Retorno de Marx Sergio Sarmiento 30 Ene. 09 "La deuda no pagada llevará a la bancarrota de los bancos, que tendrán que ser nacionalizados". Karl Marx DAVOS, SUIZA.- Si Marx viviera hoy seguramente habría sido invitado este año al Foro Económico de Davos. Ahí, en esos paisajes nevados que inspiraron La montaña mágica de Thomas Mann, habría leído quizá el siguiente fragmento de su obra El capital, publicada originalmente en 1867: "Los dueños del capital estimularán a la clase trabajadora a comprar bienes, casas y tecnología cada vez más caros hasta que su deuda se vuelva insoportable. La deuda no pagada llevará a la bancarrota de los bancos, que tendrán que ser nacionalizados, y el Estado tendrá que tomar el camino que a la postre llevará al comunismo". En un momento en que financieros como George Soros, que han ganado miles de millones de dólares en los mercados, piden la nacionalización de los bancos del mundo, y en que los propios banqueros que fueron durante décadas baluartes del sistema de libre mercado exigen ser rescatados con dinero de los contribuyentes para resolver sus problemas, muchos buscan regresar a las ideas de Marx para tratar de entender lo que está ocurriendo. La magnitud de la crisis es, sin duda, enorme. Vladimir Putin, el presidente del gobierno ruso, la describió como una "tormenta perfecta" en que confluyen un sinnúmero de factores para provocar un desastre fuera de toda proporción. "Hoy, los bancos de inversión, el orgullo de Wall Street, han dejado virtualmente de existir -dijo Putin en Davos-. En apenas 12 meses han registrado pérdidas que superan sus ganancias de los últimos 25 años". También aquí en Davos, Tony Blair, el ex primer ministro británico, dijo ayer que algunos están señalando esta crisis como "el fin de la era del capitalismo y del libre mercado". No deja de ser paradójico, sin embargo, que esto ocurra apenas unos años después de que, tras la caída del muro de Berlín y el desplome de la Unión Soviética, Francis Fukuyama declaró "el fin de la historia" conforme todas las sociedades adoptaban los ideales del capitalismo liberal. Hoy los banqueros y financieros parecen haberse vuelto marxistas y buscan la mano protectora del Estado. En cambio, muchas de las voces que advierten en contra de la tentación de darle al gobierno un papel excesivo provienen de los países que vivieron bajo regímenes comunistas, cuando menos inspirados en las tesis de Marx. Según Putin: "En el siglo XX la Unión Soviética hizo el papel del Estado absoluto. En el largo plazo esto privó totalmente de competitividad a la economía soviética. Esta lección nos costó muy cara. Estoy seguro de que nadie quiere que se repita". A su vez, Wen Jiabao, el primer ministro chino, se convirtió en Davos en el defensor más visible del libre comercio y la globalización y advirtió que la crisis es producto de la decisión de Estados Unidos de vivir a crédito y sin generar ahorro. Para Blair, quien bromeó en su presentación sobre el hecho de que en su juventud representó una izquierda radical con la que hoy no se identifica, la solución no radica en abandonar el capitalismo sino en adoptar un sistema de libre mercado basado en principios morales. Shimon Peres, el presidente de Israel, rechazó, por su parte, las ideologías. "Capitalismo, socialismo, socialdemocracia, liberalismo", todos tienen una parte atractiva, pero al final hay que tomar decisiones pragmáticas sobre los problemas que van surgiendo en un país. La tormenta que hoy estamos sufriendo, perfecta o no, es quizá la más intensa que el mundo ha sufrido desde la Gran Depresión de la década de 1930. El Fondo Monetario Internacional prevé una caída del producto mundial por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial. La Organización Internacional del Trabajo calcula que hasta 50 millones de personas podrían llegar a perder su empleo este año. Sin embargo, en una encuesta informal llevada a cabo por la cadena de televisión CNN con sus entrevistados durante el Foro, presidentes de empresas con presencia internacional, la mayoría prevé una recuperación en 2010. Esto haría la crisis prolongada (la recesión empezó en diciembre de 2007 en Estados Unidos), pero no de tales proporciones que pudiera poner en riesgo el sistema de libre mercado. Aun así, a 142 años de publicado El capital, las palabras de Marx suenan ominosas. A nadie sorprendería leer ese párrafo hoy y pensar que fue escrito hace unos días. Lo único que cambia las cosas es la experiencia de siete décadas de gobierno comunista en la antigua Unión Soviética y, con menos tiempo, en otros países. Quizá Marx haya tenido razón en el diagnóstico, pero el tratamiento que sugiere, el comunismo, no ha resultado fructífero. El mercado no funciona a la perfección, pero lo hace mejor que el gobierno para tomar decisiones económicas. Pronósticos realistas No hay forma de hacer pronósticos exactos sobre el crecimiento de una economía en un momento de tanta inestabilidad, me dice el secretario de Hacienda, Agustín Carstens, en una conversación en el Foro Económico Mundial de Davos. Por eso las distintas instituciones que hacen previsiones las están teniendo que revisar constantemente, y en estos momentos siempre a la baja. Pero si hubiera que hacer un pronóstico realista en este momento para la economía mexicana en el 2009, señala, habría que estimar entre un 0 y un -1 por ciento. Página en internet: www.sergiosarmiento.com |
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