Elevan alerta, pero las cifras son conservadoras (pocos casos)
Andrea Menchaca reforma.com
Ciudad de México (2 mayo 2009).-
Iba la peste camino a Bagdad cuando se encontró con un peregrino.
Él le preguntó: "¿A dónde vas?".
La peste le contestó: "A Bagdad a matar a 10 mil personas".
Después de un tiempo, la peste volvió a encontrarse con el peregrino, quien muy enojado le dijo: "Me mentiste, me dijiste que matarías a 10 mil personas y mataste a 100 mil".
"Yo no mentí, maté a 10 mil, el resto se murió de miedo".
Este breve texto de autor anónimo parece respaldar el cuestionamiento de algunos expertos sobre la alerta mundial que ha causado la influenza A H1N1, antes conocida como porcina: La población está invadida de un pánico que no se sustenta con hechos reales.
"La Organización Mundial de la Salud elevó la alerta pandémica", señalan en CNN, "pero cuando le echas un vistazo a los números, parece que la historia podría estar desproporcionada".
Y es que si se observan las defunciones derivadas de la influenza estacional, la que se repite cada temporada invernal, más de 13 mil personas han muerto en Estados Unidos desde enero, revela el Centro de Control de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).
En tanto a nivel mundial se le atribuyen a la influenza estacional de 250 mil a 500 mil muertes al año, según la OMS. En contraste, esta organización indicó que hasta el 1 de mayo se habían notificado oficialmente sólo 331 casos de infección humana por la influenza A H1N1 en 11 países. Mientras que en México, el Secretario de Salud, José Ángel Córdoba, señaló ayer que se han confirmado 358 casos con este virus y 15 fallecimientos confirmados.
Los científicos que estudian el virus afirman que esta cepa no parece tan mortal como las otras que han causado otras pandemias en el pasado.
"No hay que perder el sentido del hecho de que la influenza estacional es un gran problema de salud pública que mata decenas de miles de personas en Estados Unidos, y cientos de miles alrededor del mundo", señaló al periódico LA Times, Christopher Olsen, virólogo molecular que estudia la influenza porcina en la Escuela Médico Veterinaria de la Universidad de Wisconsin.
Una simulación por computadora, realizada por un equipo de la Universidad de Northwestern, en Illinois, proyectó que si no se implementara ninguna medida de contingencia para combatir la propagación del virus H1N1, habría aproximadamente mil 700 casos de influenza porcina en Estados Unidos durante las siguientes cuatro semanas.
Los especialistas en influenza coinciden en que el virus H1N1 no tiene ni siquiera la virulencia que tenía el virus de 1918, el que se estima cobró la vida de 50 millones de personas alrededor del mundo. Eran tiempos sin tanta difusión de medidas preventivas y poca tecnología vinculada a la salud pública.
"Los médicos finalmente están empezando a hablar abiertamente sobre la gran probabilidad de que la influenza porcina no es mortal si se atiende a tiempo y es tratada eficientemente", señala un periodista especializado en ciencia en el Houston Chronicle.
"La retórica de la OMS es desconcertante, especialmente a la luz de los recientes avances. Médicos locales dicen que ha causado que los pacientes temerosos y que se han dejado llevar por el pánico llenen sus salas de espera.
"¿Acaso será en verdad necesario atemorizar a la gente cuando la realidad sugiere que este problema es completamente manejable con los recursos con los que cuenta el mundo contra una enfermedad infecciosa como ésta?".
Sobre su peligrosidad
El CDC informó ayer que el brote de la nueva y preocupante cepa de influenza A H1N1 podría no ser tan severo como se creía inicialmente.
Declaración que coincide con la de Córdova, el titular de Salud, quien afirmó que la influenza A H1N1 no es tan peligrosa como la variedad aviar o el SARS, ambas pandemias que azotaron a Asia.
Para Olsen, el hecho de que el virus H1N1 se esté identificando en más países no significa que se esté esparciendo particularmente rápido.
"Nunca vas a encontrar algo si no lo buscas", dijo el virólogo, "ahora que esos laboratorios de diagnóstico, médicos y otros trabajadores del sector salud lo están buscando, quizá no sea sorprendente que vayan a ver casos adicionales identificados".
En contraste a las cifras mundiales de influenza A, que ascienden a miles, en Nuevo León, de acuerdo con datos que proporcionó a REFORMA la Secretaría de Salud estatal, del 2004 al 2008, sólo hay registrados 16 casos de influenza A y ninguna defunción.
