Modifican expertos estudios sobre la realidad que viven los jóvenes
Laura Poy Solano
LA REALIDAD ES QUE LA GENTE ES CARNE DE CAÑON PARA LOS REPRESORES, Y SE VAN A IR A LA MIERDA LOS GOBIERNOS DE DERECHA CAPITALISTA PORQUE SIN EL ESTADO DE BIENESTAR, LA GENTE NO ES PRODUCTIVA, IGUALDAD SOCIAL O NOMÁS NO HAY GRANDES NEGOCIOS. EL DESTINO ALCANZÓ A LOS OLIGARCAS.
Sin una construcción colectiva del tema juvenil, difícilmente podremos entender la actual situación que enfrenta este sector de la población, cómo afronta las grandes transformaciones tecnológicas, además de los efectos que ha tenido sobre millones de jóvenes un modelo de desarrollo que generalizó el desempleo y la falta de acceso a la educación, afirmaron investigadores y expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
José Antonio Pérez Islas, coordinador del seminario de investigación en Juventud de la UNAM y presidente del Consejo Iberoamericano de Investigación en Juventud (CIIJ), aseguró que la experiencia en este tema es un fenómeno complejo que cada vez es más difícil analizar si el académico permanece solo, en su cubículo, sin formar redes o colectivos de investigadores donde puede intercambiar conocimiento y enriquecer su propia visión.
En entrevista con La Jornada, agregó que es necesario discutir y poner en común los nuevos hallazgos y perspectivas para construir saberes que atiendan una realidad que nos está rebasando.
Reconoció que la aproximación al fenómeno de lo juvenil es tan novedosa que incluso hay cosas que ni siquiera sabemos nombrar, pues gran parte del atractivo de trabajar con jóvenes es que con ellos es donde más claro se dibujan las nuevas tendencias y transformaciones de una sociedad.
Al respecto, Maritza Urteaga Castro-Pozo, profesora de tiempo completo en el posgrado en antropología social de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), e integrante del CIIJ desde 1996, afirmó que desde la academia vivimos, sobre todo desde hace una década, un cambio en la mirada sobre lo juvenil. Hoy tenemos investigaciones en las que la mirada se ha centrado en el hacer de los jóvenes, en dejar de verlos como objetos pasivos para reconocerlos como hacedores de su propia vida.
Esto, agregó, nos ha permitido revisar cómo planteamos nuevas temáticas, incluso en campos complejos como diversidad sexual, educación y empleo, donde este sector de la población participa de manera activa.
Sin embargo, subrayó que la imagen difundida en medios de comunicación, particularmente electrónicos, en torno a los jóvenes, “sólo enfatiza lo que han perdido –en temas de educación y oportunidades de empleo–, pero en relación con lo que conocemos de la juventud del siglo XX, y hoy estamos viviendo con la del siglo XXI, es que sin duda enfrentan pérdidas, pero en su mayoría aún están construyendo su realidad; y es la desorientación de los adultos, más que la de los jóvenes, lo que enfrentamos como reto, pues en realidad son los jóvenes quienes nos están mostrando el camino de las transformaciones en la sociedad”.
En tanto, Gabriel Medina Carrasco, profesor-investigador de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, miembro del CIIJ y del seminario de investigación en juventud, alertó que, a pesar de la transformación que se vive en la aproximación de la realidad juvenil, aún debemos seguir trabajando para abandonar una visión exclusivamente sicosocial o sicobiológica, para transformarla en una propuesta más transdisciplinaria, donde el sujeto no se ve aislado, sino en su contexto, por lo que no sólo tiene relación con su desarrollo individual o con las generaciones previas, en realidad tiene que ver con los contextos en los que se socializa, y esto hace que las juventudes sean tan diversas.
El sector, el peor pagado en el mercado laboral
Laura Poy
En México los jóvenes representan 18.9 por ciento del total de habitantes del país, es decir, 20.2 millones de personas de entre 15 y 24 años de edad. En cuanto a la población económicamente activa, se estima que de los 45.9 millones de personas que laboran en México, al menos 9.1 millones tienen entre 15 y 24 años, y representan 19.8 por ciento de la población que trabaja. Sin embargo, los jóvenes también se ubican en el sector peor pagado, ya que 41.4 por ciento de los que tienen empleo no ganan más de dos salarios mínimos y 16 por ciento no recibe ingreso alguno. De acuerdo con cifras del Consejo Nacional de Población (Conapo), 31.5 por ciento de los jóvenes trabajan, pero además realizan otras labores como estudiar o atender el hogar; 15.9 por ciento sólo laboran; 34.3 por ciento sólo estudian, mientras que 18.3 por ciento sólo se dedican a labores del hogar u otra actividad. Conapo destacó que una de las expresiones de la falta de oportunidades laborales es la migración. Estima que cada año abandonan el país alrededor de 200 mil jóvenes.
