- José Saramago presentó, desde España, su libro más reciente Las pequeñas memorias
- ''Humillados y ofendidos durante siglos, los indígenas deben tomar la palabra''
JORGE RICARDO
José Saramago, en noviembre de 2006, durante el anuncio que el Nobel portugués hizo en México, de que pondrían en escena su novela Las intermitencias de la muerte Foto: Carlos Cisneros
Desde España, el premio Nobel de Literatura José Saramago presentó su más reciente libro, Las pequeñas memorias, y aprovechó para señalar que la actual política del conservador Partido Popular ''es la indignidad y la mala educación" e intenta tirar al gobierno socialista a la hoguera, ''pero no lo va a conseguir". Manifestó que si bien la educación es necesaria, hace falta también solidaridad y respeto, ''a lo mejor (George) Bush no es una persona maleducada, pero está haciendo mucho daño al mundo".
Saramago reiteró su apoyo al Ejército Zapatista de Liberación Nacional, porque constituye ''una esperanza" para reactivar ''una conciencia cívica muy fuerte que pueda imponerse a la autoridad histórica latifundista y empresarial que domina el país". El subcomandante Marcos actúa como ''El llanero solitario", dijo acerca de la reanudación de la gira que el grupo insurgente retomará por el país a partir del domingo próximo. El escritor portugués desea que el movimiento zapatista continúe y haga eco en América Latina. Las comunidades indígenas ''deben tomar la palabra, porque por siglos han sido humillados y ofendidos y esto debe acabar". Recordó que ''los límites de mi libertad aparecen cuando se encuentran con los límites de la libertad del otro", y dijo que una sociedad no puede vivir sin ''una ética de responsabilidades".
Resurrección de conocidos de la infancia
En Las pequeñas memorias (Alfaguara), Saramago evoca ''sin nostalgia" a las personas que conoció en su infancia, ''era gente muy pobre, campesinos y nada más que eso, y todos han desaparecido. Yo las resucité, de algún modo". El escritor portugués de 84 años consideró que era ''un poco egoísta escribir este libro: una persona que llega a una edad y decide recordar cuando era pequeño", sin embargo ''ahora para mí es mucho más importante dejar constancia de ellas que decir lo que me ocurrió", agregó en rueda de prensa con periodistas de América. Su afán ni siquiera es intentar la inmortalidad, ''es pensar que todo caerá en el olvido y que nos llamemos Gabo, que nos llamemos Rodríguez, ahí nos vamos a encontrar todos, en el olvido". Saramago pensó escribir esta obra desde hace unos 20 años, sin embargo no lo considera como el fin de un ciclo, porque ''si fuera así, no escribiría nada más". Hace dos décadas, dijo, ''yo era un chaval de 64 años, entonces con mucha vida por delante, ahora tengo menos, pero la vida sigue ahí". El escritor se mostró también emocionado por conocer la adaptación cinematográfica de su novela Ensayo sobre la ceguera, que realiza el director brasileño Fernando Meirelles, en coproducción de Canadá, Brasil, Inglaterra y Japón.
Sobre Las pequeñas memorias, donde recupera sus recuerdos de infancia y de adolescencia, Saramago dijo que es un libro corto, pues no quería hacer literatura ni un acercamiento nostálgico, ''no estoy diciendo que el tiempo que vivía era mejor, que era más feliz, digo sólo lo que ocurrió en ese tiempo, pero la nostalgia no está ahí", y afirmó: ''Creo que sigo siendo de alguna forma, con menos ingenuidad, el niño del que se habla en el libro". Por eso, aseguró, no habrá más libros de memorias suyas, ''porque de lo que sólo deseaba hablar era de este periodo de mi vida y eso ya no tiene continuación".
Desde España, el premio Nobel de Literatura José Saramago presentó su más reciente libro, Las pequeñas memorias, y aprovechó para señalar que la actual política del conservador Partido Popular ''es la indignidad y la mala educación" e intenta tirar al gobierno socialista a la hoguera, ''pero no lo va a conseguir". Manifestó que si bien la educación es necesaria, hace falta también solidaridad y respeto, ''a lo mejor (George) Bush no es una persona maleducada, pero está haciendo mucho daño al mundo".
Saramago reiteró su apoyo al Ejército Zapatista de Liberación Nacional, porque constituye ''una esperanza" para reactivar ''una conciencia cívica muy fuerte que pueda imponerse a la autoridad histórica latifundista y empresarial que domina el país". El subcomandante Marcos actúa como ''El llanero solitario", dijo acerca de la reanudación de la gira que el grupo insurgente retomará por el país a partir del domingo próximo. El escritor portugués desea que el movimiento zapatista continúe y haga eco en América Latina. Las comunidades indígenas ''deben tomar la palabra, porque por siglos han sido humillados y ofendidos y esto debe acabar". Recordó que ''los límites de mi libertad aparecen cuando se encuentran con los límites de la libertad del otro", y dijo que una sociedad no puede vivir sin ''una ética de responsabilidades".
Resurrección de conocidos de la infancia
En Las pequeñas memorias (Alfaguara), Saramago evoca ''sin nostalgia" a las personas que conoció en su infancia, ''era gente muy pobre, campesinos y nada más que eso, y todos han desaparecido. Yo las resucité, de algún modo". El escritor portugués de 84 años consideró que era ''un poco egoísta escribir este libro: una persona que llega a una edad y decide recordar cuando era pequeño", sin embargo ''ahora para mí es mucho más importante dejar constancia de ellas que decir lo que me ocurrió", agregó en rueda de prensa con periodistas de América. Su afán ni siquiera es intentar la inmortalidad, ''es pensar que todo caerá en el olvido y que nos llamemos Gabo, que nos llamemos Rodríguez, ahí nos vamos a encontrar todos, en el olvido". Saramago pensó escribir esta obra desde hace unos 20 años, sin embargo no lo considera como el fin de un ciclo, porque ''si fuera así, no escribiría nada más". Hace dos décadas, dijo, ''yo era un chaval de 64 años, entonces con mucha vida por delante, ahora tengo menos, pero la vida sigue ahí". El escritor se mostró también emocionado por conocer la adaptación cinematográfica de su novela Ensayo sobre la ceguera, que realiza el director brasileño Fernando Meirelles, en coproducción de Canadá, Brasil, Inglaterra y Japón.
Sobre Las pequeñas memorias, donde recupera sus recuerdos de infancia y de adolescencia, Saramago dijo que es un libro corto, pues no quería hacer literatura ni un acercamiento nostálgico, ''no estoy diciendo que el tiempo que vivía era mejor, que era más feliz, digo sólo lo que ocurrió en ese tiempo, pero la nostalgia no está ahí", y afirmó: ''Creo que sigo siendo de alguna forma, con menos ingenuidad, el niño del que se habla en el libro". Por eso, aseguró, no habrá más libros de memorias suyas, ''porque de lo que sólo deseaba hablar era de este periodo de mi vida y eso ya no tiene continuación".
Se agradece que haya pensado en escribir un poquito menos nostalgia... ¡no me lo voy a perder!
Kikka Roja