- Cifra récord de desempleados: 2 millones 935 mil 216
- Otro tango del inquilino de Los Pinos
Para aquellos que aseguran que "lo peor de la crisis ya pasó" y que anuncian "el fin de la recesión", las cifras más recientes del aparato gubernamental detallan que el desempleo en el país alcanza cotas nunca antes registradas; que existe una feroz competencia por la primera posición entre el número de trabajadores inscritos en el IMSS y entre los que laboran en el sector informal de la economía; que a lo largo del sexenio que a los mexicanos prometió "vivir mejor" se han incorporado 2 millones 395 mil 216 mil personas a la población económicamente activa y que de ese total 55 por ciento se vio obligado a engrosar el ejército de desempleados y 45 por ciento el de la informalidad.
Ese el desastroso balance que ayer presentó el Inegi por medio de su Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo con cifras al cierre del tercer trimestre de 2009, en la que detalla que de septiembre de 2008 a igual mes de 2009 un millón 15 mil mexicanos obligadamente ingresaron al desempleo abierto (para redondear 3 millones de personas en el ejército de reserva) y que 13.21 millones sobreviven en la informalidad, al tiempo que 4.1 millones adicionales se encuentran subocupados. Sumados los tres conceptos, 20 millones 310 mil mexicanos (equivalentes a 43.36 por ciento de la población económicamente activa y a 46.25 por ciento de la población ocupada) se encuentran en una delicada situación laboral y enfrentan un precario panorama a nivel de ingreso.
Lo anterior es una muestra contundente de que, en efecto, "lo peor de la crisis ya pasó", y da sustento para celebrar el "fin de la recesión", de acuerdo con el inquilino de Los Pinos y su excelente equipo económico, según su propia definición. Así, si se considera la estadística del Inegi (como promedio, la familia mexicana se compone de 4.3 integrantes) y se da por hecho que los citados 20.31 millones son jefes de familia, la precariedad descrita involucra a más de 87 millones de paisanos, o lo que es lo mismo a 82 por ciento de la población nacional, algo socialmente aterrador que, para colmo, no tiene registro ni provoca interés en las llamadas "altas esferas" gubernamentales.
De acuerdo con las cifras del Inegi, la tasa de desempleo abierto en el país reporta un incremento espeluznante a lo largo del calderonato: 72 por ciento del primero de diciembre de 2006 al 30 de septiembre de 2009, lapso en el que un millón 324 mil 154 mexicanos engrosaron las filas del desempleo, para redondear 3 millones al cierre del noveno mes del presente año.
Por el lado del ingreso, en los casi tres años de calderonato las cifras prácticamente no se han modificado: cuando se instaló en Los Pinos, el 3 por ciento de los ocupados obtenía hasta un salario mínimo; 20.3 por ciento más de uno y hasta 2 mini salarios; 21.7 por ciento más de 2 y hasta 3; 18 por ciento más de 3 y hasta 5. Agrupados representaban el 73 por ciento de la población ocupada. Sólo el 12 por ciento percibía más de 5 salarios mínimos, 9 por ciento no recibía ingresos y 6 por ciento no los especificó. Un trienio después, en septiembre de 2009, los porcentajes respectivos son las siguientes: 13.36, 22.23, 19.94, 17.38, 9.85, 8.79 y 8.45.
De septiembre de 2008 a igual mes de 2009 la población económicamente activa se incrementó en casi un millón 307 mil personas, de las que 78 por ciento se encuentran desocupadas. En ese mismo lapso, la tasa de desempleo abierto, según las cifras oficiales, pasó de 4.2 a 6.2 por ciento, un aumento cercano a 48 por ciento. Si lo anterior es indicativo de que "lo peor de la crisis ya pasó" y de que hay que celebrar por "el fin de la recesión", entonces debemos creer que Felipe Calderón es "el presidente del empleo" y Javier Lozano Alarcón un "excelente" secretario del Trabajo.
Otros indicadores aportados por la citada encuesta del Inegi: durante el tercer trimestre de 2009 la población de 14 años y más disponible para producir bienes y servicios en el país fue de 46.8 millones, cuando un año antes había sido de 45.5 millones. Este incremento de un millón 307 mil personas es consecuencia tanto del crecimiento demográfico, como de las expectativas que tiene la población de participar o no en la actividad económica. Mientras que 62 de cada 100 hombres en estas edades son económicamente activos, en el caso de las mujeres 38 de cada 100 se encuentra en esta situación.
