- - . KIKKA: Guadalupe Loaeza
BUSCA, BUSCADOR

Buscar este blog

Mostrando las entradas con la etiqueta Guadalupe Loaeza. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Guadalupe Loaeza. Mostrar todas las entradas

martes, 4 de diciembre de 2007

Guadalupe Loaeza | ¡Qué lindas!...

¡Qué lindas!...
gloaeza@yahoo.com
Guadalupe Loaeza
Queridas ministras Luna y Sánchez: Les escribo para felicitarlas, para decirles cuán orgullosa estoy de ustedes. No hay duda que sin su voto a favor de Marín, se hubiera salido con la suya la "cabrona" de Lydia Cacho. Afortunadamente a las dos ministras de la Suprema Corte de Justicia no les tembló la mano y actuaron con estricto apego a derecho, aunque la víctima hubiera sido una mujer. Créanme, mis queridas ministras, que las admiro por objetivas, imparciales y patriotas. Sé que ambas actuaron con gran transparencia y que pusieron en éste, como en todos los casos que suelen investigar, lo mejor de ustedes para servir correctamente al país. Igualmente sé la gran empatía y sensibilidad que pusieron especialmente en relación al "caso de Lydia Cacho". Las admiro por su fuerza de carácter y porque no se dejaron influenciar por los otros ministros que estaban contra del pobre gobernador de Puebla, a quien no han dejado de acosar por infamias sin fundamento de esa periodista tan fantasiosa. Como bien dijera mi admirada ministra Sánchez: "No existe una prueba contundente, ni el enlace de ellas, en donde nos permitan afirmar, sin lugar a dudas, que efectivamente el gobernador de Puebla dictó esas órdenes para que concretara esta violación". Bien dicho, Olguita (perdóneme la confianza pero como casi diario la veo por la tele, ya siento que usted es mi amiga). Sí, doña Olguita, la admiro por clara y por directa. Además, no hay que olvidar que usted con toda la empatía que la distingue reconoció que esa "periodista" sí fue víctima de tortura psicológica, pero que sin embargo no existen pruebas suficientes que inculpen a Mario Marín en los hechos, ni tampoco en las autoridades del Poder Judicial del Estado. ¿Qué más quería esa señora que usted dijera?

La que también estuvo muy, muy bien en el "caso Lydia Cacho" fue la ministra Margarita. Qué mujer tan inteligente y preparada. Qué manera de fajarse los pantalones y de hablar en nombre de los demás ministros, al decir que "por mayoría de votos de sus integrantes presentes, la Suprema Corte resolvió este asunto en los términos indicados por el párrafo segundo del artículo 97 de nuestra Constitución". ¿Verdad que cuando no hay pruebas contundentes de que hubo una conspiración entre autoridades y la "periodista" no hay nada que hacer? ¿Cómo que una grabacioncita telefónica entre el pobre gobernador de Puebla y el empresario textilero puede servir como una evidencia concreta? A mi manera de ver, doña Margarita, hizo muy bien al argumentar que "en el caso concreto (de Lydia Cacho) la premisa de la que parte la solicitud de investigación fue una grabación obtenida en franca violación al artículo 16 de la Constitución y, por tanto, no tiene valor probatorio alguno, según lo determina el propio precepto constitucional en su párrafo décimo". Por cierto, respecto a esta conversación me pareció de pésimo gusto que el ministro Góngora Pimentel, en una sesión del pleno de la Corte, se permitiera leer íntegramente la transcripción del diálogo. Me pregunto, ¿cómo osó el ministro semejante atrevimiento frente a la presencia de dos distinguidas damas, ministras de la Corte como son ustedes dos? He allí un acto de machismo sin precedentes. También ustedes, como el rey de España, mis queridas y admiradas ministras, le hubieran podido decir a Góngora Pimentel: "¿Por qué no te callas?" Ya me imagino lo que han de haber sufrido ese día ante tantos improperios.

Pasando a otra cosa, un poquito más agradable, ¿verdad que Olguita y usted doña Margarita son muy buenas amigas? Lo digo porque es evidente que piensan igual y que actúan con la misma firmeza. Díganme si seguido se van juntas a comer para hablar de los casos que tienen que resolver. Imagino que el jueves pasado después que se rindió el dictamen a favor de Marín, el gobernador les llamó por teléfono para felicitarlas (seguro que para Navidad les mandará grandes canastas con muchas botellas de cognac). Me pregunto si esa noche no se fueron a cenar a un restaurante muy elegante y si no brindaron con los abogados defensores del gobernador de Puebla y con Kamel Nacif. También ellos han de haber estado súper felices, ¿verdad? Justamente al otro día del dictamen, Lydia Cacho le dijo a Carmen Aristegui que uno de los abogados estaba tan contento que hasta exclamó: "¡Ya chingamos!" Qué curioso, porque la misma expresión, aunque no muy correcta, la empleé respecto a mis dos ministras consentidas: "¡Doña Olguita y doña Margarita son un par de chingonas porque ya se chingaron a esa periodista tan exagerada!", me dije. Por otro lado, les confieso que las que están furiosas en relación a su dictamen son mis amigas feministas: "Bonito mensaje le enviaron los ministros a las mujeres", me dijo una. Otra me llamó para decirme: "Los agresores son todos hombres y las mujeres víctimas, es decir Lydia Cacho y las niñas abusadas, noventa por ciento de los pedófilos, son hombres...". Por su parte, Gloria Manzur, presidenta de "Mujeres en Lucha", me escribió un correo muy indignado que dice: "Había una vez un grupo de Mujeres en Lucha por la Democracia que soñaba con un país mejor, durante casi 20 años clamó, luchó, marchó, apoyó y legisló a favor de leyes justas y protectoras para las mujeres. Pero eso... eso era un sueño. Pues al despertar la Suprema Corte de Justicia de la Nación con dos mujeres entre sus integrantes, había avalado con la ley las sucias trapacerías de un gobernador y un empresario involucrados en la pederastia que maltrataron, humillaron y pisotearon los derechos civiles de una mujer luchadora... como ellas". Por más que les explico que ustedes son dos profesionales, sumamente respetuosas de la ley y del Estado de Derecho, no las convenzo.

Por último quiero que por favor me saluden al fino ministro Aguirre Anguiano cuya declaración me dio mucha luz (y esperanzas). Me pareció tan oportuna y acertada: "Si a miles de personas las torturan en este país, ¿de qué se queja la señora? ¿Qué la hace tan diferente o más importante para distraer a la Corte en un caso individual?" Es que el ministro tiene toda razón, ¿acaso no los ha distraído ya demasiado el "caso Lydia Cacho"? ¿Cómo van a tener tiempo de investigar las redes de explotación sexual infantil?

Reciban, doña Olguita y doña Margarita, todo mi respeto y consideración. Las felicito por su gran actuación como ministras de la Suprema Corte de la Nación. Gracias a ustedes y a los ministros Ortiz, Azuela, Aguirre y Walls, con su dictamen, Lydia Cacho recibió otra buena tanda de coscorrones...

Kikka Roja


jueves, 15 de noviembre de 2007

Guadalupe Loaeza : Con Oaxaca...

Con Oaxaca...
gloaeza@yahoo.com
Guadalupe Loaeza
Hablamos de sus fiestas, de su cocina, de su artesanía, de sus pintores; de los aretes de filigrana, de la belleza de sus huipiles, de la música de banda y de marimba...

¡Qué bueno que regresé! De hecho, ya me había prometido que tenía que volver. Es que cuando estoy allí siento que me reconcilio con muchas cosas: con la historia de mi país, con mis antepasados, con la cultura, con el buen gusto y el buen comer, pero sobre todo, con la calidez de los mexicanos. Por eso me gusta tanto ir, siempre que me invitan digo que sí, que claro, que nada más faltaba. Además, quería ver con mis propios ojos si ya se habían calmado las cosas por allá. Afortunadamente, y a pesar del poco tiempo que estuve, creo que las cosas han vuelto a la normalidad. Es decir que al caminar por las calles de su centro histórico reencontré aquella tranquilidad y luminosidad, cuyas características siempre acaban por envolverme como si se tratara de un enorme huipil bordado por manos indígenas. Es cierto que todavía se ven algunas “pintas” de la APPO en algunas fachadas, pero es tan deslumbrante la belleza de la ciudad que pasan desapercibidas. “¡Me quedo con Oaxaca!”, le dije de pronto a la encargada de relaciones públicas de la Feria del Libro, quien tan amablemente había ido por mí al aeropuerto. “Sí, fíjese que de plano me quedo con Oaxaca; aunque también estoy profundamente enamorada de Veracruz, hay algo en esta ciudad que me regresa hacia no sé dónde. Es como si tuviera una cita con alguien que conocí hace mucho tiempo. Ha de ser porque aquí está enterrado mi bisabuelo Juan Antonio y sus hermanos. En 1857 mi bisabuelo era el segundo escribiente de la Tesorería General del estado nombrado por don Benito Juárez. Dos años después, lo nombró ayudante segundo del Cuerpo Médico Militar. Es decir que mi bisabuelo combatió con Juárez en los años 58, 59 y 60. En otras palabras llevo sangre oaxaqueña por las venas. ¿No le parece maravilloso?”, le preguntaba a mi interlocutora quien no dejaba de escucharme de lo más sorprendida. “Ahora bien lo que también puede suceder es que a lo mejor en mi reencarnación soy una de las tantas novias ‘plantadas’ que pintó Rodolfo Morales, o bien, en el siglo XIX me casé vestida de Tehuana en el Istmo o quizá voy a reencarnar en alguna mujer de Juchitán”.

En tanto caminábamos por las calles aledañas a Santo Domingo bajo un cielo azul, azul y una luz brillantísima, le pregunté a mi guía si ella sabía dónde se encontraba la calle de Dolores, conocida también como de Santa Lucía, y que actualmente se llamaba calle de Independencia 1309, muy cerquita del templo de la Merced. Mi joven acompañante me vio con unos ojos tan grandes que de inmediato me di cuenta que no sabía dónde había vivido la familia de Margarita Eustaquia Maza Parada, quien fuera después la esposa de don Benito Juárez. Si sabía donde había vivido la familia Maza era porque había leído la biografía que presentaría esa misma noche en la Feria del Libro. Debo decir que la muy acuciosa investigación de la autora de dicha obra, Alicia Aguilar Castro, me cautivó desde la primera página. Las cartas que intercala a lo largo de su relato lleno de datos históricos, nos muestran el verdadero sentir tanto de Juárez como de su esposa. Después de la muerte de sus dos hijos (unos años antes también había muerto su hija María Guadalupe), Margarita le escribe a su marido desde Washington donde se había exiliado a principios de 1866: “Ten mucho cuidado, si te vuelves para Chihuahua, de no ir hasta que estés seguro de que esos hombres están lejos, no te vayan a coger, que es su único interés. Por mí no te apures, que yo hago lo que está de mi parte por distraerme, pero tú sabes que en mis pesares sólo el tiempo es el que mitigará el dolor que tiene mi corazón con la pérdida de mis hijos. Sólo le pido a Dios para volverte a ver, porque es lo único que podrá tranquilizarme; porque tengo la desgracia, desde que mis hijos han muerto, de que todas las noches los sueño, unas noches a uno y otras a otro, de manera que ni dormida descanso y no sé si es de los nervios, un horror que me da mentar los nombres de los muchachitos que no es posible. Y otras veces, cuando estoy sola los llamo, les digo sus nombres: pero otras veces me horrorizo y al querer decir sus nombres me parece que los veo y quisiera en aquel momento morirme por no sufrir lo que siento”. Dice la autora que la memoria de sus hijos afloraba a la menor provocación, causándole honda pena. Lo que no sabía y ahora sé gracias a Alicia es que el entonces presidente de Estados Unidos, Johnson, y su secretario de Estado, Seward, le ofrecieron a doña Margarita una súper recepción en la Casa Blanca. La recibieron como a la verdadera primera dama de México. “Se cuenta que en este baile el salón estaba adornado con los retratos de don Benito Juárez y Santa Anna”. Lo más curioso de todo es que la noticia de la recepción se publicó en el Herald que contaba que “Doña Margarita se había presentado a la recepción presidencial elegantemente vestida y adornada con costosas joyas, lo cual retomaron en grande los periódicos conservadores de la Ciudad de México”. Esto, naturalmente no era cierto, como se lo escribe doña Margarita a Juárez el 26 de marzo de 1866. “Eso no es cierto, toda mi elegancia consistió en un vestido que me compraste en Monterrey poco antes de salir y con tantos cuidados y pesares no me había puesto el único vestido que tengo regular y lo guardo para cuando tenga que hacer alguna visita de etiqueta no más; respecto de brillantes, no tenía más que más que mis aretes que tú me regalaste un día de mi santo...”. Todas las recepciones que le hicieron a doña Margarita en Estados Unidos, mientras que su marido estaba en constante peregrinar por el país, más que distraerla, la hacían sufrir doblemente por el contraste que hacían con su estado de ánimo. “Soy muy desgraciada”, repite prácticamente en todas sus cartas, las cuales siempre empieza con un “Estimado Juárez” y termina: “recibe el corazón de tu esposa que te ama y desea verte”.

