menos dieron coartada para considerarlas así– las demandas básicas de los campesinos, las contradicciones de sus propias organizaciones.

En momentos clave, sobre el planteamiento básico de rescate de la soberanía alimentaria nacional y de la agricultura campesina, predominaron los celos, los arreglos particulares, las mieles de los financiamientos fáciles o del ser aparentemente tomados en cuenta o incluso los incrementos al presupuesto rural. Entonces se bajó la guardia, se comprometió toda la energía en los programas y en las reglas de operación y se hizo inaudible el reclamo fundante: “fincar la soberanía de la nación en una base alimentaria propia, producida por campesinos e indígenas que de ello vivan dignamente y proporcionen a los consumidores alimentos básicos baratos, de calidad y suificientes”. En el griterío por las decenas de programas y por los millones de pesos apenas se escuchaba el clamor de algunos denunciando la catástrofe del campo y exigiendo la renegociación del TLCAN en materia agropecuaria.

Por eso, ahora que se vuelve a ver la figura de los invisibles, que se vuelve a escuchar la voz de los inaudibles no hay que dejar que se pierda. Ahora que especialistas, académicos, líderes de opinión, organizaciones campesinas, tanto las consecuentes como las contritas, se han unido, hay que fijar bien en los ojos y en la voz el grito fundamental: por la soberanía alimentaria de la nación y el rescate del campo con campesinos e indígenas. Sostenerlo, defenderlo de los cantos de las sirenas de acuerdos y de pactos mezquinos, sustraerlo de las grillas y de los pleitos por el protagonismo, levantarlo como bandera hasta el triunfo, ésa es la gran tarea actual de la nueva revuelta campesina, de la actual rebelión de los inaudibles.

Kikka Roja

Luis Javier Garrido : La regresión

La regresión
Luis Javier Garrido

El estallido social que el gobierno panista de facto niega todos los días que se vaya a producir parece, sin embargo, cada vez más cercano por la miopía de quienes se han apoderado del aparato estatal.

1. El proceso político que ha vivido el país entre 1988 y 2000 y en el cual el PAN se ha erigido instrumento de los poderes fácticos, ha sido de una regresión en casi todos los órdenes, y lo que la propaganda oficial insistió en calificar como una “transición democrática” –utilizando los términos que los ideólogos del Pentágono impusieron en América Latina desde los 90–, no ha sido a fin de cuentas más que una operación tendiente a destruir la capacidad soberana del Estado y a cancelar derechos fundamentales del pueblo a fin de poder desmantelar a la nación mexicana.

2. La que ahora se pretende llamar oficialmente “alternancia política”, y que en realidad ha sido desde 1997 un cogobierno del PRI y el PAN, no ha constituido más que una estrategia de recomposición del aparato de dominación política a fin de “legitimar” a las autoridades tras el desgaste de 75 años de gobiernos priístas. Por consiguiente, el Partido Acción Nacional en el gobierno ha negado en los hechos todas sus tesis históricas, y ha sido durante los gobiernos de Fox y de Calderón el partido del fraude electoral, de la corrupción, de la cancelación de los derechos fundamentales del pueblo y de la entrega de los recursos estratégicos de la nación al extranjero.

3. El PAN carece desde hace tiempo de un proyecto y sus actuales cuadros no tienen más propuesta que la de los grupos de la extrema derecha de cualquier país. Desde los años en que Carlos Castillo Peraza fungió como presidente panista (1993-1997) y entendió que el partido fundado por Manuel Gómez Morín carecía ya de una identidad y un proyecto propio, y sus miembros no eran más que pragmatistas de derecha sin escrúpulos, lo vinculó al Partido Popular de España, que se tornó en su modelo, y asumió el perfil neofranquista que tiene ahora como partido del clero conservador, de los empresarios golpistas y de la pequeña burguesía fascistizada.