"¿Qué control podemos tener de un padecimiento de este tipo si no tenemos datos?", cuestionó el infectólogo José Tirán Saucedo, fundador del Instituto Mexicano de Infectología Ginecología y Obstetricia, en Monterrey.
"Es imposible que ahorita se pueda hacer una comparación. De hecho, esta epidemia ha servido para darnos cuenta que necesitamos un registro específico de la enfermedad", dijo.
"La Organización Mundial de la Salud elevó la alerta pandémica", señalan en CNN, "pero cuando le echas un vistazo a los números, parece que la historia podría estar desproporcionada".
Y es que si se observan las defunciones derivadas de la influenza estacional, la que se repite cada temporada invernal, más de 13 mil personas han muerto en Estados Unidos desde enero, revela el Centro de Control de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).
En tanto a nivel mundial se le atribuyen a la influenza estacional de 250 mil a 500 mil muertes al año, según la OMS. En contraste, esta organización indicó que hasta el 1 de mayo se habían notificado oficialmente sólo 331 casos de infección humana por la influenza A H1N1 en 11 países. Mientras que en México, el Secretario de Salud, José Ángel Córdoba, señaló ayer que se han confirmado 358 casos con este virus y 15 fallecimientos confirmados.
Los científicos que estudian el virus afirman que esta cepa no parece tan mortal como las otras que han causado otras pandemias en el pasado.
"No hay que perder el sentido del hecho de que la influenza estacional es un gran problema de salud pública que mata decenas de miles de personas en Estados Unidos, y cientos de miles alrededor del mundo", señaló al periódico LA Times, Christopher Olsen, virólogo molecular que estudia la influenza porcina en la Escuela Médico Veterinaria de la Universidad de Wisconsin.
Una simulación por computadora, realizada por un equipo de la Universidad de Northwestern, en Illinois, proyectó que si no se implementara ninguna medida de contingencia para combatir la propagación del virus H1N1, habría aproximadamente mil 700 casos de influenza porcina en Estados Unidos durante las siguientes cuatro semanas.
Los especialistas en influenza coinciden en que el virus H1N1 no tiene ni siquiera la virulencia que tenía el virus de 1918, el que se estima cobró la vida de 50 millones de personas alrededor del mundo. Eran tiempos sin tanta difusión de medidas preventivas y poca tecnología vinculada a la salud pública.
"Los médicos finalmente están empezando a hablar abiertamente sobre la gran probabilidad de que la influenza porcina no es mortal si se atiende a tiempo y es tratada eficientemente", señala un periodista especializado en ciencia en el Houston Chronicle.
"La retórica de la OMS es desconcertante, especialmente a la luz de los recientes avances. Médicos locales dicen que ha causado que los pacientes temerosos y que se han dejado llevar por el pánico llenen sus salas de espera.
"¿Acaso será en verdad necesario atemorizar a la gente cuando la realidad sugiere que este problema es completamente manejable con los recursos con los que cuenta el mundo contra una enfermedad infecciosa como ésta?".
Sobre su peligrosidad
El CDC informó ayer que el brote de la nueva y preocupante cepa de influenza A H1N1 podría no ser tan severo como se creía inicialmente.
Declaración que coincide con la de Córdova, el titular de Salud, quien afirmó que la influenza A H1N1 no es tan peligrosa como la variedad aviar o el SARS, ambas pandemias que azotaron a Asia.
Para Olsen, el hecho de que el virus H1N1 se esté identificando en más países no significa que se esté esparciendo particularmente rápido.
"Nunca vas a encontrar algo si no lo buscas", dijo el virólogo, "ahora que esos laboratorios de diagnóstico, médicos y otros trabajadores del sector salud lo están buscando, quizá no sea sorprendente que vayan a ver casos adicionales identificados".
En contraste a las cifras mundiales de influenza A, que ascienden a miles, en Nuevo León, de acuerdo con datos que proporcionó a REFORMA la Secretaría de Salud estatal, del 2004 al 2008, sólo hay registrados 16 casos de influenza A y ninguna defunción.
"¿Qué control podemos tener de un padecimiento de este tipo si no tenemos datos?", cuestionó el infectólogo José Tirán Saucedo, fundador del Instituto Mexicano de Infectología Ginecología y Obstetricia, en Monterrey.
"Es imposible que ahorita se pueda hacer una comparación. De hecho, esta epidemia ha servido para darnos cuenta que necesitamos un registro específico de la enfermedad", dijo.
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