Con devoción, feligreses ultiman detalles para participar el 2 de febrero en el cambio de mayordomía; en el cual otra familia asume el compromiso de cuidar la imagen durante 2012
ALTAR. La familia Poblano Hernández, del barrio de Caltongo, cuidó al Niñopa en 2011, a su casa llegaban devotos a pedir milagros
ALTAR. La familia Poblano Hernández, del barrio de Caltongo, cuidó al Niñopa en 2011, a su casa llegaban devotos a pedir milagros
metropoli@eluniversal.com.mx
El Niñopa entra en brazos a la casa de los mayordomos, la gente que lo espera al rosario lo mira con lágrimas en los ojos y una sonrisa en el rostro; tranquilidad y paz inundan la habitación; la atención se centra en su imagen y en silencio comienzan los agradecimientos y peticiones. El Niñopa data de 1573 y desde entonces pertenece al pueblo de Xochimilco; su imagen guarda mitos y leyendas que han forjado la identidad de una comunidad. Historias de éxito y superación lo arropan, mientras sus feligreses le piden milagros y, dice la tradición, si se hace con fervor, entonces se cumplen. Un noviembre, el granizo estropeó la siembra de flor Lily de un chinampero, quien además de arar la tierra gustaba del juego y la bebida; las ganancias de ese cultivo le servirían para realizar una de las posadas del Niñopa; sin dinero y con arrepentimiento, le pidió perdón, organizó varias misas y al cabo de los días los tallos muertos revivieron. El 5 de febrero del año pasado, una mujer de Estados Unidos lo visitó para agradecerle que la había curado del cáncer; ella contó que ya estaba casi en etapa terminal cuando en la televisión conoció la tradición, le pidió que le quitara la enfermedad y el deseo se hizo realidad. Días después lo soñó y el niño le enseñó la casa donde estaba en Xochimilco, así que con esas referencias la señora llegó.
Cambios de padrinos
El 2 de febrero se realizará el cambio de mayordomía; es la celebración más importante del Niñopa. Miles de feligreses atestiguan la ceremonia en la que la familia que lo custodió durante un año le pasa la estafeta a otros; además, estará acompañado de chinelos y su banda de música. La historia del Niñopa tiene fundamentos prehispánicos. En los escritos de los cronistas del siglo XVI, Fray Berardino de Sahagún y Diego Durán mencionan que los pueblos del sur le ofrecían masa de maíz a un niño que bajaba del cielo cada 26 de diciembre. Cuando llegan los franciscanos a evangelizar la Nueva España, dan cuenta de dicha tradición. Los curas evangelizaron a los xochimilcas con la imagen del Niño Jesús, cuya creencia se transformó y nace el nombre de Niñopa, es decir, Niño padre, nombre que tomaron del Padre Nuestro, oración fundamental del catolicismo, explicó Rodolfo Cordero López, cronista de Xochimilco e integrante del Consejo de la Crónica de la Ciudad de México.
Con 438 años sigue siendo niño
Al Niñopa se le considera la representación de los niños xochimilcas; se le venera como un niño vivo. “Este niño, para el xochimilca no deja de ser niño, tiene 438 años de existencia y sigue siendo un niño, que se le festeja como tal, se le hacen brebajes y en las posadas es cuando tiene un realce majestuoso”, platican. Para adquirir la mayordomía del Niñopa hay una lista de espera hasta 2038; las personas se anotan con varios años de antelación e incluso hay algunas que ya fallecieron, pero entonces el compromiso lo asumen los hijos o familiares. “De esa forma se continúa la tradición de venerar al niño, pero también luego resulta que tienen problemas familiares, se pelean entre ellos y no aceptan el cargo que les dejaron sus parientes, y hay ocasiones en que se detiene la mayordomía hasta que continúa la lista”. La mayordomía es la custodia del Niñopa durante un año, el cambio se realiza cada 2 de febrero, en el Día de la Candelaria; a esa celebración asisten miles de personas de varias partes de la ciudad y del país. En la mañana se hace la misa en la parroquia San Bernardino, en el Centro Histórico. La familia saliente entrega al niño a los encargados que lo cuidarán este 2012; luego, en procesión se dirigen a su nueva casa, donde es visitado por miles de feligreses. Entre las tareas del Niñopa, que los mayordomos se encargan de cumplir, están: ir a restauración al Instituto Nacional de Antropología e Historia, visitar enfermos en hospitales o casas y cumplir milagros.