4. Los panistas en cargos públicos, a nivel estatal como federal, han hecho suyos a su vez todos los vicios que señalaban a los priístas, y han sido mucho más corruptos que aquéllos: han gobernado de manera patrimonialista, obsesionados por los negocios, sin más proyecto político que entregar el país al dominio de las multinacionales para lo cual han recurrido a las prácticas que pretendieron combatir en el PRI durante los 50 años en que fueron una fuerza pequeña de oposición (1939-1988), por lo que reprimen lo mismo a los movimientos sociales –y ahí están encarcelados sin sustento legal Ignacio del Valle, de Atenco, y Flavio Sosa, de la Asamblea Popular de los Pueblo de Oaxaca–, que desaparecen a opositores o acallan a los medios.

5. El gobierno panista de Calderón no oculta su extrema debilidad, pues sabe que es un gobierno sin respaldo social, y ante su compromiso con los poderes trasnacionales para entregarles el sector energético, actúa con pánico frente a un pueblo que a pesar de sus esfuerzos sigue respaldando a López Obrador. De ahí que como todos los poderes de talante totalitario se lance ahora contra las personalidades moderadas y se oponga lo mismo a que Genaro Góngora, ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ocupe la presidencia del Instituto Fedela Electoral, que a que la periodista Carmen Aristegui tenga un espacio importante en la radio.

6. El esquema de la actual mecánica del poder no ha sido del todo desastroso para los priístas, pues si el PAN carga con el costo de las políticas antipopulares, la toma de decisiones sigue estando en manos de los priístas. Carlos Salinas de Gortari tiene más poder político que Felipe Calderón, quien actúa como su pelele, no sólo por controlar varias secretarías de Estado y el Congreso (por coducto de de sus esbirros: el senador Manlio Fabio Beltrones y el diputado Emilio Gamboa), sino por su poderío económico, pues es codueño de las principales empresas del país a través de decenas de empresarios que son sus prestanombres, desde Carlos Slim hasta Lorenzo Zambrano, o a los que se encuentra asociados, aquí y en el exterior, desde Emilio Azcárraga y Ricardo Salinas Pliego hasta Jesús de Polanco.

7. Los panistas, a cambio de no intervenir en las grandes decisiones, tienen sus pequeños cotos de poder y han podido apoderarse del aparato estatal, ponerlo al servicio del clero y de los empresarios, y dedicarse ellos mismos a los negocios impunemente. Calderón ha encubierto los gravísimos actos de corrupción de Fox, Marta Sahagún y sus hijos, no sólo porque le debe la silla presidencial a la que llegó por el fraude, sino porque él mismo y sus allegados están dedicados a hacer negocios ilegales.

8. La prepotencia con la que el aventurero gallego Juan Camilo Mouriño (jefe de la Oficina de la Presidencia y vicepresidente de facto de México) se está apoderando del sector energético (Proceso 1627) sólo rivaliza con la actitud desvergonzada en el tráfico de influencias de los cuñados ya no tan incómodos de Calderón, Juan Ignacio Zavala y Diego Hildebrando Zavala.

9. El panismo de hoy no sorprende por su vocación de traicionar a México y entregar los recursos estratégicos del país al capital trasnacional, ni por su esfuerzo en cancelar los derechos sociales de campesinos y trabajadores, o de atentar contra las garantías constitucionales, pues la experiencia desastrosa del corrupto Vicente Fox ya lo exhibió tanto como ahora lo hace el gobierno ilegítimo de Calderón.

10. Los acuerdos de Salinas y el PAN en 1988 llevaron al país no a la democracia, sino a la grave crisis institucional en que se halla ahora, y el dilema de México es el de hace 20 años, nada más que con el país devastado, amplios sectores de la sociedad confundidos y un pueblo al que ha llegado a sus límites.