En cuanto a la población ocupada, el organismo señala una participación de 43.9 millones de personas (27.2 millones son hombres y 16.7 millones, mujeres), siendo superior en 291 mil en relación con la cifra del mismo trimestre de 2008 cuando se ubicó en 43.6 millones de personas. Más de la mitad de la población ocupada (52.8 por ciento) se concentra en las ciudades más grandes del país (de 100 mil habitantes en adelante); le siguen las localidades rurales (menores de 2 mil 500 habitantes) donde se agrupa 19.6 por ciento; los asentamientos que tienen entre 15 mil y menos de 100 mil habitantes (urbano medio) albergan 14.6 por ciento y 13 por ciento residen en localidades de 2 mil 500 a menos de 15 mil habitantes (urbano bajo).
Al considerar a la población ocupada en relación con el sector económico en el que labora, 6 millones de personas (13.6 por ciento del total) trabajan en el sector primario, 10.3 millones (23.6 por ciento) en el secundario o industrial y 27.3 millones (62.1 por ciento) en el terciario o de los servicios. El restante 0.7 por ciento no especificó su actividad económica. Si se observa a la población ocupada en función de la posición que tiene dentro de su trabajo, se tiene que casi dos terceras partes del total (65 por ciento), esto es, 28.6 millones de trabajadores, son subordinados y remunerados; 10.4 millones (23.7 por ciento) trabajan por su cuenta, sin emplear personal pagado; 3 millones (6.9 por ciento) son trabajadores que no reciben remuneración, y 1.9 millones (4.4 por ciento) propietarios de los bienes de producción, con trabajadores a su cargo.
De las anteriores categorías, los trabajadores por cuenta propia se incrementaron en 573 mil personas entre el tercer trimestre de 2008 e igual periodo de 2009, y los empleados que no perciben una remuneración por su trabajo se elevaron en 13 mil. Por su parte, los trabajadores subordinados y remunerados mostraron una disminución de 101 mil personas y los empleadores de 194 mil, durante el periodo en cuestión.
Las rebanadas del pastel
Resbalón tras resbalón, de nueva cuenta Felipe Calderón se les fue al pescuezo a los empresarios que "rara vez pagan impuestos" y que "atoraron" el paquete fiscal. Que ya no pierda el tiempo ni gaste saliva: en lugar de armar tangos y rasgarse las vestiduras, que envíe una iniciativa de ley para obligarlos a pagar lo que deben pagar.
Ese el desastroso balance que ayer presentó el Inegi por medio de su Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo con cifras al cierre del tercer trimestre de 2009, en la que detalla que de septiembre de 2008 a igual mes de 2009 un millón 15 mil mexicanos obligadamente ingresaron al desempleo abierto (para redondear 3 millones de personas en el ejército de reserva) y que 13.21 millones sobreviven en la informalidad, al tiempo que 4.1 millones adicionales se encuentran subocupados. Sumados los tres conceptos, 20 millones 310 mil mexicanos (equivalentes a 43.36 por ciento de la población económicamente activa y a 46.25 por ciento de la población ocupada) se encuentran en una delicada situación laboral y enfrentan un precario panorama a nivel de ingreso.
Lo anterior es una muestra contundente de que, en efecto, "lo peor de la crisis ya pasó", y da sustento para celebrar el "fin de la recesión", de acuerdo con el inquilino de Los Pinos y su excelente equipo económico, según su propia definición. Así, si se considera la estadística del Inegi (como promedio, la familia mexicana se compone de 4.3 integrantes) y se da por hecho que los citados 20.31 millones son jefes de familia, la precariedad descrita involucra a más de 87 millones de paisanos, o lo que es lo mismo a 82 por ciento de la población nacional, algo socialmente aterrador que, para colmo, no tiene registro ni provoca interés en las llamadas "altas esferas" gubernamentales.
De acuerdo con las cifras del Inegi, la tasa de desempleo abierto en el país reporta un incremento espeluznante a lo largo del calderonato: 72 por ciento del primero de diciembre de 2006 al 30 de septiembre de 2009, lapso en el que un millón 324 mil 154 mexicanos engrosaron las filas del desempleo, para redondear 3 millones al cierre del noveno mes del presente año.
