El Museo organiza esta exposición desde hace más de tres lustros con el propósito de alentar la creatividad artesanal en torno a una fiesta popular de larga tradición histórica.
Notimex / La Jornada On Line Publicado: 06/02/2009 12:48
México. El Museo Nacional de Culturas Populares exhibirá este fin de semana la exposición Viste a tu Niño Dios, integrada por 55 piezas, 25 de ellas prestados por familias y los 30 restantes de una casa dedicada a proveerlos de atuendo. Las piezas de procedencia familiar se reunieron luego de ser bendecidas el Día de la Candelaria, el pasado 2 de febrero, a partir de una convocatoria lanzada en fecha previa a su "acostamiento" en la Nochebuena de 2008.
El Museo organiza esta exposición desde hace más de tres lustros con el propósito de alentar la creatividad artesanal en torno a una fiesta popular de larga tradición histórica. La subdirectora del recinto, Luz Lozano, explicó que la tradición en este país data de la época colonial y forma parte de las múltiples expresiones de religiosidad de los feligreses de la Iglesia Católica. Está vinculada remotamente a la fiesta judía de las Calendas y su configuración ulterior como Día de la Candelaria se inició en el siglo XV dentro de la tradición judeocristiana en Europa. De la Colonia a la fecha, la envestidura de los niños dioses rebasó los lindes de la devoción estrictamente religiosa para convertirse en un objetivo estético e incluso lúdico. Los vestidos del Cristo niño no se limitan al ropaje tradicional en blanco, especialmente cuando la imagen tiene un año, explica, sino que las familias les asignan atuendos, adornos y funciones de todo tipo.
También los visten según las advocaciones de los santos de su devoción (San Judas Tadeo, San Juan Diego, Santo Niño de Atocha, Niñopá, entre otros) y de acuerdo con sus aficiones deportivas, preferencias, gustos, modas. La colección que estará en exhibición a partir del viernes y hasta el domingo, incluye un "Niño Apache" que en 2005 obtuvo mención honorífica; un "Niño Pescador", un "Nueve Corazones" y varios "Niños de Atocha". También hay un "Niño de los Olivos", un "Tlaloc", un "Jesús de Praga", un "Alcatraces", "Niño Limosnero", de la "Abundancia", de la "Rosca de la Flor" y uno con vestimenta indonesia que en 2006 lució indumentaria africana. "Cada uno de los niños tiene su historia, sus anécdotas y sus ascendencias familiares. Hay dos niños que, según sus actuales poseedores, datan de finales del siglo XIX y pertenecieron a sus tatarabuelos", refirió Luz Lozano. La mayoría de las pequeñas esculturas son de yeso y madera, aunque hay algunos -los más pequeños- que son de plástico porque proceden de la partición de las Roscas de Reyes.
El Museo organiza esta exposición desde hace más de tres lustros con el propósito de alentar la creatividad artesanal en torno a una fiesta popular de larga tradición histórica. La subdirectora del recinto, Luz Lozano, explicó que la tradición en este país data de la época colonial y forma parte de las múltiples expresiones de religiosidad de los feligreses de la Iglesia Católica. Está vinculada remotamente a la fiesta judía de las Calendas y su configuración ulterior como Día de la Candelaria se inició en el siglo XV dentro de la tradición judeocristiana en Europa. De la Colonia a la fecha, la envestidura de los niños dioses rebasó los lindes de la devoción estrictamente religiosa para convertirse en un objetivo estético e incluso lúdico. Los vestidos del Cristo niño no se limitan al ropaje tradicional en blanco, especialmente cuando la imagen tiene un año, explica, sino que las familias les asignan atuendos, adornos y funciones de todo tipo.
También los visten según las advocaciones de los santos de su devoción (San Judas Tadeo, San Juan Diego, Santo Niño de Atocha, Niñopá, entre otros) y de acuerdo con sus aficiones deportivas, preferencias, gustos, modas. La colección que estará en exhibición a partir del viernes y hasta el domingo, incluye un "Niño Apache" que en 2005 obtuvo mención honorífica; un "Niño Pescador", un "Nueve Corazones" y varios "Niños de Atocha". También hay un "Niño de los Olivos", un "Tlaloc", un "Jesús de Praga", un "Alcatraces", "Niño Limosnero", de la "Abundancia", de la "Rosca de la Flor" y uno con vestimenta indonesia que en 2006 lució indumentaria africana. "Cada uno de los niños tiene su historia, sus anécdotas y sus ascendencias familiares. Hay dos niños que, según sus actuales poseedores, datan de finales del siglo XIX y pertenecieron a sus tatarabuelos", refirió Luz Lozano. La mayoría de las pequeñas esculturas son de yeso y madera, aunque hay algunos -los más pequeños- que son de plástico porque proceden de la partición de las Roscas de Reyes.
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