“Diariamente lo arrullan en la noche, después de que regresa de la visita; el niño es muy solicitado para visitar familias que tienen el gusto de recibirlo en sus casas. En otras ocasiones es para agradacerle los estudios de algún joven que se tituló”. Cada día sale, lo reciben a las 8 de la mañana, le tocan las mañanitas y ahí está todo el día. En la tarde lo llevan a misa y lo regresan en la noche a casa del mayordomo, relató Cordero. La gente en agradecimiento a sus favores, le regalan ropa o juguetes; pese a que cada año aumenta el número, no se tiene un registro de sus pertenencias ni del último año. Aseguran los actuales mayordomos y el cronista Sebastián Flores Farfán que el Niñopa tiene reliquias, ropones antiguos y de un gran valor, artesanales o con incrustaciones de metales y telas finas; el año pasado dos camiones se usaron para su mudanza.
Los mayordomos
Este 2 de febrero se realizará el cambio de mayordomía: la familia Poblano Hernández, del barrio de Caltongo, entregará la custodia del Niñopa a la familia Sánchez Altamirano, del barrio de San Lorencito. A la familia Poblano Hernández, tener al Niñopa en 2011 le cambió la vida. “Es una experiencia muy bonita y sí cambia totalmente la vida, todos los quehaceres de la vida cotidiana; son otro tipo de actividades, pero en cuanto a la fe nos deja muy satisfechos, muy llenos de él. Nos dimos cuenta que Dios está en esta imagen tan querida por el pueblo de Xochimilco”, dijo la señora Poblano. Es la segunda ocasión en que la familia recibe al niño; la primera fue en 1995. Para tenerlo este año, los señores Armando e Isela se anotaron en la lista en 1983; hoy el cuidado será responsabilidad de su hija y nieto.
Posible origen
El Niñopa nunca ha pertenecido a la Iglesia católica, aunque su fervor sea cristiano y, es que, a diferencia de otros santos, es la representación fiel de la cultura xochimilca y ha sido parte de la historia de la delegación. Existe la posibilidad de que esta imagen perteneció al último tlatoani de Xochimilco, don Marín Cortés de Alvarado, porque en su testamento, hacia 1588, dona a su pueblo tres imágenes de santos niños, uno es muy grande y lindo; el otro es hecho de madera de naranjo y es chiquito, y la otra imagen se perdió, explicó el cronista Rodolfo Cordero.
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. . . kikka-roja.blogspot.com/El Niñopa entra en brazos a la casa de los mayordomos, la gente que lo espera al rosario lo mira con lágrimas en los ojos y una sonrisa en el rostro; tranquilidad y paz inundan la habitación; la atención se centra en su imagen y en silencio comienzan los agradecimientos y peticiones. El Niñopa data de 1573 y desde entonces pertenece al pueblo de Xochimilco; su imagen guarda mitos y leyendas que han forjado la identidad de una comunidad. Historias de éxito y superación lo arropan, mientras sus feligreses le piden milagros y, dice la tradición, si se hace con fervor, entonces se cumplen. Un noviembre, el granizo estropeó la siembra de flor Lily de un chinampero, quien además de arar la tierra gustaba del juego y la bebida; las ganancias de ese cultivo le servirían para realizar una de las posadas del Niñopa; sin dinero y con arrepentimiento, le pidió perdón, organizó varias misas y al cabo de los días los tallos muertos revivieron. El 5 de febrero del año pasado, una mujer de Estados Unidos lo visitó para agradecerle que la había curado del cáncer; ella contó que ya estaba casi en etapa terminal cuando en la televisión conoció la tradición, le pidió que le quitara la enfermedad y el deseo se hizo realidad. Días después lo soñó y el niño le enseñó la casa donde estaba en Xochimilco, así que con esas referencias la señora llegó.
Cambios de padrinos
El 2 de febrero se realizará el cambio de mayordomía; es la celebración más importante del Niñopa. Miles de feligreses atestiguan la ceremonia en la que la familia que lo custodió durante un año le pasa la estafeta a otros; además, estará acompañado de chinelos y su banda de música. La historia del Niñopa tiene fundamentos prehispánicos. En los escritos de los cronistas del siglo XVI, Fray Berardino de Sahagún y Diego Durán mencionan que los pueblos del sur le ofrecían masa de maíz a un niño que bajaba del cielo cada 26 de diciembre. Cuando llegan los franciscanos a evangelizar la Nueva España, dan cuenta de dicha tradición. Los curas evangelizaron a los xochimilcas con la imagen del Niño Jesús, cuya creencia se transformó y nace el nombre de Niñopa, es decir, Niño padre, nombre que tomaron del Padre Nuestro, oración fundamental del catolicismo, explicó Rodolfo Cordero López, cronista de Xochimilco e integrante del Consejo de la Crónica de la Ciudad de México.