Después de las dos presentaciones en el Parque Juárez tanto de la biografía de doña Margarita, como el de Parejas de mi autoría, fuimos a cenar a casa de Alicia Aguilar. Allí se encontraba un grupo de oaxaqueños muy nostálgicos y bohemios. El tema de conversación fue Oaxaca y sus múltiples tradiciones. Hablamos de sus fiestas, de su cocina, de su artesanía, de sus pintores; de los aretes de filigrana, de la belleza de sus huipiles, de la música de banda y de marimba, de sus pirámides, del carácter inquebrantable de don Benito Juárez, de la posibilidad de traerse los restos de Porfirio Díaz y de Margarita Maza. Al despedirme de Alicia le dije muy quedito al oído: “Me quedo con Oaxaca...”.

gloaeza@yahoo.com

Kikka Roja

miércoles, 14 de noviembre de 2007

Guadalupe Loaeza : Con su venia : al Rey Juan Carlos

Con su venia
gloaeza@yahoo.com
Guadalupe Loaeza
‘Yo les aseguro que si ellos se callan, gritarán las piedras...’. San Lucas, XIX, 40
Estimado don Juan Carlos:

Ésta es la primera vez que me dirijo a un Rey de verdad (le he mandado múltiples cartas a los Reyes Magos, pero a un monarca de carne y hueso nunca me había atrevido hacerlo anteriormente). Confusa y sorprendida como estoy decidí escribirle para expresarle los sentimientos de una ciudadana latinoamericana respecto al incidente que se dio en la XVII Cumbre Iberoamericana que culminó el sábado en Santiago de Chile, y en donde usted calló al presidente venezolano, Hugo Chávez. Después de haber visto varias veces en diversos noticiarios tanto internacionales como locales, así como en la página web de YouTube el encontrón entre el jefe de Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, Hugo Chávez y usted, le confieso, con todo respeto, que fue su actuación la que más me llamó la atención e incluso me indignó. Todo el mundo sabe respecto a los excesos y excentricidades del presidente de Venezuela, pero lo que no todo el mundo sabía, sino hasta el sábado, era de la pérdida tan abrupta e inesperada de compostura del rey Juan Carlos de España, la cual me provocó muchas dudas. En primer lugar, ¿por qué se dirigió usted a Hugo Chávez, interrumpiendo también al presidente Zapatero y tuteando a Chávez de esa forma tan despectiva, si se trata de un mandatario elegido (por tercera vez) democráticamente? Me pregunto si lo hubiera hecho con el mismo gesto de desdén y de autoritarismo si el que hubiera estado interrumpiendo constantemente a Zapatero hubiera sido George W. Bush o Nicolas Sarkozy. Estoy consciente que en tratándose de una cumbre iberoamericana, estos dos presidentes no se hubieran encontrado presentes, pero, ¿hubiera usted tratado de esa forma tan despectiva al presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva? Por otro lado, también estoy consciente de que el estilo personal de Chávez resulta por momentos exasperante, irritante y hasta irrespetuoso, pero es Chávez, así es él. Pero de usted nos esperamos otro tipo de comportamiento. Por exagerada que encuentre usted mi reacción, quiero decirle que ese "Por qué no te callas" lo sentí como que quería callar a todos aquellos que están en una posición de desventaja frente a países mucho más ricos y más poderosos que los nuestros. Al querer agredir públicamente a Chávez, de alguna manera también me agredió a mí. Sobre todo, majestad, pienso que el presidente Zapatero de una forma sumamente elegante, diplomática y como un verdadero jefe de Estado, le hacía ver al presidente Chávez que "se puede discrepar radicalmente de las ideas, denunciar los comportamientos, sin caer en la descalificación". Por ello me permito decirle que su reacción resultaba totalmente innecesaria porque de alguna manera su orden de que se callara sonaba a una descalificación del mandatario elegido democráticamente (estemos de acuerdo con él o no) de la República Bolivariana de Venezuela.

No podría estar más de acuerdo con Hugo Chávez, cuando en una rueda de prensa al salir de la cumbre señaló muy enfáticamente: "Señor Rey, yo le digo lo siguiente tenemos 500 años aquí y nunca nos callaremos, mucho menos a la voz de un monarca". No se olvide don Juan Carlos que durante varios siglos nos quisieron callar; no se olvide que costó muchas vidas nuestra independencia como países libres y soberanos, pero sobre todo, no se olvide que estamos en siglo XXI en el cual las monarquías están cada vez más devaluadas y el pueblo tiene la palabra para elegir libremente a sus gobernantes.

Otras de mis dudas tienen que ver con que si el presidente de Gobierno, el señor Rodríguez Zapatero, asistió a la cumbre como todos los demás jefes de Gobierno invitados, quisiera saber en qué calidad asistió el Rey de España. Tengo entendido que el Rey, aunque sea reconocido como Jefe de Estado, no debe mezclarse en asuntos de Estado y mucho menos respecto a la política exterior de su país. Tal vez esté equivocada o mal informada, pero para mí usted es un símbolo de la unidad de España.

Ahora bien, si usted conocía el golpe de Estado de Caracas en el 2002, lo ignoro tal como se lo preguntó el presidente de Venezuela: "La pregunta que me hago es... bueno que responda el Rey de España. Señor Rey, responda, ¿sabía usted del golpe de Estado contra Venezuela, contra el gobierno democrático, legítimo, de Venezuela en 2002?"; sin embargo no puedo dejar de recordar que en la más reciente visita de José María Aznar a nuestro país, antes de las elecciones presidenciales del 2006, y quien fuera invitado por el presidente del Partido Acción Nacional, Manuel Espino, el ex presidente de España vino expresamente a apoyar a Felipe Calderón, lo cual disgustó enormemente no nada más a la oposición, sino a la opinión pública mexicana. Esas cosas, su majestad, no se olvidan en países que están en búsqueda de la democracia. De allí que también acerca de este tema en relación a Aznar, me solidarice plenamente con Hugo Chávez.

Algo me dice, don Juan Carlos, que al llegar a Madrid de regreso de Chile, lo primero que le dijo doña Sofía, que es una Reina en todo el sentido de la palabra, fue preguntarle por qué había perdido así la compostura. Espero, de todo corazón, su majestad, que no le haya callado con la autoridad que sabe emplear en momentos de irritación y que le haya dicho: “¿Sabes, mi reina, en el fondo, reconozco que debí haberme controlado y dejar que Chávez siguiera exponiéndose como suele hacer...”.

Para terminar le informo que mi candidato a la Presidencia , Andrés Manuel López Obrador, del PRD, perdió una cantidad de votos al espetar a Vicente Fox, diciéndole: "¡Cállate, chachalaca!". No, decididamente, a nadie le gusta que nos calle, porque como bien decía Voltaire: "No estoy de acuerdo con lo que usted dice, pero lucharé hasta la muerte para que tenga el derecho de decirlo". Sí, todos tenemos derecho a la libertad de expresión, aunque ordene callar un rey.

Sin más por el momento, quedo de usted muy atentamente.

Una ciudadana mexicana.


Kikka Roja

miércoles, 31 de octubre de 2007

Guadalupe Loaeza : Cristina K

Cristina K
Por Guadalupe Loaeza

Ya son varias las mujeres que se han convertido en un verdadero emblema del llamado "woman power" sobre todo en el terreno de la política y con el común denominador de que todas ellas han hecho estudios superiores. La primera de estas mujeres es la poderosa jefa del gobierno alemán, Angela Merkel, quien anteriormente era científica; la segunda, Hillary Clinton, una abogada exitosa cuando su marido llegó a Presidente, quien es ahora la candidata demócrata que todo indica se instalará en la Casa Blanca; enseguida está Ellen Johnson-Sirleaf, economista licenciada en Harvard quien el año pasado se convirtió en la primera mujer presidenta de África; luego le sigue Michelle Bachelet, médico cirujana y pediatra, presidenta de Chile. En el otro extremo del planeta, la economista Gloria Arroyo, actual presidenta de Filipinas; y, por último, la flamante y recién elegida Presidenta de los argentinos, Cristina Fernández de Kirchner, de 54 años.

Con Cristina K, como la llama todo el mundo en Argentina, una nueva dinastía política emerge, ya que es esposa del Presidente saliente, Néstor Kirchner. Según el New York Times, el Presidente y la primera dama de Argentina están listos para intercambiar trabajos en diciembre; y que ambos fundaron en su país la dinastía política más poderosa desde Juan y Evita Perón. En efecto, Cristina K es la primera mujer elegida por el pueblo para suceder a su marido al frente de la nación argentina. Ella de primera dama será Presidente, y él, el primer hombre que será "Presidente consorte".

Gracias a muchos diarios argentinos, nos enteramos que Cristina K es la hija mayor de Eduardo Fernández y de Ofelia Wilhelm, que había sido siempre una chica considerada demasiado bonita como para ser inteligente. Hizo sus estudios en la escuela primaria pública, escuela secundaria en colegio de monjas, vida de clase media. Su padre radical y su madre peronista y encima, sindicalista del Ministerio de Economía platense. Infancia y adolescencia en La Plata y sobre todo, le tocó vivir y estudiar en una época de efervescencia en los 70. Un micromundo sumamente politizado en el que los jóvenes participaban políticamente. Cristina K accedió con 18 ó 20 años a ese mundo hiperpolitizado de los universitarios platenses. Después de casarse con Néstor, la pareja nunca se alejó de la ruta política.

En 1987, Néstor Kirchner ganó la intendencia de Río Gallegos, y a partir de entonces Cristina comenzó a intervenir en la vida pública. Fue legisladora electa y reelecta cuando circulaban en política pocas mujeres. Cuando las mujeres en Argentina apenas estaban abriéndose camino en política, Cristina es nombrada diputada provincial, reelecta dos veces, senadora nacional, miembro de la Convención Constituyente. En el Poder Legislativo, a lo largo de los años, mientras Kirchner era electo y reelecto gobernador, y mantenía en reserva sus aspiraciones ella sola, por sí misma, cada vez más, iba no sólo a integrar las comisiones clave de la Cámara en la que estuviera, sino a hacer conocer a la pareja K que ya percibía que podían ir más lejos.

Cristina K no es una esposa dedicada y frágil que quiere hacer su entrada en la Casa Rosada, la residencia presidencial de Buenos Aires. No es ninguna perita en dulce. Es una mujer de mucho carácter, dicen que es muy autoritaria y que todas sus iniciativas las ejerce con mucha determinación. De ahí que sus colaboradores la llamen la "patrona". Un miembro muy cercano de su equipo dice de ella: "Cristina es tan inteligente como insoportable". Su biógrafa, Olga Wornat, autora del libro "Reina Cristina", escribe: "Ella es el alma combativa de la pareja Kirchner".

