China decreta el fin de la hegemonía de EU y el inicio multipolar global
Alfredo Jalife-Rahme
Li Hongmei, del People’s Daily (24/2/09), muy cercano al gobierno chino, decreta el fin de la hegemonía de Estados Unidos y el inicio de la era multipolar global. El inapelable dictamen geoestratégico es proferido dos días después del periplo asiático y de la visita a China de Hillary Clinton, la poderosa secretaria de Estado de la administración Obama (ver Bajo la Lupa, 22 y 25/2/09).
China solía expresar usualmente, con mayor preferencia junto a Rusia (en especial durante las cumbres del Grupo de Shanghai), su anhelo por un nuevo orden multipolar, en el contexto de un planeta más armónico, propio de su cosmogonía, pero, hasta donde hemos detectado, nunca habían atravesado el Rubicón semántico hasta llegar a sentenciar tanto el fin de la hegemonía de Estados Unidos como el advenimiento del nuevo orden multipolar, por cierto, dicho sea con humildad de rigor, dos tesis ya muy vistas de Bajo la Lupa desde hace por lo menos seis años, y asentadas en nuestros recientes dos libros premonitorios Fin de una era (Editorial del Zorzal, Buenos Aires, 2007) y Hacia la desglobalización (Editorial Jorale, México, 2007).
El artículo de Li Hongmei es relevantemente estratégico por el lugar de su edición (China), sus vínculos gubernamentales y su fecha: dos días después de la visita de Hillary y prácticamente un mes antes de la cumbre del G-20 el 2 de abril en Londres, que representa la última oportunidad para que básicamente el G-7 y el BRIC (Brasil, Rusia, India y China), primero, limiten los daños de la hecatombe tanto del dolarcentrismo unipolar como de la hegemonía anglosajona del putrefacto sistema financiero internacional hecho pedazos y, luego, rehagan el mundo conforme a la nueva realidad multipolar geopolítica y geoeconómica.
El autor chino ha de poseer mejores y mayores datos, que seguramente detectaron y/o reafirmaron las autoridades durante la visita de Hillary, que las muy simplistas dos gráficas contrastantes que cita del FMI –cuando en el lapso de cinco años Estados Unidos declina a 25 por ciento del PIB global, mientras las economías emergentes surgen a 32 por ciento en 2008– para emitir una sentencia tan perentoriamente definitiva sobre la caída unipolar de Estados Unidos y el ascenso multipolar, cuyo diagnóstico es más contundente con el abordaje multidimensional (geopolítico, geoeconómico, geofinanciero y geoenergético).
Según las dos gráficas del FMI, en cinco años el porcentaje del PIB global de Estados Unidos se desplomó 7 por ciento, al pasar de 32 a 25 por ciento. ¡Y lo que falta!
A lo que hace eco Li Hongmei: “si la ‘reversión dramática’ de Estados Unidos ‘ocurrió en cinco años’, ¿cuánto más cambiará en los próximos cinco o 10 años?”
Como aportación complementaria de Bajo la Lupa al autor chino, del 32 por ciento del PIB global de las economías emergentes, 13 por ciento, un poco menos de la tercera parte, pertenece al BRIC. Por alguna razón escamotea que la Unión Europea (UE) ostenta 31 por ciento del PIB global, 6 por ciento por encima de Estados Unidos. Más allá del BRIC, ¿como definirá Li Hongmei a las economías emergentes que han rebasado a Estados Unidos y a la UE?
El autor chino cita un extracto del artículo Despidiendo la hegemonía de Parag Khanna en un suplemento sabatino de The New York Times (27/1/09): “Ahora competimos –y perdemos– en un mercado (sic) geopolítico con las otras superpotencias mundiales: la UE y China”.
¿Dónde dejaron a Rusia, India y Brasil? Es patético el ultrarreduccionismo que practica Estados Unidos, que intenta eclipsar la realidad mediante su perturbadora negación mental.
Li Hongmei conjetura que Estados Unidos hubiera sido el rey de la colina de la unipolaridad de no haber sido golpeado por los ataques terroristas del 11/9. La guerra contra el terrorismo global, que siempre expusimos como un montaje hollywoodense, fue interpretada por la comunidad internacional como un camuflaje (¡súper-sic!) usado (sic) por Estados Unidos para ocultar su intención de recuperar su monopolio sobre el globo entero. Esta es la aseveración más severa de Li Hongmei, quien deja entrever muchas cosas detrás del camuflaje de la guerra contra el terror global que los neoconservadores straussianos, muy cercanos a Israel, le endosaron demencialmente al Islam.
Fustiga sin piedad al típico sistema financiero capitalista liberal de Estados Unidos cuando la hegemonía de Estados Unidos se encuentra al borde (sic) del colapso. ¿Al borde?
Aduce que “hoy, por primera vez en la historia, la competencia (nota: no la delirante competitividad economicista) es global, multicivilizatoria y multipolar, con una exhibición de poder inteligente. Para ser el vencedor, se debe buscar más la cooperación que la confrontación”.