Kikka Roja

PRIMER PLANO : AUDIO : programa 7 enero 2008

AUDIO

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María Amparo Casar, Francisco José Paoli Bolio,
José Antonio Crespo Mendoza y Lorenzo Meyer Cossío

MARIA AMPARO CASAR: Yo quisiera hacer una distinción y una aclaración, los amparos hasta. digo no revisé desde luego todos, pero los amparos son en efecto contra el artículo 41 porque se tilda de anticonstitucional, pero es por el hecho de que nadie pueda comprar tiempos oficiales, nadie se ha amparado por la parte de las campañas negativas, hasta este momento. Es por la prohibición del artículo a tener derecho a adquirir tiempo, espacio en la radio y la televisión para dar tus opiniones políticas sobre uno u otro candidato y esto es lo que están contendiendo tanto las organizaciones empresariales como el amparo que promovieron estos 14 o 15 intelectuales. Curiosamente yo estoy del otro lado, apoyo la medida de que no se puedan comprar tiempos oficiales, porque me parece que ahí lo que los legisladores estuvieron haciendo fue privilegiar la equidad para que no hubiera la posibilidad de que el dinero entrara más de lo que ya entró a la política y pudiese inclinar la balanza hacia un candidato o a otro y es un principio en el que yo creo.

Y en ese sentido además no me parece el hecho de que tu no puedas comprar tiempo de radio y televisión en ningún sentido me parece que esto está mermando mi libertad de expresión, bueno no, no creo, la ley permite que todos estos espacios como en el que estamos ahora, como el que habrá en las noticias, como el que habrá en las televisiones privadas, de paga o abierta, habrá múltiples programas de debate a donde irán los políticos y a donde iremos nosotros los analistas. En ese sentido creo que la libertad de expresión no está coartada, contrariamente Paoli yo si pienso que las campañas negativas, la prohibición de las campañas negativas y el haber convertido a los consejeros del IFE -cuando los tengamos porque no los tenemos- en sensores de las campañas negativas, eso sí va en contra de la libertad de expresión. Que un partido, que un candidato, Felipe Calderón, Andrés Manuel López Obrador en las pasadas, quienes vayan a ser en las próximas, que sean los punteros, no puedan criticarse fuerte, hablar las cosas claras de lo que piensa uno con respecto de otro, descalificarse incluso siempre y cuando no vayas o no hagas calumnias, lo que ya de hecho decía la Ley de Imprenta Mexicana, no entiendo por qué no nos dejan a nosotros los ciudadanos, a los votantes decidir si lo que se está haciendo es campaña sucia y castigar en la urna esas campañas sucias.

Eso sí me parece que la libertad de expresión me la están cuartando o se la están coartando a los candidatos, porque yo voy a poder decir lo que yo quiera en estos espacios, a los candidatos, de no poder criticar a sus contrincantes ¿De qué se trata?

O ¿Quién va a calificar que es una campaña negativa? ¿Qué es una guerra sucia?

LORENZO MEYER COSSIO: La ley en realidad refleja las preocupaciones del 2006, una ley hecha en relación no abstracta, sino en relación a una historia muy concreta. El 2006 vio una campaña negativa y vaya que si fue a fondo. El 2006 también vio cómo los empresarios, el Consejo Coordinador Empresarial directamente violando la ley, compró espacios y uso los espacios para una campaña negativa. Entonces, esto esta simplemente tratando de tapar el pozo cuando el niño ya se cayó, pero como hay otros niños alrededor puede ser que sirva de algo, pero no deja de ser “simpático”, pongámoslo entre comillas, ver a los empresarios tan preocupados por la libertad de expresión.

¿De cuándo acá? Los empresarios en México tienen una historia, una historia ya de siglos ¿Cuándo les preocupó la libertad de expresión? Ahora, y después de ver lo que hicieron con ella en el 2006, ya entiendo por qué les preocupa. La política democrática supone una cosa que es falsa, la igualdad. La igualdad no existe, nunca ha existido, es una ficción, es un esfuerzo que hacemos para poder vivir civilizadamente en una sociedad tan desigual como la mexicana.