Durante mucho tiempo era más conocida que su esposo. Motivo de anécdotas e historias hilarantes, los argentinos cuentan que en una ocasión Hillary Clinton le dijo con sarcasmo: "Así es que gracias a tu marido, ¿vas a ser Presidenta?"... A lo que rápidamente le contestó Cristina: "Al contrario, si él es Presidente es gracias a mí". Además de ser una pareja de poder, los "K" se complementan. Ella lo llama a él "Kirchner". El antiguo Ministro de Relaciones Exteriores Rafael Bielsa le comentó al periódico La Nación: "Néstor y Cristina son como un animal bicéfalo. Tienen estilos diferentes pero un mismo país en la cabeza. A Cristina K no le gustan las entrevistas, pero en julio accedió hablar con el diario El País y confesó: Néstor y yo estudiamos juntos, nos peleábamos porque tenía dificultad de retenerlo a mi lado para que siguiera estudiando. No había manera de que se quedara tranquilo para estudiar. Me va a matar por lo que digo. Pero yo no me movía de mi lugar y él se levantaba cada media hora para escuchar las noticias o beber su mate".

Cristina K se pone muy nerviosa cuando le preguntan sobre su manera de vestir y su coquetería. Es una apasionada de las bolsas, de las "carteras" como dice ella. "¿A qué mina no la pierden las carteras?", se pregunta con su sonrisa tan característica. Además, piensa que atacar a una mujer porque le gusta vestirse o porque es femenina es muy injusto. "Yo no creo que la femineidad sea incompatible con la política. Pero yo siempre he cuidado mi apariencia física. Siempre me he maquillado como quien pinta una puerta. Yo creo que nací maquillada. ¿Qué acaso me tengo que disfrazar de pobre para ser una buena dirigente política?". En la biografía que le consagra Olga Wornat ella le confía sobre la perspectiva de recurrir a la cirugía plástica para eliminar sus arrugas nacientes: "Lo haría de inmediato pero los medios me van a asesinar".

Como dice Sandra Russo del diario Página 12: "Sin duda y casi descriptivamente la mujer más importante en la historia del peronismo después de Evita, es Cristina K".

Kikka Roja

jueves, 25 de octubre de 2007

Guadalupe Loaeza : La insumisa

La insumisa
gloaeza@yahoo.com
Guadalupe Loaeza
Ella no tiene un proyecto político como el de Hillary Clinton, no tiene una ambición descomunal como la de Martita, ni es tan sumisa como Betty Ford.
Como bien dice Bruno Jeudy, colaborador del periódico Le Monde: “Esta vez nadie podrá cambiar su decisión. Ni el presidente de la República. Cécilia , la insumisa, se inclinó por la ruptura”. En efecto, la primera dama de Francia fue la primera en decirle a su marido: “ya basta”. La primera en dejarlo junto con el poder. La primera en renunciar a todos los privilegios del Élysée. Y la primera en confesar que está enamorada de alguien más. El 12 de noviembre Cécilia festejará sus 50 años totalmente liberada de todo el protocolo y todos los compromisos que tiene toda esposa del presidente de la República francesa. Por fin ha recuperado el apetito; ya no tendrá que vestirse en Prada, ya podrá ponerse sus jeans y hacer jogging en Nueva York. De hecho desde la primavera del 2005 Cécilia ya había mandado algunas señales al decir que le daba flojera ser first lady y que era políticamente incorrecta. Como hija de un padre ruso y de una madre española, ¡cuántas veces se ufanó de no llevar ni una sola gota de sangre francesa en las venas! Todo el mundo sabía que Cécilia era la única parte non négociable del “preciso”. Todo el mundo sabía que era una extraña relación a la que la opinión pública tenía que acostumbrarse. Todo el mundo sabía que Cécilia no había votado por Nicolas Sarkozy en la segunda vuelta. Y todo el mundo sabía que después de la primera separación que tuvieron en mayo del 2005 se habían vuelto a unir para nunca más separarse. Pero lo que no todo el mundo sabía era que Cécilia ya no quería “tragar camote”, que ya estaba hasta la coronilla y que se trataba de una verdadera insumisa. Ella no tiene un proyecto político como el de Hillary Clinton, no tiene una ambición descomunal como la de Martita, ni es tan sumisa como Betty Ford.

Como el 80% de los franceses, Cécilia y Nicolas se casaron bajo el régimen de bienes mancomunados. En este caso el patrimonio es dividido entre los dos. No obstante, sólo los bienes de Nicolas, que fueron adquiridos antes de su matrimonio, no serán compartidos con Cécilia. Lo que le pertenecía antes de haberse casado con ella quedará como de su propiedad, explica el maître Laurence Mayer, abogado especialista en asuntos familiares. Lo mismo sucedería con Cécilia Sarkozy, ella conservará lo que poseía antes de casarse con Nicolas, es decir antes del 23 de octubre de 1996. Cuando Sarkozy fue elegido en mayo pasado presidente de la República en su declaración patrimonial reportó más de 2 millones de euros. Por lo tanto a Cécilia le correspondería, un millón.

Una vez que leí toda la prensa francesa a propósito de este divorcio presidencial eminente, sobre todo la entrevista que le hiciera Valérie Toranian de la revista Elle a la todavía Mme. Sarkozy, nos permitimos reunir varias declaraciones de Cécilia para hacer con ellas un largo monólogo. Citarlas cada una por separado resultarían muy reiterativas. Escuchemos, pues, la voz sincera de una mujer ciertamente insumisa:

“Sepan de una vez por todas que la vida pública no me corresponde, no me corresponde desde lo más profundo de mi ser. Soy una persona que le gusta estar a la sombra, le gusta vivir con serenidad y tranquilidad. No obstante, siempre supe que tenía un marido que era un hombre público y a pesar de todo lo acompañé a lo largo de 20 años, dos décadas que no fueron nada fáciles y en cuyos años siempre fui su sombra. Pero valió la pena. Juntos dimos la batalla y juntos llegamos a nuestro objetivo, porque Nicolas es un hombre de Estado, un hombre capaz de hacerle mucho bien a Francia y a los franceses. Ahora, intentaré de vivir muy discretamente, en la sombra, como a mí me gusta vivir. Después de haber encontrado a otro hombre y de haberme enamorado de él, cuando me fui quizá un poco precipitadamente en el 2005, regresé con Nicolas porque pensé que podía volver a construir nuestra relación; tratamos todo, yo lo intenté todo lo que pude: me comportaba correctamente, durante un año traté de comprometerme, de involucrarme personalmente, pero había días que resultaba sumamente difícil; comencé a faltar a las ceremonias nacionales e internacionales. Así como no voté por Nicolas en la segunda vuelta en la campaña presidencial el 6 de mayo, me fui demasiado pronto de la reunión del G-8 que se llevó a cabo en Heiligendamm, Alemania, el 6 de junio. Fue cuando los dos nos dimos cuenta que ya no era posible tratar de aparentar. Siempre he pensado en mi familia y ciertamente no por cálculo. Nicolas y yo nunca nos mentimos. Ambos tratamos, hasta las últimas consecuencias, de salvar nuestra pareja. Nunca le mentí, ni pretendí jugar el papel de la esposa perfecta. No me lo hubiera permitido. A lo mejor no soy como las demás primeras damas, pero a mí lo que me hace falta es ir al supermercado con mi hijo Louis. Respecto a mi decisión, también me preocupaba la reacción de mis dos hijas mayores, Judith y Jeanne-Marie. Pero ellas ya son grandes. Nicolas siempre será su padrastro. Curiosamente Louis, el único hijo que tuve con Nicolas, reaccionó lo mejor posible, es un niño que tiene necesidad de estar siempre muy rodeado de cariño, pero sobre todo, de tener, como cualquier niño, un hogar tranquilo. Pienso ocuparme mucho de él. A Nicolas le deseo que encuentre la serenidad, le deseo que sea feliz y que aporte mucho a nuestro país. Honestamente yo ya no le aportaba mucho, ya no le aportaba ni serenidad, ni mucho menos tranquilidad. Tiene derecho a ser feliz, lo merece. Y yo, si no estoy bien anímicamente, ya no puedo hacerlo feliz. A la primera persona en quien pensé al tomar mi decisión de separarme de Nicolas, fue en mi madre. Así como se hubiera puesto feliz de saberlo presidente, igualmente me hubiera apoyado en mi decisión. Mi madre tenía un carácter ejemplar, ella siempre nos educó con la verdad. Nos educó con dignidad. Constantemente nos decía: ‘En la vida hay que mantenerse derechos, muy derechitos; así, con nobleza; hay que actuar con la verdad frente a los demás’. Pienso que ahora mi madre me diría: ‘Cécilia, estoy muy orgullosa de ti porque actuaste con honestidad, estando de acuerdo contigo misma’”.

Me temo que mujeres así de valientes y de honestas como Cécilia ya no existen. Estoy segura que con los años su hijo, el pequeño Louis, un día también le dirá: “Siempre he estado muy orgulloso de ti, mamá”.

gloaeza@yahoo.com
Kikka Roja

jueves, 18 de octubre de 2007

Guadalupe Loaeza : ‘Ya lo perdimos...’ Y Gracias, Marcelo!

‘Ya lo perdimos...’
gloaeza@yahoo.com
Guadalupe Loaeza
“¿Ustedes creen que ya lo perdimos?”, comenzó preguntándose, ayer por la noche, Enrique Hernández Alcazar, uno de los integrantes del archiescuchado y buenísimo programa de radio El Weso de la XEW. “Lo perdimos desde el 2001” , opinó Fernando Rivera Calderón. Finalmente todos llegaron a la conclusión de que las y los mexicanos ahora sí ya lo habíamos perdido. Pero, ¿a quién se referían estos muchachos quienes por lo general siempre se oyen tan animados y optimistas?, ¿quién se había “perdido”, es decir, quién había perdido la razón al grado de parecer completamente desubicado en tiempo y espacio? Claro, los periodistas se referían a Vicente Fox, a quien seguramente, ayer por la tarde, habían visto en la página de internet de nuestro periódico donde aparece el video de la última parte de la entrevista que le hiciera Rubén González Luengas conductor de KVEA-TV, la estación de la cadena Telemundo en Los Ángeles. “Lo que tengo allí está”. “Mal entrevistador”. “Mentiroso”. “Calumniador”. “Hazme bien la pregunta”. “Te reto a ti a no decir mentiras”. “Demuéstrame lo que estás diciendo”. “Yo tengo muchas propiedades, ¿que tú no tienes?”. “Eres muy mal entrevistador”. “Eres un vulgar”. “¡Estúpido!”, son unas de las tantas expresiones que utilizó Fox, totalmente enfurecido, en tanto el periodista le preguntaba a propósito del libro de Anabel Hernández, en el que se publican documentos del Registro Público de Guanajuato que afirman que una de las propiedades le pertenecen a Martita. “Yo no lo estoy acusando a usted”. “Yo no estoy mintiendo, le estoy preguntando de gente que lo ha acusado a usted”. “Discúlpeme, yo no lo estoy acusando”. “Yo se lo digo en su cara”. “No use al país para no responder a las preguntas que se le hacen...”, decía totalmente desconcertado el periodista, a quien ya le habían llamado la atención en inglés por el audio, para que diera por terminado el programa.