Por el lado del ingreso, en los casi tres años de calderonato las cifras prácticamente no se han modificado: cuando se instaló en Los Pinos, el 3 por ciento de los ocupados obtenía hasta un salario mínimo; 20.3 por ciento más de uno y hasta 2 mini salarios; 21.7 por ciento más de 2 y hasta 3; 18 por ciento más de 3 y hasta 5. Agrupados representaban el 73 por ciento de la población ocupada. Sólo el 12 por ciento percibía más de 5 salarios mínimos, 9 por ciento no recibía ingresos y 6 por ciento no los especificó. Un trienio después, en septiembre de 2009, los porcentajes respectivos son las siguientes: 13.36, 22.23, 19.94, 17.38, 9.85, 8.79 y 8.45.
De septiembre de 2008 a igual mes de 2009 la población económicamente activa se incrementó en casi un millón 307 mil personas, de las que 78 por ciento se encuentran desocupadas. En ese mismo lapso, la tasa de desempleo abierto, según las cifras oficiales, pasó de 4.2 a 6.2 por ciento, un aumento cercano a 48 por ciento. Si lo anterior es indicativo de que "lo peor de la crisis ya pasó" y de que hay que celebrar por "el fin de la recesión", entonces debemos creer que Felipe Calderón es "el presidente del empleo" y Javier Lozano Alarcón un "excelente" secretario del Trabajo.
Otros indicadores aportados por la citada encuesta del Inegi: durante el tercer trimestre de 2009 la población de 14 años y más disponible para producir bienes y servicios en el país fue de 46.8 millones, cuando un año antes había sido de 45.5 millones. Este incremento de un millón 307 mil personas es consecuencia tanto del crecimiento demográfico, como de las expectativas que tiene la población de participar o no en la actividad económica. Mientras que 62 de cada 100 hombres en estas edades son económicamente activos, en el caso de las mujeres 38 de cada 100 se encuentra en esta situación.
En cuanto a la población ocupada, el organismo señala una participación de 43.9 millones de personas (27.2 millones son hombres y 16.7 millones, mujeres), siendo superior en 291 mil en relación con la cifra del mismo trimestre de 2008 cuando se ubicó en 43.6 millones de personas. Más de la mitad de la población ocupada (52.8 por ciento) se concentra en las ciudades más grandes del país (de 100 mil habitantes en adelante); le siguen las localidades rurales (menores de 2 mil 500 habitantes) donde se agrupa 19.6 por ciento; los asentamientos que tienen entre 15 mil y menos de 100 mil habitantes (urbano medio) albergan 14.6 por ciento y 13 por ciento residen en localidades de 2 mil 500 a menos de 15 mil habitantes (urbano bajo).
Al considerar a la población ocupada en relación con el sector económico en el que labora, 6 millones de personas (13.6 por ciento del total) trabajan en el sector primario, 10.3 millones (23.6 por ciento) en el secundario o industrial y 27.3 millones (62.1 por ciento) en el terciario o de los servicios. El restante 0.7 por ciento no especificó su actividad económica. Si se observa a la población ocupada en función de la posición que tiene dentro de su trabajo, se tiene que casi dos terceras partes del total (65 por ciento), esto es, 28.6 millones de trabajadores, son subordinados y remunerados; 10.4 millones (23.7 por ciento) trabajan por su cuenta, sin emplear personal pagado; 3 millones (6.9 por ciento) son trabajadores que no reciben remuneración, y 1.9 millones (4.4 por ciento) propietarios de los bienes de producción, con trabajadores a su cargo.
De las anteriores categorías, los trabajadores por cuenta propia se incrementaron en 573 mil personas entre el tercer trimestre de 2008 e igual periodo de 2009, y los empleados que no perciben una remuneración por su trabajo se elevaron en 13 mil. Por su parte, los trabajadores subordinados y remunerados mostraron una disminución de 101 mil personas y los empleadores de 194 mil, durante el periodo en cuestión.
Las rebanadas del pastel
Resbalón tras resbalón, de nueva cuenta Felipe Calderón se les fue al pescuezo a los empresarios que "rara vez pagan impuestos" y que "atoraron" el paquete fiscal. Que ya no pierda el tiempo ni gaste saliva: en lugar de armar tangos y rasgarse las vestiduras, que envíe una iniciativa de ley para obligarlos a pagar lo que deben pagar.
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