Sí, si está la igualdad para que todos votemos, todos, el voto de Slim y el mío tienen el mismo valor, pero nada más hasta ahí, luego el dinero entra y en una sociedad tan desigual como ésta, lo que la ley está tratando de hacer es detener un poco esa brutalidad en la que vivimos de la desigualdad. Yo creo que se queda corta, pero en fin cualquier cosa que limite la expresión de esta gran desigualdad que hay en México, va por el lado de esta ficción democrática de que como ciudadanos todos somos iguales, cuando sabemos que no lo somos.

TEXTO completo:
http://docs.google.com/Doc?id=dhg9c4zv_37wqq6jmc2


Kikka Roja

Reina del Pacifico : Temen rescate

  • Temen rescate de la "Reina del Pacífico"
AP excelsior
Aseguran que han tratado de rescatar a Sandra Ávila durante los trasladaos para ser interrogada

El gobierno de la ciudad de México dijo temer un posible rescate de la presunta narcotraficante conocida como “La Reina del Pacífico” de una prisión capitalina, por lo que demandó apoyo de las autoridades federales. El subsecretario de Gobierno de la ciudad, Juan José GarcíaOchoa, señaló el jueves en una estación radiofónica que poseen “alguna Información” sobre un posible intento de rescate de Sandra Ávila, “La Reina del Pacífico'', durante los traslados para ser interrogada. Ávila está recluida en un penal en la zona este de la capital y debe acudir a declarar a otra prisión en la región norte. García dijo que hace un par de días envío una carta a la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal para señalar sus temores y su advertencia de que el gobierno local no trasladará más a Avila, por lo que cualquier operativo debe realizarlo la policía federal. No mencionó específicamente la información que les hace pensar sobre un posible rescate.

Sólo dijo que “ha aumentado el nivel de violencia vinculado al narcotráfico” en varias zonas del país, donde en los últimos días meses se han registrado diversos enfrentamientos y asesinatos vinculados con el tráfico de drogas. La carta es la segunda que el gobierno capitalino envía a las autoridades federales. En la primera, enviada semanas después de la detención de Ávila en septiembre, se pedía el traslado de la mujer a un penal de máxima seguridad, aunque se rechazó la petición, según dijo García. "La Reina del Pacífico", que también enfrenta un proceso de extradición a Estados Unidos, es considerada por autoridades como una importante pieza de una alianza de narcotraficantes que encabeza el Cartel de Sinaloa, que incluso lideraba a un grupo de sicarios para castigar a rivales o miembros de la organización por la pérdida de cargamentos.

Aseguran que han tratado de rescatar a Sandra Ávila durante los trasladaos para ser interrogada

El gobierno de la ciudad de México dijo temer un posible rescate de la presunta narcotraficante conocida como “La Reina del Pacífico” de una prisión capitalina, por lo que demandó apoyo de las autoridades federales. El subsecretario de Gobierno de la ciudad, Juan José GarcíaOchoa, señaló el jueves en una estación radiofónica que poseen “alguna Información” sobre un posible intento de rescate de Sandra Ávila, “La Reina del Pacífico'', durante los traslados para ser interrogada.

Ávila está recluida en un penal en la zona este de la capital y debe acudir a declarar a otra prisión en la región norte. García dijo que hace un par de días envío una carta a la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal para señalar sus temores y su advertencia de que el gobierno local no trasladará más a Avila, por lo que cualquier operativo debe realizarlo la policía federal. No mencionó específicamente la información que les hace pensar sobre un posible rescate.

Sólo dijo que “ha aumentado el nivel de violencia vinculado al narcotráfico” en varias zonas del país, donde en los últimos días meses se han registrado diversos enfrentamientos y asesinatos vinculados con el tráfico de drogas. La carta es la segunda que el gobierno capitalino envía a las autoridades federales. En la primera, enviada semanas después de la detención de Ávila en septiembre, se pedía el traslado de la mujer a un penal de máxima seguridad, aunque se rechazó la petición, según dijo García.
Que me disculpe el gobierno del DF, dicho sea de paso, ¡qué truchas se pusieron!, pero YO SI QUIERO VER QUE LA RESCATEN
Kikka Roja

jueves, 10 de enero de 2008

El presidente del CCE se deslinda de la espe culeada

  • Organismos del sector privado se deslindan por aumentos de precios.
EL ESPURIO PACTA PRECIOS | REGULACION método socialista

Víctor Cardoso

El presidente CCE, Armando Paredes Arroyo, explicó que la elevación de precios se debe a la desinformación de algunos proveedores.