Pobre de Fox, porque efectivamente se veía completamente perdido, pero muy perdido. Alto como es, sentado en un silloncito de piel café oscuro, el ex presidente se veía en la imagen totalmente solo y rebasado por el contenido de las preguntas, de las que por cierto se ve que ya está harto. Su semblante también estaba perdido... Con una mirada totalmente perdida trataba de defenderse. Sus ojos se veían particularmente pequeños y su bigote, mal cortado. Todo resultaba patético, de pena ajena. Es evidente que desde que se publicó la revista Quién mostrando su paraíso (¿perdido?) en Guanajuato, últimamente, Fox no se halla. Seguramente duerme mal, tiene la boca seca y está tenso. No, nunca había estado tan perdido como aparece estos días en las entrevistas, ya sea la de CNN o la de Telemundo. Vicente Fox ya no sabe para dónde moverse, ni qué decir, ni cómo desmentir a los periodistas que no dejan de preguntar tantas indiscreciones sobre sus propiedades y su Jeep rojo. Como nunca, Fox se siente atacado, juzgado, acorralado y, lo que es peor, difamado; tiene la impresión de que todo el mundo le ha dado la espalda, especialmente los de su partido. ¡Está solo!, ¡está perdido! No concibe que no lo sigan aplaudiendo, él, que le dio tanto a México, él, el único que pudo sacar a los priistas “corruptos” de Los Pinos y el primer Presidente que hizo pública su declaración patrimonial. Lo que le gustaría a Vicente Fox es que en cada una de las entrevistas dijeran maravillas de su libro, le gustaría que lo felicitaran por su visión sobre la democracia y el libre mercado. Le gustaría que le preguntaran sobre su nieto Vicentillo, sobre sus caballos y cómo le hace para que le crezca tan bonito el brócoli en sus ranchos. Le gustaría que lo felicitaran por su inglés tan fluido y por todas sus conferencias tan interesantes.

Fox no entiende lo que le está sucediendo. “¿Y yo por qué?”, se ha de preguntar millones de veces por las noches y mientras se ducha en la regadera, sin obtener respuesta. No entiende por qué tiraron al suelo su escultura en Boca de Río. No entiende por qué se quedó tirada toda la noche, hasta que al otro día fue el presidente municipal del PAN y ordenó que la levantaran, ya sin su mano derecha. No entiende por qué muchos veracruzanos (¿nada más priistas?) le echaron a su estatua jitomates y huevos podridos. No entiende por qué la escupían y le brincaban encima. No entiende por qué tanta gente le guarda resentimiento y ahora lo critica como nunca se atrevió a hacerlo durante su sexenio. Fox se siente perdido. Su mente ya no le responde. Está irritable. Por eso se porta tan grosero con los periodistas que hacen su trabajo al preguntarle sobre lo que se le acusa. Él solito se está poniendo “piedritas en el camino”, como acusa que lo hacen los de la oposición.

Para que entendiera aún mejor Vicente Fox, habría que proponerle que se metiera a la página de YouTube y que escribiera “Presidente Fox”, allí encontraría la verdad. Allí se vería decenas de veces, como en un espejo, contestando a los periodistas en inglés y en un español muy coloquial. Se vería con Larry King y con la periodista Claudia Palacios de CNN en español a quien no dejaba hablar y le decía: “Fíjate, Claudia, cómo te están engañando también a ti... La Hummer no la uso, la manejo...”. Se vería hecho estatua de bronce (la cual es tan rígida y mal hecha que recuerda al hombre de hoja de lata de la película del Mago de Oz, él tampoco tenía cerebro...) y vería cómo una mujer la jala con una cuerda hasta tirarla por completo al suelo. “This is not Saddam Hussein. It’s Vicente Fox”, leería con sus ojitos totalmente azorados al pie de la imagen. Hay tanta y tanta información sobre el pobre “Presidente Fox” que pasaría horas viéndose y escuchándose defender de todos los ataques que tan “injustamente” le están haciendo en estas últimas semanas... “¿Quién está detrás de YouTube?”, tal vez se preguntaría totalmente fuera de sí al ver tantas “tonterías”, como dice que son todas estas denuncias. “¿Quién está pagando todas estas difamaciones?”, quizá se pregunte Fox sintiéndose totalmente perdido frente a su compu. A lo mejor termina tan enojado que hasta acabe insultándola y diciéndole cosas como: “Eres una vulgar, computadora ¡estúpida! Pruébame que tengo tantas propiedades. ¡Demuéstramelo!... ¡Mentirosa!...”.

¡Sí, ya lo perdimos…!

gloaeza@yahoo.com

Gracias, Marcelo!

Ahora sí, y gracias a Marcelo, ya recuperamos la “Ciudad de los Palacios”", como se refería a nuestra ciudad el barón de Humboldt. Cuando estuvo en México, en 1808, dijo las siguientes palabras: “Por una reunión de circunstancias poco comunes, he visto consecutivamente y en un corto espacio de tiempo Lima, México, Filadelfia, Washington, París, Roma, Nápoles, y las mayores ciudades de Alemania. Comparando unas con otras las impresiones que se suceden rápidamente en nuestros sentidos, se puede llegar a rectificar una opinión que acaso se ha adoptado con demasiada ligereza. En medio de las varias comparaciones cuyos resultados pueden ser menos favorables para la capital de México, debo confesar que esta ciudad ha dejado en mí cierta idea de grandeza, que atribuyo principalmente al carácter de grandiosidad y a la naturaleza de sus alrededores”.

Quizá para muchos lectores las impresiones de Humboldt les parezcan demasiado lejanas y hasta exageradas. Para otros, tal vez, hoy casi todo eso se ha perdido por completo. Pero no es así. Allí está esa ciudad de la que nos hablaba el barón, allí está pero no la veíamos, porque estaba demasiado oculta detrás de miles de puestos de ambulantes, detrás de montañas de basura y de mercancía “pirata”. Allí está esa ciudad, a la que también llamaban “flor de ciudades, con soberbias casas y calles suntuosas”, calles que ahora sí ya podremos caminar, disfrutar, pero sobre todo conocer como parte de nuestro Centro Histórico. Porque es cierto que no lo conocemos, no porque no hubiéramos querido, sino porque 15 mil vendedores ambulantes que ejercían el comercio informal en 192 manzanas nos lo impedían.

Ir al Centro Histórico, antes de esta medida tomada por el jefe de Gobierno desde el mes de marzo, se nos presentaba como una verdadera odisea llena de riesgos. Cómo nos frustraba no poder compartir con nuestros hijos (quienes, por desgracia, nada más conocen los malls de Santa Fe o de Perisur), ¡el alma de la ciudad!, nuestro Centro, aquél a donde solíamos ir a pasear como se acostumbra en cualquier capital europea.

Con qué nostalgia veíamos las escenas de algunas películas mexicanas de la década de los cuarenta y cincuenta, donde se nos muestra una ciudad sin contaminación, llena de árboles y muy caminable; en cuyas calles diversas tiendas ofrecían su mercancía. Por ejemplo en lo que es ahora Eje Central Lázaro Cárdenas, antes San Juan de Letrán, en donde se había construido en 1931 el primer paso peatonal de tipo subterráneo de la ciudad, entonces se podía ver el edificio de La Nacional , por muchos años el más alto de la capital. Todavía recuerdo muy bien, justo en la esquina de la Avenida Juárez y San Juan Letrán el aparador de la tienda “Nieto Regalos”. Estaban la “Churrería El Moro”, la “Copa de Leche” y los “Caldos Zenón”. La última vez que caminé por el Eje Central recuerdo que lo hice con mucha prisa entre dos hileras de vendedores ambulantes, peatones, niños correteándose y puestos de comida. Me sentí tan desubicada que me caí de bruces. Todos acudieron a levantarme. “No es nada”, les decía con un nudo en la garganta al ver tanto caos y tanta marginación. Había tanta gente que tuve la impresión de que mis pies no tocaban el piso y sin darme cuenta pasé frente a la Torre Latinoamericana , que por cierto ya cumplió 50 años de construida. No pude llegar a mi cita que era en Sanborn's de Madero y cuando reparé ya estaba yo en el edificio de Correos. Esa no era mi ciudad, era una suerte de mercado oriental como esos que se ven en las películas de aventureros europeos.

Pero ahora, gracias a Marcelo, ya podré caminar, sin caerme, por el Eje Lázaro Cárdenas. Podré por fin conocer algunos de los palacios a los que se refería Humboldt, por fin podré caminar hasta el Real y Más Antiguo Colegio de San Ildefonso, para después dirigirme a comer una deliciosa “tostada especial” en el café de Tacuba. Quiero conocer toda la zona del perímetro ‘A’ del Centro Histórico, de la que nos habla Artemio de Valle Arizpe en su libro “Calle vieja y calle nueva”. He aquí lo que nos cuenta el autor a propósito de los comercios que se encontraban en algunas calles muy cerca de Corregidora: “Se reunían varios barberos y formaban orquestas como buenos filarmónicos que eran; por eso, los más ponían gran rótulo encima de sus puertas: Música para bailes. También con grandes caracteres no faltaba el letrero de Barbería, y a veces bautizaban ésta con títulos tales como: El rizo de oro, La cabellera de Venus, El buen tono, La tijera maestra, y hasta hubo una por allí que se llamaba A los colegas de Dalila, lo que denotaba buen humor y gracejo”.

Ojalá que una vez rescatadas estas calles, los coiffeurs de Polanco como Gerard Tardiff, Noel y Jean Claude quieran instalar sucursales de su salón de coiffure en las vías aledañas al Zócalo. Lo mismo desearía para los Starbucks tan de moda, así como salas de arte o galerías. Por otro lado, no puedo dejar de considerar a las familias de todos esos ambulantes que durante tantos años dependieron de la economía informal. No obstante, le hago plena confianza al señor Ebrard para que muy pronto encuentre una ubicación que les permita a estos comerciantes vender más que cuando solían hacerlo en las calles del Centro Histórico.

Ahora, gracias a Marcelo, cuando reciba visitas del extranjero ya no sentiré pena ajena al pasearlos por el Zócalo. Al contrario, con mucho orgullo, los llevaré caminando, mientras les señalo algunos edificios de la época colonial, hasta la SEP , donde se encuentran los murales más bonitos de Diego Rivera, sin tener que atravesar ríos de gente, ni de puestos, ni de olores a fritangas. Ya no tendré que contestar preguntas embarazosas como: “¿Por qué estos ambulantes no cuentan con un espacio propio para vender su mercancía? ¿Está permitido que tomen así las calles? ¿Qué no hay una autoridad que impida esta invasión?”, etcétera, etcétera. Ni tendré que oír comentarios del tipo: “Es parte del folklore...”. O bien, “¿por qué mejor no visitamos San Ángel?” Lo peor de todo es que siempre terminaba llevándolos a Santa Fe o al Antara en Polanco para mostrarles que en efecto, en la Ciudad de México, también hay boutiques y tiendas departamentales y no todo se vende en las calles.

Por último, quiero decir que veo con entusiasmo que parte de las festividades del Centenario y Bicentenario de la Revolución e Independencia de México, podrán llevarse a cabo en las calles principales más importantes y hermosas de nuestra ciudad.

¡Gracias, Marcelo!

gloaeza@yahoo.com


Kikka Roja

jueves, 11 de octubre de 2007

Guadalupe Loaeza : Migrantes y cohesión social

Migrantes y cohesión social
gloaeza@yahoo.com
Guadalupe Loaeza
No hay cohesión social posible sin la inclusión de la mujer. En el caso de la mexicana esta inclusión enfrenta muchos desafíos, especialmente si es madre soltera, pobre e indígena. Las opciones de estas mujeres resultan ser muy limitadas, ya que su nivel de educación es prácticamente nulo. Las que cuentan con un poco más de recursos, es decir con algo de ahorros para pagar el “pollero” y una madre dispuesta a quedarse con sus hijos deciden, a pesar de poner en riesgo su vida, irse a trabajar del otro lado; del otro lado de la frontera lo que significa en México ir al primer mundo, Estados Unidos. Esto no ocurría antes, era, y de alguna manera sigue siendo, común que la mujer se quede detrás esperando a que el hombre migrante enviara dinero para mantener a la familia. De ahí que los pueblos compuestos por una gran mayoría de mujeres persistan como fenómeno habitual. Ahora, sin embargo, lo que vemos son poblaciones fantasmas, cuya población se compone de niños, ancianos y enfermos. Con lo primero que se topan actualmente estas mujeres migrantes es con un larguísimo muro (con una extensión de mil 123 kilómetros ), llamado el Muro de la Vergüenza porque no hay duda de que su construcción es una vergüenza tanto para Estados Unidos como para México. Éste es un muro que no necesariamente se encuentra dividiendo dos culturas, dos estratos económicos y dos lenguas; es un muro que divide a un grupo cultural más o menos homogéneo ya que los mexico-norteamericanos o “chicanos”, como también se les llama, han elevado en un gran porcentaje la población fronteriza del otro lado. En otras palabras, el Muro de la Vergüenza nos divide, nos ofende y nos hiere.