¿Podrá transformar Estados Unidos su sique consustancialmente bélica?
Estados Unidos no es más el rey de la colina conforme la nueva fase de la estructura de poder mundial multipolar se asienta en 2009 y el orden internacional sea reajustado en forma correspondiente.
Reconoce que en estos momentos la estructura del poder internacional es todavía indiscernible (sic), cuando Irán ha emergido como potencia regional; Latinoamérica redobla sus esfuerzos para liberarse de la órbita de EU y la UE no puede proseguir su expansión, y cuyos tres principales jugadores, Gran Bretaña, Alemania y Francia, exhiben su propio declive económico.
En referencia a Rusia señala que enfrenta una ardua tarea para reducir su pesada dependencia en sus exportaciones gaseras y en reconstruir una propia industria manufacturera moderna. Con todo respeto a Li Hongmei, pero los problemas de Rusia no son los señalados, sino otros (v.gr. su demografía declinante y su subdesarrollo financiero; al contrario, el gas ha sido su bendición y el asunto manufacturero, para una superpotencia tecnológica, tampoco es una ardua tarea).
Expone en forma muy optimista el prodigioso ascenso de China como nuevo jugador superpesado, pero oculta sus conspicuas vulnerabilidades.
A nuestro juicio, es probable que el incipiente orden multipolar se deba más a las vulnerabilidades (v.gr. materias primas; en particular, los hidrocarburos) que a las complementariedades (v.gr. el espejismo exportador, con o sin valor agregado) cuando, desde el punto de vista multidimensional (nuclear, geoeconómico, geofinanciero y geoenergético), ninguna de las nuevas y añejas superpotencias (Estados Unidos, UE, BRIC y hasta Japón) es autosuficiente.
En paralelo y sincronía al declive de Estados Unidos, el México neoliberal, con los disfuncionales panistas Fox y Calderón, se desplomó seis lugares en ocho años al pasar su PIB del noveno al decimoquinto del ranking mundial (¡más lo que sigue!). Es notorio el suicidio neoliberal de México al haber ligado su suerte a la unipolaridad de Estados Unidos, lo que resalta más cuando el restante de las economías emergentes creció vigorosamente en el mismo lapso. Lo que no alcanza a entender el hilarante Congreso mexicano, con todo y sus cartuchos quemados invitados al delirante debate (sic) ¿Qué hacer (¡súper-sic!) para crecer (sic)?
Está bien que Gamboa Patrón no entienda nada, pero ¿no son, acaso,economistas Beltrones y Labastida, quienes hacen y deshacen en el Congreso, en particular cuando entregaron insensatamente el petróleo de las aguas profundas del Golfo de México, lo cual demostramos en nuestro libro por salir La desnacionalización de Pemex, que cuenta con el invaluable prólogo de Andrés Manuel López Obrador?
China solía expresar usualmente, con mayor preferencia junto a Rusia (en especial durante las cumbres del Grupo de Shanghai), su anhelo por un nuevo orden multipolar, en el contexto de un planeta más armónico, propio de su cosmogonía, pero, hasta donde hemos detectado, nunca habían atravesado el Rubicón semántico hasta llegar a sentenciar tanto el fin de la hegemonía de Estados Unidos como el advenimiento del nuevo orden multipolar, por cierto, dicho sea con humildad de rigor, dos tesis ya muy vistas de Bajo la Lupa desde hace por lo menos seis años, y asentadas en nuestros recientes dos libros premonitorios Fin de una era (Editorial del Zorzal, Buenos Aires, 2007) y Hacia la desglobalización (Editorial Jorale, México, 2007).
El artículo de Li Hongmei es relevantemente estratégico por el lugar de su edición (China), sus vínculos gubernamentales y su fecha: dos días después de la visita de Hillary y prácticamente un mes antes de la cumbre del G-20 el 2 de abril en Londres, que representa la última oportunidad para que básicamente el G-7 y el BRIC (Brasil, Rusia, India y China), primero, limiten los daños de la hecatombe tanto del dolarcentrismo unipolar como de la hegemonía anglosajona del putrefacto sistema financiero internacional hecho pedazos y, luego, rehagan el mundo conforme a la nueva realidad multipolar geopolítica y geoeconómica.
El autor chino ha de poseer mejores y mayores datos, que seguramente detectaron y/o reafirmaron las autoridades durante la visita de Hillary, que las muy simplistas dos gráficas contrastantes que cita del FMI –cuando en el lapso de cinco años Estados Unidos declina a 25 por ciento del PIB global, mientras las economías emergentes surgen a 32 por ciento en 2008– para emitir una sentencia tan perentoriamente definitiva sobre la caída unipolar de Estados Unidos y el ascenso multipolar, cuyo diagnóstico es más contundente con el abordaje multidimensional (geopolítico, geoeconómico, geofinanciero y geoenergético).
Según las dos gráficas del FMI, en cinco años el porcentaje del PIB global de Estados Unidos se desplomó 7 por ciento, al pasar de 32 a 25 por ciento. ¡Y lo que falta!