México. Los organismos cúpula del sector privado se deslindaron de los recientes aumentos de precios provocados por una “burbuja especulativa” derivada del aumento en el precio de las gasolinas. El presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Armando Paredes Arroyo, explicó que la elevación de precios se debe a la desinformación de algunos proveedores y distribuidores sobre el verdadero impacto del alza a los combustibles, que será de 0.2 por ciento en el índice inflacionario del país y distribuido a lo largo de 18 meses. Por su parte, los presidentes del Consejo Nacional Agropecuario (CNA), Jaime Yesaki Cavazos, y de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Ricardo González Sada, también coincidieron en el bajo impacto en el índice de precios al consumidor por el aumento a las gasolinas y advirtieron que los “avorazados” finalmente resultarán afectados frente a precios más competitivos de otros distribuidores, como las tiendas de autoservicio, porque “nos mantenemos en una economía de mercado”.

En diferentes foros, los representantes del sector privado rechazaron que las recientes alzas en el precio de productos de consumo generalizado tengan fundamento. Para Paredes Arroyo “el tema del gasolinazo ha sido un tema estrictamente mediático” y “una bandera política”. Por su lado, González Sada, afirmó que el alza en las gasolinas es sólo un “pretexto” de algunos comerciantes y prestadores de servicios para elevar los precios. Yesaki, en tanto, aclaró que los combustibles son una parte mínima del costo logístico de los productos agropecuarios que es apenas de 12 por ciento del precio final.

¡NADA QUE..! MENTIRAS. LOS COMEMIERDA DEL CCE, IP, IMEF, YA SE DIERON CUENTA QUE CALDERÓN FECAL, SE EQUIVOCÓ, HIPÓCRITAS, AHORA SE FRIEGAN JUNTO CON SU PELELE.

LA CAGÓ EL MUÑECO, REGULANDO LOS PRECIOS, Y ESO EN LA DOCTRINA CAPITALISTA FUE LO PEOR QUE PUDO HACER. PARA SALVAR SU PELLEJO Y SU PRESIDENCIA ESPURIA (como dice Abraham Zabludovsky)PERDIERON HASTA EL FORRO DE LOS COJONES.

PORQUE LA CLASE SOCIAL ALTA ENTACUCHADA, LE IMPORTA UN PITO, QUE EL PUEBLO ESTÉ ENOJADO.

RICACHONES: SIGAN COMIENDO MIERDA, FECAL ES UN INEPTO Y SEGUIRÁ ESPURIO

CALDERÓN ¡¡RENUNCIA IMBÉCIL!!

Kikka Roja

El crimen organizado y sus causas : Río Bravo Tamaulipas

El crimen organizado y sus causas
editorial
El ambiente nacional se encuentra estremecido por el combate entre militares y delincuentes que ocurrió antier en la localidad fronteriza de Río Bravo por la posterior agresión –al parecer perpetrada por sicarios del narcotráfico– contra agentes de la Agencia Federal de Investigación (AFI) en Reynosa, en la que dos efectivos murieron y otros tres fueron lesionados, y por los intensos despliegues de elementos castrenses y de policías en grandes zonas del territorio nacional. Con ese telón de fondo ayer se reunió el Consejo de Seguridad Pública. Allí y en otros ámbitos, las voces del oficialismo, encabezadas por el titular del Poder Ejecutivo, clamaron por unidad, cohesión y hasta por unanimidad para enfrentar a la delincuencia; reiteraron su confianza en la posibilidad de derrotarla, y demandaron –en diversos tonos– que todo el país comparta las premisas desde las cuales la actual administración se ha embarcado en una confrontación cada vez más violenta con los cárteles de la droga.