Cuando se dice que la construcción de este muro es una decisión soberana del pueblo de Estados Unidos se está faltando a la verdad, en todo caso, sería una decisión de los “so-be-ra-nos” de Estados Unidos, ya que no es fruto de un referendo en aquella nación. Hemos de decir que dado el tamaño del problema son pocos los representantes de los medios de comunicación quienes se han referido insistentemente al problema. Muy pocos allá y para vergüenza nuestra muy pocos acá. Hemos de decir, también, que una excepción notable es la del sociólogo y Premio Nacional de Ciencias, Jorge Bustamente, quien semana a semana escribe en el periódico Reforma acerca del problema de la migración. Uno de los fenómenos que sirven para lograr un cierto grado de co-he-sión so-cial en una población es, paradójicamente, la adversidad; llámense guerras, desastres naturales, epidemias, etcétera. Ante estas situaciones muchos pueblos encuentran un pretexto para mantenerse unidos y luchar contra un enemigo común.

El caso de la migración masiva de México hacia Estados Unidos no ha logrado entre los mexicanos ese efecto, a pesar de que el fenómeno migratorio, sobre todo para el país emisor, es un verdadero desastre demográfico. Y por si fuera poco este padecimiento social no ha encontrado una respuesta ni de los medios escritos ni mucho menos de los electrónicos. ¿A qué se deberá?, ¿acaso se debe a que el gobierno mexicano ha fallado de manera constante en su débil intento de crear empleos en el territorio mexicano y simplemente permite esta emigración masiva para subsanar la deficiencia? No hay que olvidar que después del petróleo la segunda entrada de divisas a México es por concepto de las remesas (6 mil 350 millones de dólares tan sólo en el segundo trimestre del 2007) que envían nuestros compatriotas legales o ilegales (en Estados Unidos hay 6 millones de mexicanos indocumentados).

Valiente forma de solucionar el problema del desempleo...

El problema migratorio es, además, una de las maneras más dolorosas y definitivas de desgarre del tejido social. Dentro de la complejidad de esta situación se dan casos de todo tipo; uno de ellos que ha servido como estandarte para algunos grupos de migrantes y para algunos representantes de la prensa, no porque fuera especialmente importante, porque casos como éste hay millones, sino porque se manejó con la sensiblería de una típica telenovela. Éste ha sido el reciente caso de Elvira Arellano, cuya deportación provocó una multitudinaria manifestación de protesta en varias ciudades de Estados Unidos, porque de nuestro lado la respuesta fue prácticamente inexistente. ¿Por qué nos importará tan poco a las y a los mexicanos el destino de nuestros compatriotas migrantes?, ¿por qué viviremos el problema con tanta distancia si acontece en nuestras propias narices? No es casual que los migrantes mexicanos sufran un doble abandono; el abandono del país al que llegan y lo que es más terrible, el abandono del país del que se van.

Volviendo al caso de Elvira Arellano, lo que se le reprochaba era su activismo, es decir para los gringos y para nosotros ella debió haberse quedado callada y aguantar los malos tratos, como buena mujer mexicana. Elvira muestra otra cosa y que tiene que ver con la discriminación a la que se encuentran sometidos los migrantes: que el racismo va adquiriendo carta de naturalización en el país del “melting pot” y de las “libertades y oportunidades” porque a los mexicanos o a los latinos los identifican y persiguen por el color de su piel, de su pelo, de sus ojos. Y ese racismo se plasma en leyes contra los indocumentados, sí, como lo digo, “leyes” estatales y municipales. En el legislativo federal los representantes y senadores de Estados Unidos más radicales no dejan de presentar propuestas que van desde negar la ciudadanía a los hijos de indocumentados nacidos allá, hasta plantear que se otorgue licencia para disparar contra indocumentados a la Patrulla Fronteriza.

La valla y la tecnología también avanzan...

¿Cuántas Elviras estarán en estos momentos planeando su muy escabrosa travesía para irse del otro lado?, ¿cuántas de ellas estarán en estos momentos despidiéndose de sus familias y de sus hijos con el corazón totalmente desgarrados?, ¿cuántas de ellas sueñan con salir de la miseria o con huir del hombre que las maltrata?, ¿cuántas pensarán que del otro lado se les resolverán todos sus problemas?, ¿cuántas se irán para nunca más volver, ya sea porque murieron en el desierto de Arizona o porque viven su país como ingrato e injusto? A fin de cuentas, ¿cuánto tiempo soportarán nuestras comunidades este injusto atentado contra la co-he-sión so-cial que significa el fenómeno migratorio? No, no hay cohesión social posible sin la inclusión de la mujer.

Muchas gracias.
Texto leído en el Foro Biarritz en Santiago de Chile.
gloaeza@yahoo.com


.
.
Kikka Roja

miércoles, 10 de octubre de 2007

Guadalupe Loaeza : Foro Biarritz

Mientras en México se sigue discutiendo cuánto costaron las propiedades de Fox y cuántos kilómetros se robó Madrazo para llegar como supuesto campeón a la meta en la carrera de Berlín, en Santiago de Chile se inaugura el Octavo Foro Biarritz con un tema fundamental para América Latina: "Cohesión Social y Responsabilidad Social Empresarial". Respecto a lo anterior, el ex Presidente de Colombia, Ernesto Samper, uno de los ponentes junto con Patricio Aylwin, Eduardo Frei y Luis Eduardo Garzón, entre otros, abrió su discurso diciendo: "En América Latina siempre se ha hablado de un 'destino manifiesto' que ataría la región a la suerte de los Estados Unidos. La Doctrina Monroe, a través de la cual Estados Unidos reclamó títulos sobre estos países frente a Europa, el Tratado Interamericano de Defensa y el más reciente Consenso de Washington que tuvo mucho más de Washington que de Consenso, podrían ser considerados como desarrollos históricos de este matrimonio indisoluble que nos convertiría a los latinoamericanos, siguiendo a Shakespeare, en juguetes del destino de los Estados Unidos". Respecto a los resultados del TLC, Samper se refirió al decir de un campesino de Chiapas: "Estábamos mejor cuando estábamos peor". Pero si nuestra memoria nos es fiel, esto no lo dijo ni un campesino, ni mucho menos, un chiapaneco, fue una de las tantas ocurrencias del Subcomandante Marcos. Pero lo importante de esta reflexión es lo que ilustra a propósito de la realidad que viven muchos países latinoamericanos respecto a los Estados Unidos.

Da gusto, y a la vez mucha envidia, ver a ex Presidentes como Patricio Aylwin o Eduardo Frei hablar ante un público numerosísimo (mil 500 personalidades de los ámbitos político, académico, empresarial y demás autoridades) con toda la autoridad moral acerca de temáticas de cohesión social y responsabilidad social empresarial como componentes esenciales de un modelo de desarrollo que aspire a ser más humano y más inclusivo. Frei fue muy enfático al recordarnos que "ni un uno por ciento América Latina invierte en Ciencia y Tecnología". Para él, frente a tanta desigualdad que existe en América Latina, no puede haber cohesión social. Igualmente resultaron más que gratas las palabras de bienvenida de la Presidenta Michelle Bachelet: "El plan de mi Gobierno posee un acento especial en lograr una mayor cohesión de la sociedad chilena. Porque nos duele ver a tanta gente lejos de las oportunidades a las que tienen derecho. Los más necesitados de cada rincón de Chile nos demandan consecuencia, y a eso estamos abocados". El que también estuvo espléndido y no podía ser de otro modo, ya que es el organizador y el que hace ocho años tuvo la fantástica iniciativa de crear este foro europeo, fue el senador y varias veces Alcalde de Biarritz, Didier Borotra, para quien este foro no hace más que consolidar las relaciones entre la Unión Europea y los países latinoamericanos. Todo el mundo aplaudió, y mucho, al Alcalde Mayor de Bogotá, Luis Eduardo Garzón, quien no podía dejar de mencionar el narcotráfico y el terrorismo.

La española Trinidad Jiménez, Secretaria de Estado para Iberoamérica, empezó su ponencia citando a Carlos Fuentes: "América Latina es lo mejor de Europa y fuera de Europa". Ella se refirió a la necesidad de alianzas estratégicas de América Latina con el viejo continente. "Necesitamos una verdadera ciudadanía iberoamericana", decía esta guapa mujer con su pelo rubio. "Debemos construir una nueva forma de ser persona", dijo Juan José Ibarretxe, Lehendakari del País Vasco, justo en el momento en que hizo su entrada Porfirio Muñoz Ledo. De la manera más discreta que pudo, se sentó al lado del senador Carlos Navarrete y de Yeidckol Polevnsky. Muy cerca de ellos, se encontraba la otra parte de la delegación mexicana: Patricia Mercado, Manuel Camacho, Martín Olavarrieta, Samuel Podolsky, Carlos Aceves del Olmo y Roberta Lajous, Embajadora en Bolivia. Llegó el momento al que más temía, y no sin razón, la participación del Presidente del Senado de México, Santiago Creel. Hay que decir que ya había lamentado su actitud ausente que había tenido durante la inauguración en medio de tantas personalidades. En ningún momento lo vi tomar notas o, por lo menos, corregir su ponencia. La ocasión, el tema y el lugar no tenían desperdicio para haberse lucido, para hablar duro y fuerte y, sin embargo, no fue así. Su introducción fue eterna y para el colmo, el resto de su discurso resultó plano, previsible y lleno de lugares comunes. "Las mayorías no la están pasando bien", dijo en un momento dado. Pero los que, sin duda, no la estábamos pasando "nada bien" éramos nosotros, los mexicanos, que nos sentíamos tan mal representados en esos momentos.

De por sí, por la mañana, al llegar a la CasaPiedra donde se están llevando a cabo todos los paneles, muchos de nosotros habíamos llegado totalmente deprimidos por lo que habíamos leído, mientras desayunábamos, en la primera sección del periódico El Mercurio. A un lado de una gran foto del ex candidato presidencial, leímos: "Esta semana, el diario Reforma reveló que Madrazo había desaparecido de los registros oficiales de la carrera en el kilómetro 20 para reaparecer 21 minutos después, en el 35". En lo personal, confieso que la noticia en este contexto me quitó toda la seguridad del mundo. ¿Qué tipo de cohesión social puede tener un tramposo y un corrupto de la calaña de Madrazo? ¿Qué hubiera sido del país si, efectivamente, hubiera ganado las elecciones? ¿Qué pensarán sus hijos y sus nietos? ¿Acaso no es éste un golpe de desprestigio brutal para el país? ¿Cómo puedo participar mañana (hoy) en el panel en el que me tocó hablar, "Los medios de comunicación frente a los desafíos de la cohesión social"; a lo mejor por mi inclinación al mimetismo termino por hacer trampa y no dejo hablar a los demás ponentes?, me preguntaba sumida en una absoluta pena ajena. Me pregunto si no se debió esa "pena ajena" el hecho de que Santiago Creel hubiera estado tan por debajo del nivel de los ponentes de la inauguración.

