- Diputados de ambos partidos se culpan del fracaso en las políticas de seguridad pública
- Reyerta PRI-PAN deja a García Luna como convidado de piedra en San Lázaro
- El panista Javier Corral Jurado tuvo un lapsus y llamó presidente al titular de la SSP
Protesta del PRD ante un impertérrito Genaro García LunaFoto José A. López
Enrique Méndez y Roberto Garduño
La comparecencia de Genaro García Luna, titular de la SSP federal, ante el pleno de la Cámara de Diputados, se convirtió en un debate entre el PRI y el PAN sobre el fracaso de las políticas de seguridad pública en los gobiernos que ambos partidos han encabezado. El blanquiazul acusó a los priístas de complicidad con el narcotráfico y éstos al panismo de no frenar a la delincuencia en nueve años y de politizar la lucha contra las drogas.
El combate al crimen no se trata como una actividad de índole partidista. La estrategia se limita a combatir a los delincuentes, respondió el funcionario federal.
La disputa verbal llegó a grado tal, que desde la tribuna el panista Javier Corral Jurado, al referirse a Carlos y Raúl Salinas de Gortari, cuestionó que el gobierno federal no haya iniciado un proceso contra el ex presidente, aun cuando Miguel de la Madrid aportó información sobre su presunta relación con el narco.
“¿Por qué no se ha iniciado la investigación contra Carlos Salinas ni se ha desmantelado el tráfico de complicidades entre políticos priístas y el narco? ¿Por qué no se llamó a De la Madrid ante el Ministerio Público? Por eso, señor presidente Calderón. ¿Por qué presidente (sic) García Luna? Porque no se actúa, los señores del PRI quieren venir a darnos lecciones de moral, de derecho. ¡Por eso están envalentonados!”
García Luna no se inmutó durante la comparecencia, ni cuando el PRD llevó un ataúd de cartón negro y veladoras al pie de la tribuna, donde pegaron una cruz en la que escribieron: Calderón quiere sangre, y desplegaron mantas en las que se leía: 15 mil 361 muertos con Calderón y García Luna.
En las dos horas de sainete entre el PRI y el PAN, el funcionario se dedicó a girar su pluma entre los índices y los pulgares. No cambió su posición ni cuando Porfirio Muñoz Ledo desde la tribuna lo señaló: Hay aquí un convidado de piedra, no porque tenga una piedra en la cabeza o en las manos.
Cuando Corral tuvo un lapsus y llamó presidente al titular de la SSP, Muñoz Ledo punzó: ¿Por qué no lo llamaste García Pinochet? ¡Este señor es un peligro para la vida de todos!
Le exigió a García Luna que abandonara por dignidad y decoro el pleno camaral: ¡Este señor está de sobra! ¡Que haya un eclipse de luna! ¿Quiénes están por la renuncia de García Luna? Sírvanse ponerse de pie. ¡Nosotros lo damos por renunciado!
García Luna había afirmado ante los diputados, como parte de la glosa del tercer Informe de Felipe Calderón, que la dependencia a su cargo había obtenido resultados récord en detenciones, decomisos y desarticulación de bandas.
Al presentar la posición del PRI, el ex procurador mexiquense Alfonso Navarrete Prida definió como errática la estrategia contra la delincuencia, y lamentó que el Ejecutivo federal se apoye más en la operación policiaca en detrimento de la actividad ministerial. Si es verdad que la Secretaría de Seguridad (Pública) está en guerra, ahí, en la salida del procurador (Eduardo Medina Mora), se encuentra su única víctima, dijo.
Ahí empezó el intercambio y la comparecencia quedó de lado. El panista Ezequiel Rétiz acusó a Navarrete de exonerar a su ex jefe, Arturo Montiel Rojas, por presunto enriquecimiento ilícito, y dejar inconclusa la investigación del asesinato de Enrique Salinas de Gortari.
Navarrete pidió la palabra a Francisco Ramírez Acuña, presidente de la mesa directiva, y en su noviciado legislativo el panista lo concedió, aunque dos turnos antes había negado la palabra a Gerardo Fernández Noroña (PT) cuando la panista por Ciudad Juárez Antonieta Pérez le reprochó decirle asesino a García Luna.
Ramírez Acuña, que había argumentado la rigidez del formato, perdió el control de la sesión. De pie desde su curul, Corral le dijo: ¡Basta ya de este formato absurdo! ¡Vamos a entrar al debate! Fernández Noroña insistió en tribuna: Es asesino y se lo sostengo. García Luna no ha dicho que mentí y el que calla otorga. No sólo es un asesino, sino corrupto.
En la versión estenográfica que repartió la SSP de la comparecencia, se incluyó el nombre de todos los diputados que intervinieron y se suprimió el de Fernández Noroña. Diputado del PT, dice el documento.
Navarrete justificó que no pudo llevar a juicio a Montiel porque no hubo pruebas y llegó hasta donde la ley lo permitió. Y del caso Enrique Salinas, acusó a la PGR de proteger a los agentes de la AFI que habrían extorsionado al hermano del ex presidente.
El priísta Omar Fayad, ex procurador de Hidalgo, dijo que si el crimen creció en Chihuahua fue en los tiempos de Francisco Barrio como gobernador y de Arturo Chávez Chávez como procurador, y se mofó de las detenciones en los regímenes panistas: “Los grandes capos se llamaron Miguel Ángel Félix Gallardo, Joaquín Guzmán, no El Chirpiorcas o Caralimpia”.