No hay quien no comparta la necesidad axiomática de perseguir, capturar y presentar ante instancias judiciales a quienes infringen las leyes, especialmente a quienes lo hacen de manera violenta y concertada para consumar negocios prohibidos. La delincuencia organizada causa un grave daño al país, a sus habitantes y a sus instituciones; genera inseguridad y zozobra, y pervierte casi todos los ámbitos de la vida nacional, incluidos, por supuesto, el desempeño económico y el quehacer institucional.

Pero si estos objetivos son incuestionables, los medios empeñados para lograrlos resultan, cuando menos, discutibles: hace ya más de un año que la actual administración se inauguró con espectaculares operativos y desplazamientos de soldados y policías por medio territorio nacional, con el supuesto propósito de restablecer el estado de derecho en las regiones controladas por la criminalidad e instaurar en ellas la seguridad pública y la confianza ciudadana. Sin embargo, a pesar del desbordado optimismo del discurso oficial, la delincuencia organizada, y en particular los cárteles del narcotráfico, no dan señales de debilidad ni de agotamiento; por el contrario, día a día realizan manifestaciones de un poderío creciente que puede palparse, por ejemplo, en la cantidad y calidad de las armas y del equipo bélico que les fueron confiscados a presuntos zetas el martes pasado al norte de Tamaulipas.

En general, la actual estrategia gubernamental contra la delincuencia no es sino una versión, intensificada y llevada hasta límites peligrosos, de la misma política seguida desde hace décadas por el gobierno federal. Cada decomiso, cada captura de un capo de la droga, cada balacera y cada ajuste de cuentas, en vez de prefigurar el desmantelamiento definitivo de las mafias del narcotráfico, el secuestro, el contrabando, la extorsión y el robo de vehículos, anuncian, por lo general, el resurgimiento, con más fuerza, de las organizaciones delictivas.

Pero la autoridad sigue cerrando los ojos a un hecho simple: el alto grado de eficiencia, rentabilidad y letalidad alcanzados por los grupos criminales es más el síntoma que la enfermedad. No habrá corporación policial que baste, ni ejército suficiente para reducir en forma perceptible y significativa los índices delictivos en tanto no se ataquen las causas de fondo de estos fenómenos, empezando por las sociales: la miseria, la desigualdad individual y regional, la falta de educación, los ínfimos niveles de vida de grandes sectores de la población, la insalubridad y la desintegración familiar y comunitaria provocadas por las privatizaciones, las aperturas salvajes de los mercados nacionales y la liquidación de las políticas sociales.

En el ámbito económico pueden mencionarse como factores que propician el desarrollo de la delincuencia: la obscena concentración de la riqueza en unas cuantas manos, el desmantelamiento de la industria nacional, el abandono –criminal, ése también– del campo, el desempleo y la inflación galopantes, a pesar de las cifras maquilladas, así como el empecinado impulso oficial al proceso de integración desigual con Estados Unidos que, entre sus muchos efectos secundarios indeseables, facilita la operación binacional de los grupos criminales.

En la esfera institucional, diversas vertientes de la delincuencia –narcotráfico, contrabando, tráfico de armas, pedofilia, agresiones sexuales, desviación de recursos, evasión impositiva– reciben un impulso formidable de la corrupción que impera en todos los niveles de la administración pública y de la exasperante impunidad de que suelen disfrutar los funcionarios que atropellan a los ciudadanos y que traza un hilo de continuidad cómplice desde Tlatelolco en 1968 hasta Atenco y Oaxaca en 2006 y 2007.

El empeño militar y policial del gobierno contra la delincuencia será verosímil y digno del respaldo generalizado cuando vaya acompañado de acciones orientadas a combatir las causas profundas de la delincuencia; por ahora, sin embargo, suscita más escepticismo que confianza.

Kikka Roja

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