Carlos Ahumada narra todo sobre videoescándalos en “Derecho de réplica" Exclusiva con Ciro Gómez Leyva radioformula.com.mx Este fin de semana comenzará a circular el libro del empresario Carlos Ahumada “Derecho de réplica: Revelaciones de la más alta pantalla política en México” de la Editorial Grijalbo. El Prólogo es de Alfredo Bursa. A través del programa “Fórmula de la tarde”, Ciro Gómez Leyva comentó que el libro está escrito en un formato de prosa y no el original pensado que era preguntas y respuestas de periodistas. Habla de los origines de Carlos Ahumada, de cómo fue haciendo su dinero y que todo su actuar lo sabía el ex presidente Carlos Salinas de Gortari. “Jorge Fernández Menéndez me pregunta si fue un complot o una decisión más individual, o una revancha. No fue una revancha, fue una decisión individual (se refiere a dar a conocer los videos), que fue aprovechada o de la que sacaron beneficio grupos de poder y personas que tuvieron la manera de manejar esta información”. “Contestando a Carlos Ramírez y a Ricardo Pascoe, todo lo negocie directamente con Carlos Salinas, muchas veces en presencia de Rosario Robles, con Diego Fernández de Cevallos, con Ramón Martín Huerta, con Eduardo Mediana Mora (actual procurador de la República en aquel entonces director del Cisen), a quien conocí en la oficina de Ramón Martín Huerta, así como con el general Macedo de la Concha, entonces procurador General de la República. Todos ellos intervinieron, formaron parte, realizaron alguna tarea en especial. Pero concretamente negocie con Carlos Salinas y Diego Fernández y ¿por cuánto?, acordamos que me pagarían casi 400 millones de pesos, los cuales nunca me pagaron”. “En efecto yo tenía que entrar a ese juego de la corrupción que implica el dinero que le tienes que dar, los apoyos que le tienes que dar a los funcionarios de los distintos gobiernos, de las delegaciones para ganar concursos, para que te dejen hacer las obras", dice Ahumada en su libro. El periodista comentó cómo Carlos Ahumana narra cómo entró en problemas con esa maquinaria hasta en un punto de desesperación por el dinero que le debían fue entonces cuando él decide dar a conocer los video escándalos en los que implica a diversos políticos como Carlos Imaz y René Bejarano, Rosario Robles y otros. En este espacio se dio a conocer algunos de los fragmentos de su libro. “Por lo que hace la relación con Carlos Imaz, empezó debido a que él era una persona que constantemente acompañaba a Rosario (Robles), ella confiaba mucho en él. En lo personal Imaz nuca me pareció una persona muy brillante; era más bien un tipo arrogante, fanfarrón, creía que tenía un gran atractivo físico y trataba de acostarse con cuanta mujer tuviera enfrente, pero ese no era el problema, sino que le tenía grandes celos profesionales a Rosario y con dos tequilas encima, sin que estuviera ella presente, se refería a ella como una mujer caprichosa y decía que gran parte de su éxito en la política se debía a que había tenido relaciones sentimentales con Jesús Ortega, cuando este fue diputado y que de esa manera había conseguido tener un papel destacado en ese grupo parlamentario del PRD”. Ahumada también atribuye a la carrera de Rosario Robles su amistad con Lázaro Cárdenas. “Imaz también estaba obsesionado por el poder y cargaba en ese tiempo con una gran frustración porque su esposa Claudia Sheinbaum inexplicablemente tenía un puesto de primera línea en el gabinete de Andrés Manuel López Obrador; ya con cuatro tequilas, Imaz también dejaba entrever su celos de la relación entre Andrés Manuel y Claudia”. Se le pregunta sobre un supuesto préstamo que le hizo a Carlos Imaz para que se fuera de vacaciones y Carlos Ahumada responde: “El 14 de agosto Imaz fue a verme a la oficina y me dijo - ya vez, ya se solucionó tu problema. Por cierto te quería pedir un