Pablo Rodríguez Regordosa (PAN) le reviró: “Los Zetas llegaron a Pachuca en alguna administración de una persona que por ahí anda”. Corral volvió: En la lista de capos de Fayad le faltó el más importante. ¡Fox, Fox!, le gritó el Bronx priísta. ¡Antes, antes, dos sexenios antes! Carlos Salinas de Gortari.
El combate al crimen no se trata como una actividad de índole partidista. La estrategia se limita a combatir a los delincuentes, respondió el funcionario federal.
La disputa verbal llegó a grado tal, que desde la tribuna el panista Javier Corral Jurado, al referirse a Carlos y Raúl Salinas de Gortari, cuestionó que el gobierno federal no haya iniciado un proceso contra el ex presidente, aun cuando Miguel de la Madrid aportó información sobre su presunta relación con el narco.
“¿Por qué no se ha iniciado la investigación contra Carlos Salinas ni se ha desmantelado el tráfico de complicidades entre políticos priístas y el narco? ¿Por qué no se llamó a De la Madrid ante el Ministerio Público? Por eso, señor presidente Calderón. ¿Por qué presidente (sic) García Luna? Porque no se actúa, los señores del PRI quieren venir a darnos lecciones de moral, de derecho. ¡Por eso están envalentonados!”
García Luna no se inmutó durante la comparecencia, ni cuando el PRD llevó un ataúd de cartón negro y veladoras al pie de la tribuna, donde pegaron una cruz en la que escribieron: Calderón quiere sangre, y desplegaron mantas en las que se leía: 15 mil 361 muertos con Calderón y García Luna.
En las dos horas de sainete entre el PRI y el PAN, el funcionario se dedicó a girar su pluma entre los índices y los pulgares. No cambió su posición ni cuando Porfirio Muñoz Ledo desde la tribuna lo señaló: Hay aquí un convidado de piedra, no porque tenga una piedra en la cabeza o en las manos.
Cuando Corral tuvo un lapsus y llamó presidente al titular de la SSP, Muñoz Ledo punzó: ¿Por qué no lo llamaste García Pinochet? ¡Este señor es un peligro para la vida de todos!
Le exigió a García Luna que abandonara por dignidad y decoro el pleno camaral: ¡Este señor está de sobra! ¡Que haya un eclipse de luna! ¿Quiénes están por la renuncia de García Luna? Sírvanse ponerse de pie. ¡Nosotros lo damos por renunciado!
García Luna había afirmado ante los diputados, como parte de la glosa del tercer Informe de Felipe Calderón, que la dependencia a su cargo había obtenido resultados récord en detenciones, decomisos y desarticulación de bandas.
Al presentar la posición del PRI, el ex procurador mexiquense Alfonso Navarrete Prida definió como errática la estrategia contra la delincuencia, y lamentó que el Ejecutivo federal se apoye más en la operación policiaca en detrimento de la actividad ministerial. Si es verdad que la Secretaría de Seguridad (Pública) está en guerra, ahí, en la salida del procurador (Eduardo Medina Mora), se encuentra su única víctima, dijo.
Ahí empezó el intercambio y la comparecencia quedó de lado. El panista Ezequiel Rétiz acusó a Navarrete de exonerar a su ex jefe, Arturo Montiel Rojas, por presunto enriquecimiento ilícito, y dejar inconclusa la investigación del asesinato de Enrique Salinas de Gortari.
Navarrete pidió la palabra a Francisco Ramírez Acuña, presidente de la mesa directiva, y en su noviciado legislativo el panista lo concedió, aunque dos turnos antes había negado la palabra a Gerardo Fernández Noroña (PT) cuando la panista por Ciudad Juárez Antonieta Pérez le reprochó decirle asesino a García Luna.
Ramírez Acuña, que había argumentado la rigidez del formato, perdió el control de la sesión. De pie desde su curul, Corral le dijo: ¡Basta ya de este formato absurdo! ¡Vamos a entrar al debate! Fernández Noroña insistió en tribuna: Es asesino y se lo sostengo. García Luna no ha dicho que mentí y el que calla otorga. No sólo es un asesino, sino corrupto.
En la versión estenográfica que repartió la SSP de la comparecencia, se incluyó el nombre de todos los diputados que intervinieron y se suprimió el de Fernández Noroña. Diputado del PT, dice el documento.
Navarrete justificó que no pudo llevar a juicio a Montiel porque no hubo pruebas y llegó hasta donde la ley lo permitió. Y del caso Enrique Salinas, acusó a la PGR de proteger a los agentes de la AFI que habrían extorsionado al hermano del ex presidente.
El priísta Omar Fayad, ex procurador de Hidalgo, dijo que si el crimen creció en Chihuahua fue en los tiempos de Francisco Barrio como gobernador y de Arturo Chávez Chávez como procurador, y se mofó de las detenciones en los regímenes panistas: “Los grandes capos se llamaron Miguel Ángel Félix Gallardo, Joaquín Guzmán, no El Chirpiorcas o Caralimpia”.
Pablo Rodríguez Regordosa (PAN) le reviró: “Los Zetas llegaron a Pachuca en alguna administración de una persona que por ahí anda”. Corral volvió: En la lista de capos de Fayad le faltó el más importante. ¡Fox, Fox!, le gritó el Bronx priísta. ¡Antes, antes, dos sexenios antes! Carlos Salinas de Gortari.
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