Con 438 años sigue siendo niño
Al Niñopa se le considera la representación de los niños xochimilcas; se le venera como un niño vivo. “Este niño, para el xochimilca no deja de ser niño, tiene 438 años de existencia y sigue siendo un niño, que se le festeja como tal, se le hacen brebajes y en las posadas es cuando tiene un realce majestuoso”, platican. Para adquirir la mayordomía del Niñopa hay una lista de espera hasta 2038; las personas se anotan con varios años de antelación e incluso hay algunas que ya fallecieron, pero entonces el compromiso lo asumen los hijos o familiares. “De esa forma se continúa la tradición de venerar al niño, pero también luego resulta que tienen problemas familiares, se pelean entre ellos y no aceptan el cargo que les dejaron sus parientes, y hay ocasiones en que se detiene la mayordomía hasta que continúa la lista”. La mayordomía es la custodia del Niñopa durante un año, el cambio se realiza cada 2 de febrero, en el Día de la Candelaria; a esa celebración asisten miles de personas de varias partes de la ciudad y del país. En la mañana se hace la misa en la parroquia San Bernardino, en el Centro Histórico. La familia saliente entrega al niño a los encargados que lo cuidarán este 2012; luego, en procesión se dirigen a su nueva casa, donde es visitado por miles de feligreses. Entre las tareas del Niñopa, que los mayordomos se encargan de cumplir, están: ir a restauración al Instituto Nacional de Antropología e Historia, visitar enfermos en hospitales o casas y cumplir milagros.
“Diariamente lo arrullan en la noche, después de que regresa de la visita; el niño es muy solicitado para visitar familias que tienen el gusto de recibirlo en sus casas. En otras ocasiones es para agradacerle los estudios de algún joven que se tituló”. Cada día sale, lo reciben a las 8 de la mañana, le tocan las mañanitas y ahí está todo el día. En la tarde lo llevan a misa y lo regresan en la noche a casa del mayordomo, relató Cordero. La gente en agradecimiento a sus favores, le regalan ropa o juguetes; pese a que cada año aumenta el número, no se tiene un registro de sus pertenencias ni del último año. Aseguran los actuales mayordomos y el cronista Sebastián Flores Farfán que el Niñopa tiene reliquias, ropones antiguos y de un gran valor, artesanales o con incrustaciones de metales y telas finas; el año pasado dos camiones se usaron para su mudanza.
Los mayordomos
Este 2 de febrero se realizará el cambio de mayordomía: la familia Poblano Hernández, del barrio de Caltongo, entregará la custodia del Niñopa a la familia Sánchez Altamirano, del barrio de San Lorencito. A la familia Poblano Hernández, tener al Niñopa en 2011 le cambió la vida. “Es una experiencia muy bonita y sí cambia totalmente la vida, todos los quehaceres de la vida cotidiana; son otro tipo de actividades, pero en cuanto a la fe nos deja muy satisfechos, muy llenos de él. Nos dimos cuenta que Dios está en esta imagen tan querida por el pueblo de Xochimilco”, dijo la señora Poblano. Es la segunda ocasión en que la familia recibe al niño; la primera fue en 1995. Para tenerlo este año, los señores Armando e Isela se anotaron en la lista en 1983; hoy el cuidado será responsabilidad de su hija y nieto.
Posible origen
El Niñopa nunca ha pertenecido a la Iglesia católica, aunque su fervor sea cristiano y, es que, a diferencia de otros santos, es la representación fiel de la cultura xochimilca y ha sido parte de la historia de la delegación. Existe la posibilidad de que esta imagen perteneció al último tlatoani de Xochimilco, don Marín Cortés de Alvarado, porque en su testamento, hacia 1588, dona a su pueblo tres imágenes de santos niños, uno es muy grande y lindo; el otro es hecho de madera de naranjo y es chiquito, y la otra imagen se perdió, explicó el cronista Rodolfo Cordero.
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