favor, Claudia y yo tenemos un viaje programado a Europa y en diciembre voy a ocupar mi cargo de jefe delegacional en Tlalpan (ya había ganado las elecciones). Este es el último momento de podernos ir de vacaciones y en conclusión quería ver si me podrías prestar dinero, te lo devuelvo cuando asuma el cargo de jefe delegacional”. Ahumada cuenta cuánto dinero le dio, cómo se lo dio y en dónde se lo dio. Después incluye al senador del PRD, Graco Ramírez en su narración. “Recuerdo también que Graco Ramírez iba a mi oficina, me hablaba a mi oficina un sinfín de veces y me prometía que Ana Lilia Cepeda, su cuñada responsable del Centro Histórico, me podía dar obras, me podía ayudar; se me plantaba horas en la oficina, me invitaba a comer, no quería ir con él. La verdad es que ni tenía tiempo, ni me caía bien como para ir a comer; le pedía a Luis Molina, en aquel entonces mi secretario particular, que se fuera a un restaurante con Graco, era una molestia constante”. Apoyo a periodistas, dice más adelante: “Apoyé económicamente a algunos periodistas como fueron Miguel Badillo para el financiamiento de su revista Fortuna y apoyé a Miguel Ángel Velásquez, mejor conocido como El Patán, autor de la columna Ciudad Perdida que se publica en La Jornada” “A raíz de un artículo que Miguel Ángel Velásquez había publicado sobre mi persona, un día desayunamos en Casa Lamm; en esa ocasión fue bastante ameno, me confió que tenía algunos problemas económicos, no recuerdo porque motivos y enseguida le ofrecí mi apoyo, después de darse un poco a desear, aceptó y me dijo que con cien mil pesos solucionaba su problema. Me levanté de la mesa, le pedí a mi chofer que mandara a traer de mi oficina 50 mil pesos y lo pusiera en un sobre de nómina de papel manila; se los entregué a Miguel Ángel Velásquez cuando nos despedimos y le dije que el resto se lo podía dar la próxima semana, me dijo que ‘muchísimas gracias que le serían muy útiles y que en ese mismo momento se dirigiría a la notaria para ver a Morales Lechuga y aclarar el malentendido que tenía sobre mi persona y por el cual había publicado ese artículo’. Claro que yo sabía que se trataba de un préstamo de esos que no se pagan jamás”. En el capítulo de los videoescándalos dice: “La primera reunión que grabe fue la que sostuve con Rosario Robles regresando de Semana Santa de 2003, un lunes en la noche, y fue porque desde tiempo atrás ya venía pensando que la gente en general no honramos nuestra palabra, pero especialmente los políticos, ese era el caso de Rosario”. “Nadie me propuso realizar las grabaciones. Lo que quería era tener un testimonio, algún documento en el que reconocieran que me debían dinero, y que por lo tanto se vieran obligados a cumplir su palabra y pagármelo, por eso es que hice las grabaciones”. Cuando conoce a Carlos Salinas: “En agosto de 2003 conocí a Carlos Salinas de Gortari, a través, indirectamente, de Javier Solórzano, quien sabía del hostigamiento en mi contra. Javier me dijo que me quería presentar a Juan Collado, una persona que podía ayudar mucho, que estaba muy bien relacionado, muy conectado, que era un muy buen abogado. Me contó algunas situaciones personales, sobre un hijo de él o un pariente que había chocado, acudió a Juan Collado y en media hora había resuelto el problema”. “Me reuní con Juan Collado, quien me dijo que Carlos Salinas me quería conocer. Ese interés despertó mi curiosidad y acepté reunirme con él. La primera vez que vi a Carlos Salinas fui con Juan Collado a su casa de Camino a Santa Teresa número 480 en Tlalpan. Nos recibió en su biblioteca. Ahí nos reunimos la mayoría de las veces; otras, en un sótano que tiene una cava de vinos espectacular, con unos sillones muy acogedores, entrando en la biblioteca, del lado derecho”. spa Grupo Fórmula |
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