José Antonio Pérez Islas, coordinador del seminario de investigación en Juventud de la UNAM y presidente del Consejo Iberoamericano de Investigación en Juventud (CIIJ), aseguró que la experiencia en este tema es un fenómeno complejo que cada vez es más difícil analizar si el académico permanece solo, en su cubículo, sin formar redes o colectivos de investigadores donde puede intercambiar conocimiento y enriquecer su propia visión.
En entrevista con La Jornada, agregó que es necesario discutir y poner en común los nuevos hallazgos y perspectivas para construir saberes que atiendan una realidad que nos está rebasando.
Reconoció que la aproximación al fenómeno de lo juvenil es tan novedosa que incluso hay cosas que ni siquiera sabemos nombrar, pues gran parte del atractivo de trabajar con jóvenes es que con ellos es donde más claro se dibujan las nuevas tendencias y transformaciones de una sociedad.
Al respecto, Maritza Urteaga Castro-Pozo, profesora de tiempo completo en el posgrado en antropología social de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), e integrante del CIIJ desde 1996, afirmó que desde la academia vivimos, sobre todo desde hace una década, un cambio en la mirada sobre lo juvenil. Hoy tenemos investigaciones en las que la mirada se ha centrado en el hacer de los jóvenes, en dejar de verlos como objetos pasivos para reconocerlos como hacedores de su propia vida.
Esto, agregó, nos ha permitido revisar cómo planteamos nuevas temáticas, incluso en campos complejos como diversidad sexual, educación y empleo, donde este sector de la población participa de manera activa.
Sin embargo, subrayó que la imagen difundida en medios de comunicación, particularmente electrónicos, en torno a los jóvenes, “sólo enfatiza lo que han perdido –en temas de educación y oportunidades de empleo–, pero en relación con lo que conocemos de la juventud del siglo XX, y hoy estamos viviendo con la del siglo XXI, es que sin duda enfrentan pérdidas, pero en su mayoría aún están construyendo su realidad; y es la desorientación de los adultos, más que la de los jóvenes, lo que enfrentamos como reto, pues en realidad son los jóvenes quienes nos están mostrando el camino de las transformaciones en la sociedad”.
En tanto, Gabriel Medina Carrasco, profesor-investigador de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, miembro del CIIJ y del seminario de investigación en juventud, alertó que, a pesar de la transformación que se vive en la aproximación de la realidad juvenil, aún debemos seguir trabajando para abandonar una visión exclusivamente sicosocial o sicobiológica, para transformarla en una propuesta más transdisciplinaria, donde el sujeto no se ve aislado, sino en su contexto, por lo que no sólo tiene relación con su desarrollo individual o con las generaciones previas, en realidad tiene que ver con los contextos en los que se socializa, y esto hace que las juventudes sean tan diversas.
El sector, el peor pagado en el mercado laboral
Laura Poy
En México los jóvenes representan 18.9 por ciento del total de habitantes del país, es decir, 20.2 millones de personas de entre 15 y 24 años de edad. En cuanto a la población económicamente activa, se estima que de los 45.9 millones de personas que laboran en México, al menos 9.1 millones tienen entre 15 y 24 años, y representan 19.8 por ciento de la población que trabaja. Sin embargo, los jóvenes también se ubican en el sector peor pagado, ya que 41.4 por ciento de los que tienen empleo no ganan más de dos salarios mínimos y 16 por ciento no recibe ingreso alguno. De acuerdo con cifras del Consejo Nacional de Población (Conapo), 31.5 por ciento de los jóvenes trabajan, pero además realizan otras labores como estudiar o atender el hogar; 15.9 por ciento sólo laboran; 34.3 por ciento sólo estudian, mientras que 18.3 por ciento sólo se dedican a labores del hogar u otra actividad. Conapo destacó que una de las expresiones de la falta de oportunidades laborales es la migración. Estima que cada año abandonan el país alrededor de 200 mil jóvenes.
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