Política cero
Jairo Calixto Albarrán
( CHUCHO ORTEGA ES EL PALERO INFILTRADO DE LA DERECHA PANISTA DENTRO DEL PRD
JESUS ORTEGA ES UN TRAIDOR, VENDE PATRIAS, AYUDÓ A ENTREGAR EL PETROLEO A LOS EXTRANJEROS, DEJANDO A MÉXICO EN LA RUINA. )
POR LO PRONTO LOS PANISTAS SE CHINGARON, NADIE QUIERE A LOS MEXICANOS POR GRIPIENTOS, AHORA VAN A TENER QUE DECIR LA VERDAD, LO DE LA INFLUENZA FUE UN TERRORISMO DE ESTADO A LO PENDEJO, Y QUE FUE PLAN DE ESTADOS UNIDOS TRAERNOS SU INFLUENZA DEL NORTE PARA VENDER MAS MEDICINAS.
2009-05-06•Al Frente
Se nos va el virus A/H1N1 (¿por qué le cambiaron el nombre si lo de porcino le daba dignidad, respeto y virilidad?) y Jelipillo le anuncia a la humanidad que México salvó al mundo de la terrible enfermedad que se cernía sobre la tierra como Godzilla sobre una maqueta de Tokio.
En esa lógica se genera una costosa campaña para atraer a los turistas que al primer estornudo cancelaron sus viajes, incluso los pederastas que, gracias a la venia de las autoridades, vienen aquí a darse sus atascones.
Pero cómo esperan atraer a la clientela para que retocen por los rinconcitos donde hacen su nido las golfas del bar, si se ha desatado el virus de las campañas políticas. O sea, cómo van a venir los paseantes si de pronto se topan con el spot del PAN donde Místico, el luchador, aparece con voz meliflua, agradeciendo al Presidente y al partido su lucha contra los rudos del crimen organizado en un tono de ¡ay, sí, tú las traes! También está el video, harto cotorro del blanquiazul, donde se puede apreciar al Germy Martínez aventándose un choro mundial sobre el papel heroico del Estado calderónico durante la contingencia sanitaria de más o menos tres minutos y medio, mientras la pobre Chepina Vázquez Mota nomás se le queda mirando mansamente en silencio. Apenas le deja como tres segundos para saludar y despedirse.
O, peor aun, esos promocionales del Rey del anticlímax, Chucho Ortega, acompañado de la simpática cocinerita que convoca las más idílicas fantasías de Herodes. Imagínense que, de pronto, el Chucho se aparece en un departamento de interés social para darle ánimos a la clase media baja, recomendándoles que compren lo hecho en México que, según él está bien hecho, para así salir de la crisis.
Nomás faltó el clásico bolero: “Bésame, bésame Chucho, como si fueran estas elecciones la última vez”.
El más tierno es el lema de campaña del tristemente célebre tricolor Jorge Schiaffino, quien se autodenomina “Orgullosamente priista”. Digo, ni don Beltrone ni Peña Nieto ni la Paredes harían una cosa así porque sería un suicidio político. Serían capaces primero de aceptarse orgullosamente americanistas…
Se nos va el virus, dicen los talibanes de la sanidad, y ya no podremos decirle con cariño a nadie aquello de: ¿Tienes la influenza, coma, porcina?
Mientras, los chinos se siguen cobrando con nuestros connacionales gripientos el mal trato que recibiera don Zhenli Ye Gon por el affaire Copelas o cuellos.
Hay quien quiere boicotear los productos de los choznos de Mao Tse Tung. ¿Y luego qué compramos?
jairo.calixto@milenio.comEn esa lógica se genera una costosa campaña para atraer a los turistas que al primer estornudo cancelaron sus viajes, incluso los pederastas que, gracias a la venia de las autoridades, vienen aquí a darse sus atascones.
Pero cómo esperan atraer a la clientela para que retocen por los rinconcitos donde hacen su nido las golfas del bar, si se ha desatado el virus de las campañas políticas. O sea, cómo van a venir los paseantes si de pronto se topan con el spot del PAN donde Místico, el luchador, aparece con voz meliflua, agradeciendo al Presidente y al partido su lucha contra los rudos del crimen organizado en un tono de ¡ay, sí, tú las traes! También está el video, harto cotorro del blanquiazul, donde se puede apreciar al Germy Martínez aventándose un choro mundial sobre el papel heroico del Estado calderónico durante la contingencia sanitaria de más o menos tres minutos y medio, mientras la pobre Chepina Vázquez Mota nomás se le queda mirando mansamente en silencio. Apenas le deja como tres segundos para saludar y despedirse.
O, peor aun, esos promocionales del Rey del anticlímax, Chucho Ortega, acompañado de la simpática cocinerita que convoca las más idílicas fantasías de Herodes. Imagínense que, de pronto, el Chucho se aparece en un departamento de interés social para darle ánimos a la clase media baja, recomendándoles que compren lo hecho en México que, según él está bien hecho, para así salir de la crisis.
Nomás faltó el clásico bolero: “Bésame, bésame Chucho, como si fueran estas elecciones la última vez”.
El más tierno es el lema de campaña del tristemente célebre tricolor Jorge Schiaffino, quien se autodenomina “Orgullosamente priista”. Digo, ni don Beltrone ni Peña Nieto ni la Paredes harían una cosa así porque sería un suicidio político. Serían capaces primero de aceptarse orgullosamente americanistas…
Se nos va el virus, dicen los talibanes de la sanidad, y ya no podremos decirle con cariño a nadie aquello de: ¿Tienes la influenza, coma, porcina?
Mientras, los chinos se siguen cobrando con nuestros connacionales gripientos el mal trato que recibiera don Zhenli Ye Gon por el affaire Copelas o cuellos.
Hay quien quiere boicotear los productos de los choznos de Mao Tse Tung. ¿Y luego qué compramos?
kikka-roja.blogspot.com/
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