En fin... respecto a nuestro país y a algunos de sus representantes, me temo que el Sub tenía razón: "Estábamos mejor cuando estábamos peor".
  • Foro de Biarritz condena el nuevo muro fronterizo
Notimex
Santiago, 8 de octubre. El octavo Foro de Biarritz condenó hoy en la capital chilena el muro que construye Estados Unidos en la frontera con México para detener el paso de indocumentados. El fundador del foro, el senador francés y alcalde de esa ciudad Didier Borotra, rechazó la construcción de la valla estadunidense, durante los trabajos de ese mecanismo de diálogo político entre Europa y Latinoamérica.“La construcción de un muro entre México y Estados Unidos jamás podrá proteger a los pueblos, al contrario”, agregó el político francés.Borotra dijo que todo mundo debe condenar la barda erigida por el gobierno de Washington y afirmó que en estas épocas son imprescindibles las políticas migratorias solidarias, que incrementen la protección social de los inmigrantes y contribuyan a la integración.

Kikka Roja

miércoles, 3 de octubre de 2007

Guadalupe Loaeza : Ese señor... : Francisco Gabilondo Soler

2 Oct. 07
Ese señor se llamaba Francisco Gabilondo Soler; era un señor muy guapo, de ojos claros que tenía el don de vivir y de cantarle al mundo de los niños. Siendo aún muy pequeño, no tenía ni nueve años, descubrió lo que era la tristeza; nunca se imaginó que la ausencia de una madre causara tanto vacío, pero sobre todo, tanto dolor. A pesar de que doña Emilia Soler Fernández gozaba de una vida aparentemente plena y confortable, al lado de don Tiburcio Gabilondo, tenedor de libros de la Cervecería de Orizaba, un buen día ya no acudió al colegio Manuel Oropeza a donde su hijo cursaba la primaria. Esta falta extrañó profundamente a Francisco, porque ella nunca fallaba. Llegando a su casa por más que buscó a su mamá por todos lados, nunca apareció. Doña Emilia ya estaba muy lejos, para colmo su corazón ya no le pertenecía al papá de Francisco, sino a Enrique González, un potentado avicultor, propietario de muchos terrenos por el sur de la ciudad. Afortunadamente allí estaba la abuela, doña Emilia Fernández Flores, ella fue la que se quedó con Francisco y sus dos hermanos. Además de ocuparse en cuerpo y alma de ellos, por las noches les leía cuentos cuyos personajes parecían cobrar vida ante los ojos de Francisco. ¡Qué vuelo le daba a su imaginación con los relatos narrados por esa abuela tan bondadosa! "Ahora dinos, ¿qué guardas en ese ropero, abuelita?", le preguntaba el niño ávido por satisfacer su curiosidad. Era evidente que ni las tareas ni la escuela tenían que ver con lo que a él le gustaba soñar, de ahí que nada más terminara la primaria para alejarse de ese colegio tan aburrido para un niño tan fantasioso. No obstante ya tenía 15 años, en lugar de estudiar Francisco se iba a nadar y a practicar box a los baños Mancera. Fue en esa época en que lo mandaron a estudiar linotipo a Nuevo Orleáns, pero en lugar de aprender este oficio se fue a tocar jazz.

A los 18 años, el mismo señor de quien hemos estado hablando se enamoró. Sí, se enamoró de una niña bien, llamada Rosario Patiño Domínguez. Se hicieron novios y cuando se casaron Francisco ya era campeón estatal peso welter. Para mantenerse en forma, seguía yendo diariamente al gimnasio. Una tarde descubrió una pianola que estaba en uno de los salones del deportivo. De pronto se le ocurrió tararear lo que después se convertiría en una de las canciones predilectas de millones de niñas y niños mexicanos, y en un homenaje a su abuela quien había muerto años atrás en 1927, El ropero. Ese mismo año de 1934, Francisco compuso La patita, inspirada precisamente en doña Rosario, a quien le decía "Mamá Patito", y quien sin duda era el sostén económico de la familia, ya que era publicista de los productos La Campana, que se anunciaban en la XEB y la XEW. Por lo tanto, el "pato sinvergüenza y perezoso" es el mismo Francisco. Gracias a las relaciones de su esposa, Francisco estrenó su primer programa Cri-Cri, el grillito cantor en la XEW el 15 de octubre de 1934, el cual duró 27 años al aire. Más tarde, doña Rosario se convirtió en la gerente de ventas de ambas estaciones, teniendo como anunciantes del programa de Francisco a la Lotería Nacional, a Nestlé y a los productos Campana. Él componía y ella, con una enorme habilidad, comercializaba los programas. Para 1935, ese señor llamado Francisco Gabilondo Soler ya era famosísimo. Todos los niños de México cantaban sus canciones y él apenas tenía 27 años. Dicen que le llovía el dinero; guapo como era ese señor también le llovían mujeres. Esto, claro, ya no le gustaba tanto a doña Rosario. Un día recibió una carta de Francisco que venía de Argentina.

"Buenos Aires, 20 de diciembre 1940.

"Charito linda: "Quiero que conozcas exactamente las dificultades con que he tropezado aquí: 1º. Un convenio de artistas radio-teatrales con sus respectivos empresarios para evitar que trabajen los artistas extranjeros más de 6 semanas por año; además el 80% del tiempo de cada programa debe ser cubierto por música de autores argentinos exceptuando escritos clásicos. 2º. El poco interés de las radiodifusoras locales en un numero 'para niños' que encuentran de difícil colocación en el comercio. 3º. La actual temporada de verano en que, igual que en México, disminuye la publicidad. 4º. La mala situación a causa de la guerra dado que este factor vive exclusivamente de sus exportaciones a Europa. 5º. La incapacidad en que me ponen las leyes para registrar mis obras y actuar personalmente por la forma en que entré al país. 6º. Mi desastrosa presentación; cosa que aquí es el 100%. 7º. La debilidad que tengo y que no me dejan a tocar por las cantinas a ganar la comida. He sido valiente, constante e ingenioso pero las circunstancias y sólo un milagro me puede sacar adelante. Con mi último peso te escribo para desearte feliz año nuevo ¿te acuerdas de aquella vez que nos emborrachamos y cantamos?... No creas que te escribo para pedirte dinero; yo no merezco nada, he sido muy malo contigo: en México hay otra mujer. Yo te quiero mucho y créeme que es una tortura tener el corazón dividido; para probártelo te envío un retratito que siempre traigo conmigo; por favor devuélvemelo, aunque te enojes por lo que te dije.

"Me paso el día ansiando en que llegue la noche, porque cuando me sube la calentura veo cosas maravillosas. Vienen Cri-Cri y los enanos y animales muy raros, todos se sientan a los pies de la cama, por la calle pasan barcos que apenas caben entre casa y casa. No creas que son mentiras porque la otra noche el borreguito dejó lana en el suelo. Luego pasan sombras frías y en el cielo se ve un arco iris de estrellas, la luna se vuelve cruz. Lo que no me gusta es cuando el río tapa la cuidad; luego hay que secarlo todo y amanezco muy cansado... Bueno ya no te aburro más con mis cosas. ¡Necesitarías tener ojos de resplandor, ojos que rompieran espejos! Adiós.

"Pancho".

Francisco y Rosario se divorciaron en 1955, sin embargo, ella nunca dejó de ser su representante durante 50 años. Dicen que fue por culpa de la fama, yo digo que porque ese señor era demasiado guapo, tenía los ojos claros y finalmente nunca dejó de ser un niño triste y feliz a la vez. Francisco se volvió a casar con Yvette Bullet con quien tuvo dos hijos y Rosario también se casó por segunda vez con Arturo Brisha. ¿Le gustaría conocer aún más de cerca el universo de ese señor llamado Cri-Cri? El próximo sábado 6 de octubre, cuando justo se cumplen 100 años del nacimiento de Francisco, podrá usted ver en el mero Zócalo el espectáculo ¿Y quién es ese señor? a las 19:00 horas. Allí estarán esperándolo los Tres Cochinitos, el Ratón Vaquero, el Negrito Bailarín, Bombón I y la Princesa Caramelo, entre muchos otros personajes. Allí podrá usted descubrir las obsesiones de Pancho Gabilondo: la astronomía, su amor por los viajes, su gusto por los toros y el box, pero sobre todo las 221 canciones que nos dejó ese señor... tan ¡¡¡maravilloso!!!

Kikka Roja

martes, 25 de septiembre de 2007

Guadalupe Loaeza : ¡¡¡Asco!!!

¡¡¡Asco!!!

"¿Cuántas fortunas se han construido sobre la sangre y sobre el dolor de esa mitad de los mexicanos?"
Felipe Calderón : AUDIO : DISCURSO critica calderon usufructo de pobreza

http://www.divshare.com/download/2098304-03d

Guadalupe Loaeza
"¡¡Híjole, híjole, híjole!!", exclamé tres veces, llena de coraje, en tanto hojeaba las primeras páginas de la revista Proceso (de esta semana) cuyo título lo dice todo: "Horizonte sin límites...". Sí, el reportaje se refiere a la primera fotografía, a todo color, tomada a vuelo de pájaro no de un rancho, sino de tres propiedades que componen la enorme extensión de los Fox y cuyo horizonte no tiene límites: "Fueron necesarios dos reporteros por tierra, y un fotógrafo en una avioneta, para poder ofrecer a los lectores un acercamiento al paraíso que comparten el ex presidente y su actual esposa Marta Sahagún". En efecto, las fotos muestran un verdadero Edén, que más que las propiedades de un ex Presidente de un país tan pobre como el nuestro, se diría que el dueño de este lugar tan paradisiaco se trata de un narco; de un narcotraficante que ha hecho su dinero en menos de seis años.

¡Qué tristeza sentí que todavía hoy, en el siglo XXI, con todo lo que se ha luchado para lograr un país más justo y más democrático, sea precisamente el ex presidente de México quien nos dé este ejemplo! ¡Qué tristeza sentí por el partido que fundó mi señor padre con tantos deseos de que este país cambiara, junto con don Manuel Gómez Morín! Y qué tristeza sentí por todos esos mexicanos que viven en la absoluta pobreza. Pero además de tristeza y de indignación, me dio coraje, mucha rabia por ese ex Presidente de quinta y por su esposa tan arribista, tan insaciable, tan ridícula, tan cursi, tan hipócrita, tan mentirosa y tan ávida de reconocimiento social. ¡Cuánta envidia ha de haber sentido Martita cuando llegaba a las casas de esas señoras de sociedad tan ricas que la invitaban exclusivamente porque era la primera dama y no porque era Marta Sahagún, la ex vocera de Fox! ¡Cómo ha de haber abierto, en esos momentos, sus ojos excesivamente maquillados para observar con todo cuidado y así poder copiar la decoración! Porque hay que ser sinceros, ella, Martita, lo que más sueña en su vida es parecerse aunque sea un poquito a esas señoras ricas de sociedad; lo que más desearía es invitarlas a su rancho a pasar un weekend, para que vieran lo bien que aprendió la lección y poderles decir: "Yo también soy una de ustedes. Vivo como ustedes. Me visto como ustedes, pero con el añadido, de que yo fui primera dama". Ah, cómo le gustaría a Martita que la revista Hola! (la versión española) le tomara fotos a sus ranchos y que le hagan un extensísimo reportaje mostrando cada rincón de sus propiedades. Porque hay que ser sinceros, la que ha orillado al pobre de Vicente a vivir en esa ofensiva ostentación ha sido ella, Martita. Y él, que no tiene carácter y que en el fondo tiene un corazón de oro, le dice que sí a todo. ¿Cómo negarle algo a esa mujer que no nada más lo ayudó a llegar a la Presidencia, sino a ser dueño de esas espléndidas propiedades? Gracias a ella, ahora Fox vive como el típico ex Presidente corrupto latinoamericano. ¡Qué vergüenza han de sentir los panistas que durante años señalaban con su dedo flamígero a los priistas por corruptos! Por ello, el pobre de Héctor Larios, coordinador de la fracción del Partido Acción Nacional (PAN) en la Cámara baja y presidente de la Junta de Coordinación Política, dijo que a más tardar la próxima semana podría quedar constituida una comisión especial que investigue el enriquecimiento ilícito del ex presidente Fox. ¿Y los hijos de Martita? ¿No se les va a investigar?