A lo que hace eco Li Hongmei: “si la ‘reversión dramática’ de Estados Unidos ‘ocurrió en cinco años’, ¿cuánto más cambiará en los próximos cinco o 10 años?”
Como aportación complementaria de Bajo la Lupa al autor chino, del 32 por ciento del PIB global de las economías emergentes, 13 por ciento, un poco menos de la tercera parte, pertenece al BRIC. Por alguna razón escamotea que la Unión Europea (UE) ostenta 31 por ciento del PIB global, 6 por ciento por encima de Estados Unidos. Más allá del BRIC, ¿como definirá Li Hongmei a las economías emergentes que han rebasado a Estados Unidos y a la UE?
El autor chino cita un extracto del artículo Despidiendo la hegemonía de Parag Khanna en un suplemento sabatino de The New York Times (27/1/09): “Ahora competimos –y perdemos– en un mercado (sic) geopolítico con las otras superpotencias mundiales: la UE y China”.
¿Dónde dejaron a Rusia, India y Brasil? Es patético el ultrarreduccionismo que practica Estados Unidos, que intenta eclipsar la realidad mediante su perturbadora negación mental.
Li Hongmei conjetura que Estados Unidos hubiera sido el rey de la colina de la unipolaridad de no haber sido golpeado por los ataques terroristas del 11/9. La guerra contra el terrorismo global, que siempre expusimos como un montaje hollywoodense, fue interpretada por la comunidad internacional como un camuflaje (¡súper-sic!) usado (sic) por Estados Unidos para ocultar su intención de recuperar su monopolio sobre el globo entero. Esta es la aseveración más severa de Li Hongmei, quien deja entrever muchas cosas detrás del camuflaje de la guerra contra el terror global que los neoconservadores straussianos, muy cercanos a Israel, le endosaron demencialmente al Islam.
Fustiga sin piedad al típico sistema financiero capitalista liberal de Estados Unidos cuando la hegemonía de Estados Unidos se encuentra al borde (sic) del colapso. ¿Al borde?
Aduce que “hoy, por primera vez en la historia, la competencia (nota: no la delirante competitividad economicista) es global, multicivilizatoria y multipolar, con una exhibición de poder inteligente. Para ser el vencedor, se debe buscar más la cooperación que la confrontación”.
¿Podrá transformar Estados Unidos su sique consustancialmente bélica?
Estados Unidos no es más el rey de la colina conforme la nueva fase de la estructura de poder mundial multipolar se asienta en 2009 y el orden internacional sea reajustado en forma correspondiente.
Reconoce que en estos momentos la estructura del poder internacional es todavía indiscernible (sic), cuando Irán ha emergido como potencia regional; Latinoamérica redobla sus esfuerzos para liberarse de la órbita de EU y la UE no puede proseguir su expansión, y cuyos tres principales jugadores, Gran Bretaña, Alemania y Francia, exhiben su propio declive económico.
En referencia a Rusia señala que enfrenta una ardua tarea para reducir su pesada dependencia en sus exportaciones gaseras y en reconstruir una propia industria manufacturera moderna. Con todo respeto a Li Hongmei, pero los problemas de Rusia no son los señalados, sino otros (v.gr. su demografía declinante y su subdesarrollo financiero; al contrario, el gas ha sido su bendición y el asunto manufacturero, para una superpotencia tecnológica, tampoco es una ardua tarea).
Expone en forma muy optimista el prodigioso ascenso de China como nuevo jugador superpesado, pero oculta sus conspicuas vulnerabilidades.
A nuestro juicio, es probable que el incipiente orden multipolar se deba más a las vulnerabilidades (v.gr. materias primas; en particular, los hidrocarburos) que a las complementariedades (v.gr. el espejismo exportador, con o sin valor agregado) cuando, desde el punto de vista multidimensional (nuclear, geoeconómico, geofinanciero y geoenergético), ninguna de las nuevas y añejas superpotencias (Estados Unidos, UE, BRIC y hasta Japón) es autosuficiente.
En paralelo y sincronía al declive de Estados Unidos, el México neoliberal, con los disfuncionales panistas Fox y Calderón, se desplomó seis lugares en ocho años al pasar su PIB del noveno al decimoquinto del ranking mundial (¡más lo que sigue!). Es notorio el suicidio neoliberal de México al haber ligado su suerte a la unipolaridad de Estados Unidos, lo que resalta más cuando el restante de las economías emergentes creció vigorosamente en el mismo lapso. Lo que no alcanza a entender el hilarante Congreso mexicano, con todo y sus cartuchos quemados invitados al delirante debate (sic) ¿Qué hacer (¡súper-sic!) para crecer (sic)?
Está bien que Gamboa Patrón no entienda nada, pero ¿no son, acaso,economistas Beltrones y Labastida, quienes hacen y deshacen en el Congreso, en particular cuando entregaron insensatamente el petróleo de las aguas profundas del Golfo de México, lo cual demostramos en nuestro libro por salir La desnacionalización de Pemex, que cuenta con el invaluable prólogo de Andrés Manuel López Obrador?
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