Mal pensada como soy (especialmente en todo lo que se refiere a ese par... de... ¡corruptos!), me pregunto si Martita no invitó a la revista Quién (porque seguramente fue a ella a la que se le ocurrió el reportaje que tanto escándalo sigue causando) para crear una cortina de humo respecto a sus hijos y exhibir al pobre de Vicente, para que sea él el que corra el riesgo de ser investigado y no los vástagos de Martita (es tan pequeña en todo el sentido de la palabra que por más que trato de evitar el diminutivo, no puedo). Mi enojo e indignación se duplicó aún más cuando llegué a la página 20 del reportaje de Proceso. ¡Qué foto tan significativa y tan preocupante a la vez! Ésta fue tomada en La Estancia, rancho que no fue exhibido en Quién y que nada más fuera reportado por 311 mil pesos (cantidad que ha de representar la reconstrucción y la decoración del baño de visitas) sin contar los cultivos, las cabañas, los caballos pura sangre y el lago artificial. Pero volvamos a la visita que hiciera la familia Calderón y de la que tanto se ufanó el corrupto de Fox: "Estamos conviviendo las dos familias, platicando, estando a gusto; vamos a comer aquí carne asada y frijolitos charros (ay, pobrecitos... Qué menú tan modesto...). Estimo mucho que haya venido Felipe con su familia aquí, con sus tres hijos, con Margarita; todo muy bonito, es familiar, vamos a estar a gusto", dijo Vicente con esa su sonrisa tan cándida y su mirada sin mirada... Digo que me deprimí mucho al ver la foto, precisamente por los tres hijos de los Calderón. ¿Se habrán dicho que igualito vivirán su papá y su mamá después de dejar la Presidencia? ¿Pensarán que se vale que un ex Presidente de un país tan pobre viva como un archimillonario? Ahora que lo conocen, ¿querrán volver todos los fines de semana para montar y nadar y jugar tenis? ¿Qué habrá comentado la familia durante el viaje de regreso, que ni Slim ni Bill Gates tienen un rancho así?

Si pudiera hablar personalmente con la familia Calderón, con toda llaneza les preguntaría: "¿Ustedes creen que como viven los Fox, habiendo sido la pareja presidencial, es un buen ejemplo para sus tres hijos? ¿En qué pueden creer los jóvenes mexicanos con este ejemplo viniendo de un ex presidente mexicano? ¿Dónde están los valores que tanto pregonan los panistas? ¿Qué pensarán las nuevas generaciones respecto a su porvenir, que hay que llegar a como dé lugar a ser Presidente, no para ayudar al país, sino para a ser propietario de tres ranchos tan maravillosos como los que tienen los Fox? ¿No creen que sería un buen ejemplo para el pueblo mexicano investigar a los Fox hasta sus últimas consecuencias? ¿Verdad que resultaría totalmente congruente con el discurso que les dijera el Presidente a los 300 líderes a los que se dirigió el viernes pasado? Ustedes que forman una familia tan estructurada y tan unida, ¿seguirán tolerando los ranchos de una familia tan inmoral y tan deshonesta como la de Fox?"
Tanto que dicen que la clase empresarial, (los del CCE, IMEF y demás ratas oligarcas), que no conocen cómo vive el México pobre. Si Calderón se aventó su discurso demagogo, para apantallar a los 300 líderes del dinero, fue para lavarse la cara y las manos por el gasolinazo y el alza de 34% en los productos básicos. ¡Calderón es un Inepto con aspiración a emperador! y además chillón

Kikka Roja

Guadalupe Loaeza : Comer chicharrón

Comer chicharrón

Bastó un pequeño reportaje sin importancia de nuestro rancho en la revista Quién, para que todo el mundo se nos volviera a echar encima. ¿Verdad, Vicente, que lo bailado ya nadie no los quita? Como bien dices tú, “aquellos que dicen que esta propiedad es producto de dinero robado o del dinero que nos dejó la presidencia tendrán que comer chicharrón”. ¡Qué envidiosa es la gente en México! Bastó un pequeño reportaje sin importancia de nuestro rancho en la revista Quién, para que todo el mundo se nos volviera a echar encima. Hasta la revista Proceso, de esta semana, hizo gran escándalo. Pero, ¿sabes qué?, en el fondo me dan risa todas esas críticas. Son tan infantiles, tan poco fundamentadas... Lo que sucede es que no soportan vernos tan felices y tan enamorados. No soportan el hecho de que nos hubiéramos organizado tan bien después de Los Pinos. ¿Qué pensaban, que al terminar el sexenio nos íbamos a quedar con los brazos cruzados?, ¿que íbamos a vivir en una casucha de interés social?, ¿que terminaríamos huyendo del país o ocultándonos? Créeme, Vicente, que antes de aceptar que vinieran los de Quién, lo pensé mucho, pero después reflexioné y me dije que lo mejor era que la opinión pública supiera la forma tan sencilla en que vivimos; la manera tan sana y tan común y corriente que se desarrolla nuestra vida en el campo.

Créeme que acepté el reportaje sin ningún afán de protagonismo. Lo hice tan de buena fe. En realidad lo que quería era mostrar, en primer lugar, tu proyecto y que no vivimos en medio de tanta opulencia como se dice. Quería que todo el mundo descubriera cuán cerca estamos de la naturaleza y cómo ahora, gracias a Dios, tenemos tiempo para nadar, montar a caballo, gozar de nuestras 300 hectáreas y leer... Quería gritar a los cuatro vientos que aunque nos podemos dedicar a una vida tranquila nos sentimos vivos, jóvenes, fuertes y con mucha energía y que con tu pensión de 205 mil 122.06 pesos podía hacer milagros. ¿Verdad, Vicente, que sería muy egoísta de nuestra parte no compartir con los demás todas estas bendiciones que hemos recibido del Señor? Como bien le dijiste al reportero de la revista, Alberto Tavira Álvarez: “Marta y yo tenemos la conciencia tranquila porque no hemos engañado ni robado a nadie y mucho menos al erario”. Y yo agregaría que también mis hijos tienen la conciencia tranquila. A ti te consta, el trabajo que les ha costado de hacerse de un pequeño capital. Ay, Vicente, nunca entenderé porqué insisten en atacarnos tanto. Hagamos lo que hagamos, invariablemente, terminan por criticarnos. Ni modo, es el precio que tenemos que pagar por haberle hecho tanto bien a México a lo largo de seis años.

Sinceramente no entiendo porqué les enojó tanto el reportaje de la revista... Y eso que no dejé que fotografiaran nuestros walking closets con sus zapateras ni nuestra cocina tipo industrial ni las cabañas para los invitados ni la cava con las mejores reservas de vino ni el gimnasio ni las habitaciones de los muchachos ni las caballerizas ni las cocheras ni mi despensa ni el enorme lago donde hay tantos pescaditos ni los vestidores de la piscina ni nuestra recámara principal ni los baños ni los patos ni los venados ni los pavos reales ni las terrazas ni los patios interiores ni el breakfast ni tampoco los establos, el sembradío de agave azul, los estanques con cientos de miles de litros de agua y mucho menos los plantíos donde cultivamos brócoli, papa y maíz. Ay, Vicente, me temo lo que siempre he temido, que nos tienen envidia. Nos odian porque no hemos cambiado y seguimos viviendo como en Los Pinos. ¿A poco criticaron a Ronnie y a Nancy Reagan, como nos critican a nosotros, cuando salieron de la Casa Blanca y se fueron a su rancho de California?

Pero dejémonos de todas esas malas vibraciones y pensemos en relajarnos. Así, relajarnos y relajarnos... ¡Qué hombre tan guapo!... ¿quiere usted bailar conmigo?, ¿me regala un besito?, ¿se quiere usted casar conmigo por la Iglesia , como Dios manda para que recibamos aún más bendiciones? Mire, cómo me tengo que parar de puntitas para darle sus besitos. ¿Verdad que usted no extraña para nada Los Pinos?, ¿verdad que vivimos mejor en el rancho que allá? A ver, a ver... ¿Quién fue el mejor presidente de México?, ¿quién llevó al país a la transición?, ¿quién sacó a los priistas de Los Pinos?, ¿quién salvó a México de su peor enemigo Andrés Manuel López Obrador?, ¿quién hizo que ganara Felipillo?, ¿quién quiere a su cisne, a la señora Marta y a su única primera dama?, ¿quién es la pareja de conferencistas mejor pagada del país? Y, ¿quién sigue siendo presidente de la República Mexicana ? Usted, usted y nadie más que usted. Ya en serio, Vicente, aunque estamos muy contentos disfrutando de nuestro rancho, tenemos que seguir adelante con nuestros proyectos. Acuérdate que para este año todavía te faltan 30 conferencias, más seis que daremos conjuntamente con los temas de libertad, honestidad, transparencia, democracia, migración y liderazgo. No podemos fallar, acuérdate que nos pagan en dólares y en euros. No te olvides que todavía nos falta terminar de construir el centro de estudios, biblioteca y tu museo donde se encontrará toda la información y cada una de tus acciones de tu gobierno.

¡Qué bueno que te trajiste de Los Pinos al rancho los documentos oficiales, fotos, videos, tus discursos y todos los regalos que nos hicieron!... Pero lo más importante fue que te hubieras traído todos los documentos referentes al desafuero. No hay nada como la transparencia. ¡Treinta millones de documentos para consulta en línea! Eso sí no se los podías dejar... Tu centro será el tesoro del saber... Ni modo, no nos dio tiempo de dejar un registro. ¿Qué no se darán cuenta el lío que es cambiarse de casa?, ¿quién va a estar pensando en dejar un registro? Y ahora nos salen que la ley castiga con penas de dos a siete años de prisión el delito de sustracción de documentos de oficinas federales. ¡Están locos! Imagínate, aún no he desempacado mil 500 cajas que están guardadas en los sótanos del rancho. No sé cuándo voy a tener tiempo, con todo lo que me falta por hacer para Vamos México. Tania Castillo está terminando los estados financieros. ¿Verdad, Vicente, que no ceso de trabajar con amor y pasión, pero sobre todo con honestidad? ¿Verdad que mi misión es construir y siempre servir a los demás?, ¿verdad que lo único que me interesa es trabajar por mis hermanos indígenas y a favor de la dignidad de las mujeres? ¡Qué digan misa, Vicente! Como bien le dijiste al reportero, hay que vivir la vida intensamente, cabalgar todo el tiempo, porque aquel que no está en movimiento, empieza a morir. Ése es nuestro pensamiento fundamental. Mejor vámonos a montar a caballo al cerro con Vicentito... y olvidarnos de todo... Porque lo bailado ya nadie nos lo quita.

gloaeza@yahoo.com

Kikka Roja

martes, 18 de septiembre de 2007

Guadalupe Loaeza : Rafael Tovar


Rafael Tovar, se llamaba mi abuelo. Ayer pensé mucho en él. Sí, me acordé mucho de mi papá grande, como lo llamábamos, porque a su nieto quien lleva su mismo nombre se le ha encomendado una misión importantísima, la cual consiste en coordinar las tareas de conmemoración del Bicentenario del inicio del movimiento de Independencia y del Centenario de la Revolución. “Es una enorme responsabilidad que asumo con la certeza de que en ambos movimientos libertarios surgieron los principios éticos de nuestra convivencia y nuestros rasgos fundamentales como nación que se mantienen vigentes al paso del tiempo”, decía Rafael Tovar y de Teresa muy serio. Yo lo observaba desde mi lugar con atención y pensaba en lo orgulloso que hubiera estado nuestro abuelo de haber estado sentado allí entre tantos intelectuales, artistas, empresarios, científicos, escritores, funcionarios, gobernadores….” Aprovecho para agradecer especialmente la asistencia y compromiso de los miembros del consejo asesor de esta Comisión Organizadora. Por la amplitud de los objetivos de estas tareas nacional en los distintos ámbitos de la vida del país deberemos escuchar y atender la participación activa de universidades, asociaciones estudiantes, empresarios, profesores, organizaciones sociales y fundaciones. La reflexión conjunta nos permitirá asumir a cabalidad la oportunidad histórica de revalorar el significado que al paso de los años tienen la Independencia y la Revolución”. Al escuchar la palabra com-pro-mi-so, dicha por el orador con tanto énfasis, recordé lo comprometido que siempre estuvo el abuelo tanto con la vida, como con su familia. Una de sus obsesiones era sacar adelante, a sus seis hijos; darles carrera a como diera lugar, tal como fue el caso. Rafael, el hijo mayor del abuelo, (después de mi madre), era el padre del ahora coordinador. He de decir, que durante la ceremonia también pensé en él, en mi tío. Un tío a quien quise mucho, en primer lugar porque era médico y en segundo, porque me salvó la rodilla derecha, la cual se había impregnado de pólvora y esquirlas por haberme aproximado demasiado al “Torito” (un artefacto de cohetería) infaltable en las posadas del club Vanguardias. Nunca olvidaré aquel domingo por la noche en que llegué hecha un mar de lágrimas a su consultorio de las calles de Xalapa. No obstante la hora, allí estaba mi tío con su bata blanca impecable y su corbata rayada de regimiento, esperándome con unas pincitas para retirarme los restos de pólvora, madera y vidrio que se me habían incrustado en la rodilla. Con qué cuidado lo hacía. A pesar de mis gritos, mi tío, nunca se impacientó y naturalmente, nunca me cobró las seis consultas que tuvo que dedicarme hasta dejar mi rodilla totalmente sana y funcionando. Como mi abuelo, él, también hubiera estado sumamente orgulloso al escuchar a su hijo, decir: “Se trata de conmemoraciones donde debemos participar todos los que forjamos cotidianamente la memoria del país. Lo que hoy hacemos mañana será historia. No hay nadie que no pueda aportar algo porque no hay nadie que no sea parte de la historia de nuestra patria. Nuestro punto de partida será tener presente en todo momento que Hidalgo y Morelos nos legaron nuestras ideas de lo que es la libertad, la igualdad y la justicia; ellos concibieron un país con un buen gobierno, con buenas leyes que combatieran la pobreza y fomentaran la educación”. Es evidente, que a este acto tan importante que presidiera ayer el Presidente, no podía faltar el biznieto de mi abuelo, el nieto de mi tío y el hijo mayor del coordinador. Este muchacho de tan solo 26 años, también se llama Rafael Tovar. Es decir que en el espléndido salón de Tesorería de El Palacio Nacional se encontraban cuatro Rafaeles Tovar; dos moralmente hablando y el otro par, vivito y coleando.

Pero volvamos al abuelo, de quien hoy quiero hablar especialmente porque lo conocí bien. Porque sabía que le gustaba los limones reales y los arrayanes. Porque aún en los sesentas usaba sombrero “cannotier” de paja con su cinta negra muy ancha. Porque era un hombre sumamente vital y un hombre de deber que nunca faltó a su casa a comer. Todavía lo recuerdo llegar a, Roma 21, con las manos llenas de bolsas de pan dulce de Tinoco y con las revistas políticas de la semana como: “Siempre”, “Jueves” y “Hoy”. Es cierto que no hablaba mucho, pero cuando intervenía en las conversaciones, lo hacía con una voz tan fuerte, que hasta daba miedo. De hecho, era un hombre sumamente autoritario, se “traía a raya” a toda la familia. Siempre se sentaba en un sillón de cuero especial en la cabecera de la mesa del comedor; era el típico pater familias como vemos en las películas mexicanas de Fernando Soler.

“Rafael Tovar y Avila, originario de la hacienda de Estipac (Cocula, Jalisco), hijo de José Angel Tovar y de la señora Tiburcio Avila de Tovar, se casó a los 27 años con la Señorita Dolores Villa y López Portillo se casaron el 24 de febrero de 1911”, dice su acta de matrimonio civil expedida en Guadalajara. Al otro día mis abuelos se casaron por la iglesia. Todavía conservo el vestido de novia de mi mamá grande, en la misma caja china de laca negra con incrustaciones en concha nácar, en donde siempre lo guardó. Ella hubiera estado así misma muy orgullosa cuando su nieto, hijo de su hijo predilecto, cuando dijo: “Todos pensamos de manera diferente, todos sentimos de manera distinta, y por esa gran riqueza de formas de vida y de culturas, todos estamos en aptitud de aportar algo a México. No hay nadie que no pueda hacerlo, porque no hay nadie que no sea parte de la historia de nuestro país. Si bien el pasado nos pertenece a todos por igual, cada uno tiene la potestad de enjuiciarlo y apreciarlo de distinta manera. Cada generación posee una idea del pasado conforme a su experiencia en el presente, a sus aspiraciones y su cultura”.

Mi abuelo murió a los 83 años de edad, pero estoy segura que desde el cielo, donde seguramente se encuentra escupiendo los huesitos de los arrayanes, le aplaudió a su nieto de pie, tal como hicimos todos los que nos encontrábamos presentes, cuando al terminar su discurso el orador dijo: “Pero el propósito se cumplirá en el momento que cada mexicano, con el pleno respeto que significa su pensamiento en el entramado de nuestra diversidad, conozca de mejor manera nuestra historia y así pueda valorarla a cabalidad, cuando suene la última campanada del año 2010 y los valores de unidad y justicia que encarnan la Independencia y la Revolución sean una celebración permanente en cada uno de nosotros”.

Que así sea y que vivan este cuarteto de Rafaeles.


Kikka Roja

martes, 11 de septiembre de 2007

Guadalupe Loaeza : "Bye bye", Ugalde

"Bye bye", Ugalde

Como si los estuviera viendo. Están sentados frente a una mesa muy apartada en el Balmoral del Presidente Chapultepec. Ella habla sin parar y él asiente como si estuviera recibiendo órdenes. De vez en cuando son interrumpidos por la gente que llega al café y los saluda, sobre todo a ella. Él parece como maestro de civismo de secundaria. Por momentos se le ve tímido. De vez en cuando eleva la mirada para ver quién se encuentra entre los parroquianos. Se diría que le da pena ajena estar con ella. Pero al mismo tiempo pone cara de importante, por la cantidad de gente también muy influyente que viene a saludar a su compañera de mesa. Es evidente que ella se desenvuelve como pez en el agua. Ambos no están conversando, están "grillando"... Quién sabe cuántas cosas le dice ella, que él nada más se reacomoda constantemente sus lentes al mismo tiempo que abre unos ojotes... pero no abre la boca. Escucha y, de tanto en tanto, sonríe con la cabeza gacha. Ella, en cambio, la tiene bien erguida, como si estuviera muy segura de lo que dice. Los que estamos desayunando en el café no dejamos de mirar hacia donde se encuentra la pareja, resulta demasiado llamativa. Esto, naturalmente, la pone feliz a ella. ¿Por qué? Porque siempre que iba la maestra Elba Esther Gordillo al Balmoral con Luis Carlos Ugalde, quería que fueran vistos públicamente. Especialmente por esos días en los que se estaba discutiendo el reemplazo del consejero presidente del IFE.

El 3 de noviembre del 2003, ese comensal tímido, nervioso, medio inseguro, quien capacitara a los cuadros del Frente Juvenil priista y ex secretario técnico de la Comisión Nacional de Ideología, fue nombrado, gracias a la maestra Elba Esther Gordillo, consejero presidente del IFE. No hay duda que la forma en que se había renovado el Consejo General del Instituto Federal Electoral resultó profundamente antidemocrática, excluyendo a la izquierda política y social. Como bien dijera entonces Carlos Fuentes respecto a ese extraño consenso entre el PRI y el PAN: "un animal bicéfalo, PRI-PAN o PAN-PRI, ha robado la imparcialidad y calidad que habían distinguido al instituto". Y todo para evitar el triunfo del PRD en el 2006. ¿Por qué habrán desaprovechado, entonces, los partidos para hacer una profunda renovación? ¿Por qué permitieron que el proceso para elegir al consejero presidente no fuera transparente? ¿Por qué darle una vez más la espalda a la voz ciudadana que clamaba por un procedimiento democrático? Ya desde ese proceso tan manipulado intuíamos que la elección presidencial del 2006 resultaría totalmente contaminada. En otras palabras, se buscó todo para legitimar institucionalmente el fraude del 2 de julio del 2006.

Ya lo decía, hace tres años, el ex consejero Zebadúa: "Si empezamos a ver que el nuevo Consejo Electoral empieza a desandar ese camino y se empieza a transformar, entonces veremos que en efecto la decisión de cómo se conformó fue el 'Termidor' de la historia del IFE; que va a haber un retroceso en su independencia, en su autonomía y que eso pondrá en riesgo su imparcialidad para las elecciones presidenciales". ¿Por qué creo que es importante decirle bye bye a Ugalde? Porque lleva consigo el pecado original de haber sido elegido como consejero presidente de una manera más que cuestionable. Porque su presencia hace todavía más patentes todas las irregularidades que acontecieron durante la pasada elección. Porque parece más que evidente su cercanía a ciertos grupos de poder. Porque violó la confianza de los mexicanos. Porque habiendo tenido la oportunidad histórica y única en una elección tan reñida y en la que sólo la institución que preside nos pudo haber dado certeza, actuó de una manera totalmente irresponsable. Antes, durante y después de la jornada electoral, el señor Ugalde no se condujo con dignidad, con claridad, con imparcialidad, pero sobre todo, con independencia. Porque permitió y continúa permitiendo la constante intervención de la maestra Elba Esther Gordillo, su verdadera jefa, en todos los niveles del IFE. Porque sus argumentos para defender exclusivamente su silla, en todos los medios electrónicos, resultan demasiado endebles y no se le creen por más vehemencia que le ponga a su discurso. Porque el señor Ugalde viene siendo un elemento que enturbia la actuación de los otros consejeros. Resulta clarísimo que al defenderse como gato boca arriba no está defendiendo a los nueve consejeros, se está defendiendo a sí mismo y a los intereses que lo manejan. ¿Cómo podría comunicarse claramente con el electorado, cómo cree que lo hace gracias a su labia tan barroca, si la propia elección no fue clara?

Por último queremos suscribir lo que escribiera Denise Dresser con toda razón: "El debate sobre la permanencia o salida de los consejeros ha permitido que las televisoras desvíen la atención del asunto medular para la reforma electoral: el fin de la contratación de 'spots' en los medios, la reducción del tiempo y los costos de campaña partidistas. Esta propuesta debe ser celebrada y defendida incluso con más ahínco que la permanencia de los consejeros". No hay que olvidar que ahora se está pidiendo, dentro de la reforma electoral, que se reduzcan en 70 por ciento los recursos que los partidos recibirán para 2009, y 50 por ciento para el 2012. Si pasa la reforma bajarían el tope de gastos para las campañas y claro, esta iniciativa no les gusta para nada a las televisoras. Defender a Ugalde es defender a los poderosos, es defender al miserable statu quo en que vivimos y defender a la "maestra" y todo lo que ella representa.

Así es que bye bye, Luis Carlos...

Kikka Roja

Buscar este blog

Gracias por tu Visita ¡

Nuevo

TAMALES UGALDEÑOS DEL TATA JORGE ARVIZU

Para los que pidieron el archivo del 2007, los tamales oaxaqueños ugaldeños grabado por Jorge Arvizu El Tata. Buen Provecho ARDAN PRIANISTAS...

Todos los Archivos

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...